Partida Rol por web

Tabin se sentía extraña. No había logrado causar grave daño a sus enemigos ni había representado un peso considerable en la balanza del combate, pero había evitado mancharse las manos de sangre. Por otro lado, tampoco estaba segura de que eso fuese un alivio.

Supervisó las operaciones de Ánder con la cuerda y le corrigió en lo posible. Tabin sabía un par de cosas sobre nudos que había aprendido de Morgan. La elfa le había enseñado a hacer la mayor parte de los nudos que conocía... y también cómo deshacerlos. A menudo se divertía atando a Tabin de las maneras más complejas que se le ocurrían e instando a la semielfa a que se soltara. Tabin sospechaba que Morgan disfrutaba de su indefensión de un modo bastante perverso, pero ella afirmaba estar sólo instruyéndola para los avatares propios de la vida.

Sacudiéndose esos retazos del pasado, Tabin optó por centrarse en el mago atado. Ánder sonaba demasiado ensayado.

-Estás ayudando a un grupo de locos a torturar a unas niñas inocentes. ¿Tú también perteneces al culto o no eres más que un mercenario?

Kayle aprovechó para agenciarse el saquillo que el mago había tirado al suelo, nunca sabía una cuando podía necesitarse alguno de esos extra. Por desgracia el premio gordo (el grimorio) no parecía llevarlo consigo.

"Jo".

La genasí puso los brazos en jarras e hizo un puchero para si  misma, y luego se acercó a sus compañeros que se encontraban atando al mercenario superviviente.

—Al... grano, chicos. Vaaamos al grano ♪—sonrió teatral y encantadoramente—. Que sepa o no quién le contrató no creo que cambie gran cosa, ¿por qué no le preguntamos si sabe algo de lo que vinimos a buscar?

Y esperaba que no fuesen de los que se negasen a hablar, porque con Payne en el grupo... bueno, mejor no quería pensar qué tipo de métodos de persuasión conocía una loviatarita.

Nanthleene se colgó el arco al hombro y se acercó a ver qué sucedía con el prisionero, temblando como una hoja de los pies a la cabeza. Ulfe sin embargo se dedicó a mirar en derredor, vigilando por si se acercaba alguien más.

Payne agarró al guerrero que tenía más cerca por los tobillos, lo arrastró fuera de la zona de silencio y lo desnudó para quedarse con sus ropas (y con su armadura). Le echó una mirada a Tabin como si fuera completa y rematadamente estúpida.

—Sobre todo cuando ya os he dicho yo que este no pertenece al culto —gruñó la loviatarita.

—¡Tú, estás viva! —soltó Serlorn Druir, al reconocer a Payne. Se le escurrió una sonrisa cruel por el rostro—. Las Señoras del Látigo te van a despellejar viva.

Payne le echó una mirada indiferente.

—Yo me preocuparía más por tu pellejo que por el mío, sobre todo si no empiezas a hablar inmediatamente —dijo.

—¿Has venido a por las niñas? —le preguntó Serlorn a Payne visiblemente divertido, a raíz del comentario de Tabin—. ¿Ahora vas de santurrona? ¿Saben tus amiguitos quién eres realmente?

Payne se encogió de hombros.

—¿Y por qué debería haberles mentido? —dijo, abarcándoos a todos con la mirada—. Soy una sacerdotisa de Loviatar y ellos lo saben.

La expresión de triunfo se borró de la cara de Serlorn.

—Y ahora puedes empezar a desembuchar, o me ocuparé personalmente de que lo hagas.

Pues eso, que hagáis lo que queráis :P.

-Podrías contarnos cuantos mercenarios más quedan ahí dentro. Donde hacen guardia y cuantos están despiertos. Si hablas, trataré de no matarles. Les estarás haciendo un favor.

