Partida Rol por web

Te acercas a la vieja y oxidada reja, que medio abierta, franquea el acceso a la revisa puerta de madera revestida de metal. Esta última está casi cerrada. Dentro, no escuchas nada, y sólo ves que ninguna luz ilumina la estancia que debe haber más allá...

Sonrió triunfal -hay una trampa y es chunga chunga, mágica- miro a los demás -puedo intentar desactivarla pero... apartaos, quizás no lo consiga- se puso a examinar más la caja, no sabía si conseguiría desactivarla, después de todo, la magia no era su campo.

Mientras Baigron se acerca a estudiar el habitáculo secreto y las vestiduras que de allí asoman, y Zoak se acerca con pasos silenciosos hacia la reja a medio abrir, con la puerta entornada, los aspirantes a Caballeros cruzan entre ellos unas miradas y unas palabras ásperas.

Desdemona, por su parte, mira con ojo crítico la cajita, de madera oscura, como las que contienen los puros que se fabrican en Ergoth del Norte. De un saquito, saca algunos artilugios y una suerte de polvitos, y los espolvorea sobre la caja, haciendo evidente unas pequeñas marcas de luz en varias zonas de su superficie. Con una sonrisa, avisa a sus compañeros de que, en efecto, la caja contiene una trampa, de origen mágico, al parecer. Les pide que se separen y, sobre el altar, se dispone a inutilizarla...

Durante unos minutos, el tiempo parece detenerse, pues, ni Kartag observa ni escucha nada relevante de la siguiente habitación, ni Baigron emite juicio aun sobre los ropajes, ni los Caballeros llevan a mas su discusión, ni el mago rompe el silencio, agarrando su bastón luminoso, mientras observa la escena que ocurre ante él. Desdemona se afana con su saquillo, y poco a poco, mientras el sudor empieza a perlar su frente, parece que va avanzando en su trabajo. Tras 4 minutos, decide tomarse un descanso:

- Lo que he intentado, creo que no ha funcionado... No se si intentarlo de nuevo..., dice la semiinfernal, mordiendose ligeramente el labio inferior, de un color morado...

Miro a los demás -Quizás haya algo interesante ¿pruebo de nuevo o seguímos nuestro camino sin saber que hay en la caja?- miro a los caballeros -si no lo consigo.... igual explotemos-

 - Por mi experiencia, nadie se molesta en proteger algo si no es algo realmente importante... - Comento pensativo.

- Ya posees la caja, lleva años cerrada, podríamos permitirle que guarde sus secretos unas cuantas horas más hasta que lleguemos a algún sitio donde puedas concentrarte plenamente en abrirla.
 

Dijo poniendo una mano en la tapa y negando con la cabeza.

Kartag se aproximó a investigar al ver que Zoak se acerca a la puerta trabada. Intentando otear, agudiza su visión a ver lo que puede percibir en aquella oscuridad.

Zoak, dejame echar un vistazo. Los demás preparaos por si nos vuelven a atacar. Afinando sus sentidos intento escuchar algo el draconiano. Tanteando a continuación la puerta, intentando abrirla o destrabarla entre el y el minotauro.

Zoak, echame una mano con la puerta por favor! Tirando entre los dos para ver que les esperaba a continuación.

Abriendo las puertas sin mucha complicación se preparo para recibir un posible ataque, flexionando sus poderosas piernas, para moverse con rapidez si fuera preciso.

Eso señalo Baigron de repente al entramado de simbolos es un poderoso aumentador de las habilidades clericales dijo el draconiano sean quien fuera el que estuviera aqui, era un poderoso seguidor de una deidad, alguien lo bastante rico como para acceder a esa clase de potenciadores divinos.

El caballero en el centro de la formación asiente a Tarben y habla a Desdémona.

-Buen trabajo Desdémona, si es tan dificil de abrir, esperemos a tener toda la capilla despejada de peligros para que la vuelvas a abrir, como dice Tarben- recuerda a sus compañeros- chicos, estamos buscando algo que pueda hacer daño a los no-muertos, no lo olvidéis, ¿clericales de que dios, Baigron?- le pregunto intrigado- Y por favor respondedme de los huesos de esos guerreros malditos.

Tiene un ojo puesto en las rejas también, esperando que no salga nada de ellas.

El "... entramado de símbolos..." al que se refiere Baigron pertenece a algo que aún se encuentra en el habitáculo localizado por Tarben, quizá tapado por los raídas vestiduras que ahí asoman. La garra extendida del Baaz señala a un juego de tres velas que se apoya contra la pared de la hoquedad.

Al asomaros, veis que se refiere a tres cirios gruesos, pero de corta altura, que debían estar pegados a la caja que ha sacado Tarben. En efecto, en toda la superficie de la cera hay grabados símbolos de corte arcano.

 Viendo la situación, lancé un conjuro de Detecta Magia, para confirma si había magia por la zona...

 - Veamos si esto es lo que parece...

- Me temo que los dioses  a los que pertenecen estas vestiduras son de los que piensan que esos sacos de huesos son aberraciones de la Naturaleza....Hackbacuk y Chislev.
 

Tras cersiorarse de que no había más nada por allí, tomó suposición en la formación para seguir inspeccionando el santuario.

