Partida Rol por web

Magos con infulas de grandeza...lo que faltaba.

Baigron gruño al escuchar toda la historia, algo en ella le era familiar y no le era al mismo tiempo, todo eso de las desapariciones y el hechicero con sus tejemanejes le iba muy grande, el era una espada de una fe que ya ni le protegía, ni le llamaba, una espada que no tenia ni guerra, ni vaina.

 Al verse mentado por el alcalde, aunque lejos de sentirse ofendido por las preguntas del hombre, Baigron solo resoplo con una sombra de diversion ante la explicacion de Kartag.

A mi gente los llaman Baaz se encogio de hombros Baigron no tenemos la mejor de las famas.

¿Quizas el conjuro o lo que sea que hizo el mago es lo que he estado sintiendo todo este tiempo?, ¿la presencia de algo en el borde los sentidos?

El anciano Alcalde escuchaba con atención las explicaciones que Kartag y Baigron le daban sobre su especie: - Draconianos..., parafraseó cuando el Kapak dijo el nombre. Sus ojos, con mas que evidentes bolsas, fruto, tanto de la edad, como de multitud de noches en vela leyendo, no pararon de crecer, al principio con horror, y luego con comprensión e, incluso pena, para acabar con una gran sonrisa, cuando añadió: - Es bueno escuchar que, incluso de un diabólico plan, puede surgir algo tan milagroso como una especie nueva, que goza del libre albedrío, al igual que el resto de razas... Con las ultimas palabras pareció desinflarse, y un cansancio evidente, fruto de años de esclavitud se marcó en su rostro, haciendo evidente unas profundas arrugas.

Cuando Kartag le lanzó a explicar las distintas características de las distintas subespecies de Draconiano, el Alcalde, con gran soltura, fue tomando notas, sin interrumpir ni una sola vez la explicación del servidor de Majere. Cuando el Draconiano acabó su exposición, el nerviosismo de Tarben era mas que evidente, moviendose en su silla, como si estuviese a punto de saltar de ella, aunque mantuvo una exquisita educación al plantear sus inquietudes al anciano.

- No os preocupeis, Sir Tarben, entiendo su urgencia. Ya me darán lo datos pertinentes mas adelante..., dice, con una sonrisa comprensiva.

En ese momento, el educado mayordomo entró, empujando una curiosa mesilla con ruedas, en cuyo tablero había unas viandas en frio, pero pulcramente elaboradas, con tiras de carne ahumada, queso de cabra, y una suerte de ensalada coronada por tomates del color de la sangre. Para beber, abrió unas tinajas de vino, y un gran pichel de cerveza, así como una tina de agua. Grandes rebanadas de pan complementaban el acelerado almuerzo que habían preparado.

- Bien, comamos, Caballeros, y después seguiremos con la conversación..., en un tono que no parece admitir replica.

Tras una rápida y frugal comida, el Anciano se vuelve a recostar en su sillón, y mira fijamente a Tarben, con mirada de concentración, como recordando algo:

- Bien, el único estudioso del Arte aquí soy yo, y ni siquiera me plantee pasar la Prueba de Hechicería, me interesa mas el uso de la magia como complemento al estudio... pero bueno, a lo que iba, dice, desechando la idea con el dorso de la mano, no se el Artefacto que andarán buscando, pero si he de lanzar una hipótesis, diría que lo mas seguro es que lo tuvieran los magos... Puedo preguntarles de qué se trata??, acaba preguntando, al parecer ignorante a la reticencia de Tarben a hablar sobre ello.

- Y, mas importante aun, dice, estirando la espalda, y apoyandose en la mesa, con mirada grave, habeis hablado de "otras fuerzas que tambien persiguen ese Artefacto". Podrían poner en peligro a Delembert?? En ese caso, y pese a que no me agrade, debería poner esto en conocimiento de Lord Grewitt..., dice, poniendo una franca cara de disgusto.

 Miré curioso al anciano cuando mencionó que practicaba el arte:

 - ¿Sabéis hacer magia?. ¿Puedo preguntar como la aprendisteis, si no podíais salir de la aldea?. Dudo que los túnicas negras enseñaran a alguien que pudiera ser una posible amenaza en el futuro.

