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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

2. Hija del Círculo

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28/10/2011, 16:21
Narrador

Todas las mañanas el sol entraba por las altísimas ventanas con vidriera de la torre, todas las mañanas caminabas por los pasillos iluminados por los cálidos dibujos luminosos de éstas que se reflejaban en el suelo. Hermosas bestias míticas y grabados de runas y flores ornamentadas que tapizaban tu camino como una alfombra de sueños. Pero en esta ocasión ibas a dejar de verlos pronto.

No por nada sino porque tu tutora te había pedido amablemente que acudieras a la biblioteca en busca de un par de tomos sobre El Velo... pero tú sabías que en el lenguaje de Wynne "un par de tomos" podía ser perfectamente una pila de libros tan alta como ella.

Al menos te había dado una nota con los temas exactos o te podrías pasar unas buenas horas buscando, pero no sería raro que tuvieses que terminar pidiendo una mano. La biblioteca del Círculo era inmensa y aún estaban terminando de ordenarlo todo tras el incidente acontecido durante la Ruina. Ya no quedaba ni rastro de la corrupción de las abominaciones pero las estanterías rotas, las estatuas desconchadas o el material perdido debía sustituirse. En tu cabeza aún flotaba la vaga imagen de la biblioteca convertida en un caos de estantes tumbados y libros desparramados de cualquier manera por el suelo en medio de charcos de sangre... pero por suerte, conforme llegabas por el pasillo, el agradable aspecto actual fue sustituyendo poco a poco a aquél amargo recuerdo.

Ahora todo estaba en orden, sólo quedaba media docena de categorías por ordenar que se reflejaba en media pared vacía en lo más hondo del ala izquierda, jalonada por varias pilas de tomos. Y todos los días un par de aprendices asignados se dedicaban a esta tarea devolviendo los libros rescatados por categorías a sus estantes.

En aquel momento había varios magos pululando por la sala que tú pudieras ver, más alguno que tal vez estuviese al fondo tapado por las estanterías. Un templario encargado de la entrada de la biblioteca observaba ociosamente el ir y venir de los magos en el interior.

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28/10/2011, 16:55
Gabrielle

Gabby obedeció mansamente a Wynne, sin preguntarse por qué le encomendaba una tarea así. Así había obedecido a la Hermana Bethel y a sus padres en el Bannorn antes que eso. Le habían educado en que una chica buena siempre hacía lo que le decían.

Hola —saludó al templario que vigilaba la biblioteca, con una sonrisa de oreja a oreja.

El Señor Keefles alzó la cabeza para mirar recelosamente a Gabby. La jovencita siempre saludaba a toda persona con la que se cruzaba, y parecía tener siempre una sonrisa para todo el mundo. Eso ponía celoso al Señor Keefles, que quería todos los mimos para él.

Ajena a ello, Gabby dejó el pergamino encima de la mesa, repasó los títulos y se dispuso a buscarlos por las desvencijadas estanterías. Lo bueno que tenía ser una rata de biblioteca es que tenía más o menos localizados los libros, y el Velo era uno de los temas que había estudiado con profusión y asiduidad anteriormente.

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28/10/2011, 17:26
Narrador

El templario debía ser una de las últimas incorporaciones a la plantilla puesto que se trataba de un hombre bastante joven que no conocías, y conocías a casi todos los templarios del Círculo. Te devolvió el saludo amablemente y se apartó un poco de la puerta para que pudieras pasar, luego volvió a apoyarse en el marco.

Extendiste el pergamino de tu mentora en la mesa y leiste tres títulos: "Espíritus del Velo", "El Velo: Puertas Espirituales" y "El Velo Puro".

El problema del que enseguida te diste cuenta era que la nueva colocación de las estanterías no era a la que tú estabas acostumbrada. De hecho, la parte que ahora se encontraba vacía era la parte en la que anteriormente estaba aquella temática.

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28/10/2011, 17:51
Lynn

¡Gaaaabby!

Un par de brazos te asaltaron por sorpresa abrazándote desde atrás y pudiste sentir un cariñoso beso en la mejilla que en realidad fue dado casi en la oreja y te dejó medio sorda. Seguido de un ligero y agradable aroma a canela, característico de una sola persona que tú conocieses.

Era Lynn, que te estrechó un poco más aunque no de forma brusca, tu amiga distaba mucho de ser escandalosa. Acto seguido, se escurrió a tu lado para cotillear el pergamino. La larga melena recogida en una gruesa trenza castaña se descolgó sobre uno de sus hombros.

¿Qué estás haciendo tan temprano por aquí?—preguntó casi como si hablara más con la vitela que contigo.

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28/10/2011, 17:58
Gabrielle

Gabrielle se había rascado una mejilla y había puesto una mueca pensativa al no hallar los libros donde pensaba que podía encontrarlos. En esto estaba pensando cuando su amiga se acercó a ella a hurtadillas. Lanzó un chillido sorprendido, una carcajada y después se llevó una mano a los labios y echó una mirada compungida al templario de la entrada. No estaba bien montar ese escándalo en la biblioteca. Cuando se hubo recuperado de la sorpresa, le dio un abrazo y un beso a su amiga antes de responder.

