Partida Rol por web

-Zorra... -murmuró Tabin cuando Payne terminó de hablar. Aclarándose la garganta y suspirando, se giró hacia sus compañeros-. Por mí no hay problema en hacer guardia. Puedo quedarme con la última; no soy muy dormilona y me gusta ver amanecer. Y Kayle, a mí no me importa que duermas más si lo necesitas para tus hechizos. Ulfe es un gruñón.

Miró al bárbaro con una sonrisa pícara y los ojos chispeantes. Aunque ella misma albergase cierta reserva hacia la magia, había decidido que Kayle no podía ser mala. Como con los loviataritas, Tabin tenía prejuicios sobre los artistas: debían de ser, de algún modo, más interesantes, bondadosos y mejores que el resto.

Kayle se volvió hacia Ánder cuando éste se acercó a hablarle pero en lugar de dar la esperada apariencia desdichada de quien se siente rechazado y necesita una palmadita en el hombro, la genasí sonrió con una mezcla de dulzura y picardía.

—Si crees que hago caso de las supersticiones es que no me conoces lo suficiente todavía.

Kayle parecía demasiado efervescente como para dejarse avasallar fácilmente por la clásica desconfianza a la magia... así que o disimulaba muy bien o por lo visto se conformaba con no dejar indiferente a nadie. El hecho de que el paladín la tuvieran en cuenta como a los demás debía haber bastado.

 - ¿¡Grruñón!?

 ¡Un poco más de rrespeto señorrita! - Pidió más como un viejo reclama algo más de seriedad por parte de un enano joven e imberbe. Casi por costumbre miró el rostro de Kayle sin recelo, buscando algún pelo que pudiese distinguirse en su mentón. No supuso que no tendría suerte en un rostro que se antojaba tan bello para los cánones que tenían los humanos, si se tratase de Ánder o tal vez Ulfe quizás el enano tendrría prroblemas parra no ruborrizarse ante Kayle...por otro lado, los pensamientos del enano estaban puestos un poco más allá en otra usuaria de la magia, una magia que se sentía mucho más cálida y menos airada...

Asintió - Puedo ofrreceros un poco. - Dijo sin recelo mientras tambolireaba con los dedos en el barril. A ese ritmo se acabaría pronto...eso incrementarría la fuerza con la que cargaría los siguientes días, sin duda, regresarrían pronto si se daba el caso.

 - No hay motivo por el que debais esforzarros en negarme lo que es evidente. Es obvio que no sabes lo que es la brrujerría, en realidad - le explicó mientras se sacaba la pipa de la boca y alzaba las cejas con un movimiento casi circular de su redondeado rostro, bajo la barba roja - aunque seas una brruja.

 Le dijo, con una mirada extraña, alzando ambas cejas aunque una se le levantaba mucho más que la otra. No la llamaba brruja con ánimo de ofender, sólo como "naturaleza".

 - También es evidente que no sois una humana común y corriente.

 Me gustarría escuchar tu historria. Eso no voy a negartelo, perro...sin música, por favor. - Admitió afable alzando la otra mano. - Ya he tenido bastante festejo porr hoy.

 Es posible que estuviese cansado o que la rutina le exigiese la relajación que imprime una buena historia y un buen rato fumando hierba en pipa.

 - ¿Qué te ha empujado a acerrcarrte al viejo y grruñón Glimgmar?

 ¿Dónde aprrendiste a tocar así? ¿Siemprre trratas de convencer a los demás de que eso....eso que te sigue no es brrujerría?

 Trataba de ser amable, a su manera, no mostraba más recelo del que presentaba normalmente, si no se había alejado ya era porque no le disgustaba tanto su presencia.

 Era una curiosa historia que contar algún día y por eso le interesaba mucho saber cada uno de los detalles que Kayle quisiera confesarle...ya se lo imaginaba en la oscuridad del gran salón, con el rostro iluminado de sus camarradas por el fuego escuchando la historría de una brruja que decía no utilizar brrujerría, ¿¡¡¡Quién podrría imaginarse lo que llevaba a su cabello a alzarse por si solo si no se trrataba de eso!!!?

 Glimgmar sabía reconocer donde había una buena historría en cuanto la veía.