La voz del joven se endureció. -Y por lo que acabas de decir, por ese comentario... veo que lo sabías todo y no te arrepientes en lo más mínimo. Eres culpable de secuestro, y cómplice de un intento de corrupción de las almas de unas niñas. Te decapitaría ahora mismo, pero al rendirte has ganado una pequeña posibilidad de redención. ¡Ahora puedes hacerlo!

Kayle carraspeó diplomáticamente y se rascó una sien con el índice.

—Ánder, es un mercenario, es lo que hacen—dijo, luego pareció pensar un instante y añadió:—. Lo de vender sus habilidades al mejor postor, quiero decir. La carencia de escrúpulos es opcional...

Igual a ese tipo y a los otros sólo los habían contratado para proteger un templo loviatarita y los rituales que hicieran dentro las sacerdotisas o el motivo de por qué traían un grupo de niñas al interior ni era de su incumbencia ni probablemente les importase. Aunque la verdad es que a ella tampoco; sólo quería saber dónde estaba el peligro y dónde lo que habían venido a buscar.

El paladín había planteado tres quids importantes así que esperó a que el mago contestara antes de plantearse intervenir. Porque esperaba que se dignara a contestar por las buenas, no creía que Payne hablase en broma.

—Sí, sí. Estoy dispuesto a colaborar —le dijo el mago a Ánder. No parecía demasiado temoroso del paladín, pero era un hombre práctico—. Hay otros cinco mercenarios ahí dentro, pero a estas horas duermen todos en sus habitaciones. 

El mago hizo un gesto extrañado, como si algo de lo que hubieras dicho no le hubiera cuadrado.

-En fin, te dí la oportunidad... supongo que en el otro lado te recompensarán por lealtad a tus camaradas.

Ánder agarró al mago del pelo y lo tumbó sin el más mínimo miramiento.-¡Glimgnar! ¡Déjame tu hacha! Creo que con mi espadón no puedo cortarle la cabeza adecuadamente a este mentiroso.

-Druir, por el aborrecible crimen de secuestro de inocentes para pervertir sus almas, por el horrible acto de ayudar a un culto malvado y no permitido a realizar sus fechorías y por la autoridad que me, que nos ha otorgado Neme en éstos áspectos...-empezó a enumerar Ánder mientras esperaba a ver si el enano le dejaba el hacha. Con la espada no podría conseguir un golpe limpio. Y no pensaba dejar que ningún otro cargara con la muerte en su conciencia.

Kayle primero arqueó una ceja extrañada, como si se hubiera percatado de algo. Sin embargo, cuando Ánder empezó a hablar, enarcó la otra y abrió mucho los ojos.

—¡Espera!—levantó ambos brazos—. ¡Centellas, no tan rápido!

Suspiró hondo tras lograr captar la atención de los presentes, se agachó al lado del mago y lo miró fijamente.

—Vale, ¿qué es lo que pasa?—apuntó señalándole el entrecejo con un índice—. Lo he visto, algo de lo que he dicho no te ha cuadrado. ¿El qué?

 - Brrrfff...

 Seguramente habría sonado parecido, pero Glimgmar seguía en el interior de aquel extraño campo en el que ni podía oirse la respiración. Estudiar aquello pasaría temprano a un segundo plano, era más interesante la propuesta de Ánder.

 Pensaba que Kayle iba a defender al mago, de forma que el enano no se sorprendería por su intervención, sin embargo, nada más lejos de la verdad...no parrecía querer defenderle, sólo sacarle información. Era una buena táctica, lo usaban algunos guardias de Nesme, por ejemplo, Hakkon. Guardia bueno, guardia malo. Una forma de debilitar la mente del prisionero en los interrogatorios. Había formas más simples...por ejemplo, colgar al sujeto de un árbol por un pie y encender una hoguerra justo debajo.

 Caminando lentamente, prestó atención al propio sonido de sus pasos y cuando escuchó el tintineo de la armadura se detuvo. Mesó su barba de brazos cruzados, habiendo dejado su escudo a la espalda y observó de soslayo la intrigante escena.

