Partida Rol por web

Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

La Reconquista de Silvanesti

Cargando editor
20/01/2020, 08:32
Tareth el Tuerto

Primero seamos un grupo y luego buscaremos un líder... - Intervino Tareth. - Si, eso debemos hacer, si... eso es lo primero... - Se autoconfimó. - Tenemos instrucciones distintas a las de embarcaron en esta extraña misión hacia una muerta probable... - Esbozó su extraña sonrisa mientras miraba fijamente al infinito. - Hasta ahora hemos sobrevivido, si, pero no lo haremos sin nos seguimos internando en la pesadilla, no... - Negó de forma tajante. - No si lo hacemos con la actitud que hemos venido trayendo. - Miró uno a uno a sus compañeros kiriath. - Podemos empezar de cero. Olvidar quién robó a quién, quién mató a quién o quién traicionó a quién. Si... eso podemos hacer... - Asintió con la cabeza y esperanzado. - Sólo así admitiré que quien se comprometa, pueda venir conmigo, los nobles Nalvius y Elspeth y sus arrogantes y concienzudos guardaespaldas en busca de... - Miró entonces a Nalvius. - ¿Qué buscamos, eh? ¿Un collar?

Cargando editor
20/01/2020, 13:34
Lithiniel

En cuanto aquel endemoniado ser cayó y la druida pudo incorporarse de la caída no dudó ni un instante en intentar socorrer a su amado árbol, echaba tierra, exhortaba a los demás, intentaba apagar las llamas con su propia capa, pero todo era inútil, su sueño de sembrar el primer brote sano en su antigua patria se había desintegrado tan rápido como llegó, todas sus horas de trabajo, toda su planificación, los cuidados que le dirigió, todo para nada... Algún dios malvado debía estar riéndose a más no poder a su costa, le habían puesto miles de trabas en su camino, perdiendo a su esposo, a su propia esencia y ahora el magnífico regalo de aquel sabio mago que visto lo visto bien podría habérselo quedado teniendo en cuenta para lo que le había servido; así pues, maldiciendo su destino y la suerte que puso a aquel elemental en el camino a su humilde morada, la druida cayó de rodillas en el suelo, abatida, llorando por la impotencia de no poder luchar contra aquello que parece escrito y que tanto daño le provocaba...

Pasó varios minutos así, replanteándose para qué valía todo aquello, tantas luchas, tanto esfuerzo por recobrar algo que no quería ser parte del mundo de los vivos "toda para nada..." pensaba sumamente abatida. No obstante, en medio de toda aquella oscuridad algo la animó ligeramente, su fiel compañero aviar se posó en su hombro, quizás sabiendo del doloroso momento que pasaba la druida y consolándola con su mera presencia; en todas sus lides él era el único que permanecía a su lado, mas a Lithiniel no le cabía duda de que tarde o temprano, la mano negra que guiaba su vida también se lo cobraría como precio, por lo que le dijo a la vez que lo acariciaba, con voz compungida:

-¿Por qué sigues conmigo amigo mío? ¿no ves que no les espera nada bueno a aquellos que me importan? huye ahora y salva tu vida, no quiero perderte a ti también... -decía sin tener las fuerzas suficientes como para expulsarlo ella misma, pues era lo único que le quedaba.

Así pues, aún a sabiendas de que el animal no podía entenderla, agradeció que no se fuera pues era el único pilar que le quedaba para seguir en pie.

Tras la desesperación de ver su árbol destruido, y sin decirle nada a Gwyn por coger madera del mismo, pese a que lo hiciera sin permiso, ella decidió hacer algo similar, aunque con una finalidad mucho más altruista, buscó alguna bellota que pudiera conservar para continuar al menos su estirpe aunque en medio de aquella incineración no sabía si sería posible...

Finalmente, y rehaciéndose un poco, escuchó la conversación del grupo, pues lo revelado era de suma importancia. Así pues, en primer lugar le dirigió una mirada de odio a Gwyn diciéndole:

-He tenido demasiada paciencia contigo, como vuelvas a insultarme sin que yo te haya dicho nada será lo último que hagas... -dijo con una mirada que helaría el alma en referencia a llamarla viuda resentida, y sin darle mayor importancia a su cambio de líder, asunto por el cual le dijo a Tareth- ignóralo, hace un tiempo voto al monje como líder, luego a mi y ahora a ti, el explorador tiene el mismo sentido del honor que una culebra -expuso tomándose la represalia por haberla vilipendiado sin tener culpa.

Tras ello, e ignorando el asunto del líder le respondió al bardo diciendo:

-Nalvius, parecéis un elfo sincero y con criterio, por ello entenderéis que arriesgar nuestra vida porque una reina afiance su posición política no es lo que más me importa en este momento, he hecho muchas cosas por ayudar a los nuestros aquí y lo único que he recibido del alto mando, en el cual estaba dicha elfa, ha sido un juicio por abandonar nuestra posición, no, no le debo nada a dicha mujer y no me jugaré mi vida y la de Renan por simple altruismo -dijo dejando claro que no se la jugaría por nada- además, si lo que decís de los presupuestos es cierto, he de hablar con cierto oficial, el cual nos prometió, siendo sincera que si os protegíamos el tiempo suficiente como para que vierais el peligro del bosque, insistiríais en que se nos otorgasen dichos presupuestos, ese es el motivo de nuestra presencia aquí y aunque se nos pidió mantenerlo en secreto, no pienso hacerlo por más tiempo teniendo en cuenta que nos han engañado de igual forma -expuso bastante molesta con la situación de que los siguieran usando como meros peones, habiendo hecho más que la mayoría de los elfos por salvar dicho lugar- así pues, yo no sé el resto, pero pienso volverme a Rocío Matinal y exigirle a nuestro superior que cumpla su palabra, pues obviamente nosotros hemos cumplido la nuestra que era que se nos otorgasen dichos apoyos, y por ende reclamaré la recompensa que se nos prometió -concluyó sintiendo que ya nada la retenía allí y dispuesta a empezar a cobrarse lo que merecía en honor a todo lo que había scrificado por aquellos elfos estirados que no sabían ni lo que era luchar por Silvanesti.

Notas de juego

Pues eso dire, no sé si el roble tenía bellotas, pero me gustaría llevarme algo para no hundirme en la pena XD.

