Partida Rol por web

Leviathan lo tenía claro, y tras prepararse, con el pelo empapado pegado a la cabeza, se dirigió hacia la entrada de la torre, que asomaba en la cima de la colina, como el diente roto de un gigante al que se le hubiera caído encima una montaña.

Todos le siguieron, con Kartag resoplando a cada paso, pues aún los espasmos musculares afectaban su cuerpo. La sensación de ser observados aumentaba a cada paso que daban, aunque era difícil distinguir la sensación de la que les producía investigar la torre de los archimagos...

La explosión había destrozado la puerta y casi todo el vestíbulo de la torre (y por supuesto, las estancias superiores), por eso la entrada no era más que una escalera de caracol que se internaba en una oscuridad insondable...

Una vez dentro de la torre la cosa se pone peliaguda. Al principio tan solo pueden ir de uno en uno, pero luego se ensancha un poco más.

Bueno. No sabemos lo que ha pasado, ni si queda alguien con vida. Pero asumamos lo peor y digamos que sí. Lo mejor es estar preparados.
Desdemona. Ya que pareces tener una visión especial para percatarte de peligros, ¿por qué no vas delante? Con tu visión especial y tú agudeza nos puedes alertar antes de que hagamos algo que no deberíamos. Que Baigron vaya al lado tuyo para protegerte, y Leviatan detrás por si hay problemas graves.
Anubis y Kartag, vosotros dos pasos detrás. Sois los más debiles ahora mismo y mejor que esteis bien protegidos. Lo ideal es que lleveis una antorcha para que podamos ver. Y al estar detrás no molestareis a las visiones especiales de los que van primeros.
Soak y yo cerraremos la marcha dos pasos por detrás vuestro. Si algo nos ataca por la retaguardia seremos capaces de frenarlo.

Que Kiri-Jolith nos guie y nos guarde.

El joven clérigo se embrazó bien el escudo para ir protegido, aunque dejó su espada en el cinto por si acaso necesitaba conjurar o agarrar algo. Nunca se sabía, y siempre podía desenvainarla en un momento.

Zoak desenvainó de nuevo la espada de fuego. Aquel arma maravillosa que tanto les había ayudado y que de nuevo cumpliría otra función, aunque fuese para iluminar un poco la estancia.

Lástima que no terminara de ajustarse como debiera a su enorme mano.

Esperó a que los demás se adelantaran y se situaran para colocarse en su sitio en la retaguardia, junto a Tarben.

 Me situé en la posición señalada del grupo y encendí una antorcha, con el fin de iluminar el camino a aquellos que no podíamos ver en la oscuridad. Sabía que ahora empezaría el verdadero peligro y convenía estar preparado para cualquier cosa....

Desenvainando a Fleshrend Baigron asintió a las ordenes de Tarben, no había sentido alguno en discutir unas ordenes perfectamente lógicas y que sabían aprovecharse de las cualidades de cada uno, así de paso mantenía un ojo en Desdemona, ella era un espíritu libre, pero todo el mundo acaba necesitando un ángel guardián.

Entrando con el resto del grupo en aquella torre, se mantuvo en alerta a pesar de ir en el centro, afinando sus sentidos draconianos, para evitar ser emboscados.

Poco podía hacer en su estado!

Continuemos amigos! Saldremos existosos de esta misión!

Se coloco al lado de Baigron, no le parecía tan mal ir en cabeza, las razones eran más que obvias con su visión y su pericia para detectar y desactivar trampas, además estaba se sentía segura con Baigron cerca, había sido con el que había salido de la infraoscuridad, y por suerte para los dos airosos, gracias a su "Dios" o lo que fuese, aunque él pensase que su "Dios" lo había abandonado, pero ella sabía que con o sin "Dios" era especial y podía confiar en él.

Miro a los demás. Kartag tenía un estado lamentable, pero bueno, nunca había sido muy listo en cuanto al peligro y lo de jugar en equipo lo llevaba bastante mal, quizás tenia afán de gloria para él solo. Los demás parecían estar bien, aunque ella habría esperado que Anubis y Baigron recuperasen sus conjuros, pero bueno, cuanto antes terminasen allí mejor.