 - Tienes razón, las espadas necesitan fuerza y prrecisión, si erras el golpe por unos centímetros el pobrre enemigo siente el impacto perro no muerre en ese instante.

 Aún así los músculos del cuello no pueden soportar el peso de la cabeza y ésta cae hasta que se desangrre o el dolor acabe por brindarle un sueño prrofundo que acabarrá con la muerte.

 Describió con naturalidad para intimidar al mago, se dirría que disfrutaba con ello.

 - Perro con un hacha no.

 Negó orgulloso. Las hachas estaban por encima de las espadas.

 - Una buena hacha enana sesgarrá su vida y su cabeza al mismo tiempo. Se podrría decir incluso que es una muerte honorrable...

 Dudaba, como si no desease prestarle el arma y concederle tal cosa al hechicerro de tres al cuarto.

 - Es evidente que hay cosas que desconocemos y este brrujo trrata de ocultar. - Fue su respuesta, antes a Kayle que al propio Ánder. - Posiblemente hayamos pasado por alto que Payne erra la que estaba al mando de esta operración desde el principio, tiene carra de secuestrar niñas.

 Espetó con la inocencia de un niño que habla diciendo lo que piensa, poco le importaba que el brrujo tratase de aprovecharse de la información o la ignorancia que brotaba de entre los labios del enano.

 - O puede que no sea un mercenarrio...o que si lo sea y podamos comprar sus servicios por el doble de lo que le han pagado.

 Puede facilitarnos la entrrada...y la salida.

 O podemos arrancarle la cabeza y clavarla en una pica parra que ninguno de su subordinados trate de oponerse a nosotros.

 todo escondía la imperiosa necesidad de Glimgmar de evitar muertes innecesarias...y quedo más que claro en sus últimas palabras, aún se mesaba la barba y saboreaba cada una de ellas tratando de pensar, tampoco quería parrecer el menos inteligente de los miembros de su grupo y deseaba impresionar a la elfa con su elocuencia.

 - Se ha rendido.

 No merrece la pena matarlo. - si Ánder no hubiese estado a su lado castigandolo con tirones de cabello o Kayle se hubiese mostrado interesada quizás ahora le estuviese pateando su trraserro de brrujo...perro se sorprendió defendiendolo.

 - Puede ser una buena mascota, sino estoy segurro que no llegarrá muy lejos corriendo delante de los colmillos largos...jajaja... - rió imaginandose al brrujo tropezando mientras le hincaban el diente y llorraba clamando por la ayuda del enano.

 Glimgmar abogaba por dejarlo libre...a su manera, perro eso no impidió que volviese a empuñar su hacha de nuevo con fuerza y vitalidad.

 - Perro jovencito - miró con cierta gravedad en sus ojos al guerrero con el que había compartido batalla - yo serré el único que utilice este arma.

 Era su hacha, no podía prestarsela así como así...

 Parrecía más que capaz de aguantar una muerte, incluso una a sangre fría como serría aquella, mejor, pensaba el enano, que el propio Ánder.

 El se imaginaba como un padrre parra aquellas criaturras...sólo tenía que verles la carra, jovenes inexpertos dando palos de ciego.

 ¿De dónde los habrrá sacado Hakkon?

Serlorn Druir lanzó un chillido aterrado cuando Ánder le tiró de los cabellos para exponer su cuello.

—¡Tenéis que creerme! ¡Estoy diciendo la verdad! —imploró el mago, debatiéndose en sus ataduras con más desesperación que dignidad.

Cuando Kayle detuvo a Ánder, y el enano secundó su opinión, se agarró a aquella posibilidad como a un clavo ardiendo.

—El enano tiene razón: no somos mercenarios —tragó saliva, sin tenerlas todas consigo de si lo que iba a decir le iba a salvar la vida o a condenarla del todo—. Somos esclavistas.

Payne pareció la primera sorprendida.

—¿Esclavistas? ¿Entonces tenéis algún tipo de alianza con las Señoras del Látigo? ¡Habla!