Wynne me ha pedido que consiga todos estos libros sobre el Velo, pero los han debido cambiar de sitio porque antes estaban aquí —le contestó, mordiéndose el labio con inseguridad—. Espero que no los haya pedido prestados algún Encantador para alguna tesis o algo así. A ver si encuentro al archivista para preguntárselo. ¿Y tú, qué haces aquí?

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28/10/2011, 18:07
Señor Keefles

El Señor Keefles le tocó el tobillo a Lynn con una pata.

¡Eeeeh —dijo el amohinado gatito—, que estoy aquí! ¡Hazme caso!

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28/10/2011, 18:24
Narrador

Se oyó un chistar desde el fondo de la sala y observaste que un mago sentado en una de las mesas asomaba la cabeza desde detrás de un grueso volumen en el que tenía metidas las narices. Era calvo y desde aquella perspectiva parecía un huevo con diminutas gafas redondas, las cuales ajustó un par de veces sobre su nariz antes de volver a enfrascarse en su lectura refunfuñando algo.

En cuanto al joven templario, por lo visto era definitivamente nuevo porque el grito lo había sobresaltado y os estaba mirando con los ojos abiertos de par en par y un cómico gesto anonadado. Al darse cuenta de que lo miraban a él, carraspeó y rápidamente adoptó su postura de aguerrido guardián de la ley en la puerta (de hecho hasta se cruzó de brazos)

Lynn se llevó una mano a los labios al igual que tú y ahogó una risita de disculpa.

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28/10/2011, 18:31
Lynn

Es mi día libre. Estaba dando una vuelta—respondió agachándose para coger al gato—. Perdona, pequeñín. No te había visto.

Cogió a tu Familiar y le rascó la pequeña cabeza, luego lo dejó sobre la mesa junto al pergamino que volvió a mirar.

¿Sobre El Velo?—se llevó un dedo a la barbilla y entornó un ojo con gesto pensativo—. Juraría que el otro día me tocó a mi ordenar algo de eso porque uno de los aprendices se había puesto enfermo. De los títulos si que ya no me acuerdo, hay un montón... aunque si te soy franca con respecto al aprendiz, estoy segura de que lo que estaba era echándole cuento para escaquearse de...

Esbozó una sonrisa al darse cuenta de que divagaba y sacudió la cabeza.

Los han cambiado de sitio, ven, de eso sí me acuerdo.

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28/10/2011, 20:25
Narrador

El Señor Keefles brincó ronroneando detrás de vosotras y caminó pegado a tus tobillos. Lynn te condujo hasta el ala noreste que era prácticamente el lado opuesto al que anteriormente había albergado los libros. Os cruzásteis con una Encantadora Superior que salía de uno de los pasillos sobre Magia Primordial con un par de gruesos tomos bajo el brazo y que os dedicó un amable asentimiento con la cabeza a modo de saludo.

Los magos de aquella torre era más que nunca como una familia pues había habido muchas bajas durante la Ruina y ahora necesitaban recuperarse, veías cada vez más aprendices nuevos lo cual era una buena señal. El Círculo volvería a levantarse tras el duro golpe.

Un sonoro estrépito de libros cayendo acompañado de un grito ahogado un par de estanterías más adelante te sacó de tus cavilaciones. Lynn dio un bote emitiendo un sobresaltado jadeo y de nuevo volvió a escucharse chistar al mago de antes desde la otra punta de la biblioteca.

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29/10/2011, 10:36
Gabrielle

El Señor Keefles miró a Lynn como si fuera idiota por no haberle visto, pero luego admitió las caricias de buena gana.

No sé qué haríamos sin vosotros —le dijo a Lynn, sin un ápice de ironía. A Gabby no le interesaba el politiqueo de las Fraternidades, pero si se uniera a una, sería a los Leales.

Siguió a su amiga para buscar los libros, sin poder evitar que le vinieran fogonazos de la terrible batalla que se libró allí hace no tanto. Magos de Sangre, Demonios y Abominaciones... como en los cuentos de los trovadores. Sin embargo, a ella no le había resultado excitante, sino pavoroso. Si no hubiera sido por la Guarda Gris, habrían anulado el Círculo y la habrían asesinado por el bien común. A Gabrielle se le erizó el vello.

El estrépito de los libros le sobresaltó. Miró a Lynn y echó a correr en la dirección del ruido, movida por el deseo de ayudar y por la simple curiosidad.

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29/10/2011, 13:19
Narrador

Lynn miró en dirección al mago con los brazos en jarras y proyectando el labio inferior, casi parecía estar diciendo "¡Esta vez no hemos sido nosotras!".