Ulfe enarcó una ceja ante las palabras "gran esfuerzo mental". ¿De modo que los que hacían un gran esfuerzo físico no necesitaban descansar tanto como los magos y debían sacrificarse por ellos? Si el bárbaro conociera la palabra "elitismo", probablemente la hubiera utilizado en este momento. En cambio, pensó en "caradura" y negó con la cabeza. Había llegado a la misma conclusión que Kayle: dijera lo que dijera no iba a convencer a la hechicera tozuda. Él era un hombre de naturaleza silenciosa al que no le gustaba discutir en público, y decidió no ahondar más en el asunto. Desvió la mirada para buscar la de Tabin, se cargó los odres al hombro y anunció:

—Si alguien me necesita estaré llenando los odres en el río.

 Kayle: tu relación con Ulfe ha aumentado en 1 punto: Rivalidad — Asociado (3)

—Muy bien —fue la lacónica respuesta de Payne a la propuesta de Glimgmar. Hizo una pausa antes de continuar:—. ¿Tenéis algo de comer?

Era evidente que Payne esperaba a que Ulfe regresara con los odres para pedir agua.

—Gruñón—reafirmó Kayle con la sonrisa traviesa pero afable de una nieta chinchando a su abuelo.

Sin embargo, en cuanto el enano volvió a mencionar el barril, su atención volvió a desviarse de la conversación a éste. Kayle nunca había bebido nada, de hecho el olor a alcohol la mareaba, pero había oído por activa y por pasiva sobre la fama de la cerveza enana y sentía una curiosidad desmedida por el motivo de ésta. Pensaba que debía ser el sabor... ¿A qué sabía? ¿Con qué hacían los enanos su cerveza que tan supuestamente diferente era de las demás? Tenía que probar un sorbito para desentrañar aquél misterio.

—No soy una bruja—dijo entonces con el interés de quien puntualiza algo de suma importancia—, soy una genasí de aire.

Su concepto de "bruja" era el mismo que tenía de Beellanna, aquella arpía avinagrada de aquella tienda de magia en Nesmé... o en su defecto, el de una vieja arrugada, fea, huraña y con un grano peludo en la nariz que vivía en medio de un pantano convirtiendo en sapo a los incautos que se acercaban demasiado. Kayle no era ninguna de las dos cosas.

Hizo un mohín al ver en el rostro de Glimgmar que el término que había utilizado para definirse no le aclaraba gran cosa.

—Tabin es semielfa porque parte de sus ancestros eran humanos y la otra parte eran elfos—explicó—. Parte de los míos también eran humanos pero la otra parte eran... elementales de aire.

No se le ocurría un término más coloquial para definir "djinn".

—Pero el día en que yo desee negar lo que soy, estimado enano... —añadió levantando el dedo índice con gesto solemne—.  ¡Será el mismo en que tú desees afeitarte la barba y no volver a dejarla crecer!

Había utilizado ese símil precisamente para que quedase claro hasta qué punto se sentía orgullosa de su herencia. De hecho esta vez no había ni pizca de hilaridad en su voz, lo decía en serio.

—¡Ey!—protestó Céfiro con una vocecita que recordaba a la brisa de verano, asomándose ligeramente sobre el hombro de Kayle—. ¿Cómo que "eso" que te sigue?

Kayle rió entre dientes y lo cogió en el cuenco de las manos para enseñárselo al enano.

—Sólo es un elemental de aire—dijo—. Uno pequeñito.

Céfiro cruzó dos bracitos brumosos y la miró desafiante, o al menos todo lo desafiante que puede resultar un mini-tornado indignado de doce centímetros de altura. La maga le sacó la lengua para chincharlo.

—La gente considera normales las criaturas que ve muy a menudo, ¿no?—agregó dirigiéndose de nuevo al enano—. Las que consideran extrañas en realidad no es que lo sean, lo único que pasa es que no las ven tan a menudo. Son poco comunes, eso las hace especiales.

El pequeño elemental pareció ver enmendado su orgullo y voló de las manos de nuevo a acurrucarse en el hombro de la genasí como un pajarillo que volviese a su confortable nido.

—Es maravilloso, ¡es como ser una pequeña parte de los elementos que forman todo el mundo que nos rodea!—añadió Kayle con una sonrisa radiante, aunque no quedaba claro si se refería a si misma o a su Familiar. Entonces pareció caer en la cuenta de que se estaba entusiasmando demasiado y carraspeó volviendo la sonrisa radiante en una de disculpa—. Bueno, eh... creo que me estoy yendo por las ramas.

Sostuvo un vaso de madera entre las manos que Glimgmar hasta ahora no se había fijado que tenía. De todos modos esa parecía ser la respuesta a una de sus preguntas: se había acercado a él para pedirle que le dejara probar un poco de cerveza enana.