Cargando editor
20/01/2020, 14:53
Zeverúth

Reclamar la recompensa era algo que resultaba tentador, aunque por experiencia sabía que cualquier excusa serviría para que las dieran con un palmo de narices. Pero eso no lo deberían saber los nobles y sus curiosos guardaespaldas. El planteamiento de Lithiniel estaba bien por una vez, pero se había equivocado al elegir las palabras.

Mis queridos señores, como bien dice mi compañera, nuestra misión era protegerlos de las inclemencias del bosque, y aunque el tiempo pactado era mayor, el objetivo está conseguido, que era conseguir la aprobación de los presupuestos. - el monje se paró a pensar un momento - podríamos volver al campamento, y reclamar lo prometido, o... - y aquí las imágenes se cruzaban en su cabeza. Alguien dirigiendo un campamento, alguien con derecho a conseguir rango militar y ascender como un verdadero soldado de la Protectoría... pero no era él, sino Ashe quien se aparecía en sus pensamientos. Debía conseguirlo por ella, por otorgarle el respecto que se merece, porque nadie más escupa al verla o escucharla - o podrían mejorar la apuesta, y ahorrarnos ese innecesario viaje de vuelta, con la consecuente ganancia de tiempo para esta misión tan importante.

Dicho esto, aclaró una cosa.

Nuestro amor por la patria es grande, creo que ha quedado patente, pero todos queremos hacer algo más, y desde nuestra posición solo quedamos relegados a trabajos menores... somos un talento desaprovechado, que sin duda con las palabras adecuadas de alguien adecuado, podría cambiar notablemente. En su mano está... ya han visto una minucia de lo que les espera, y el desempeño de sus dos guardaespaldas, que aunque haya sido notable, ha sido insuficiente. 

Después se volvió hacia Tareth.

Por mi parte no hay problema, puedo olvidar todas las ofensas y ultrajes, siempre y cuando haya una propuesta de enmienda, y ese tipo de comportamientos no se vuelvan a repetir...

Cargando editor
20/01/2020, 15:34
Gwyndrahir

Las palabras de Tareth sonaban claras, pero el rechoncho elfo no estaba seguro que fuesen del todo ciertas, los líderes surgen de los grupos, o los grupos se forman en torno a los líderes? Lo primero no parecía posible, había caminado por meses junto a kirath de varios campamentos y el tema del liderazgo siempre, sin excepción, resultó en un desastre para el resto y para el propio líder. Gwyn pensaba que lo segundo era más probable, a tal punto que aún si nadie más apoyaba al tuerto, al menos serían un grupo de dos. El pedido de dejar atrás el pasado le resultaba inaceptable, imposible e inalcanzable, sin embargo era una condición de su líder y tenía que apoyarlo a como dé lugar. Su mente se sumergió en contradicciones y la duda lo paralizó.

Observó a los demás kirath, con Lithiniel ya había hecho las pases, la había odiado más que a nadie cuando, después de muerta, se convirtió en esa horrible momia desgraciada y mal nacida que sólo buscaba humillarlo, pero él había visto cómo se retorcía en el piso de dolor y cómo su cuerpo se consumía por sus maldades, así que estaba en paz con eso, y desde que la druida volvió a la vida no hizo más que seguirla y apoyarla. A Zeveruth también lo odiaba, no tanto como a la momia, pero él había matado a su prometida y jamás se había disculpado, había destruido el brazalete que le había regalado, se había quedado con su arco y lo había golpeado públicamente dejándolo en ridículo. Pero la vida había compensado esas cosas, Gwyn admitía en su interior que la existencia del monje era penosa y lamentable, lo había encontrado atado y defecado, por heces propias y ajenas, prisionero y destinado a ser parte de la sopa de una chamana, y por si esa humillación no fuese suficiente, el triste espectáculo que dio frente a todos tratando de enfrentar al enorme elemental con una toalla húmeda y sin poder embocar ni uno de sus puños que con tanta técnica entrenó por años, resultaba tan vergonzoso, que comenzaba a sentir algo de lástima hacia él por su desdicha. Incluso había muerto, lo que él pensaba hacerle ya había ocurrido, qué sentido tenía desearle la muerte dos veces? Drielae ya había sido vengada, así que tal vez pudiese dejar atrás las ofensas del monje. La mestiza era otro asunto, era orgullosa cuando en realidad tenía que estar agradecida de que el resto le dirigiese la palabra, había enloquecido en Tirntaal y desde entonces era rebelde, ingrata, traicionera y estúpida por igual. Rebelde, porque enfrentaba continuamente la autoridad de Lithiniel, ingrata porque había abandonado a su suerte al Túnica Blanca, traicionera porque les había robado en la cara, tanto los tesoros de Tirintaal que habían acordado compartir como los fondos que el Alto Mando les había dado para la misión, y por sobre todo, estúpida, cómo va a enamorarse del monje? Para Gwyn ese era el mayor indicio de que había enloquecido completamente. Sin embargo la había visto desconsolada, deshecha, desesperada, sufriendo y llorando por la pérdida de su amado, y Gwyn se vio reflejado en ella, recordando cuando Zeveruth había matado a Drielae y él se abrazó al cuerpo milenario y decapitado de la elfa. Nuevamente, los dioses estaban del lado de Gwyn y habían castigado a todos los que se le habían opuesto, su venganza estaba cumplida, así que podía acatar la directiva que Tareth les había dado. 

