Partida Rol por web

Te encuentras, ya de noche, estudiando en tu camarote, acostumbrado ya al leve bamboleo de los vientos que os empujan desde hace 2 dias, a la luz de la vela. Coralinëë, un tanto taciturna, se fue a descansar hace ya rato. Tu concentración se resiente, pese a tu fuerza de voluntad, debido a que mañana llegareis a puerto, y Coralinëë partirá al igual que tu, a cumplir con su destino...

Estas pasando hojas de un libro de setas que te ha dejado Ser Vesper, sin hacerle demasiado caso, cuando notas unos leves golpes en la puerta. Te acercas, y antes de abrir, sabes que es Coralinëë. Está, con el pelo suelto y cepillado, como un Angel, vestida por una tunica de lino blanco, y descalza:

- Hola!!, dice, timidamente, aunque la notas agitada, tengo... que decirte... apenas queda tiempo ya...

Con el corazon galopando en tu pecho, te haces a un lado, y la elfa pasa como una exhalacion, con su tunica ondeando tras ella. Cuando se gira, ves que unas lagrimas amenazan con desbordarse de sus ojos, cuando balbucea, frotandose nerviosamente las manos:

- Soy elfa... vivo un milenio!! Tu... los humanos... noooo... no puede ser... pero, entonces, por qué mi corazón llora por tener que separarnos??!!, momento en que se se derrumba de rodillas, rompe a llorar, y se echa las manos a la cara... En ese momento te das cuenta, mientras algo te oprime el pecho, de lo joven que parece, pese a tener mas de 150 años...

 Sin poderme contener, me agacho para abrazarla y confortarla, mientras le respondo, tratando de contener lo que me oprime el pecho:

 - No lo sé... Yo solo sé que te amo...

 A fin había dicho, no sabía de donde había sacado el valor para hacerlo pero al fin lo había hecho. Seguí abrazándola, sin atreverme a mirarla, esperando su respuesta...

Al escucharte, da un tirón, y se separa como un resorte:

- Nooo!! Justo a eso me refiero: No puede ser, sólo nos haríamos daño!!, Dice, con las lágrimas corriendole por las arreboladas mejillas.

- Debemos... Tenemos que..., balbucea, implorandote con la mirada.

El corazón está a punto de salirsete del pecho, mientras ratas de poner en orden tus ideas, cuando de pronto se acerca como una exhalación, y te besa con pasión...

Tenues rayos de sol hacen que despiertes. Estas en la cama, debajo bajo una sábana de lino. Te das cuenta de que has dormido más profundamente de lo que nunca recuerdas. -Coralinëë!! De pronto recuerdas todo, e instintivamente te giras en la cama. Notas su olor, pero ella no está...

De pronto, escuchas un ruido. Te giras, y la ves allí, sentada en la silla, con las piernas flexionadas sobre la butaca, con su armadura, el pelo recogido y unos extraños símbolos pintados en su cara. Una sonrisa sincera corona su cara angelical. En elfico te dice:

- Lo que me llevo tuyo aquí, dice, golpeandose el pecho, a la altura del corazón, es un regalo divino. Siempre te recordaré, Meldo, y su algún día volvemos a vernos, tendrás en mi una amiga...
Justo en ese momento escuchais al vigía gritar: Tierraaaaa!!!

 Aunque escucho a vigía, practicamente lo ignoro, mientras me acerco a ella y acaricio su hermoso rostro con ternura:

 - Y yo te prometo lo mismo, Coralinëë, te lo juro...

 A continuación le doy un apasionado beso, antes de añadir, sonriente:

 - Será mejor que me vista y subamos juntos a ver lo que ha visto el marinero...

Una suave y humeda brisa os da en la cara cuando salis a cubierta, mientras un chirimiri cae de un velo de nubes bajas que os acompaña esta mañana. En efecto, la carabela va paralela a la linea de tierra, acercandose a la zona del puerto de lo que debe de ser Port o'Call, una villa de no mucho tamaño, con un puerto casi circular, protegido por una poderosa torre con una balista que, segun os cuenta Sir Vesper, el viejo lobo de mar, ha abatido ya a mas de un reptil de gran tamaño!!