—En cuanto a mi historia...

Toda la elocuencia, toda la energía y toda la efervescencia de la maga parecieron de pronto congelarse. Congelarse y retraerse. La expresión de sus ojos cambió por un instante a una más plomiza y apagada, Céfiró la miró en silencio sin decir esta vez nada.

— ...no es... —dudó—. No es... que sea tan importante.

Kayle siguió con la mirada la trayectoria de Ulfe. El bárbaro no había dicho nada, pero había sido demasiado fácil. Eso la llevaba a sospechar que probablemente habría pensado algo, algo malo, ¡seguro! Además, la había mirado raro otra vez.

Para ella un guerrero nunca se olvidaría de blandir su arma por cansado que estuviese, pero con la magia si ocurría eso. La genasí frunció suavemente el ceño, no tanto como para parecer enfadada porque en verdad no lo estaba (el que a otros no les gustasen sus hechizos no había quitado nunca que ella hubiese continuado usándolos) pero sí como si se hubiese propuesto algo: Ya encontraría la oportunidad de demostrarle a aquél cabezota que el Arte no era tan mala, claro que sí. Ella también era cabezota.

La voz de Payne la sacó de sus pensamientos y la hizo girar la cabeza hacia la ella. Pensó entonces que Tabin tenía razones de sobra para no hacer ni caso de la petición, el pobre Ánder ya había recibido suficiente ensañamiento verbal, sospechaba que a Nanthleene no le gustaba "servirle" a nadie y a Glimgmar lo que no le gustaba era Payne. Bueno, qué porras, a ella tampoco le gustaba, pero decidió claudicar en aquella ocasión.

Rebuscó con una mano en la mochila y sacó una ración de viaje (una galleta grande con algunos frutos secos) luego se acercó a la Loviatarita y se la tendió.

- Brr...crreo que necesitarré beber algo más que agua esta noche.

 Bufó el enano con afabilidad mientras sonreía a su modo, oculto tras la barba y con una expresión que más bien parecía una burla.

 La comida le recordó algo, miró a Payne pero no le respondió, sin embargo sus palabras le insuflaron a sus movimientos ánimo, viveza, antes perdidas por la pipa y la relajación de una buena charla, aunque se tratase de algo tan trivial como repartirse unas guardias.

 - Perro me asegurrarré de que Ulfe puede trraer suficiente parra todos.

 Una excusa para ponerse en marcha e ir tras él. No erra muy de su gusto acercarse al rio, pero...estarría lo suficientemente alejado.

- Bbbbrrrrr....Brrujos.

 Este lugarr está lleno de brrujos. ¿Sois Tabin y vos, jovencito, los únicos norrmales aquí?

 Espetó algo enfadado, un enfado liviano parra un enano si Ulfe había tratado con alguno antes. Glimgmar iba cargado, incluso al acercarse al río lo hacía como a un enemigo, con el escudo cerca y el hacha a un palmo de la mano. Quizás ese erra el motivo por el que los enanos no nadaban bien, porque no se separrarrían de sus armas.

 Se mantuvo cauteloso y no degustó una vista más cercana de las aguas del rio.

 - Ahorra que lo pienso, Erres un muchacho muy capaz... - Se mesó la barba y miró hacia los cielos torciendo el ceño en un semblante imposible. - ¿Segurro que no erres un enano?

 ¡ja,ja,jaJAH! - Carcajeó bromeando, aunque no le extrañarría que alguna de esas brrujas le hubiese convertido en hombre.

 - Querría agrradecerte que vengas con nosotrros.

 A algunos apenas les ha crecido la barrba. - Lo que significaba que no eran suficientemente maduros como para defenderse solos, eran débiles aún, estaban tiernos...

 la elfa estaba especialmente tierna perro si que erra madura...Gligmar empezó a pensar en otras cosas, no quería avasallar a Ulfe, sólo le hacía compañia.

Ulfe esbozó una sonrisa de soslayo.

—Con barba o sin ella, cualquier niño en Nido de Grifos podría apañarse mejor en la espesura que esos hechicerillos —sentenció el bárbaro—. Pero dime, si no te fías de los magos, ¿cómo es que trabajas con una?

Payne prácticamente le arrebató la comida de las manos a Kayle y se puso a devorarla como si no hubiera comido en todo el día. Quizá no lo hubiera hecho, después de todo.