Tardó tanto en pensar estas cosas, que la druida y el monje tuvieron tiempo de hacer un largo discurso antes que él pudiese hablar. Se dirigió primero a su compañera del campamento Fénix Azul - Es cierto, tengo tan poco honor como tú gratitud - le dijo mirándola de reojo - Pero soy leal, más que cualquiera de ustedes, aunque no tan necio - agregó enseguida - Cuando Zeveruth fue elegido por el apoyo de los dioses y sacó el palillo corto - el rechoncho elfo recordaba que había tenido el honor de sostener todos los palillos en su mano - le fui fiel y seguí su plan al pie de la letra. Pero en tan sólo unos pocos minutos al mando del grupo, él mismo hizo lo opuesto a lo que había propuesto, y eso provocó tu muerte, que el cadáver de tu esposo fuese maldecido y profanado, que todos nosotros casi muriésemos, que el acuerdo con Kiyalariel se fuese al diablo y todos quisieran matarnos, y por si eso fuera poco, él mismo se murió por su estupidez, como hizo ahora. No es falta de lealtad, demostró ser un completo inepto y los dioses lo abandonaron, cómo no iba a hacerlo yo? Tú tampoco lo seguiste, es más, ni él mismo creía en él después de eso - de no haber sido por Kento, de quién después se olvidó tras haber saltado el portal, Zeveruth no hubiese sobrevivido. - Lo mismo pasó contigo, desde que te acepté como líder, te he seguido a todos lados, he apoyado todas tus ideas, te he defendido ante todos, te he ayudado en tus tareas, te he cuidado la espalda y hasta me hice amigo de tu mula. Todos han sido testigos de eso - incluso los diplomáticos lo habían vivido en carne propia, cuando se había enfrentado a la orgullosa Túnica Blanca para defender a Lithiniel - Pero también cambiaste tu propio plan, en lugar de tirar toda esa agua sobre el monstruo de fuego - señaló el inmenso barrial en dónde habían caído más de cien litros de líquido - decidiste apenas mojarlo salpicando un poco de agua con el pico de un pequeño pájaro o con un chorro más pequeño que un puño, con suerte le habrás lanzado un par de baldes en todo el combate. - la druida lo había dañado, y mucho, pero a los ojos de Gwyn, bien podría haber acabado con él en un instante si hubiese seguido su propio plan - Al igual que con el monje, los que seguimos el plan, que fuimos sólo tú y yo, por poco acabamos muertos. Qué hubiese pasado si los que teníamos que proteger hacían lo que pediste y entraban al árbol? Todos estarían muertos, eso hubiese pasado. Los dioses te abandonaron, al igual que a él en Tirintaal, mira cómo quedó tu inmenso árbol sagrado... si ellos no te aceptan como líder, si ninguno de nuestros compañeros te aceptan, si los recién llegados no te aceptan, si tú misma atentas contra tu vida y contra la de los que te apoyamos, entonces no es falta de lealtad que ya no te siga, Lithiniel, ni ninguna traición, simplemente ya no eres la indicada. No seré muy listo, pero no soy tan necio como para no aprender, tuviste tu momento... pero ya se fue - le respondió sin hablarle despectivamente, no sentía rencor hacia ella, simplemente ya no era una buena líder, él tampoco lo hubiese sido y el monje era aún peor que ellos, tan sólo se trataba de pragmatismo - Tareth en cambio ha hecho todo bien, incluso engañando es bueno, nos llevó a un juicio sin que nos demos cuenta, trajo a los diplomáticos al árbol y hasta estaban agradecidos de venir aquí, y le dio una paliza al elemental que será leyenda. Ya lo ha dicho Nalvius, y yo también, los dioses están con él. Es una lástima que tu orgullo no te permita reconocerlo - 

Gwyn no hizo el menor esfuerzo para hacer cambiar a la druida de idea respecto a no adentrarse en el bosque, sabía que intentar convencerla era perder saliva en algo infructuoso y que de todos modos iría a Rocío Matinal, dijera lo que dijera cualquiera de los presentes. No parecía importarle tanto como antes salvar esos árboles y volver a dar vida a Silvanesti, Gwyn sospechaba que debía de estar muy enojada con los dioses que la abandonaron, y él no iba a meterse en medio de una pelea entre ellos. El monje habló luego, lo hizo muy bien, con palabras elocuentes que el rechoncho elfo apenas podía seguir, lo suyo no eran los puños, sino la palabra, eso estaba a la vista de todos, seguramente se sumaría al grupo de diplomáticos en cualquier momento. En su exposición volvía a incluirse entre los talentosos y compararse con el resto del grupo, no tiene vergüenza, pensó el kirath. Pero Zeveruth iba a acompañarlos y estaba dispuesto a ser parte del grupo, incluso a seguir a Tareth, y si el monje lo hacía, lo haría la cazadora también. El odio amenazó con regresar cuando con absoluta vehemencia pidió condiciones para acompañarlos, enmienda? acaso vas a enmendar que mataste a mi prometida? acaso nos vas a devolver lo que nos robaste? Se detuvo, tuvo que hacer un gran esfuerzo, pero lo logró, el buen nombre del tuerto estaba en juego. - Tareth, yo también estoy dispuesto a dejar atrás todo, tanto las malos tratos que he recibido como los afectos y pertenencias que estos dos me han arrebatado. Pero para ser justos, pido que los que pertenezcamos al grupo hagamos todos lo mismo y dejemos todo atrás, sin más condicionamientos - ninguna enmienda, monje sin vergüenza.

Notas de juego

Me quedó un poco largo, no lo pude resumir.

Aclaro que el post está narrado desde la perspectiva de Gwyn, qué el vea así las cosas no significa que lo que dice haya sido realmente así, ni que lo que sostiene sea lo correcto. Los cuestionamientos que plantea nada tiene que ver con lo táctico ni con el comportamiento de los personajes, sino que expresan su visión hiper sesgada y sirven para reflejar la transformación interna que vive el personaje. Hay un par de cosas que detallé más porque me pareció que estaba buena la perspectiva de Gwyn de esos sucesos. Pero, aunque no se note, éste es el post para hacer las pases XD. 

Cargando editor
20/01/2020, 19:22
Elspeth

A diferencia de algunos de los presentes, yo prefiero guardarme para mí lo que pienso de ellos y de su actuación esta noche en aras de una actitud más constructiva, como Nalvius y Tareth han propuesto.

—Parece que por fin se ponen las cartas sobre la mesa y la verdad aflora. Eso es algo importante si queremos construir una relación de confianza sobre las cenizas de esta noche; así pues, yo también me sinceraré con vosotros en la medida en que mis conocimientos me lo permitan.

»Desconozco las razones por las que el Hijo Venerable Nalviusduil y yo misma hemos sido escogidos para esta misión en una decisión colegiada de las Casas de Mística y Presbiterial. No sé si nos ponen a prueba a ambos o solo fingen apoyar a la reina con la esperanza de vernos fracasar. Y otro tanto puedo decir de la Protectoría, cuyo beneplácito a nuestra misión únicamente nos ha proporcionado dos escoltas; o infravaloraban la amenaza del viaje o no lo hacían y esperaban que muriésemos o cayésemos prisioneros de vosotros.