Pero enseguida se dió la vuelta y te siguió agarrándose con una mano la túnica a la altura de la cintura para no pisar el repulgo y procurando no hacer ruido al correr. Doblásteis la última esquina del pasillo de estanterías y visteis que, en mitad de este, casi dos enteras se habían quedado vacías. Los libros se habían caído y estaban desparramados en una caótica montaña por el suelo junto a una escalera de madera que yacía tirada a un par de pasos.

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29/10/2011, 13:28
Lynn

Por Andraste, ¿qué ha pasado aquí?

Lynn se asomó por detrás de tu hombro.

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29/10/2011, 13:29
Narrador

Una mano delgaducha surgió de la montaña de libros haciendo saltar un par afuera, como si se tratase del contenido de una caja de sorpresas. Segundos después, la acompañó una cabeza jadeando sofocadamente.

Socorro—resolló el aprendiz con los ojos como platos—. ¡Que alguien me saque de aquí!

Y era un aprendiz a juzgar por el color azul del cuello de su túnica, que era lo único que se veía entre tanto lomo y tapa de cubierta. Tenía las orejas picudas pero su rostro no presentaba los rasgos ni la suave curvatura de la mandíbula de un elfo; era más cuadrado, cosa que le daba un aspecto menos grácil. Aspecto más característico del de un humano.

Lynn no sabía si echarse a reír o quedarse mirando patidifusa la cómica escena. De momento hacía lo segundo.

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29/10/2011, 13:38
Gabrielle

¡Elfos! A Gabrielle siempre le había dado pena cómo los trataban. Le alegraba saber que en el Círculo no se les discriminaba por el tamaño de sus orejas. Lamentablemente, fuera de él, se les vilipendiaría por ser magos. Y después de lo acaecido en la Torre, la gente tenía razones más que de sobra para no confiar en ellos.

¡Ay pobre! —dijo, adelantándose para ayudarlo—. ¿Estás bien?

Gabby le ofreció la mano para sacarlo de un tirón. No era la mujer más fuerte del mundo pero esperaba que fuese suficiente.

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29/10/2011, 13:50
Señor Keefles

Junto a Lynn, el Señor Keefles contemplaba la escena con parsimoniaa gatuna. Si hubiera podido, se hubiera llevado una pata a la cara en un gesto de "no me puedo creer lo que estoy viendo". Levantó la cabeza y miró a la clériga con expresión impávida.

Todos igual de torpes, sois todos igual de torpes... —suspiró el gatito.

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29/10/2011, 13:57
Aprendiz Semielfo

—S-sí, gracias—jadeó el aprendiz, rojo como un tomate tanto por lo embarazoso de la situación como por los calores que le habían entrado—. Quería coger un tomo del estante de arriba pero la escalera se soltó y...

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29/10/2011, 13:59
Lynn

... y te intentaste agarrar al estante para no caer pero entonces te diste cuenta de que si hacías eso, lo tirarías. Por lo que al siguiente segundo de agarrarlo, te soltaste y caíste a plomo. Pero al haber agarrado el estante, éste se había tambaleado lo suficiente como para que todos sus libros te cayeran encima.

Tras habérsele encogido de hombros al gato, Lynn dijo aquello mientras se agachaba para ayudarte a sacar libros de en medio y así liberar al muchacho, como si repitiese de memoria uno de los versos del Cantar.

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29/10/2011, 14:01
Aprendiz Semielfo

Eh... —el aludido hizo una pausa confusa y se quedó mirando a la clériga—. Sí.

Lo último hizo que se azorase más y cuando finalmente estuvo libre se puso de pie sacudiéndose la arrugada túnica.

¿Cómo lo has sabido?

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29/10/2011, 14:03
Lynn

Porque es justo lo que te pasó el otro día mientras me ayudabas a ordenar la sección sobre Magia Espiritual, Fritzen Logard—respondió Lynn poniéndose en pie y echándose hacia atrás la larguísima trenza para que le cayera por la espalda—. Esta es la segunda vez.

Rió un poco por lo bajo y te miró mientras el semielfo tragaba saliva deseando que la tierra se abriese y se lo tragara allí mismo por no haberla reconocido.

Divina casualidad, es el aprendiz al que le tocó ordenar parte de las baldas de la sección conmigo. Y por cierto, lo que está por los suelos es parte de la temática sobre El Velo que buscabas.

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29/10/2011, 14:29
Gabrielle

Una vez se hubo asegurado de que Fritzen estaba bien, Gabrielle se acuclilló sobre el montón de libros. Estaban desparramados por el suelo, de cualquier manera. Algunas páginas se habían doblado, pero esperaba que no se hubiese desencuadernado ninguno. Le ponía nerviosa que la gente tratara mal los libros.

Ten más cuidado, hombre. Te puedes hacer daño —dijo con dulzura, evitando soltar el reproche—. En fin, te ayudaré a colocar los libros antes de que venga algún Encantador Superior. Si lees el título antes de colocarlo te lo agradecería. Así puedo apartarlo y resolvemos las dos cosas a la vez.