Con un vaiven perfectamente medido, la embarcacion emboca el puerto, y en poco rato os estais despidiendo de Sir Vesper, que le dice a Coralinëë: - No tardes, niña, en menos de 2 horas tomamos la bocana de nuevo hacia Encrucijada!!, tras lo que baja por la pasarela ha hacer lo trámites pertinentes con la autoridad portuaria.

Sin abrir la boca, Coralinëë le sigue por la pasarela, y tu, tras ella, y os dirigís a la Plaza del Mercado, de donde os dice un lugareño que salen las caravanas que van hacia la Capital, Solanthus, pasando por Thelgaard, tu destino. Enseguida os llama la atención que, ya en tierras solamnicas, los blasones de los Caballeros, pese a estar muy miezmados tras la Guerra de Caos, primero, y la de los Espiritus, despues, ondean en las Torres, y veis algunos de ellos patrullando la ciudad, ademas de la propia milicia del pueblo.

Al llegar a la Plaza, Coralinëë, con cara de determinación, echa hacia la cadera su espada curva de manufactura elfa, y te dice en Comun: - Bueno, Mellön, hasta aquí llega mi misión. Debo volver con los mios. Si volvemos a vernos, pues espero que tu andadura te lleve por mi Tierra antes que despues, mi corazón se alegrará de verte, y con una sonrisa en la boca acaba usando su lengua ancestral: - Mára mesta, Nai E'li varyuva len! Enomentuvalvë ae Silvanesti!! (Buen viaje, que E'li te guarde!! Volveremos a encontrarnos en Silvanesti!!). Tras eso, se quita un colgante de plata, con el emblema de la Casa a la que pertenece, la Casa Protectora, como te ha contado mas de una vez, orgullosa, y te lo ofrece:

- Espero que te de la suerte que me ha dado a mi en todos estos años!!, tras lo que hace una leve reverencia, y se dispone a partir.

En ese momento, puedes ver que un joven, con un tabardo con el emblema de la Orden de la Corona Solamnica, se acerca, calado hasta los huesos haciendote señas con la mano...

 Agradecido, acepto el colgante y le respondo, en su lengua materna:

 - Ac yn dweud yr un peth yr wyf yn dweud wrth fy hummingbird melys ... (Yo te digo lo mismo digo, mi dulce colibrí...)

Tras despedirme de ella, devolviéndole la reverencia, aunque hubiese deseado que fuera con un beso, fui a reunirme con el calado caballero, al que saludé con cautela, y una ceja levantada, por su aspecto tan poco convencional:

 - Saludo...

Con cierta tristeza por ver a Coralinëë moviendose con agilidad entre los charcos, de vuelta al puerto, tratas de centrarte en el muchacho solamnico, que no debe tener mas de 15 o 16 años, dada la pelusilla que le crece en la zona de la barba y el bigote. Llega a tu altura, y te saluda como si fueses otro militar mas:

Buenos dias, por decir algo, mi señor!! Por la descripcion que me han dado, creo que debe usted ser Anubis de Solace, verdad?? Mi nombre es Asthor Ferak, mi señor, iniciado en la Sagarda Orden de la Caballeria de la Corona, de Thelgaard!!, dice con orgullo, mientras te cuesta mantener la atencion en él, pues Coralinëë se ha girado al final de la calle que da a la avenida del puerto, y te dice adios, con una sonrisa en su rostro, y lagrimas cayendo por ambas mejillas, mientras su pelo plateado se le empieza a apelmazar por la lluvia. Cuando se gira y desaparece, te centras por fin en el muchacho, que parece que, tras esperar un tiempo prudencial, a que le contestes, sigue con su mensaje:

- Me envía a buscarle su Ilustrisima, el Capitan de la Espada, Lord Fashtel du Terminaard, para entregarle este mensaje, y escoltarle, si me lo permite, hasta la Villa de Thelgaard, dice, haciendo un techillo con su capa, y entregandote un portapergaminos de cuero, cerrado, para evitar la lluvia. Si me hace el favor, la diligencia espera..., te dice, señalando un carro techado que, en efecto, espera, pegado a los edificios, por si eso pudiera evitar el chirimiri... Allí, a parte de un cochero con un poncho impermeable, hay un hombre de armas, con el Blason de la Corona en su coraza plateada, en un garañon bayo, al lado del carruaje. En su mano descansan las riendas de un caballo ligero, quizá el que lleve el muchacho que se ha presentado como Asthor.