Tabin hizo oídos sordos a la petición de Payne; sabía que alguien de los presentes le daría de comer, pero no iba a ser ella. No obstante, le recordó que tenía hambre. Tabin buscó un sitio cómodo al lado del fuego y sacó sus raciones. Se metió en la boca un trozo de cecina seca y empezó a masticar. Estaba salada y casi no tenía sabor, pero por eso en ningún restaurante servirían raciones de viaje como plato estrella.

- Ten cerrca a tus amigos perro aún más cerrca a tus enemigos.

 Si no vigilamos nosotrros a esos brrujos, nadie lo harrá.

 Sentenció sin ánimo de parrecer sabio cuando en verdad no lo erra, la experriencia le había mostrado formas de actuar, de ver y comprender el mundo. No trrataba de comprender la magia, ese camino lo había vedado hacía tiempo, perro si tenía unas cuantas opiniones de sus usuarrios...Kayle respondía a los axiomas que se había formando en su durra cabeza, erra una chica muy activa, incontrolada, airada, jovial, si y de aparriencia inofensiva, pero demostraba cierta irresponsabilidad, erra irrespetuosa en ocasiones...en fin, erra una brruja en toda rregla.

 - Es cierrto que es una brruja. - remarcó - Perro también quierre que el mal que aflije a nuestrro hogar termine, o eso dice...brf....

 Sonrió y alzó el dedo para dejar constancia de sus palabras de forma más notable:

 - No puedo hacerrlo todo solo. - se encogió de hombrros - perro sólo vosotrros parreciais dispuestos a ayudar. Jua..jaja...

 Por eso se había unido al grupo, a pesar del rio que ahorra observaba desde la lejanía.

 - Nada mejor que trrabajar con brrujos parra adelantar los planes y acciones de nuestrros enemigos, su brrujerría podrría ser mucho peor.

 A grrandes males, grrandes remedios.

 El enano se escudaba en que era lo mejor para el lugar que consideraba "hogar" en ese tiempo, perro había más detrás de todo aquello, más que generrosidad enana, había honor, espírritu de batalla, si...pero también sentimientos que no reconocía grabados en su corrazón de roca.

 - ¿Y qué hay de ti muchacho?

 No dio nada por sentado, aunque era algo evidente que parte de esa respuesta era "Tabin".

 - Querrida, por mucho que os esforceis en explicarrme mil y una forrmas de nombrrar aquello parra lo que ya tengo un nombrre, vuestrra emprresa es en vano.

 Cabezonerría enana, erra más famosa que cabezonerría genasí, erra una victorria anunciada por mucho que luchase o utilizase juegos de palabras.

 Erran merros artificios, la verdad se definía por "brrujerría" aunque erra evidente que tenían una comprrensión distinta, la del enano era mucho más estricta, la de la genasí era laxa, tanto que si no apurraba el final de aquella conversación acabarría diciendo que su barba erra mágica o que tenía un rostrro tan intimidante por motivo de alguna brrujerría o mezcla entre enanos y brrujos, o cualquier historria fantástica, incrreíble que no extrraña.

 Frunció el ceño sin demostrar verdaderro enfado, sabía la diferrencia entre extrraño, brrujerría y poco común y como unas cosas no excluían las otrras...no erra plato de su gusto que trratasen de enseñarle lo que ya sabía, como si se trratase de amaestrrar al enano, erran gente muy civilizada, más que muchos humanos y geiseresis o genesis o genaris o como diantrres se dijera, bien dotadas en la capacidad del intelecto, la lógica y la filosofía.

 - Brrrffgg..... - Declarró, erra complicado interpretar aquel bufido, quizás ni perteneciese a la conversación, los enanos además de filosofía a veces tenían gases, sobrretodo si se le había atrragantado el humo de la pipa o la cerveza ante la proximidad de la brruja.

 - ¡Por el guardabarba de Morradin! - Espetó de súbito abriendo mucho los ojos - ¿¡Qué esa Tabin es una semielfa!? - ¡Perro en que clase de contienda me he embarcado! - ¿¡Perro cómo....

 No le había visto aquellas peculiares orejas, y su naturraleza élfica había pasado desapercivida....miró a Kayle con cierta tranquilidad, pero también recelo. - Que me cuelguen del pico más alto de esta región.

 Segurro que no herredó demasiado de esos elfos... - le dijo mucho menos alterado, buscandole una explicación lógica a su descuido - típico de algunos de ellos abandonar a los que deberrían ser los suyos porr ahí.

 Pobrre chica...Pobrre chica... - Lamentaba que una muchacha tan simpática hubiese tenido que sufrir tener relación con los elfos...

