Partida Rol por web

Así que nos enfrentaremos a los magos rojos... Espero estar a la altura. Asiento con el rostro sin tampoco añadir nada a lo expuesto por Knox. No estoy especialmente interesado en la recompensa, pero si en lo que puedan decirnos esos magos.

Miro al cielo de nuevo... Si queremos ver que hacen esos magos rojos es probable que tus ojos nos sean de ayuda, quizá pueda verlos desde la distancia. Preferí guardarme mis pensamientos hasta que los grupos se hubieran dividido para ofrecer mi vista al grupo en lugar de hacerlo ahora delante de todos.

Nigromantes............ la verdad es que nunca me había enfrentado a nada parecido, pero por lo que había oido su magia era muy poderosa y destructiva. Aunque no iba a dejar que eso me amedrentara, si que me producía gran respeto. Escucho al enano y su contagioso entusiasmo. La verdad es que me había abierto las ganas hacer la misión.

Sabemos algo de las minas? Se ha podido hacer un plano de sus túneles o algo por el estilo? O tenemos que entrar allí en tromba y aniquilar todo lo que encontremos. Le pregunto al capitán Knox. O estos detalles se nos aclararán más tarde?

No era de extrañar que la pregunta mas bestia tuviera ese origen. Knox apenas relajo unos centímetros los hombros, mirando a Glavra.

-Es necesario que este entero si desean el extra, así es. Hay formas más simples de silenciar a un mago que mutilarlo, como por ejemplo noquearlo, o atarlo y amordazarlo convenientemente.

Luego se volvió hacia los dos guerreros del grupo que iria a la mina, respondiendo primero al enano.

-Los nigromantes que la custodian también son magos thayanos, por lo que valen lo mismo que los otros su captura… La mina, por otro lado, es inútil a nuestras fuerzas; debe ser destruida. +luego desvió la mirada hacia Mournblade+ Apenas estamos trazando los mapas del valle; desde luego no hay nada sobre la excavación, mas allá de su ubicación. Deberán entrar al estilo tradicional, a sangre y acero. Los otros  detalles os los aclarara Celeste.

Atiendo a las explicaciones del Sgto. Mi cara se ilumina brevemente cuando habla del "precio" de los magos. Mchos creerán que sólo soy otro enano avaricioso. 

Mis amigos sabrán la verdad.

Una vez concluidas las explicaciones, me despido del Sgto y del otro grupo, especialmente del enano,

-Cuando volvamos, Thorsteinn, te invito a una cerveza y nos contamos como ha ido.

Me encamino, por tanto, hacia fuera, esperando ser seguido por el resto de mi grupo, especialmente por la clérigo, sin ella nos será muy difícil tener éxito.

Escuché en silencio y con atención las órdenes impartidas por el Sargento. No hice preguntas, sólo me quedé pensativo en como procederíamos. La mirada de Knox me había atravesado. 

- Tengo la sensación que tanto Pharah como yo iremos a la vanguardia de la vanguardia para reconocer la zona antes que lleguen los guerreros. Seguramente Celeste nos dirá exactamente qué debemos hacer.

Aunque la idea me producía cierto temor, sabía que podría ser una de las estrategias para que el ataque sea efectivo. 

- mmm, quizás nuestro trabajo sea desde la sombras… si es que hay sombras con esos magos… - Mi cabeza era un sinfín de pensamientos.

- Estás listo, amigo? le dije a Gulp, quien me respondió con un gruñido - Muy bien, pongámonos en marcha, entonces.

Me acomodé mi mochila, desee suerte al otro grupo y apoyándome en el bastón, fuimos prontamente detrás de Brufir, quien ya se encontraba listo para partir.

-  Nosotros ya estamos listos, compañero. - Le dije al enano. - Es hora de cazar horrores.

-Solo si sobrevives- exclamó Thorstein en respuesta a lo dicho por el guerrero enano que combatiría en el otro grupo. Thorsteinn estaba ansioso por ponerse manos a la obra, pues para eso estaba allí, en eso se centraban sus dogmas y principios. La batalla con causa justa era para el un anhelo que deseaba obtener cada mañana que despertaba. Y esta batalla prometía ser una de las mejores, de eso estaba seguro.

Con su escudo pesado, el cual tenía plasmado en el frente un par de hachas de batallas cruzadas, el enano se acercó a aquellos con quienes habría de derramar sangre. En aquellos momentos los preceptos de su dios “Clangeddín Bargênta”, cuyo sagrado símbolo estaba plasmado en su escudo, estaban rondando su cabeza.

-Aprovecha la oportunidad de defender a tu gente y asegura su victoria cada vez que surja un conflicto.- Se decía para si en voz baja mientras ya junto a varios de los irían con él, escuchaba las preguntas de todos. -Disfruta con el desafío de una buena lucha, y nunca flaquees frente a la adversidad, no importa cuan ominosa sea-. Continuo hablando en voz baja hasta que encontró la oportunidad de hablar y hacer una pregunta.