 Tras devolverle el saludo al joven caballero, le respondí:

 - Un placer en conoceros... Entonces no hagamos esperar más a vuestro señor...

 Cojo el mensaje, con intención de leerlo resguardado y tranquilamente dentro del carromato, confiando en que tuviera información sobre la misión que me había traído hasta aquí. Mientras andábamos, le dediqué una última mirada a la dirección donde se había ido Coralinëë, comenzando ya a echarla de menos...

El hombre de armas a caballo te saluda con la cabeza, mientras mastica algun tipo de tabaco que le tiñe los dientes de negro. Subes al carromato, que gracias a su techado, y a unas cortinas de algun material barnizado, mantiene el interior bastante seco. El conductor te saluda, quitandose el gorro de cuero que tiene, pero tampoco habla. Parece que el dia no invita...

Una vez acomodado, abres el portadocumentos, y sacas un rollo de pergamino, sellado con un lacre rojo oscuro de un Martin Pescador volando alrededor de una Espada. Devuelves el portadocumentos al muchacho, que tras cogerlo se gira en su caballo, dando una orden no expresada al conductor, que enseguida arranca el carromato, y se pone en el lado contrario al hombre de armas, que mantiene una ballesta colgando de la silla, al lado de su pierna.

El pergamino está escrito en un pulcro Comun, y dice lo siguiente:

" En el vigésimo día de Holmsvira del 422 S.C.,

Al aprendiz y seguidor de Lord Valthonis de Silvanesti, Anubis de Solace,

 Perdonad mi intromisión en su intimidad, pero inquietantes visiones me apremian a citaros (su Señoria, Valthonis, está al tanto, y de acuerdo con mi petición), en la tarde del vigesimo octavo dia del presente mes de Holmsvira, en la Sala de la Visión, en el piso superior de la Fortaleza de su Señoría, el Duque de Thelgaard, en la misma Villa. Me he tomado la libertad de haceros llamar, junto a otros interesados, tras los oficios de la tarde en el Alcazar, para exponerle mis temores. Le ruego guarde este documento, pues le servirá como salvoconducto para entrar en la Fortaleza.

 Creo firmemente en nuestros Patrones Divinos, y como sus instrumentos en este mundo, debemos estar preparados para cuando se solicite nuestra intervención. Ahora es el momento, pues tiempos oscuros pueden cernirse sobre el futuro de nuestro castigado mundo, y es nuestro deber protegerle frente a tal eventualidad.

Su señoría,

Lord Fashtel du Terminaard "

 Tras leer varias veces a carta con atención y pensar con detenimiento en su contenido, le pregunté a mi nuevo compañero de viaje, con tono incisivo:

 - ¿Sabéis del tema a tratar que se menciona en la misiva o de las personas que debo de reunirme, por favor?.

Cuando retiras la cubierta de piel de uno de los laterales y haces señas al muchacho, este acerca su caballo al carromato. Cuando le haces ambas preguntas, la respuesta le sale automáticamente:

- Lo siento, mi señor, pero no tengo constancia de nada de lo que esa misiva pueda contener. Solo soy un mero mensajero... No obstante, en breve podreis salir de dudas. Si no hay problemas, llegaremos en menos de una semana a la ciudad, dice, haciendo una breve inclinacion de cabeza.

Mientras se separa el mensajero, te fijas en el hombre de Armas, que te mira con una cara de evidente desagrado. Un segundo tarde, se da cuenta, y mira hacia otro lado, y cuando vuelve a mirar en tu direccion, vuelves a ver la faz aburrida que has visto desde que llegaste al carromato.

A media tarde, las nubes se levantan, y el sol de Holmsvira enseguida seca los charcos, mientras os adentrais en el continente. Antes de llegar la noche, parais en una pequeña aldea, en la que parece estar pactada vuestra llegada. Os hospedais en una pequeña granja que hace un esfuerzo para acogeros, y la noche pasa sin ninguna alteracion. Descansas aceptablemente, en un jergon de paja, y por la mañana, un desayuno a base de huevos duros, leche y miel, te da las fuerzas necesarias para estudiar tu magia, y prepararte para la marcha.