»Como veis, es más lo que desconozco que lo que sé. Lo que sé es que el Cónclave de Alta Hechicería me quiere en Silvanost y allí es a donde iré con o sin compañía. Y sospecho además que si os han engañado para secuestrarnos, también os habrán mentido respecto de la recompensa que obtendréis. Sinceramente, dudo mucho que esperéis ser premiados por tratar de interponeros en una misión aprobada por la mismísima Alhana Starbreeze y podríais consideraros bien pagados si no se os castigase con demasiada severidad por ello.

»Es indudable que, a despecho de cualesquiera que fueran vuestras intenciones originales, nos habéis prestado una gran ayuda esta noche. Y reconozco también que seguir contando con vuestro apoyo en los días venideros sería muy de agradecer. Lormaen y Ghïlmeril han probado los dos ser soldados valientes y leales pero la valentía y la lealtad nunca sobran en circunstancias como las actuales.

»Estoy convencida de que la convivencia en los días venideros para aquellos que deseéis acompañarnos no será fácil. Mentiría si dijese lo contrario. Lo que conocemos los unos de los otros no invita precisamente a una relación de confianza, pero yo estoy dispuesta a hacer cuanto esté en mi mano para que la convivencia sea llevadera y fructífera.

»Entiendo que los hombres y mujeres de armas sois gente pragmática y está claro que la lealtad a la corona y el amor patrio pueden no ser suficientes para vosotros. Para mí desde luego no lo son, pues amo la magia por encima de cualquier otra cosa. Decidme, ¿qué es lo que creéis que se os negará si llevamos a cabo la hazaña que nos proponemos? ¿Reconocimiento, influencia, tierras, dinero? ¿Qué no os dará la Alhanna Starbreeze cuando escuche el relato de vuestra gesta y sea nombrada Oradora de las Estrellas gracias a vosotros? Podremos pedir lo que se nos antoje. Como el roble que has perdido, Lithiniel, obtendrás cuatro si es lo que quieres.

Cargando editor
20/01/2020, 20:13
Tareth el Tuerto

- No necesito oro, reconocimiento o tierras, no... - Negó con la cabeza con una sonirsa terrible en el rostro. - Siempre he hecho las cosas sin esperar nada a cambio. Soy un soldado, si. Cumplo órdenes, claro que las cumplo. Órdenes que conduzcan a un bien superior, si... eso es verdad. -Tareth se quedó callado. Todos esperaban que dijera algo más, pero eso fue todo hasta que alguien fue a intervenir. Entonces el tuerto pareció al fin reaccionar y le interrumpió, para seguir con su alegato. - Haré siempre lo que crea correcto y cumpliré las órdenes de quien merezca mi lealtad. Nalvius ha demostrado ser alguien digno de mi respeto. Si... - Miró al trobador y le realizó una reverencia con la cabeza.- Su propósito es el mío ahora. Sin esperar nada a cambio, no. No... - Se dirigió a sus compañeros de infortunios. - Podemos hacer algo grande, si. Si trabajamos juntos y sobre todo, si dejamos de intentar destruirnos. ¿Si? ¿Queréis? ¿Podéis?

Cargando editor
20/01/2020, 21:28
Ashe

—Aquí se ha faltado gravemente a la verdad y se han dicho cosas insultantes a las que únicamente se puede responder con un silencio despectivo. Otra cosa sería rebajarse a los vergonzosos niveles de infamia de algunos.

La elocuente mirada a Gwyn no deja lugar a dudas sobre quiénes son esos "algunos".

—Cuando dices que estoy mal informada, Nalvius, lo que quieres decir es que o bien te miento o bien me han mentido a mí. Podría ser que un oficial de la Protectoría nos hubiera engañado con el tema de los presupuestos militares, claro, o tú podrías contarme cualquier cosa con tal de conseguir nuestra ayuda. Últimamente la sinceridad no es algo que abunde en mi vida. A lo mejor nos presentamos en Rocío Matinal solo para descubrir que no hay ningún presupuesto aprobado.

»Por lo que a mí respecta, es evidente que nos necesitáis. Zeverúth y yo tenemos el alojamiento, las provisiones, el conocimiento de estos bosques y el talento para hacer frente a las amenazas que lo habitan. ¿O alguien duda de que ha sido él quien ha acabado con ese monstruoso elemental de fuego?

»Unos más que otros —nueva mirada significativa al obeso Gwyndaewar—, todos hemos hecho lo que ha estado en nuestra mano, qué duda cabe. Tareth ha hecho un buen trabajo también, por supuesto, pero hace tiempo que no soy seguidora de nadie y dice mucho de su buen juicio el que no pretenda imponer un autoproclamado liderazgo o uno ilegítimamente reconocido, como venimos escuchando desde hace más tiempo del soportable.

»No sería ingenua sino estúpida si después de todo lo que he vivido todavía continuase creyéndome las promesas de los desconocidos. Y no lo hago, pero unos y otros todos pedís lo mismo: que os protejamos. Eso queréis vosotros y eso nos pidió el oficial de la Protectoría que nos abordó de manera poco ortodoxa.

»Y yo, como dice Tareth y me consta que Zeverúth también piensa, estoy aquí para servir a Silvanesti de la mejor forma que pueda. Con nuestro actos, los kirath nos hemos ganado más derecho sobre esta tierra que el que ninguno pueda reclamar apelando a su belleza, su linaje o la pureza de su sangre.

Cargando editor
21/01/2020, 12:14
Tareth el Tuerto

Parece que tenemos un objetivo común, si, eso parece... - Dijo entonces el Tuerto. 

Parecía que finalmente iban a remar todos en la misma dirección. Todos o casi todos, pues Lithiniel parecía más proclive a regresar al campamento y reclamar su recompensa, que a seguir adelante como una valiente, defendiendo los intereses de su nación. Pues era eso lo que iban a hacer... Tareth esperaba no equivocarse. Desde luego, el asunto del secuestro nunca le dio buena espina y ahora, si acompañaban a aquellas gentes en su misión real, podían estar haciendo por fin lo correcto.

Lithiniel... - Se dirigió a la druida. - ¿Qué has decidido hacer? - Le preguntó. - No creo que te reciban con los brazos abiertos y te entreguen una recompensa. No, no lo harán... - Se autoconfirmó. - Te auguro penurias si vuelves sola. Penurias y decepciones, si... pero tú verás lo que haces. Yo no me meto, no... no lo haría...

