Partida Rol por web

La que creia que se iba a volver loca, era ella. Se habia olvidado de donde estaban, de que estaban haciendo... En su mundo imaginario, eran solo ellos dos, solo piel. Estaba totalmente nublada por el juego de su boca en la propia, por el simple roce de sus labios, de sus dedos... y de la lengua. Cuando se separo lo justo, ella tenia las mejillas encendidas y la vista perdida en la boca de el, avanzando otro pasito para darle otro beso, sin responderle con palabras. Solo que... no eran necesarias.

Sigue correspondiendo a tus besos, haciéndolos cada vez más largos, como si le costara separarse de ti. Finalmente se separa un par de centímetros de tu boca y se muerde su labio inferior.

-Si seguimos así no sé si podré responder de mis actos...- susurra y acaricia con el dorso de la mano tu mejilla.

Era terriblemente atrayente cuando hacia ese gesto de morderse el labio a si mismo, encantador y arrebatador. Cerró ambos ojos, moviendo la mejilla contra su mano, ansiosa de mas de esas caricias, y finalmente sonrió con inocencia.
- No se que tendria de malo eso, señorito controlado. Pero mejor paremos un poco, parecemos adolescentes.- aguantó la risa, volviendo a mirar alrededor.

-Tendría de malo que estamos en un lugar público... Y hay cosas que no se pueden hacer...- te mira de forma intensa. Cuando miras alrededor ves que no hay mucha gente en el cine, habrá unas ocho personas más repartidas en la sala por las horas. 

Robert sigue acariciando su mejilla y deposista otro beso sobre tu cuello, sintiendo su cálido aliento sobre tu piel.

Tras esas palabras se encendió un poco mas, sin poderlo evitar. Era tan tentador... Y seguia torturandola con esos besos. No sabia si queria matarlo por ser tan cruel, o besarlo hasta quedarse sin aire. Aunque probablemente la segunda seria la forma mas agradable de matarle. 
- Me voy a vengar... mira que soy muy rencorosa...- lo susurró, moviendose hasta la oreja de el, atrapando el lobulo entre los labios, y luego muy suavemente entre los dientes, casi una simple caricia.

-Mmmm- gime bajito de placer ante tu mordisco. -Me gustan tus venganzas... Mucho...- te sonríe y te vuelve a besar, de forma más pasional y sin cortarse en nada. Su mano se interna en tu pelo y lo acaricia, revolviéndolo. Ejerce una presión suave para que no te apartes de él, mientras su lengua busca la tuya, acariciándola y bebiendo de tu boca.

Se le agitó la respiracion al oirle, y mas aun al caer en sus manos y sus labios, fundiendose con el con pasion... y algo más que pasion. Nunca se habia sentido ni tan deseada ni tan atraida por nadie. Sin duda, era su destino acabar con el. Y le daba igual que se acabasen de conocer, pues para ella, se conocian desde siempre. 
Movio la lengua contra la suya, entrelazandolas y saboreandole asi, acariciando su mejilla derecha, y el lateral izquierdo del cuello con los dedos de las manos, muy sutiles.

El beso cada vez se hace más apasionado y él parece tratar de controlar sus manos. Acaricia tus pechos por encima de la ropa, o más bien los intuye, no queriendo ser tampoco demasiado brusco o inapropiado. Finalmente se aparta antes de seguir con aquello.

-Lo siento... Es solo que...- se muerde el labio, mirándote con pasión contenida. -Me gustas mucho...

Se le escapó un leve suspiro al apenas notar el roce por encima de la ropa, estremeciendose y sonrojandose. El deseo era totalmente mutuo, y lo supo al mirarle a los ojos, mordiendose ella misma tambien el labio. Bajó despacio la mano de su cuello, rozandole el pecho y el abdomen con un dedo, hasta llegar al ombligo. Ahi paró, mirandole sin dejar de sonreir.
- Ups, lo siento, se me va la mano...- se veia su gesto travieso a la legua. Pero cariño, y alegria.

Robert miró el paseo de tu mano, con cierta impaciencia y respirando fuerte a cada caricia tuya. Hasta que la paraste y te miró a ti, viendo como te reías tras torturarlo.