 Erra terriblemente contradictoria la opinión que le merrecían como raza y lo que pensaba sobre su invitada en aquella compañía. Perro erra perfectamente justificable.

 Por otro lado, a Glimgmar le disgustaban las personas que creían saberlo todo o gran parte de los enanos, ¿Cómo podía siquierra imaginar Kayle lo que significaba su barba? Glimgmar estaba segurro que no erra una deducción debida a la observación, más bien algo debido a escuchar historrias, la mayorría inciertas, de su raza.

 Negó bastante crítico ante sus comentarios, aunque pudiese llegar a aceptarlos como verdaderos por...casualidad.

 - Las historrias siemprre son importantes jovencita - gruñó, perro por mantener aquella sensación transmitida al principio, en realidad le había parrecido muy curiosa su expontaneidad y sinceridad, no tenía porqué mostrarse de otra forma, asique técnicamente Kayle estaba viendo a un Glimgmar bastante preocupado y enfrrascado en su nueva emprresa.

 - Es lo que se recordarrá de nosotros. La llama que seguirrá encendida cuando nuestrros cuerpos vuelvan a fundirse con la roca que nos dio vida...o con el viento, o lo que se tercie - hizo un movimiento extraño con la mano, como si esa parte no fuera importante, gruñía, pero no querría ofenderrla al decirle de donde demonios había venido ella como geiseresí o geisí.

 - Y entonces nuestrros nombres volverrán a sonar como nunca lo hicierron en los salones de roca, alentando a otrros que vendrrán después de nuestrras muertes y así lo que hemos aprrendido, no se perderrá.

 Un campamento como este no es peor lugar parra narrar historrias, aunque sean las prropias, aunque no conozco otrras.

 Cuando alguien cuenta las hazañas, propias o de otrros compañerros las hace suyas de algún modo.

 Quien sabe, quizás cuando os reunais con aquellos que considerreis vuestrro pueblo o vuestrras familias, podais legar vuestrra historria y la de aquellos que os acompañarron.

 ¿Quierres que mientrras decenas de enanos con apenas pelos en su corta barba prregunten más sobrre una crriaturra "tan poco común" deba admitir que soy un ignorrante en relación con ello? Me gustarría contar alguna otrra cosa...

 ¡Se aburrirían si no les digo nada! O te verrían como lo que erres, una misterriosa brruja.

 Supongo que cada uno de nosotrros puede elegir lo que es - le concedió, y aquello significaba mucho más de lo que podía pensarse, al fin y al cabo, iba dirijido de un enano a una bruja - Quizás porr eso soy grruñón contigo...Brrrfff.

A Kayle debió de hacerle gracia el "como sea, no me entero" de Glimgmar porque rió entre dientes aunque no se le iluminó la expresión. Le gustaba hablar de magia o de cualquier cosa relacionada así que como aquello indicaba que (aunque no hubiese pillado nada) al menos no la había ignorado, le valía.

Sin embargo la reacción sobre Tabin pareció extrañarle porque arqueó las cejas y luego entornó un ojo.

—Sí, es semielfa—giró la cabeza hacia la sunita como si se estuviera asegurando de no haber dicho nada malo que fuera a provocar su ira o algo así, aunque añadió sin malicia—. Antes dijo que su madre es sacerdotisa en el templo de Sune de Nesmé, no creo que nadie haya abandonado a nadie.

Una vez más volvió a mirar al enano mientras éste hablaba de historias aunque se quedó en silencio. Por un momento sintió que no se sentía cómoda con el camino por el que iba enfilando aquella conversación, que tal vez debería irse... pero luego pensó que Glimgmar no lo hacía a mala fe. Además, seguían sin dejarle probar de aquél barril.

La genasí desvió la vista al vaso que sostenía en las manos como si conversara por un momento con él, luego sólo resopló una cosa referente a la última frase del enano.

—¿Podemos?

Aunque era un murmullo frustrado, un pensamiento en voz alta.

Céfiro seguía asomado sobre el hombro de la maga.

—Maese enano, eso no es algo que...

Kayle giró la cabeza y miró fijamente a su Familiar.

—Céfiro, no.

—Pero Kayle... —se excusó el pequeño elemental con una nota quejumbrosa en su vocecita.

La genasí se limitó a mantener el escrutinio y finalmente pareció hacerlo claudicar puesto que emitió un sonido que debía ser un suspiro, si es que el viento podía suspirar.