Cargando editor
21/01/2020, 23:57
Lithiniel

La alta elfa escuchó todas las declaraciones de los presentes, aunque no pudo evitar soltar varios bufidos de exasperación ante la absurda explicación de Gwyn de porqué sigue a este o a aquel otro, por lo que tras explicarle porque no tiró todo el agua sobre el elemental, lo dio por imposible, no lo hacía por querer ganarse de nuevo su favor, eso era algo que empezaba a detestar, era más bien para que no osará tomarla por una inútil, por lo que tras ello le dijo al tuero:

-Ya lo has oído, en cuanto los vientos soplen para otro lado te dará la espalda como ha hecho con los anteriores ... -dijo en referencia a lo baladí que parecía el criterio del explorador.

En cuanto a la discusión vigente, Lithiniel escuchó atentamente a Ashe y a Elspeth, y aunque estaba deseando escuchar la réplica de Nalvius continuó diciéndole al guerrero:

-Lo siento, pero sigue sin convencerme esa misión suicida que pensáis llevar a cabo por amor al arte, para empezar sigo sin ver la relación que hay entre ayudar a esa princesa y salvar Silvnesti, si fuera alguien con poder para poner orden aquí y empezar a hacer las cosas bien lo entendería, pero por lo que veo es sólo otra titiritera que mueve los hilos según le place, pues si fuese alguien digno encabezaría ella misma esta expedición, en vez de mandar a una exigua escolta y a elfos poco preparados como bien habéis dicho vosotros mismos -expuso en referencia a las palabras de Elspeth- todo esto parece más bien un intento de aparentar hacer algo mientras pierde sólo unos pocos efectivos, y a juzgar por mi experiencia, parece que todo el maldito alto mando está igual de podrido -luego volvió a mirar a la elfa rubia y añadió- sin duda esa recompensa que nombras es la mar de suculenta, pero igual de suculento era lo que nos dijo el oficial y al parecer era una vulgar mentira simplemente para tenernos lejos sin molestar y que con un poco de suerte muramos junto a vosotros en vuestra misión suicida que seguro que también calcularon a la perfección, lo siento pero no pienso jugarme más el cuello ni el de Renan en promesas vagas y futuros inciertos, yo me vuelvo al campamento, puedo viajar por aire y puedo recorrer dicha distancia en poco tiempo, allí me reuniré con el oficial, el cual seguro que actúa como dices -añadió mirando a Tareth- lo negará todo y suerte tendré si no acabo encarcelada por calumniar o cualquier otra excusa barata, pero ya te aviso que no quedará ahí la cosa, pienso hacer justicia de una vez por todas, purgaré a los oficiales corruptos hasta sacar todo el veneno que hay en la cúpul de los kirath, entonces y sólo entonces consideraré que se puede hacer algo por salvar nuestra patria, hasta entonces cualquier otra tarea la considero una distracción -aclaró dejando bien definida su postura- si la tal Alhama Starbreeze demuestra más honor que sus iguales en el cargo y se gana mi respeto, volveré y os ayudaré en vuestra tarea, pero como he dicho, me niego a seguir siendo el peón de gente que sólo busca su bien personal y al que le importamos menos que un insecto... -concluyó sintiéndose cada vez más convencida de su propósito, no obstante, antes de concluir le dijo a Ashe- tus dudas para con Nalvius tienen cierto sentido, pero si tuviera que poner la mano en el fuego, yo optaría que el que mintió fue el oficial, sólo hay que recordar sus continuas negativas a poner mínimamente algo por escrito del motivo por el que nos reclutó, y eso es bastante sospechoso- dijo finalmente esperando las réplicas de los presentes, no contaba con que nadie se le uniese, pues a fin de cuentas su misión era si cabe más imposible, pero al menos pensaba hacer recapacitar a los presentes sobre los motivos por los que debían seguir luchando.

Notas de juego

He puesto de forma resumida lo que puse por el off sobre el porque de la cañería que hice, para no tener que repetirme XD.

Cargando editor
22/01/2020, 08:25
Tareth el Tuerto

Lo cierto era que las palabras de Lithiniel hicieron recapacitar a Tareth. No lo importaba lo peligrosa que pudiera resultar la misión con tal de que ésta ayudara realmente a la nación. Sin embargo, no sabía hasta que punto iba a ser de ayuda recuperar aquella reliquia. ¿Mejoraría la vida de sus congéneres que la joya estuviera en manos de la legítima reina? No lo sabía, eso si que era cierto. Por ello requería una respuesta por parte del diplomáticos.

Nalvius, confío en ti. - Le dijo al trobador. - ¿Por qué sirves a la reina? ¿Por qué crees que debería ayudarle yo en esta misión?

Cargando editor
22/01/2020, 13:40
Gwyndrahir

El rechoncho elfo expresó con claridad su compromiso de dejar todo atrás sin pedir nada a cambio, con la condición que el resto hiciese lo mismo, pero notó con sorpresa como ese tema tan relevante pasó al olvido rápidamente, al igual que el asunto del liderazgo. De qué me perdí? pensó el kirath. La Túnica Blanca hablaba mucho, con palabras que le costaba seguir, parecía saber más cosas que nadie, y él no podía comprender más que un puñado de ellas, sin embargo un nombre le resultó familiar y claro, Alhanna. Gwyn la había visto durante el juicio, era una elfa hermosa, al punto que hacía que Drielae se sintiese celosa de su presencia, parecía ser la máxima autoridad en el campamento, y la más sensata de ese grupo de lunáticos que los juzgaron. Qué no me daría Alhanna cuando escuche el relato de mi gesta de la boca de Nalvius? Los ojos del kirath brillaban imaginando sus más profundos anhelos.

Ashe lo miraba con odio, pero sus severos comentarios eran demasiado indirectos para hacerse cargo de ellos, sin embargo la altanera semielfa seguía con los humos bien arriba, hablando con autoridad en lugar de cerrar la boca. Invocaba el buen nombre de los kirath, cuando el mando de ese comando los había mandado a retener a esos diplomáticos a través de mentiras y por un trasfondo meramente político. Los Kirath son una farsa al igual que las Casas y los Oradores, a ninguno le importa realmente Silvanesti. Lithiniel, que seguía convencida de que había hecho lo corecto, le explicó la importancia de porqué su segundo plan era infalible, Gwyn tenía sus dudas de que así fuese por cómo habían terminado las cosas, pero ya no volvió discutirle. La druida había logrado darse cuenta de algo que la cazadora aún no, los kirath estaban podridos. Su vocación de purgar la cúpula de los kirath le parecía noble, si aún fuera su líder, él la hubiese seguido con gusto. 

