Partida Rol por web

No se puede usar acero contra la magia, o al menos sino eres templario. Esa cosa, fuera lo que fuera lo ignoraba como un simple insecto. Prefería no pensar en si habría más, o el daño que podían causar si llegaban a la aldea. Tenía que salir de aquella trampa como fuera.

Dos a uno, en poco espacio, con una brazo fuera de combate y luz escasa. Suponiendo que la herida del brazo no empeorase, debía de tratarse de algún tipo de veneno o Hacedor sabía que clase de brujería endemoniada estaba medrando en el asunto.

Alexei se había esfumado, con casi toda seguridad por el agujero, pero ahora mismo no estaba en condiciones de trepar ni de usar una cuerda para intentar sacarlo. Tocaba correr como si lo persiguiera el mismo diablo. Todo parecía una pesadilla.

—Eres demasiado crédula, pequeña—dijo Belgar—. La única razón que tienes para creer que es quien afirma ser es que te lo ha dicho él. Ni te planteas la posibilidad de que simplemente sea mentira.

—Es buena fé—refunfuñó Lynn—. No credulidad.

El enano se encogió de hombros y ella se acercó a la maga tendiéndole el farolillo para devolvérselo.

—Por ese camino vine yo—aventuró Janus carraspeando incómodamente—. Lleva al fondo de la cueva donde e-está ese tipo y... además también está el camino de vuelta al exterior. Puedo deciros cuál es cuál si queréis.

Echaste a correr como alma que se llevaba el Archidemonio y pudiste escuchar como aquellas cosas gruñían y trataban de perseguirte. La parte mala era que ellos no se cansaban. La parte buena, que tú corrías más. Así que sólo tenías que hacerlo durante el suficiente tiempo como para dejarlos atrás.

Corrías en medio de la oscuridad apenas alumbrada por el musgo bioluminiscente de las paredes así que más de una vez tropezaste contra alguna piedra y trastabillaste pero no llegaste a caer. Al cabo de varios minutos, cuando ya no podías más, te detuviste resollando ruidosamente de modo que hiciste un esfuerzo por callar tus propios jadeos, parapetándote contra una estalagmita.

No escuchaste que te siguiesen.

O se habían perdido de vista o los habías dejado aberrantemente atrás. Fuera lo que fuere, decidiste que iba a ser mejor simplemente seguir avanzando de modo que fué lo que hiciste durante casi quince minutos más.

El brazo dañado colgaba insensible, no tenías ni idea de qué demonios te habían hecho y el no poder pararte a mirarlo resultaba frustrante pero simplemente tenías otros asuntos más acuciantes en aquel momento. Te pareció entonces escuchar el sonido de pasos más adelante y viste que se comenzaba a dibujar el halo de lo que parecía la luminosidad tenue de un fuego a unos cien metros más adelante, doblando una esquina que trazaba el túnel a la derecha.

Ascendísteis por lo que parecía una cuesta solamente iluminada por el farolillo y vuestra antorcha. Tras casi cinco minutos, terminasteis en un cruce: había un camino al frente, uno a la derecha, uno a la izquierda y el camino por el que habíais venido.

Te pareció escuchar un sonido de pasos amortiguado que enseguida se detuvo, algo lejano, que viene del camino de enfrente.
 

Gabby empezaba a estar harta de que confundieran su bondad con debilidad, y su compasión con imprudencia. Apretó las mandíbulas y señaló a Belgar con un dedo.

—(Enano) No siempre me creo todo lo que dicen, Belgar. Tú me dijiste que eras un campeón de la Arena de Orzammar y no me creo ni una sola palabra —le espetó con aspereza.

Fue vagamente consciente de que había pronunciado aquellas palabras en el idioma de los enanos para no avergonzarlo delante de los demás. Pero no esperó ninguna respuesta, sino que se adelantó a los demás a grandes zancadas, sujetando la linterna frente a si. No habló en todo el trayecto, enfurruñada como esta, y cuando llegaron a la bifurcación se dirigió a Janus con voz seca:

—¿Por dónde seguimos?

Me detengo en seco y hago un gesto a todos para que guarden silencio. Acto seguido señalo al frente y hago un gesto de pies andando con los dedos. Me toco el oído y vuelvo a señalar. 

Esperando que todos hayan entendido mi seña, desenvaino mi alfanjón y avanzo hacia adelante.

Gabby frunció los labios. No le vendría mal descargar un poco de adrenalina contra algún no muerto. Blandió el bastón y siguió a Alexei, iluminando su camino con la linterna.

Belgar había cerrado la boca de forma automática en cuanto Gabrielle le había dicho aquello. Los enanos eran duros, impasibles y con pocas cosas que fueran capaces de afectarles, pero la maga parecía haber tocado algo doloroso porque sus pobladas cejas negras se fruncieron como nubarrones taciturnos. No le gritó ni le respondió mal... de hecho, no volvió a abrir la boca durante todo el camino.