-Ya veo que te estás vengando de lo de antes...

No pudo evitar sonreir casi de oreja a oreja al ver que realmente estaba expectante ante el roce, notando como se tensaban los musculos bajo el paso de los dedos, ruborizandose un poco mas. Tuvo que revolverse en el asiento incluso, acalorada. Habia demasiada tensión entre ambos. 
- Solo un poquito.- Luego, se giró de nuevo hacia la pantalla, cruzandose de brazos y fingió cara de interes ante la pelicula, de cuyo titulo ya ni se acordaba. 

Él no vuelve a mirar la película, su excitación ha sido más que evidente. Has notado como todo su cuerpo se tensaba bajo las caricias de tus manos, un cuerpo que hasta donde has palpado está bien formado y musculado, sin llegar a ser algo artificial de gimnasio. Notas su respiración acelerada, que trata de calmar y sus ojos clavados en ti, mientras tú disimulas viendo la película.

Aguantó la risa cuando varias veces de las que ella le miró de reojo, sus miradas se encontraron, hasta que al final se rindio de los intentos de disimular, mirandole fijamente. Se acercó un poco mas, sin borrar la sonrisa.
- Me da que la pelicula ya no te interesa mucho, ¿eh?- lo dijo como si el fuese el unico, mientras se comia otra golosina por picarle, moviendola levemente con los labios antes de comersela del todo.

El sonríe, correspondiendo a tu sonrisa.

-Con lo que tengo delante la película no ha llegado a interesarme en ningún momento... Si he de ser sincero- susurra, robándote otro beso suave sobre los labios con la cercanía.

¿Se podia estar mas en las nubes? El hombre de su vida estaba igual de perdido en ella, que al reves. ¿Cuando seria la boda? Le robó el beso siguiente, alargandolo con la mano en su nuca, y apoyó la frente con la de el al separarse, dejando solo unos centimetros entre los labios de ambos.
- Lamento decirte que ni me acuerdo del titulo.- lo susurró, admitiendolo.

-Entonces no sé qué hacemos aquí...- ríe sin tratar de hacer mucho ruido. Se muerde el labio, dudando si decirte algo o no y finalmente susurra. -¿Quieres que vayamos a mi hotel...?

Eso era un paso as grande que simplemente tontear en un cine. Porque viendo a quimica existente entre ambos, era obvio donde iban a acabar, y como. Pero por extraño que pareciese, no tenia miedo, ni estaba insegura. Asintió despacio, con una leve sonrisa. - Si, creo que sería lo más logico.- 

Sonríe, te toma de la mano y se levanta con cuidado de no molestar. Sale de la sala, sin soltarte y tirando con suavidad de ti. En la otra mano llevaba las chucherías y las palomitas que había comprado. Una vez fuera y seguro de que no molestabais a nadie ríe de felicidad y se vuelve a besarte. Te estrecha contra él como puede, pues sus manos están ocupadas.

Saborea tus labios con delicadeza antes de apartarse de ti. -¿Vamos por un taxi?- pregunta tanteándote, pues lo mismo aún podías echarte atrás en tu decisión.

Le parecia absolutamente adorable cuando reia... Le besó con todas sus ganas, apretandose despacio contra su cuerpo, sin dejar de jugar con sus labios a cada empujoncito que le daba, o a cada roce de la lengua. Bajo la cabeza con timidez al despegarse del beso y observó la puerta de la sala del cine que acababan de abandonar, y luego le miró de nuevo a los ojos.
-Si, estaria bien. No seria buena idea perdernos de camino.- no era una gran entendida de hoteles y no sabia cuan lejos estaba de ahi. Y para ser sinceros, queria llegar con el cuanto antes y estar a solas. 

Sonríe y sin soltarte de la mano va a parar un taxi. Abre la puerta y te deja pasar primero, de forma caballerosa. Luego sube él y le da la dirección. El taxi toma rumbo a su hotel y él te toma la mano, como con ciertos nervios y emoción, puede que siga pensando que te puedes arrepentir. El taxi no tarda en dejaros ahí. En el Ritz de Los Angeles.