-Venga vamos- dijo caminando hacia dentro

En el orden propuesto por Tarben, que parecía haber adquirido bastante seguridad en sí mismo en aquel viaje, quizá infundido por los mensajes que a través de él enviaba a Krynn su patrón, Kiri-Jolith, el grupo dejó monotona fina lluvia arriba, y se internó en la oscuridad, con los fuegos de Anubis y la espada de Zoak iluminando los escalones de fria piedra ennegrecida por la explosión. Con Desdemona a la cabeza, protegida por la figura del Draconiano con el que había escapado de la Infraoscuridad, y por la imponente figura de Leviathan, fueron bajando por una escalera de caracol, teniendo cuidado en no tropezar con los numerosos cascotes y piedras deformadas por el fuego de la deflagración que había acabado con la parte superior de la torre.

60' mas abajo, la escalera acaba en un corredor de fría piedra, recto, de unos 40' de largo por 10' ancho, con un techo ligeramente abovedado a unos 10' de altura. La capacidad visual de Baigron y Desdemona les permite ver que las paredes a ambos lados del corredor muestran mosaicos de diseños y runas peculiares. Cuando Anubis llega con su antorcha, enseguida empiezan a distinguir colores, que si bien sobrios, sí tienen cierta elegancia.

El suelo del corredor está cubierto de polvo y piedras desprendidos del techo, presumiblemente, por la explosion que destruyó la torre.

Al final del corredor, solo la planar y el Draconiano son capaces de ver que este se abre a una estancia mas amplia. Hacia el límite de donde les llega la vista en blanco y negro de la infravisión, en el medio de la misma, pueden ver dos pequeños bultos tirados en el suelo...

Baigron mantenia a Fleshrend lista en caso de trampa o emboscada, su vista de draconiano le permitia manejarse mejor en estos entornos oscuros pero una trampa acabaria con el tan facilmente como con todos los demas, Desdemona era su defensa contra esas cosas, la chica era mañosa como ella sola con esas cosas, lo habia demostrado en la infraoscuridad.

Habia algo en el lugar que escamaba a Baigron, quiza recuerdo de cuando era poco mas que un cacho de carne escamoso bajo el mandato de los magos drow y sus tres veces malditas sacerdotisas, psicopatas de primer grado todas ellas, pero en los relieves y en la arquitectura habia algo que no le encajaba del todo al draconiano.

¿Has visto eso? pregunto en un siseo a Desdemona levantando el brazo a los demas para que frenaran un poco la marcha y señalando a los dos monticulos en el extremo de donde sus ojos podian ver.

 Al ver lo que señalaba mi compañero^*, sugerí en voz baja:

 - Cuidado, puede ser un cebo para alguna trampa...

 Después de lo ocurrido con los ciempiés, ya no se podía confiar en nada de por aquí. Lo siguiente que podía ser sería un ejercito de escarabajos carnívoros, con nuestra suerte.

La bajada por la escalera era lenta pero segura, lo mejor para no tener sorpresas desagradables. Aun así Tarben podía sentir la tensión en todos. A ninguno parecia gustarle estar en aquella situación. Esperaba que cuando llegaran a una sala más amplia la cosa mejoraría.

Iba a volver a rezar a su dios cuando Baigron hizo una seña, o por lo menos eso le parecio ya que los de delante suyo no le dejaban ver bien. Aun así se detuvo esperando instrucciones. Parecían haber visto algo. Y la propuesta del mago era tan buena como cualquier otra.

Tiene razón. No tenemos más remedio que avanzar, pero tened cuidado.

Desde la retaguardia poco podía ver el minotauro.

Vamos, moveros y si hay problemas dejadme pasar.

Kartag posicionado al lado de Anubis enfoco su aguda vista draconiana intentando avistar mejor que podian ser esos bultos, pero algo le decia que los primeros en descubrirlo serían la escurridiza Desdemona y el silencioso Baigron.