El mago se encogió como si le hubieran pegado una bofetada.

—Yo no sé de qué va todo esto, ¡creedme! Sólo recibo órdenes y hago el trabajo. No me pagan por saber nada más.

Payne le puso la espada que había recogido del cadáver de un mercenario en la garganta, aprovechando que Ánder se la había dejado expuesta.

—¿Quién te da las órdenes? —dijo, apretando el filo hasta que brotó un hilillo de sangre.

Serlorn Druir, el poderoso mago que tanto se jactaba de sus poderes, se meó en sus pantalones.

—¡Tenéis que prometerme que me dejaréis vivo si os lo digo! —sollozó de una manera poco digna.

- ¿Qué tal si te prrometemos que no te cortarremos la cabeza mientras hables y no des un paso en falso?

 Dejó en el aire el hacha que reposó después con un golpe seco en su palma. resopló cansado de tanto diálogo perro prefirriendolo a las decapitaciones sin ton ni son.

- Además, ¿Por qué clase de reprresentantes de la ley nos tomas, brrrruuu - escupió - jjjjo. - aunque trataba de mantenerse formal y orgulloso de ser un representante de la justicia.

 Aunque la justicia de Morradin erra en muchas formas la de la guerra...si querría luchar, ¡el enano lucharría con él en duelo singular!

 - Se te juzgarrá por tus crímenes...

 tu vida está en tus manos.

 Un paso en falso. Hacha en la cabeza.

 Una mentirra...Hacha en la cabeza.

 ¿Ayudarnos a liberrar el fruto de vuestro esfuerzo?....Quien sabe, en un juicio justo suele ser sintoma de arrepentimiento, ¿no?

 Quizás alguno de nosotros esté dispuesto a defenderte.

 Negó, hablaban demasiado.

- Perro parra eso tendrás que convencer a Ánder de que estás dispuesto a ganarte la vida de otra forma...¿Has pensado en utilizar tu habilidad...o cómo quierras llamarlo... - dijo despectivamente - como hace ella?

 Señaló sarcastico a Kayle. Lo último que necesitaba erra otro brrujo del que estar pendiente por el rabillo del ojo...perro preferría al mago vivo y ayudandoles que muerto por mano de Ánder.

 Glimgmar creía en la redención...y quizás también en que todos sentían cierto amor por el prógimo, aunque a veces se demostrase combatiendo y matando. La guerra erra un baile hermoso, emotivo a su manerra.

 - Puedes hacer más que hablar...¡perro responde!

 Cortó de súbito sus palabras y miró al resto encogiendose de hombros, sobretodo a Tabin, esperando de ella una compasión que los demás no alcanzarían ni a entender, luego a Kayle que seguramente sintiese lo que habría sentido aquel brrujo al ser "desarmado" y capturrado, erran brrujos, tenían que entenderse entre ellos...¡Por Morradin! ¡el no los entendía por mucho que lo intentaba! ...Ulfe y la elfa que le había robado parte de su razón eran bienvenidos a opinar, aunque pensaba que Ulfe no perdonarría la debilidad Glimgmar no huía de su mentalidad, deseaba oir algo respaldando su opinión a cerca de lo peligrroso que es un brrujo..por atado que creas que está. De Payne no esperraba nada, salvo quizás una cuchillada trapera, aunque no estaba incómodo con sus intervenciones, erra incluso divertido.

 Finalmente su mirada se clavó en Ánder, cediendole cierto liderazgo en las decisiones...una prueba tal vez a su humildad...a su caracter fuerte, ¿Creía Ánder en la redención? ¿En rectificar?

 deseaba escucharlos a todos, sus opiniones, sus juicios...recogerlos todos. Glimgmar se sentía como un mediador...podía cortarle la cabeza si se lo pedían todos, o podía dejar a un lado los prejuicios y olvidar convenientemente que erra un maldito esclavista y peor aún, un brrujo!