Partida Rol por web

—Una magia negra que no le va a servir de nada —respondió Gabby, enviando un arco de agua bendita en dirección a los esqueletos más próximos—. Hemos venido a poner fin a tu existencia y a tu reinado, Demonio. La luz prevalecerá, y tu nombre se perderá por siempre en las arenas del tiempo. Nunca habrás existido, y tu legado será olvidado.

-Lo que ha dicho ella.-Añado con mi alfanjón dispuesto. Lo cierto es que nunca las he visto más gordas. No he visto un no-muerto hasta hace un rato y menos aún luchado con un demonio, sin embargo estas cosas pasan y la gente sobrevive a ellas. No tengo intención de ser menos.

Como era de esperar, el agua bendita provocó que los cuerpos humeasen ligeramente y, de forma automática, parasen de "corear" aquella tenebrosa voz. También era verdad que no había suficiente agua para todos pero no teníais muy claro que con aquel aspecto momificado en verdad pudieran levantarse.

Aunque más valía prevenir y curar.

—¿No os cansáis nunca de escupir siempre las mismas tonterías?" espetó la entidad que, pese a que no parecía dañada por vuestros actos, sí parecía irritada por ellos—. La luz, la luz, la luz de vuesto estúpido Hacedor. ¡Estáis tan cegados por ella que ni si quiera podéis ver su ausencia!

Lo que ya habíais visto una vez, volvió a ocurrir: el agua comenzó a teñirse de rojo. Pero resultaba un fenómeno extraño... pues el acuífero que fluía de la roca continuaba limpio. Era el propio estanque el que había cambiado de color. Como si la sangre borbotease de sus profundidades.

—¿Dónde estaba tu Hacedor cuando toda esta gente inocente lo neceistaba, niña?".

Gabby se inundó en un aureola dorada, brillante como la luz del sol.

—Si luz es lo que buscas, no tienes que buscar muy lejos —replicó Gabby con audacia—. No puedo hacer nada por las personas inocentes que ya has asesinado por saciar tu hambre malsana. Pero sí puedo evitar que tu pecado quede impune, y que sigas manteniendo esta aberración. ¡Serás vencido y olvidado!

-Tus engendros han caído bajo mi espada como si fueran mantequilla.-Digo alzando mi alfanjón.-Es la misma suerte que te espera a tí.

Del techo de la caverna comenzásteis a oir un murmullo descendente y chirriante. Cuando mirásteis arriba, visteis una nube de murciélagos descender revoloteando desordenadamente entre chillidos cacofónicos. Una vez se apelotonó en el centro de la mancha sangrienta, parecieron absorberla... y casi fundirse, derretirse en humo negro... dejando ver una criatura francamente horrenda que salió caminando sobre el agua. O flotando. No lo teníais claro.

Era grotescamente alto y grotescamente escuálido. Tan escuálido que hacía perfecto juego con las momias de la sala... cosa que no dejaba de parecer incongruente para un Demonio de la Gula. Estaba envuelto en una tela raída que revoloteaba lentamente en tétricos jirones pese a no haber viento alguno, y de las cadavéricas cuencas de sus ojos dos rojos fuegos fatuos os observaban.

—Me va a encantar ver cómo lo intentáis—siseó haciendo un ruido realmente cristpante al chasquear las cadavéricas mandíbulas. De hecho, mientras hablaba podíais ver que todos sus dientes eran afiladas astillas de hueso, cosa que lo hacía más horroroso todavía—. Acabaréis igual que los demás. ¡Devoraré hasta la última gota de vida de vosotros y os convertiré en carcasas vacías!

Astucia pareció alertar algo. O más bien, que la historia se repetía.

«Gabrielle... es una posesión» dijo «Como aquel niño de la granja»

Gabby agarró a Alexei para que se contuviera un momento. Entrecerró los ojos y se adelantó unos pasos.

—Tú... has adoptado tu auténtica forma, pero estás poseyendo a alguien —no era ninguna pregunta. Gabby hizo una pausa —. Janus está limpio. Y a Nicolae le hice cenizas. ¿A quién has usado para entrar? Te juro por Andraste que como hayas tocado a Dabona...

Manteniéndome junto a Gabrielle en todo momento, miro al demonio.

-Asi que es tan cobarde que tiene que luchar con el cuerpo de otro. ¿No?-Pregunto.-¿O es tan inútil que no puede existir sin uno de los Malditos mortales entrometidos,?

—Por favor, continúa soltando sandeces—le dijo el demonio a Alexei con un pretendido tono de educación burlona y desdeñosa (de hecho hasta le hizo una reverencia con la mano como quien le da la palabra a alguien)—. No hay nada más entretenido que escuchar a un ignorante que se llena la boca sin tener la menor idea de lo que está hablando.

Luego miró a Gabrielle y soltó una desagradable carcajada.

—Invoca ese nombre todo lo que quieras, niña, no me asusta—respondió—. Además, ¿por qué iba a decírtelo? Vas a morir, así que eso no te importa.

El tiempo de las palabras había pasado. Gabby soltó a Alexei. Era la hora de que los hechos hablaran por si mismos.

