Partida Rol por web

El rostro marcado por el camino se permitió arrugarse un poco hasta formar una sonrisa. El muchacho sin duda no lo conocía.

-Esperemos la paz, pero preparemonos para la guerra. O eso dicen. Organicemonos, observemos el campamento, y si son quienes buscamos, atacamos. Si son demasiados, o nos superan en fuerza, o no son ellos, nos retiramos.-

-No te preocupes, no busco sangre, nunca la he buscado...-

El minotauro prepara su hacha, no es un individuo de muchas palabras pero si de muchas acciones, la estrategia de Damrath le parece tan buena como cualquier otra, después de todo ya habían servido antes, así que se preparo para seguir sus ordenes sin embargo...

Un pequeño muchacho, miembro del grupo al que encontrarán en su camino, se atreve a contradecir las instrucciones de su compañero y aun cuando el elfo se apresura a esclarecer sus intenciones, el minotauro no comprende por que tanta renuencia a preparar una estrategia de combate...

Mrrfff, mrrrfffff.... La respiración del minotauro es tan ruidosa que denota sin lugar a dudas su impaciencia...

¿No será mejor que nos acerquemos antes sigilosamente y nos hagamos una idea de la situación?

-Si son enemigos, y sorprenden al ojeador sin que estemos preparados, habrá muerto antes de que lleguemos... Si no son quienes buscamos, nos reagrupamos y decidimos el curso de acción.-

Dijo, observando al muchacho a los ojos, francamente.

Freya da un paso alejándose del minotauro por precaución... y sin apenas darse cuenta se acerca a Selt. Observa la discusión sin decir nada... Cuando viajaba con su mentor, nunca habían tenido este tipo de problemas, simplemente se habían decantado siempre por lar la cara... aunque era cierto que algunas veces, al viajar en nombre de un Dios en el que muchos ya no creen, había tenido que usar su espada.

Estoy de acuerdo con Damrath, dice Malon.

Si resulta que son caballeros de Solamnia, nos presentamos, les exponemos nuestro problema y que nos ayuden. Y si son los malos... pues a ellos.

- Espero que no pretendáis acercaros sigilosamente con esas armaduras- comenta Kirir en un acto de lucidez poco propio de él-. Freya hace tanto ruido como un enano borracho andando sobre la hojarasca pese a que ella crea que no se le escucha.

Habiendo obervado al grupo moverse, intuyó quienes podrían acercarse con habilidad al grupo, arriesgando el cuello.

-El kender es realmente sigiloso, quizá el y yo podamos acercarnos por los lados en silencio, mientras el resto del grupo espera la señal para atacar o aparecer, de frente.-

Cita:

Malon está a punto de extenderse sobre lo realmente sigiloso que puede ser si se lo propone, pero de repente recuerda lo agudo del timbre de su voz y lo cerca que están del campamento al que acechan, por lo que se limita a asentir vigorosamente con la cabeza.

Yo también voy con vosotros. Selt no está dispuesto a quedarse atrás. El minotauro puede quedarse con  Freya y Kirir.

Freya suspira y asiente... aunque mira escéptica al minotauro y a Kirir...

Genial...

Vuelve a levantar la mirada y espera a que sus compañeros avancen.

Los músculos del minotauro están claramente en tensión, es evidente que su paciencia esta llegando al limite y si el grupo no toma acción el lo hará, quizá de una forma que no a todos agrade...

Hacer lo que querer pero de una vez!!!

Al haberse ido Selt, Malon y Damrath, Freya se ha quedado sola con el minotauro y el anciano. La joven elfa no parece muy satisfecha con la situación, pero no se queja.

Discernir a las enormes moles no es difícil y menos acercarse lo bastante a ellas como para identificarlas como un ogro y un maloliente minotauro. Han encendido una enorme hoguera en la que están cocinando algo grande (probablemente un jabalí, por lo menos) clavado a una estaca. Junto al fuego hay un bulto tendido del tamaño de un humanoide dentro de un saco.

Ambos mascan con tanta fuerza que se oyen más que vuestras silenciosas pisadas cuando os aproximáis hasta casi medio centenar de pies de ellos, entre la maleza del claro, semiocultos. No parecen estar acompañados ni preocupados por la vigilancia, sin embargo, el hombre-toro porta una cota de escamas y tiene un enorme espadón junto a sí, y aunque la gran mole que es el ogro solo se cubre con unas pieles, el pequeño tronco de árbol que tiene junto a sí podría derribar a cualquiera de los aventureros antes de que éstos pudieran llegar a acercase a él para derribarle.

Ahi estaba el objetivo. El ataque era sencillo. Un ataque masivo sobre el ogro para acabar con el cuanto antes, despues, centrarse en el minotauro. Eran enemigos terribles. Y lo mejor era mantenerse alejado.

Esperó que el resto hubieran entendido el plan inicial. El grupo central cargaria abriendo brecha, para que los sigilosos y arqueros les atacaran por la espalda. Un buen plan. Solo faltaba que alguien lo iniciara.

Damrath montó su arco con rapidez y disparo una flecha, cerca de donde estaban sus compañeros. El minotauro lo entendería...

Súbitamente una flecha corta el aire cerca de la posición del minotauro, clavándose muy cerca de sus pies, una sonrisa bélica se dibuja de inmediato en el rostro del minotauro quien se toma un segundo para asegurarse que su hacha este lista, acto seguido se lanza a toda velocidad y sin mayores explicaciones al interior del campamento...