Tareth remarcaba una y otra vez que cumplía órdenes, eso confundía un poco al rechoncho kirath, que hasta el momento había conocido líderes que daban órdenes, y que no cumplían ni la de ellos mismos. Estaba bastante claro que el tuerto ya no era el perrito faldero de Lareth, no después de cómo los había engañado, y que ahora seguiría a Nalvius. La preguntas que hacía, sin embargo, eran tan básicas que hasta él podía responderlas. -Sigue a la reina porque es muy hermosa, jefe, y necesita que el Campeón de los kirath lo acompañe al bosque para que lo proteja - dijo en voz baja, como tratando de ayudarlo con una respuesta que su compañero debiera saber, asintiendo hacia el clérigo con una sonrisa cómplice.

- Lithiniel, te deseo éxito en tu misión. Creo que vas hacia el lado equivocado, el bosque y la naturaleza quedan para allá y te necesitan- señaló el corazón de Silvanesti - y ese campamento de incompetentes y traidores no merece de tu tiempo siquiera, pronto los E'li se extinguirán por su propia estupidez - Gwyn anhelaba ese momento, en el que el último de esos inútiles pereciera - No voy a tratar de convencerte, pero tampoco quiero que te maten, ya he perdido demasiados compañeros - sostuvo su mirada sobre la druida, no sentía simpatía por ella, pero habían compartido varios meses juntos, y era la única compañera del Fénix Azul que le quedaba

- En Rocío Matinal manda el Comandante Lareth  Thlörendil, él tiene el mando de los kirath, mueve los hilos de esos jueces inútiles, y le susurra mentiras a Alhanna, para luego traicionarla impidiendo que esta gente recupere lo que es de ella - para el kirath, ese elfo demente era el responsable de todos los males, los pasados y los que estaban por venir - Recuerda que el juicio fue una farsa, aún siendo héroes nos condenaron por la incompetencia de los E'li, no por la nuestra, y no creyeron nada de lo que le dijimos. Nos condenaron sin razón, sólo para obligarnos a acepar esta misión.- era la pura verdad a los ojos del kirath, todo ese juicio absurdo había sido sólo para presionarlos, pues de otro modo no hubiesen aceptado el asunto del rapto - Sabían que éramos lo suficientemente buenos como para detener y proteger a los diplomáticos, y también que con el tiempo Silvanesti acabaría con nosotros y no viviríamos para contarlo. Ten cuidado, tal vez tengas que purgar a todos los kirath allí... no esperan que regreses tan pronto, es más, creo que no esperan que regresemos,  en cuanto te vean sabrán que algo salió mal, dudo que el Comandante te deje con vida para que alertes a Alhana de su plan, te mandará a matar antes. - Gwyn sentía que había cumplido con su compañera y por momentos amiga, le había advertido los peligros de su decisión. También sabía que no volverían a verse, los dos grupos iban hacia muertes seguras y fracasarían en sus misiones, ella no podía vencer al Comandante sin el testimonio de los diplomáticos, ni ellos podían llegar corazón de Silvanesti sin la ayuda de la druida - Puedo pedirte un favor? me prestas tus herramientas para seguir practicando?- le dijo finalmente con una enorme sonrisa.

Cargando editor
22/01/2020, 18:53
Nalviusduil

—Todos habéis dado poderosas razones y yo no refutaré las de ninguno. Aunque no todas las comparta o las comprenda siquiera, las respeto —afirma serenamente el clérigo después de escucharos con su beatífica sonrisa.

A continuación, contestando a la pregunta de Tareth, añade:

—Tampoco me atrevería a deciros a quién debéis seguir, ni a quién entregar vuestra lealtad y las razones por las que libremente he escogido concederle la mía a la reina Alhana ya os la he dado.1 Cada cual es libre de entregar la suya a quien mejor le parezca. No soy quién para hablar en su nombre, ni para justificarla, ni para prometeros recompensa alguna, pues yo no soy más que un humilde siervo de Astarin.

Dedicando su atención a los demás, prosigue ahora en relación a las mentiras de quien os ha enviado.

—Como seguramente entenderéis, tampoco puedo juzgar la falsedad o la veracidad de las afirmaciones de un tercero al que no conozco. Ni os juzgo a vosotros por vuestras acciones pasadas. Para mí, los kirath realizáis una impagable labor para que nuestro pueblo pueda regresar a estos bosques que son nuestro hogar y todos los silvanestis estaremos en deuda para siempre por ello.

»Después de conoceros y de veros en acción, pienso que vosotros de entre todos los kirath debéis ser los más esforzados y valerosos y también los más amados por los dioses de la Luz. Os estoy profundamente agradecido por la ayuda que nos habéis brindado en nuestra misión, primero escoltándonos hasta aquí sanos y salvos y ahora protegiéndonos de ese monstruo ardiente.

»A aquellos de vosotros que decidáis que nuestros caminos se separan aquí, solo puedo deciros que ha sido un honor para mí conoceros en persona y no solo por el relato de vuestras gestas heroicas. A los demás, los que habéis declarado que deseáis acompañarnos a Silvanost sean cuales sean las razones de cada uno para hacerlo, os veré por la mañana.

»Ahora, si me lo permitís, me retiraré para rezarle a Astarin y darle las gracias por permitirme vivir la más gloriosa de las aventuras en compañía de unos héroes como vosotros.

Notas de juego

1 Para no repetirme, me retimo al anterior post de Nalvius del 18/01/2020, 21:53.

¿Entiendo que todos menos Lithiniel os vais con los diplomáticos?

Cargando editor
23/01/2020, 07:59
Tareth el Tuerto

Tareth se acercó a la druida. Entendía sus motivos para regresar al campamento y enfrentarse al oficial kiriath, no obstante, no los compartía. Para Tareth, que le mintieran o manipularan para hacer algo que no hubiera hecho sin mediar subterfugio, era algo del día a día. Tareth siempre había sido un peón movido por los que estaban por encima de él, para que llevara a cabo sus propósitos. Él mismo se valía de la mentira si era necesario y justo y en ese caso, lo justo parecía desobedecer las órdenes del Comandante Lareth  Thlörendil. Él les había mentido o al menos escondido la verdad. Pero lo más importante, era que como bien había dicho Lithiniel, habían cumplido la misión, los presupuestos para la guerra estaban aprobados.