—¡Al ataque! —dijo, haciendo lo propio y lanzando un proyectil con el extremo del bastón.

Janus desapareció por completo del mapa en cuanto Gabrielle gritó aquello, corriendo detrás de la estalagmita más cercana (cuyos alrededores hubiéseis regado de agua bendita) Aunque a partir de ahí, no fué un comabte fácil.

Aquel demonio resultó tener la desagradable capacidad de absorber la energía vital, y así lo pudo comprobar Alexei en cuanto se acercó demasiado para atacarlo. Parecía como si aquella cosa exudase una especie de miasma que drenase todo aquello que vivía a su alrededor al igual que un condenado vampiro. Fue cuando los hechizos de curación acudieron al rescate.

Belgar y Kando parecían estar teniendo los mismos problemas pero al enano aquello le sirvió para entrar en una rotunda y completa furia berserker que os vino de perlas en cuanto los cadáveres a vuestro alrededor parecieron materializarse de la nada ¿por influencia del Velo? Fuera como fuese, parecía una peonza barbuda cercenando cuerpos como quien siega la mies mientras Lynn acribillaba a aquella cosa que en más de una ocasión le disparó, literalmente, las zarpas como si fuesen dardos. Gabrielle por su parte decidió acercarse lo suficiente como para que aquel aura suya empezase a hacer efecto, dañando a la criatura y volatilizando en cenizas a los ghouls.

Tras un tira y afloja que se os hizo interminable, uno de los rayos de luz hizo gritar horrendamente al demonio que estalló con una explosión sorda de energía oscura, derribándoos a todos de espaldas y dejandoos jadeantes y magullados en el suelo. La sala entera quedó en silencio... y pudisteis ver que un cúmulo de lúcilos permanecía allá donde había desaparecido el demonio. Comenzaron a disiparse, dejando al descubierto algo en su interior, una figura arrodillada con las manos plantadas en el suelo y la cabeza gacha.

Sé que es cutre de narices pero, como os prometi, he resumido este combate para que ya no hagamos más con el antiguo sistema. Podéis ya preparar vuestras fichas al estilo D&D mientras contiuamos hacia el final de esta minitrama.

A Gabrielle no le dio tiempo a recuperar el resuello. Jadeando se lanzó hacia la figura agazapada, para ver quién era.

La figura agazapada estaba cobrando nitidez conforme los lúcilos se disipaban. Se cubrió el rostro con los brazos cuando Gabrielle se acercó aunque no quedó muy claro si fue porque la maga le había provocado un sobresalto o por otra cosa.

—L-Luz, al fin... —masculló entre jadeos, como si le faltase el aire—. Bendito Hacedor...

—¡Nicolae! ¿Estás bien? —dijo, arrodillándose junto a él, y lanzando un hondo suspiro de alivio—. Por el Hacedor, pensé que te había destruido al expulsar al Demonio con el que me enfrenté. Nunca me he alegrado tanto de estar equivocada.

Le tendió su odre, para que bebiera.

—¡Por la sangre de Andraste!—Lynn, que aun seguía sentada en el suelo recuperando el resuello cargó rápidamente el arco com si la visión de aquél hombre la asustase de sobremanera. Sin embargo, al ver acercarse a Gabrielle, tragó saliva y se relajó un poco—. ¿Es... este es el de verdad, Gabby?

—¿Cómo es que sabes mi nombre?—el hombre parpadeó en parte porque estaba deslumbrado, en parte por desconcierto—. ¿Quién eres, muchacha? Me suena tu cara. No... no recuerdo más que sombras, cosas confusas...

Tardó unos segundos en darse cuenta de la presencia del odre y estiró una mano torpemente para cogerlo aunque entonces pareció recordar algo repentinamente y miró a ambos lados con alarma.

—¡Esa criatura! ¿Se ha ido?

—Estabas poseído por un demonio de la Gula, Nicolae. Hemos destruido su auténtica forma, así que has quedado libre de su influencia —explicó Gabrielle—. Este lugar ha quedado apartado del flujo del tiempo demasiado tiempo. Puesto fin al demonio podréis recuperar vuestras vidas...

Miró hacia Janus.

—...En compañía de aquellos a quien más amáis.

O eso esperaba. ¿Cómo reaccionaría Janus al ver que su Dabona era una anciana arrugada? La taberna parecía fuera del alcance del embrujo, mucho se temía que la posadera no rejuvenecería.

—¿Puedes andar? Tengo ganas de salir de aquí.

Anonadado por el poder del demonio y la batalla que acabamos de superar, sonrío al verla acabada.

-Gran batalla, compañeros.-Digo sonriendo.-Quien fuera capaz de acabar con los demonios de esa manera... Mi arma ha sido más bien inútil en ese sentido.-Añado con tristeza.-En fin. ¿Nos vamos? 

—¡De inútil, nada, patas largas!—Belgar le dió tal palmada en la espalda a Alexei que a punto estuvo de tirarlo de narices—. En cuanto la muchachita se ha puesto a lanzar curas, hemos liado una buena tú y yo.

Kando ladró.

—Vale, y el chucho.