El resto de dias transcurren de igual forma, aunque los dos siguientes haceis noche al raso, y al quinto, en cambio, haceis noche en la Ciudad Enana de Garnet, la orgullosa Capital del Reino Enano de Kayolin, en la que una mezcolanza de razas convive en paz, gracias al acuerdo de hace siglos con el Reino de Solamnia.

Dos dias despues, puedes ver, cuando Asthor te avisa, la impresionante planta de Thelgaard desde la distancia, enclavada en las colinas de las Montañas Vingaard:

Desde lejos puedes ver el ajetreo que tiene la ciudad en estos dias, a lo que Asthor te dice, orgulloso, que, despues de dos años sin Festival de Mitad de Verano, este promete ser, un año despues del Fin de la Guerra de los Espiritus, para no olvidar!!!

El hombre de armas rezonga algo, pero no dice nada mas, y embocais el camino que os lleva a la bullicicosa ciudad. Desde unos cientos de metros de distancia a la ciudad, ya puedes ver que la salud de la Caballeria Solamnica se está recuperandose bien en la propia Solamnia, aunque Thelgaard se ha nutrido de mucho de los Caballeros, ahora que en Solanthus no hay destacamento, tras la revuelta de los Gremios, que expulsó a los Caballeros Negros, en su ausencia, pues la mayoria estaba en la Batalla por Sanction...

Ya dentro de la Villa, el Hombre de Armas se separa, con una bolsa de monedas de buena salud a la cintura, y una mirada fria hacia tí, antes de escupir al suelo unos restos de lo que sea que mastica el hombre. Asthor se dirige hacia tí, que estás en el pescante, pues dentro del carruaje el calor se hace insoportanle:

- Mi señor, donde debemos dirigirnos?? Debo escoltarle a algun sitio?? Preferis buscar alojamiento antes de ir al Alcazar?? Hasta media tarde, que tengo que escoltarle hasta su Ilustrisima, el Capitan de la Espada, no tenemos obligaciones, así que estoy a su disposicion..., te dije, a todas luces sin saber qué hacer.

 Tras mirar impasible al grosero hombre de armas, me dirigí amablemente a mi interlocutor:

 - ¿Sabéis si se encuentra algún otro mago por aquí?. Sería agradable poder tener una agradable charla sobre magia, después del largo viaje...

 Sabía que no quedaban casi ningún miembro de la antigua orden, pero tal vez tuviera suerte y hubiera algún antiguo miembro de las escuelas de magia...

- Pues sí, mi señor, un antigüo Compañero de Armas de nuestro Duque, Lord Walker du Crawford, que ayudó a nuestro señor a recuperar Thelgaard hace 2 años!! Una jugada magistral, si se me permite decirlo!! La magia del mago, Sir Urenthi de Ker-Brindal, fue la que dio la cobertura a mi Señor, para ocultar a las huestes de la ciudad, y así poder recuperar el Control de la ciudad, cogiendo desprevenido al enemigo nerakés!!

- Muchos aun recelan de la Nueva Medida, pero os diré que en mis estudios, siempre envidié al Caballero Huma por tener a su lado a un Mago como Magius!! Es por ello que estoy completamente a favor de que, ustedes, los Tunicas Blancas, puedan entrar a formar parte de la Unidad Militar Auxiliar de la Caballería, mi señor!! Venís a uniros a la Caballeria, si no es indiscreccion?? Es es la razón por la que venis a Thelgaard...??, elucubra, emocionado. Enseguida se da cuenta de que se está metiendo donde no le llaman, y da un paso atras:

- Ruego disculpeis mi curiosidad, y olvideis mi desliz, mi señor, no volverá a pasar!! Si quereis, os llevaré a la vivienda del Sir Mago, tras lo que se cuadra, y espera ordenes.

 Le dediqué al joven un gesto y una sonrisa despreocupados, indicándole que no se preocupara:

 - Nos os preocupéis... Y si, me gustaría conocer a ese mago, si fuera posible...

 Siempre es agradable y útil conocer a compañeros del arte...