Baigron se encogío de hombros ante las palabras de Tarben; ya ha respondido el comento el draconiano, tan neutral como siempre.

Respecto a los esqueletos Baigron observo los restos esta nigromancia puede estar al alcance de cualquiera que urge un poco en las artes misticas o divinas, sin embargo, a juzgar por la fuerza que han desplegado, el conjuro que los creo es de un poder superior al normal.

Con sólo un leve esfuerzo, Kartag acabó de abrir la reja y empujó una de las puertas, que traqueteo sobre sus goznes sin emitir un solo ruido... Algo raro, teniendo en cuenta el estado en el que estaban las fijaciones metálicas de la puerta... Anubis, con el brillo de la magia en sus ojos vio la más que probable causa: un halo de magia que ocupa la sala a la que dan las dobles puertas: - Ilusión... "Silencio", sin duda..., pensó, tras unos segundos de concentración.

Antes, el aprendiz de mago había estudiado los cirios que estaban en la oquedad secreta del altar, así como la caja de madera protegida por la trampa. En la Caja, tal y como había dicho Desdemona, un moderado halo de Nigromancia formaba parte de la trampa, mientras que los Cirios, también mágicos, estaban imbuidos con un moderado poder de  Encantamiento, lo cual parecía cuadrar con la apreciación de Baigron. Tarben, por su parte, quizá turbado por el velado enfrentamiento con su colega de orden, no pudo corroborarlo.

La penetrante visión de ambos adelantados, Draconiano Kapak y Minotauro, les permite ver una pequeña sala cuadrada, de antigua piedra, de techo bajo, de la que baja una escalera de caracol, que se hunde en la negrura. Un olor rancio a muerte y podredumbre les satura las fosas nasales tras abrir las puertas...

 - Tened cuidado, hay en la sala conjuros de silencio y Ilusión... - Avisé a mis compañeros. - ... Puede que no estemos solos o que nos hagan creer precisamente que no lo estamos y que nos veamos mutuamente como adversarios para que nos ataquemos mutuamente. Hay que tener cuidado aquí, ya que no podemos fiarnos de nuestros ojos ni nuestros oídos...

El draconiano gruño suavemente antes la palabras del tunica blanca, no era ninguna novedad que la magia podia hacer estragos sobre combatientes que no se esperaban intervencion arcana, con la garra de nuevo solo el filo de Fleshrend, el Baaz sencillamente inhalo profundamente por la nariz con los ojos cerrados, un sencillo ejercicio de meditacion que ocultaba el intento del draconiano de detectar olores diferentes a los de su grupo.

A fin de cuentas, no tenian por que fiarse de sus ojos y oidos pero su olfato era algo que pocos ilusionistas tenian en cuenta...

Bueno Baigron! Entremos, permanecere oculto en las sombras.

Lo que sea que hay aqui dentro debe ser mas poderoso que lo anterior.

Golpeemos fuerte y duro. Esta vez no dejare que me hieran tan facilmente.

El resto que permanezca alerta, si lo estimais oportuno.

Accediendo al interior de la sala sin temor alguno, en busca de algun no muerto, se deslizo entre las sombras el agil monje con cualidades de espia.

Bajando por las sinuosas escaleras, como avanzadilla.

Baigron se sorprendío de que el otro draconiano le dirigiera la palabra, sus razas no eran precisamente amigas y pese a que el personalmente no guardaba enemistad alguna con el seguidor del de los Grandes cuernos, sus ansias de combatir le parecieron algo exageradas.

Sin mentar que pretendía que bajara por un espacio angosto, delante de el, ¿mientras el resto de combatientes y magos del grupo se quedaban en la parte de arriba?.

Extrañado por la agresividad Kartag, Baigron solo lo observo en silencio, sacando a Fleshrend de su vaina y comprobando que su filo estuviera bien, sin mellas por el combate previo.

El olor a muerte y putrefacción se acentúa en ese lugar dijo Baigron en su habitual tono neutro, bajando el arma y relajando los músculos del brazo, preparándose para la posible violencia que seguiría a la exploración del angosto pasillo de bajada.

¿Hemos de adelantarnos al resto del grupo? pregunto el draconiano a su conguere observando la escasa luz de las escaleras, no era un problema para ellos pero para los demás, especialmente los humanos, esto podía ser complicado

Zoak vio como aquellas dos lagartijas se lanzaban al interior de aquel lugar. Incluso él, que no había sido instruido en tácticas militares, se dio cuenta que era una mala decisión. No solo se ponían ellos en peligro, sino que a todos los demás también.

Tarben, Lev, voy detrás de ellos, no os demoréis mucho.

Y así el minotauro se adentró en aquellas estrechas escaleras de caracol mientras su espada llameante le iluminaba el camino.

Los draconianos se han motivado y cogen la delantera. Quizás todos habíamos titubeado un poco al escuchar al hechicero decir que había alguna clase de ilusión en la habitación. Me cubro un momento la nariz ante la oleada de podrido que sale de la sala. Creo que los guardianes guardaban o protegían algo. Estamos en el buen camino.

-Os seguimos- sigo al minotauro, siendo realistas, viendo el pasado combate, creo que el último lugar es el más seguro y es mejor que sigamos avanzando los guerreros delante.