Cuando Alexei hizo el gesto y desenvainó, se quedó junto a Janus, quien a su vez no supo muy bien qué hacer así que se quedó en el sitio. Lynn debió entenderos también porque pareció decidirse a cubriros: encajó una flecha en el arco.

Kando os siguió, adelantándose incluso como si fuese una máquina de olfatear suelos. En determinado momento emitió un ladrido sordo como si hubiese encontrado algún tipo de olor y correteó hacia adelante, adentrándose en la penumbra del borde de la luz de vuestro farolillo.

Visteis que iba directo a una estalagmita particularmente gruesa detrás de la cual se escondía un bulto.

Belgar recordará en eso.

Alguien debió oírte porque empezaste a escuchar pasos acercándose, pretendían ser sigilosos pero percibías el tintineo de una armadura. También escuchabas algo que parecía una especie de resoplido continuo contra el suelo.

Conforme el círculo de luz crecía, divisaste un bulto cuadrúpedo que olfateaba el terreno y parecía estar encontrando tu olor porque se dirigía hacia ti haciendo eses conforme lo perdía y lo volvía a encontrar.

Mejor tarde que nunca, la única criatura que podría encontrarlo con tanta facilidad merced a su olfato debía ser el mabari, era el único lo bastante familiarizado con él para seguirlo sobretodo sino tenían algún pertrecho para usarlo como pista. Era hora de salir de la cobertura.

- Este perro tiene un don, acaba de ganarse otra suculenta pata de carne cuando logremos salir de esta locura. -

El mabari movía la cola efusivamente pero la tenía tan corta que más bien movía el lomo.

Brincó ladrando en torno a Sion como si hubiese encontrado el cofre del tesoro aunque enseguida le olfateó uno de los brazos y emitió un gañido retirándose de nuevo hacia atrás para ir en busca de Gabrielle y Alexei quienes en ese momento doblaban la esquina que él acababa de doblar hace poco. Ladró alegremente delante de la maga y se la quedó mirando con la lengua colgando por un lado.

Marcaros los 3 ahora en los mensajes.

Gabby torció el gesto y bajó su bastón de mago.

—Yo también me alegro de verte, Sion —soltó con un suspiro.

Gabrielle concluyó que se llevaría a las mil maravillas con él si tratara a las personas con la cuarta parte de la consideración con la que trataba a Kando. Pensando en esto se le pasó desapercibido el gesto del animal, y simplemente le rascó de forma distraída.

—Buen chico —le dijo simplemente, antes de alzar el farolillo hacia un brazo de la bifurcación—. Si nosotros venimos de aquí y Sion de allí, nuestro objetivo nos aguarda en ese último ramal. Acabemos con esto.

—¿Todo... bien ahí?—sonó la voz inquieta de Lynn desde más allá de la esquina que acababan de doblar Gabrielle y Aelexei—. ¿He oído "Sion"? ¿Habéis encontrado a Sion?

-Eso opina Kando, Lynn.-Digo sonriendo.-¿Qué fué del tipejo que se parecía a ese?-Añado señalando a Janus con el dedo.-El que me empujó al agua y se quedó a hacerte compañía.

He mencionado como 3 o 4 veces que hay una ESQUINA que Gabrielle y Alexei acaban de girar para llegar a ti pero bueno... de las palabras de éste último doy por hecho que la giráis para ir por donde ellos han venido (más que nada porque Sion no tiene rayos X en los ojos y no puede ver lo que Alexei le ha "mostrado")

Nada más girar la esquina, ves a Belgar que por lo visto venía caminando detrás de Alexei y Gabrielle. Detrás de él, a unos cinco metros, ves una encrucijada de 4 caminos: uno por el que vienes tú, otro a la izquierda, otro a la derecha y otro en frente donde está Lynn parada con el arco cargado y Janus también parado, detrás de ella.

Así te encontraron:

Pero supongamos que giras esa esquina pa poder ver.

-Después de que te empujará por el agujero me hirió en el hombro con algo punzante y por todos los diablos del infierno juró que parecía beberse mi sangre. Ignoro como lo ha hecho pero mi brazo ya no responde.

Luego con algún tipo de magia se transformó en una bandada de murciélagos y se fue, hay otras dos criaturas como las que matamos algo más adelante pero creo que me perdieron el rastro.

Ya sabía que estabais aquí, ha preparado algo para nosotros o se está preparando. -

Gabby miró fijamente a Sion, y durante unos instantes no dijo nada.

—Es un Demonio de la Gula —respondió Gabrielle—. Un vampiro que se alimenta de los seres vivos. Y ahora ¿vas a pedirme que le eche un vistazo a ese brazo o prefieres arriesgarte a que empeore fingiendo estoicamente que no necesitas mi ayuda?