Solo quedaba esperar a ver que averiguaban. Siempre que se decidieran a avanzar.

El aspirante a caballero, levantaba una cabeza y media por encima de los que iba delante, asi que no había problemas para ver, sin embargo su gran estatura también tapaba en una gran porción la luz que provenía desde atrás de Anubis y su antorcha. Aunque esto lo agradecen la vanguardia de su equipo, para mí es un fastidio.

Damocles brilla bajo la luz en mi mano, mientras esquivando cascotes seguimos adentrándonos en la torre. La voz grave que hace que te retumbe el pecho de Zoak rebota por todo el pasillo impacientándose. Leviathan pone los ojos en blanco, está seguro que no a mucho tardar verá un minotauro cargando por el pasillo, con tal de descargar su frustración contra algo o alguien.

Negó con la cabeza tapándose los ojos, si había algo de sorpresa en su entrada, la voz de aquel cuernudo ya los había delatado seguro, hasta un sordo lo oiría. Agudizo la mirada, cierto era que había unos montículos... que parecían estrechar más, por si ya aun no estaban como sardinas en lata.

-Lo veo, pero habrá que acercarse- susurro a Baigron y metiéndose en las sombras que hubiese, avanzo con cautela.

Los nervios empezaban a hacer mella en el grupo, merced al tenso silencio que se mezclaba con el aroma a explosivo y decadencia de aquel pasillo, mientras Desdemona y Baigron intercambiaban susurros, gracias a los "bultos" que habían visto cuando el pasillo que se abría ante ellos desembocaba en una sala al parecer mas amplia. Enseguida informaron a sus compañeros, pero, mientras decidían qué hacer, Zoak bramó desde detrás, no en alto, pero sí lo suficiente para que vozarrón viajase hacia delante, rebotando en las viejas piedras del subterraneo de la torre.

Con una maldición entre dientes, Desdemona se puso en movimiento, silenciosa, hacia donde estaban los bultos, mas adelante, seguida por Baigron, dispuesto a proteger a la planar con su acero y con su magia...

... Un par de pasos fueron suficientes para que ambos, acostumbrados a los rigores oscuros de la Suboscuridad, pudiesen comprobar que ambos bultos eran cuerpos de pequeño tamaño, del tamaño de un goblin, un kender, o un niño. Antes de que los demás empezasen a moverse tras ellos, en la formación que llevaban, el peso combinado de Desdemona y el Clerigo Baaz hizo que la gran losa del suelo sobre la que estaban cediese unos centímetros, con un crujido en las paredes y el suelo como si un enorme hueso se estuviese quebrando!! Enseguida, una porción de 10' x 10' de la pared izquierda del pasillo empezó a desplazarse, perezosa, hacia la pared opuesta. En menos de diez segundos, el enorme bloque de piedra amenazaba con bloquear el pasillo!!!

Empezaba bien, la dejaban delante para que precisamente no pasara lo que acababa de pasar. Al escuchar ese "clack" tan característico, que conocía bien, sintió como si el mundo se le cayese encima y las miradas acusadoras de todos sus compañeros le acuchillasen por la espalda, se mordió el labio inferior, cerro fuerte los ojos y sin volverse a mirarlos por miedo a lo que encontraría, grito -¡¡Corred!!- y la planar salio corriendo como una bala entre esas paredes que empezaban a juntarse.

 Viendo lo que estaba pasando, hice caso de la chica demonio y corrí como alma que lleva el diablo... O como si me persiguiera una horda de bárbaros en furia berseker...

A pesar de la distancia y que estaban susurrando, se pudo escuchar el sonido de algo muy pesado empezar a arrastrase. A duras podía ver Tarben desde su posición que una sección de la pared se empezaba a mover, pero algo se intuía. El aviso de Desdemona también ayudó, obviamente.
Así que el clérigo de Kiri-Jolith se movió todo lo rápido que pudo.