Piénsalo bien Lithiniel...Le susurró al oído. - ...si, piénsalo bien. - Posó una de sus manos sobre el hombro de la druida. - Te echaremos de menos aquí. ¡Si, vaya que si! Si por la mañana al despertar has cambiado de opinión, tendrás un hueco junto a nosotros, si que lo tendrás.  - Le sonrió. - Creo que esto va a ir mucho mejor ahora. ¡Vaya si lo creo!

Dicho aquello, Tareth se apresuró a tratar de apagar las llamas de los árboles de los alrededores. No dormiría tranquilo sabiendo que en cualquier momento podían convertirse en elfos a la brasa. Esperaba que el incendio no se propagara demasiado, ni demasiado rápido, como esperaba no ser el único que se dedicara a acabar de sofocar las llamas. Por su parte, Nalvius parecía muy tranquilo y decidido a irse a la cama. Se notaba que era un hombre de la alta aristocracia, acostumbrado a que los otros hicieran el trabajo feo por él.

Aquello no le importó demasiado a Tareth. Él solía mirar únicamente lo que le tocaba hacer a él y raramente se quejaba de lo que hacían o dejaban de hacer los otros. De haberse querido quejar, ya se habría quejado amargamente al comandante Lareth, por tener que seguir compartiendo el viaje con aquella tropa de chalados. No obstante, lo cierto era que empezaban a gustarle. Cada uno en sus justa medida y por separado, tenía sus cosas buenas.

Lithiniel era disciplinada y terca, lo que en ocasiones era bueno. Gwyn era leal, hasta cierto punto, pero leal durante el tiempo que lo era. Zeverúth podía llegar a razonar lo que no podía razonar el resto de los kiriath que le habían tocado sufrir, aunque luego era vengativo como todos y Ashe... bueno a Ashe no la conocía tanto. No habían cruzado muchas palabras, pero cuando no estaba junto a Lithiniel o Gwyn, se convertía en una persona casi normal y si la druida se marchaba, podían conseguir llevarse bien. O llevarse simplemente...

Notas de juego

Puedo apagar las llamas de los alrededores yo solo?

Cargando editor
25/01/2020, 16:45
Lithiniel

Las palabras del bardo remarcaban que era alguien respetable, con sus secretos y sus intrigas, pero respetable al fin y al cabo, por lo que le quedó más claro que la corrupción estaba en la élite kirath. No obstante, en medio de aquel infierno y tras el duro varapalo recibido, una tenue sonrisa se dibujó en sus labios ante las palabras de Tareth, sin duda era agradable que al menos alguien la valorara, pero su convicción era mayor que su amistad por lo que dijo:

-Me alegra que pienses así amigo, si no me sintiera tan traicionada por los míos créeme que sería la primera en acompañaros, pero lamento que no sea así, llevo haciendo gestas por nuestro pueblo desde que llegué prácticamente y las cosas únicamente parecen ir a peor, si queremos que nuestros esfuerzos den resultado primero debe haber alguien al mando que sepa gestionar las victorias pues de lo contrario siempre daremos un paso hacia delante y dos hacia detrás -concluyó agarrando el antebrazo de su compañero con sus dos manos- si consigo cumplir mi venganza o si por contra compruebo por mi misma que es completamente imposible, volveré lo más rápido posible, puedo volar como águila cinco horas al día, por lo que de ser necesario no me costará encontraros, no obstante -expuso sacando su mapa y acercándose a Nalvius- ¿por qué parte de Silvanost pensáis acercaros? -preguntó para marcar dicho punto en su mapa y de esta forma poder encontrarlos si se daba tamaña casualidad.

Tras ello, y con el dolor de la pérdida aún en su ser, se recostó por última vez en el tronco que aún quedaba unido por sus raíces e intentó dormir en él, sintiendo su dura corteza por última vez junto a ella...

Cargando editor
25/01/2020, 17:06
Director

Al tratar de obtener indicaciones de Nalvius, te das cuenta de que tu mapa se ha quemado en el incendio. No es una gran pérdida tampoco, porque hasta la fecha no te había servido para nada.

No descansas demasiado lo que queda de noche, temerosa de lo que pueda salir del bosque en llamas o de que el viento cambie de dirección y el humo te asfixie mientras duermes. Al amanecer el incendio parece haber remitido notablemente pero dejando tras de sí un paisaje desolador de cenizas y árboles calcinados.

En forma de águila y sin más compañía que la de tu fiel Renan, alzas el vuelo dándole la espalda a la salida del sol, como si pudieras escapar de él. Durante cinco horas, sobrevuelas el desolado paisaje de tu patria y, tras ese tiempo, no te queda más remedio que regresar a tu lenta y fatigada forma bípeda.

Para entonces te encuentras ya en el límite del bosque de Silvanesti; un viaje que a pie probablemente te hubiera llevado alrededor de una semana. En la lejanía, a unos dos kilómetros de donde aterrizas, localizas uno de los campamentos de los kirath. Estás convencida de que no es el tuyo, ni el campamento base E'li, pero no estás segura de cuál se trata.

Todavía estás intentado decidir si solicitar su hospitalidad o tratar de rodearlo cuando eres descubierta por una patrulla de tres compatriotas, ataviados con las capas y los aatrakhas propios de los kirath.

—Te hemos visto descender del cielo en forma de ave de presa y convertirte en mujer —comenta el primero de ellos, con más curiosidad que hostilidad—. ¿Quién eres y qué haces aquí?

—Nunca habíamos visto nada semejante —reconoce otro, con una nota de inquietud en su voz—. ¿Eres una hechicera del bosque?

Cargando editor
25/01/2020, 17:14
Director

No descansáis demasiado lo que queda de noche, temerosos de lo que pueda salir del bosque en llamas o de que el viento cambie de dirección y el humo os asfixie mientras dormís. Al amanecer el incendio parece haber remitido notablemente pero dejando tras de sí un paisaje desolador de cenizas y árboles calcinados. Lithiniel, en forma de águila, alza el vuelo junto a Renan para alejarse hacia poniente.

Dedicáis los siguientes tres días en avanzar hacia el sureste, avanzando casi paralelos al río pero sin acercaros demasiado a él. En ese tiempo, compartís las provisiones interminables que Ashe y Zeverúth han traído consigo y la pareja de tortolitos renuncia a la privacidad de su tienda de campaña para que ninguno de vosotros tenga que dormir a la intemperie.