-¿Contaremos con algún tipo de ayuda?. Enseres, recursos, armamento, víveres, etc. Muchas de esas cosas podrían facilitar mucho nuestra misión señor-.

El gnomo se mostró un tanto alicaído al escuchar la misión que les habían asignado. Enfrentarse a un grupo de magos no le sonaba como algo especialmente heróico, pero se animó en seguida pensando que aquello solo acababa de empezar, y en cualquier caso aquello siempre le podría dar una idea nueva para incluir en la canción que estaba pensando.

Rápidamente se volvió hacia el resto de compañeros con quienes le había mandado knox. Había dos enanos, un humano escuálido y una mujer que parecía elfa de aire taciturno, y por supuesto estaban él y la mujer verde. No le recordaba a ningún grupo de héroes de leyenda que hubiera escuchado, pero aquello sería incluso mejor, así la suya sería única.

- Hola a todos. Soy Fivo; y esta es Glavra - Se presentó a él mismo y a la mujer verde ignorando las nuevas preguntas a Knox. Estaba seguro de llevar en su mochila lo que necesitaba. - Entonces, vamos a capturar unos cuantos magos. ¿Qué tal se os da eso? A mi fatal, la verdad. - continuó con su bervorrea con una nerviosa sonrisa inocente en su rostro.

Tras escuchar las palabras del sargento y su respuesta a las dudas poco quedaba por hacer allí. Era hora de ir a Windle para recibir las órdenes específicas de nuestra misión. Justo me disponía a ponerme en camino cuando el gnomo se presentó así mismo y a la orco.

- Saludos; mi nombre es Daren, discípulo Ravantir. Será un honor poder luchar a vuestro lado. - Dudo que nadie conociera a Ravantir; y quien lo hiciera no se que impresión podría causar; pero no seré yo quien se avergüence de aquel que me mostró el camino.

- Creo que deberíamos ir a ver a Windle para conocer más detalles de la misión - Espero unos instantes por si alguien más quisiera presentarse y sin dudarlo comienzo el camino.

A sangre y acero. Eso me gustaba. Entrar, arrollar con todo lo que pillara y salir cubierto de sangre de arriba a abajo. Nos vamos a divertir maese enano le comento mientras empiezo a sentir como la impaciencia se va apoderando de mi persona. Bien, cuando salimos?

Hay alguna información relevante sobre alguno de los magos rojos ¿Sabéis si en la zona se encuentra alguien importante dentro de su círculo, o se desconoce sus miembros y sus números? A pesar de lo estúpida que pudiera parecer la pregunta, realmente estaba interesada en conocer la identidad y habilidades de algunos de nuestros enemigos, siempre que fuera posible.

También me preguntaba si antes de la misión se nos podría suministrara alguna poción u objeto, como unos grilletes para facilitar el buen resultado de la misma

Por nuestra parte yo creo que ya sabemos lo que debemos de saber. Sería bueno ir a ver a Celeste y hablar de nuestra misión, así como de la equipación idonea para ella. No os parece? Pregunto al resto de mi grupo

- Cuanto antes, mejor, creo yo. No hay tiempo que perder! Vamos, compañeros!

Y Gulp aúlla, como si fuera un cuerno que llama a la guerra.

Knox frunce ligeramente el ceño, pues la pregunta de Thorstein y la de Pharah tienen respuestas similares. Resopla profundamente por sus amplias fosas nasales.

-Nuestros suministros son escasos; recuerden que esto fue una embestida de emergencia, no una invasión planeada… En su mayoría dependerán de lo que lleven en sus mochilas y lo que puedan tomar de los thayanos. Al respecto rige la regla de los aventureros; podrán quedarse con todo lo que estos tengan como parte de su recompensa.

Su mirada luego se centra en la cleriga un momento. El bullicio en la tienda aumenta por momentos, pero su voz grave es fácil de escuchar.

-En cuanto a sus lideres y números, no tenemos información o es meramente estimativa; esa una de las razones por las que necesitamos prisioneros, ya que es de esperarse que Valindra tenga tenientes o comandantes.

Dada el ansia parece estarse contagiando en la mayoría, el sargento vuelve a incorporarse, llamando al orden con una firme palmada en la mesa.

-Muy bien. Tienen sus órdenes; confió en que darán lo mejor de si para cumplirlas. Pueden retirarse.

La reunión ha terminado, y cada grupo enfila hacia un lugar diferente. Los que irán al paso hacia la parte Noroeste, a ver a Windle, mientras los otros al Suroeste, hacia las tiendas medicas… Si el destino quiere, volverán a verse, pero no antes de que muchas cosas sucedan.

La reunión era al alba.

Pero la noche al parecer fue agotadora, puesto que no pudiste salir del trance a tiempo. En todo caso, cuando abres los ojos y ves a tu alrededor, ya la luz diurna empieza a elevarse y el campamento esta en plena actividad.