 Incluso para aprender los conjuros más sencillos se necesitaba a un maestro para iniciar al aprendiz en los entresijos del arte.

- No, hijo, no, dice, meneando la cabeza, como contestación a Anubis, estoy orgulloso de tener buen juicio!! Nunca le dije, ni le diría a esos desalmados que tenía el "don", eso significó el fin de mi abuelo... Mi familia siempre ha dado mas que competentes estudiosos de la Magia, a lo largo de los siglos... Pero, a tu pregunta, te diré que fue mi padre el que me enseñó, lo poco que consiguió aprender de mi abuelo... Aunque él siempre me dijo que, aunque se levantara la maldición, nunca se presentaría a esa Prueba, que para mas de uno de mis antepasados significó la muerte, o alguna tara de la que se arrepintió toda la vida..., vuelve a bajar la voz, perdiéndose en pensamientos del pasado, por eso, yo decidí seguir el mismo camino, el del estudio, manteniendo, solo, conocimientos rudimentarios sobre el "Arte"..., dice, encogiéndose de hombros, como sintiéndose satisfecho de su elección: Ya he visto lo que el poder de la Alta Magia ocasiona en los corazones de aquellos que la practican. El poder llama a poder, y acaba corrompiendo el corazón del mejor de los hombres..., acaba, con un deje de amargura en la voz.

Agradecí de buena gana las viandas. Tanto "Desdi" como yo nos habíamos quedado fuera de la taberna, y no habíamos probado ni un buen trago de cerveza.

- Alcalde, respecto a su reflexión sobre la localización del artefacto, pienso también que es lo más lógico, pues sería una excelente explicación para que dicho mago sacara suficiente poder como para hacerle lo que le hizo a este pueblo, sin embargo.... tengo la corazonada de que no fue así, de que el objeto sigue dormido durante años sin que lo molesten o reparen en su poder.... cuenteme, cuales son los edificios más antiguos de todo el pueblo....hay ruinas en este pueblo? Templos desde antes del  Cataclismo?

Pensar que el mago negro se hizo con la pieza y la usó para trasladar el pueblo a otra dimensión tenía cierta lógica, pero no se adecuaba del todo a la idea que nos habían dado sobre la pieza...quizás estuviese en otro lado, quizás siguiera en esta casa pasando desapercivida o quizás enterrada en las ruinas de un templo a Mishakal o Habbakuk o quizás a su enemigo directo el neutral Shinare.....

Comió algo y desde luego su estomago lo agradeció, desde que habían llegado a esa casa su apetito se había acrecentado, quizás por el olor de las cocinas quizás porque ya no tenia que preocuparse por los goblin y otra sensación atenazaba su cuerpo, hambre.

Toda esa conversación se ponía cada vez más interesante, magia, magos negros.... solo faltaban dragones. Así que, aunque sin intervenir, estaba absorbiendo información cual esponja.

Leviathan había hecho todo el camino comentando lo bien que está el pueblo y cosas de aquí y allá. En ningún momento trató de ofender a su anfitrión y sólo hizo las preguntas pertinentes. Hacía el papel del perfecto caballero grandullón, bueno, aspirante a caballero. De esa guisa comió y bebió, mientras sus compañeros le sacaban el jugo al, ya me olió desde un principio, alcalde/hechicero.

Leviathan no se consideraba tonto, y era capaz de pensar con la misma rapidez que cualquiera de sus compañeros, sin contar al hechicero, pero era más de rumiar las cosas, necesitaba reflexionar, mirarlas desde muchos puntos, incluso escribirlas, para sacar toda la información. Así que se concentró en los gestos del anciano y en sus palabras, por si podía descubrir algo que se pasara por alto a alguien que tuviera que disimular al estar hablando con el interlocutor directamente.

No es mala idea, así no estará tan pendiente de cada paso que demos. No estamos seguros de si vendrá alguien o no, pero si nosotros lo hemos hecho otros interesados podrían aparecer, y ellos no serán tan amables como hemos sido.

El minotauro pegó otro bocado a las viandas.