Cada una de las grandes carpas tiene capacidad para cuatro de vosotros de modo que no tenéis que pasar penalidades para dormir siempre a cubierto. Además, ahora que sois un grupo relativamente numeroso, en todo momento hay dos de vosotros montando guardia cada vez que acampáis. Las tiendas de campaña no ofrecen un alojamiento cómodo, ni una gran protección contra las inclemencias del tiempo, pero os aíslan del húmedo suelo, del viento y de la lluvia corrosiva que cae del cielo.

Al cabo de esos tres días de marcha, el río os impide seguir avanzando hacia la capital élfica. Para entonces, el descanso y los puntuales cuidados de Nalvius os han permitido recuperaros completamente de las heridas físicas recibidas durante el combate contra el elemental de fuego. Cuándo sanarán las espirituales resulta más difícil de predecir.

Dedicáis las siguientes jornadas a trabajar en equipo para construir entre todos una balsa lo suficientemente grande y resistente como para transportaros en un único viaje las más de dos millas que os separan de la orilla opuesta. Hay árboles que serrar más que de sobra y esparto con el que trenzar cuerdas que mantengan los tablones unidos.

La convivencia no es fácil, pero todos tenéis un objetivo común y la firme voluntad de acometerlo. Y aunque contáis con las herramientas que Zeverúth y Ashe tuvieron la previsión de comprar en Rocío Matinal, echáis en falta la magia druídica para agilizar el proceso. Así pues, dedicáis varios días de duro trabajo para conseguir una embarcación a la que no temáis subiros los ocho y cuatro horas más en cruzar con vuestra balsa al otro lado por las aguas estancadas y sangrientas.

Notas de juego

Pausa rápida para comentar lo que queráis, si deseáis hacerlo y para declarar qué conjuros tenéis preparados. Después seguimos adelante ;)

Cargando editor
25/01/2020, 17:37
Lithiniel
Sólo para el director

La druida se acercó sin nada que esconder, y habló con tranquilidad diciendo:

-Soy una de los vuestros, Lithiniel, del campamento del Fénix Azul, podéis comprobarlo -dijo sin importarle esperar para que alguien lo corroborase- en cuanto a mis poderes, es lo que tiene haber salvado a cientos de los nuestros de Sithelnost y haber destruido una fortaleza mágica llena de nigromantes y goblins, que una aprende ciertos trucos... -aclaró en tono orgulloso pero como si indicara que no era nada especial- ¿cuál es este campamento? ¿me falta mucho para llegar a Rocío Matinal? un asunto importante me reclama allí así que os pido que no me hagáis esperar mucho rato... -concluyó dejando bien claro que tenía prisa.

Cargando editor
25/01/2020, 18:36
Director

Aunque los kirath parecen impresionados y algo escépticos con las cosas que les dices, no parecen interesados en detenerte sino en facilitarte el camino.

—¿Te has perdido? —pregunta uno de ellos—. No me extraña, el bosque puede resultar en ocasiones muy desconcertante.

—Ese de allí es el campamento Astarin —comenta otro, señalando las grandes tiendas de campaña que se ven a lo lejos—, así que estás bastante lejos del tuyo; a 40 ó 50 millas, creo yo.

—Rocío Matinal está más lejos, a unas sesenta millas al noroeste de aquí. A cinco o seis días de camino por las Praderas de la Arena. No es tan peligroso como Silvanesti pero tampoco es particularmente seguro para alguien que viaja solo.

—Pareces cansada. ¿No prefieres hacer noche en nuestro campamento y contarnos por qué te urge tanto llegar a Rocío Matinal? Tal vez alguno de nuestros exploradores podría ir allí en tu lugar.

Cargando editor
25/01/2020, 19:28
Zeverúth

Los días se sucedían, y aunque la convivencia se había vuelto bastante más cómoda, la desconfianza seguía siendo patente. Había terminado aceptando que Gwyn veía la realidad de una forma especial, una que solo él podía percibir, pero admitía que si él era capaz de hacer borrón y cuenta nueva, no podía ser menos, por lo que tomó la iniciativa de que cada vez que se dirigía a él, lo hacía con toda la amabilidad que podía, e incluso se ofrecía a ayudarle en tareas sencillas, siempre desde una postura ligeramente distante, pero con la intención de irse acercando poco a poco.

Lithiniel finalmente se había ido, y aunque a priori la separación de un compañero puede significar debilidad, el haber dejado solo a Gwyn sin apoyo alguno favorecía bastante el trato con este, y las discusiones se habían reducido drásticamente también, por lo que por más que le pesase, solo veía ventajas en todo esto. Echaba de menos el trabajo en equipo sin que hubiese una nota discordante continuamente molestando, y estos tres días de tranquilidad estaban siendo impagables. Lo único malo había sido tener que sacrificar la intimidad con Ashe, pero hasta para eso intentaba encontrar solución, buscando continuamente pequeños momentos para compartir con la exploradora, ya fuese buscando materiales para la balsa, o en las guardias nocturnas.

En definitiva, todo estaba mejorando, e incluso podía mirar con buenos ojos el viaje hacia una muerte segura que estaban haciendo. Ya llegaría el tiempo de preocuparse de todo lo que se les avecinaba, por ahora disfrutaba del momento. Estaban vivos, y eso era todo lo que importaba.

Cargando editor
25/01/2020, 20:05
Zeverúth

En uno de los momentos que pudo asegurarse de que nadie salvo Ashe lo estaba viendo, se intentó quedar a solas con ella, y en cuanto lo consiguió, agarrándola de la cintura, apoyó su espalda contra un árbol, y comenzó a besarla.

Tenía tantas ganas de hacer esto... - dijo entre beso y beso, mientras se entregaba a las caricias de su amante. Cuando por fin ambos se saciaron, se acurrucó junto a ella para hablarle y sincerarse.

¿Te fías de esta gente? - preguntó sin miramientos - lo he estado pensando, y podríamos fingir nuestra propia muerte y vivir en el bosque, construir nuestra casa poco a poco, y con la caja de provisiones ir subsistiendo... - el monje la miró a los ojos, hablaba con cuidado - dime una sola palabra y nos vamos, emprenderemos una vida juntos, ayudaremos a Silvanesti de otra forma... - la propuesta era sincera, y aunque parecía que era un plan de traición, la verdad es que no estaba muy convencido de la misión de la joya de la reina y de como eso ayudaría a mejorar su patria.