Una vez te vistes y equipas tan pronto como puedes, enfilas a la tienda de Knox justo a tiempo para ver a dos grupos saliendo, uno hacia los almacenes, el otro hacia la zona de heridos, mientras el descomunal sargento se vuelve meter dentro para recoger su gran hacha de guerra.

-¿Qué sucede? +pregunta cuando al volverse te encuentra allí.

Se despertó, sabia que era tarde, no le gustaba madrugar y seguía llevándolo muy mal, quizás debería haberlo hecho, después de todo tenían que informarle, igual si de daba prisa podía llegar a la hora en la que saldrían los grupos. Se vistió, cogió sus armas y a paso rápido fue hacia la tienda de Knox.

Puso una mano en su cintura -Creo que me he perdido algo- lo miro sonriendo tímidamente, poniendo cara de niña buena, tenia que actuar bien.

El puño metálico del hacha resuena firmemente en el piso de roca de la tienda, cuando Knox apoya su hacha frente a él, sin el menor asomo de sonrisa. Su único ojo te escruta; por un momento te había tomado por alguna mensajera o exploradora, pero ahora cae en que puedes ser el nombre que faltaba en la lista.

-Así es. La reunión termino. +dice secamente+ Tendrás que pedirles un resumen de la misión a tus compañeros, si te apresuras a alcanzarlos.

El grupo de la mina era el que había quedado disminuido. Ella tendría que rellenarlo, pudiera o no.

-La demora se descontara de tu paga. +determina rápidamente, resuelto a no dejar pasar el asunto de todas formas+ Ahora ve a la zona de atención medica. Los otros deben estar con Celeste. Deprisa!

El campamento estaba a pleno trabajo cuando arribaron. Los heridos y muertos se contaban por docenas; el área de curación no daba abasto.  Windle los envió a una tienda a descansar y custodiar al prisionero, en tanto se informaba de la situación. Mientras tanto pudieron observar a los que volvían de la batalla, arrastrando compañeros mutilados o bien sujetando sus propias heridas… mientras a lo lejos resonaban los gritos y extrañas detonaciones.

Knox no los recibió hasta varias horas después. El sargento tenía la armadura manchada de humo y sangre. Su enorme hacha descansaba a un lado, goteando en silencio un líquido espeso y apestoso del filo ahora mellado. Por lo que habían oído, el fue quien comandara la batalla del Arsenal, aunque fiel a su estilo lo hizo desde la primera línea, abatiendo a tantos como pudo por su propia cuenta.

-Reporte de misión. +inquirió secamente, obviando las formalidades. Habia sido un dia muy agobiante, en mas de un sentido...

La imagen del campamento es desoladora. Hay miles de heridos, miles de nosotros recobrando su salud atendidos por los saturados curanderos.

Miro mis ropas manchadas.

"Debo tener un aspecto horrible" pienso mientras puedo sentir el hedor amargo de mi ropa sucia.

Casi me sorprendo ante la escuetez del comandante. No me siento capaz de darle explicaciones. Siempre he adorado mantenerme en un discreto segundo plano, y esta vez no va a ser diferente. Me mantengo en silencio detrás de mis compañeros.

El enano observo todo lo acontecido y aunque sabía el dolor que había en aquel lugar y se hacia una idea de las perdidas, la verdad es que habría deseado estar allí, haber lucha escudo con escudo, haber derramado la sangre como un verdadero guerrero. Se lamentaba pues poco realmente habían logrado ellos, y solo la suerte les había ayudado al final.

Ahora había que dar un reporte, pero, ¿y que iba a decir él?, ¿que todo había sido un caos?, ¿que estuvieron muy cerca de perder la vida todos?. Sin lugar a dudas, no sería así. Habían cumplido con la misión y no les debía prácticamente nada a la mayoría de sus acompañantes. Afectarles solo crearía enemigos, por eso, les dejaría moverse pues no había realmente una unión ni una enemistad entre ellos. Así, guardo silencio y espero.

Al llegar al campamento y ver al sargento con vida respiro más aliviada al saber mi paga garantizada. Me acerco a él a grandes zancadas y cuando escucho sus breves palabras asiento conforme, tampoco me gusta andarme por las ramas.

Todos los thayanos del paso están criando malvas- Le digo al sargento finalizando mi escueto informe lanzando el fardo amordazado que es el mago thayano a los pies del oficial - Menos ese.

Se nos prometió una paga extra si además de despejar el paso y los altares, la misión principal, le traíamos a uno de estos magos con vida para poder interrogarlo. -Le recuerdo -Pues ahí lo tiene, vivito y coleando. 

Nosostros hemos cumplido con nuestra parte -Digo bastante satisfecha mientras extiendo la mano para recibir mi paga y la extra bien ganadas - Ahora quiero cobrar.