El Aprendiz de Caballero te guia por una ciudad que bulle en preparativos, y va saludando aquí y allí a muchos de los que se os cruzan, hasta llegar a la parte baja de la ciudad, cerca de un enorme campo de amapolas, fuera de la muralla. Allí se encamina a una pequeña loma que está a menos de un km de la muralla, y ves una torre de 2 pisos, achaparrada, de granito, separada de otras viviendas, y con un pequeño huerto de cara al este. Un corral, al otro lado, mirando al oeste, contiene unas cuantas gallinas y varias cabras, algunas de ellas, en plena produccion de leche.

- Supongo que estará en casa, no es de mucho salir, cuando no está de viaje. No gusta demasiado de las visitas, os advierto, y sus modales no son muy... ortodoxos..., dice, mirandote con cara entre alarmada y divertida.

Cuando llegais, a unos 100m, se separa de ti hacia un grupo de piedras, y te dice:

- Bueno, yo os esperaré aquí. No os demoreis mucho, mi señor, la tarde va avanzando!!

Sigues andando el ultimo tramo, sin ver al tal Sir Urenthi por ningun lado, por lo que te acercas a la recia puerta con remaches de la torre. Una chapa de metal está clavada con remaches a la misma, y en ella se puede leer:

Si eres listo, procuraras no molestarme sin razón, y si lo eres mas, tocaras la campana, y nada mas, hasta que yo llegue.

A un lado, en efecto, una campana cuelga de un soporte en la pared. Subida al soporte, una corneja de buen tamaño te mira intensamente desde su ojo derecho.

 Esperando que no pase nada raro, pues nunca se sabe, al tratarse de la casa de un mago, sigo las instrucciones y toco la campana una sola vez, para luego esperar a ver si el dueño de la vivienda hace acto de aparición...

La corneja, pese a estar subida al soporte, no parece asustarse cuando tocas la campana, que con un "Toonnnggggg" deberia avisar de tu presencia al Mago. Esperas un par de segundos, antes de que la propia corneja abrá el pico y diga:

Quien eres y que carajo quieres de este viejo usuario de la magia??, tras lo que vuelve a callarse, y te mira sucesivamente, con ambos ojos, negros como su plumaje.

 Miré a la corneja, bastante sorprendido, antes de lograr sobreponerme y responder, con cortesía:

 - Saludos, me llamo Anubis y soy practicante del arte, como vos... Querría poder hablar con vos, si no es mal momento...

Pasan unos segundos, en los que la corneja te taladra, ora con un ojo, otra con el otro, y parece que nada se altera en tu entorno. De pronto, puedes escuchar cerrojos correr en la puerta, y al momento, esta se abre, y otra una profunda voz desde el fondo que te dice:

- Pasa rápido, muchacho, y cierra la puerta, cuando que el perro quede fuera!! Como entre, te corto los huevos, y se los pongo de cena!!

- Perro, que perro??, piensas, mirando en derredor, pues no había visto ningún perro fuera, de pronto ves una ondulación en el aire que se acerca rápidamente desde la linde del camino, con un ruido de belfos chocando, y babas volando. En un momento cierras de un portazo, y al tirarte, ves que la mayor parte de la sección de la torre está diáfana, con una mesa y varias sillas, un hogar, y una piel de vaca, a modo de puerta, dando entrada a lo que debe ser una cocina, a juzgar por el olor que sale de la misma. Un brazo musculoso se asoma, y echa a un lado la cortina, y un enorme negro Ackalita vestido con ropas típicas de su tierra, allá en Ergoth del Norte, sale, con una bandeja agarrada en la siniestra, que tiene, asomándose aún, una cabeza de cerdo. Una amplia sonrisa cruza su rostro, en el que difícilmente podrías poner una edad (50??, 60??), cuando, con un gesto de la otra mano, hace que los cerrojos de la puerta vuelvan a su sitio.

Tras eso, va hacia el hogar, y coloca la bandeja sobre las brasas que allí hay:

 Ahora es cuando tocan esas chorradas en la que tu dices quien eres gastando saliva, y yo me pavoneo por encima, no?? Pues ni de coña, esmirriado!! Esta es mi casa, así que me vale con tu "Anubis", y tu ya sabes quién soy, puesto que estas aquí!! En que puede ayudarte este viejo marino que vive lejos del mar??

Tras ese torrente de profunda voz, se seca los brazos con un trapo, y te acerca una silla y una copa, gemela de la que se queda él. Una figura de ectoplasma sale de la cocina con una jarra de barro y os echa un vino rojo fuerte.