Ante la pregunta de Tarben, la cara del anciano acentúa sus arrugas, mientras trata de recordar algo que pudiera ser de utilidad. Sin embargo, pasado un minuto, desiste:

- Pues no acierto a dar con algo, al parecer, tan importante, Sir, lo siento!! Como estudioso, tengo documentado todo objeto arcano que ha significado algo para la aldea durante la última Era, y debo reconocer que nada especialmente poderoso. Quizá las reliquias de Estiben, un hombre Santo de los años previos al Cataclismo. Se creía que, tras su muerte, sus huesos quedaron imbuidos de energía divina, pero, tras la desaparición de la fe en los Dioses, su aura acabó desapareciendo, y su memoria caso en el olvido...

Esta enterrado bajo la ermita, que hace ya muchos años que permanece cerrada... Pero... espera!! Mi padre me dijo que Helion visitó la capilla a su llegada, y fue él el que la clausuró, aduciendo que, sin Dioses, de nada valía..., dice, levantando un dedo, y arqueando las cejas. Siempre pensé que era para convertirse en el único "Dios" de la comarca, pero pudiera ser lo que buscais...??

No hay mas edificios tan antiguos en el Pueblo. Apenas tiene 400 años. Surgió tras el Cataclismo, en una época francamente oscura para los habitantes de Ansalon..., vuelve a abstraerse en su memoria durante un rato.

- Bueno, tanto los Grewitt, como los Kenither, tenemos nuestra Sala de Reliquias, pero, claro, es privada, con objetos familiares. Supongo que eso no es lo que buscan, verdad?? Tras la pregunta, el anciano queda mirando al joven escudero durante unos segundos, con cara interrogante. Despues, juntando las palmas de las manos, vuelve a preguntar, con un tono conciliador, aunque algo mas tenso:

- ... Entiendo su reticencia en cuanto a su Búsqueda, Escudero, pero necesito saber si puede poner en peligro al Pueblo al que represento. Apenas acabamos de recuperar la libertad perdida frente a esos indeseables nigromantes... espero, como para no permanecer alerta frente a otro posible peligro!! Si es el caso, tendré que informar al Alguacil Grewitt...

Por su parte, Leviathan, en silencio durante toda la exposición se dedica a observar el entorno, por si algo sugiriese que hay algo fuera de lugar, pero tras un rato cree estar bastante convencido de que nada "chirría" en aquella bien nutrida biblioteca.

- Gracias alcalde, a eso mismo me refería. El artefacto pensamos que es un objeto de pequeño tamaño, de gran poder divino y tenemos conciencia de que lleva mucho tiempo perdido en el olvido. Carecemos de bases para discernir si es porque Delembert acaba de regresar a nuestro mundo o por alguna otra razón, pero me inclino por lo segundo pues hay más de esos objetos esparcidos por Ansalon....

Dejó la pausa pues seguir explicandolo era engorroso y era mucho más sencillo dejar que él anciano llegase a la conclusión que él esperaba.

- En cuanto a esas fuerzas del mal que nos persiguen, no estamos del todo seguros de cuantos són. Como mínimo podemos afirmar que tenemos a un Draconiano (señalo a uno de mis compañeros para recordarle el termino) nacido de huevos de bronce y con el patrocinio de Chemosh uno de los antiguos lugartenientes de la Reina de la Oscuridad. Que sepamos pueden acompañarles un sequito de goblinoides de número incierto pero hábiles y fervientes. También hay posibilidad de que haya muertos vivientes a su servicio, pues Chemosh es la principal deidad sobre el retorno a la no vida.

No quise entrar en más detalles, pues no sabíamos nada. Esquivé hablar sobre las hordas de muertos vivientes que perseguían a Desdémona y a Baigorn puesto que no sabíamos si seguirían buscandonos o ya nos habíamos alejado lo suficiente de su cubil como para que las fuerzas que los animaron les permitiera seguirnos hasta este pueblo...por otro lado el hijo del bronce era un nigromante, por lo que no era extraño que viniese acompañado de alguno de esos no muertos. El mensaje es que había que prepararse para algo muy malo y creo haberlo trasmitido.

Luego se dispuso a hablar, pero se quedó pensativo.

Cuando finalmente te centras en las facciones del anciano, para discernir si miente o no, no puedes evitar recordar la pericia que, en ese campo, atesoraba Verithiel, el segundo al mando de La Crisis de Caos, la coca en la que cruzasteis el Mar Nuevo. El semielfo mantuvo engañada a toda la tripulación, y si no hubiera sido por vuestra investigación, se hubiera erigido en Capitán, tras asesinar al propio, y echarle la culpa al pobre diablo que acabó matando...

Aquel incidente te ha abierto un abanico de gestos que recuerdas, tonos de voz, pestañeos que, de haber conocido con anterioridad, os hubieran permitido atraparle antes... Pero nada de eso percibes en las acciones del aristócrata mago. Percibes ansiedad, sí, pero crees que se debe mas a que por fin siente libre a su pueblo, y cree estar cerca de poder desentrañar los secretos de los Renegados que les han tenido sometidos, gracias a vuestra ayuda.

Planes, datos, hechos...la verdad es que Baigron echaba de menos ser parte de todo eso, pero con la caída de su fe, también cayo buena parte de la misma ansia y esfuerzo que lo hizo destacar entre los suyos.

Por el momento, sencillamente comió algo, una dosis frugal para cualquier humano pero que bastaba y sobraba para el draconiano, dejando que las mentes mas agudas y militares de su pequeño grupo hicieran las preguntas que necesitaban para saber donde estaba su objetivo.

Era bueno tener un objetivo, a Baigron le recordaba que había algo en la vida que hacer, algo por lo que levantarse cada mañana.

 Esto no pintaba nada bien, debíamos de ponernos manos a la obra cuanto antes y solucionar todo este embrollo. Debíamos encontrar los objetos, avisad a Solace y rezad porque pudieran ayudarnos a tiempo.

 - Deberíamos de ver ese sitio que a mencionado el alcalde, el que cerraron los túnicas negras...

Creo que deberíamos buscar a los magos, acabar con ellos y ver si tienen lo que hemos venido a buscar. Después ayudaremos al poblado si viniera alguien de fuera.

Alcalde, denos un tiempo antes de hablar con el alguacil.

 - Si el alguacil es siervo de los túnicas negras, deberíamos de ser muy cuidadosos con que información le proporcionamos. Creo que solo debíamos de informar de ejercito maligno, no de los objetivos que nos han traído aquí... - Sugerí a mis compañeros, con gesto ceñudo.

- No se preocupe, joven aprendiz, mi relación con el Alguacil es estrictamente profesional, como han podido comprobar..., dice, echándose mano a la cadera dañada, pero es mi deber, y mi responsabilidad avisarle de que hay un peligro potencial para la Villa.

Tras un pequeño silencio, entrecierra un poco los ojos antes de proseguir, - No obstante, no tiene que enterarse de sus razones para venir, aunque , relacionando el peligro para la Aldea, con su presencia, no dudo en que querrá interrogarles, pero... si no están, poco podrá hacer para interrogarles, no creen...??, acaba, dejando la frase en el aire, mientras esboza una ligera sonrisa. Cuentan con mi discrección.

 - Entonces creo que no hay nada más que hablar... - Respondí, con tono pensativo. - ... Al menos que se os ocurra algun otra cosa que debamos saber, señor alcalde...

No le gustaba el Alcalde y no le gustaba estar allí, quería ir se ya, ya habían oído una historia fascinante y era hora de irse a ver que tenia de cierto esa historia. Se dirigió directa a la puerta.

- Creo que poco mas puedo añadir, Caballeros... A parte, por supuesto, de que, si consiguen desentrañar el misterio de la explosión por mi, sabré gratificarles como se merece. Como les he dicho, a parte de tratar de cuidar y hacer prosperar al pueblo, lo que mantiene activo es el conocimiento..., está diciendo, cuando, de repente, Desdemona se dirige, sin mediar palabra, hacia la puerta, a lo que el anciano, con cara de sorpresa, añade: - Señorita, pasa algo?? Necesita alguna cosa...??, mientras mira los demás, como buscando una explicación en vuestra mirada.