Partida Rol por web

El asesino seguramente no sea de la zona,con lo que estará cenando solo.Daos cuenta de ello...digo mientras me dirijo a la puerta de la posada.

Resoplo... Salvo que sean varios.. Murmuro en silvanesti mientras sigo al grupo.

Entremos, pero antes echemos un vistazo a los caballos, por si vemos algo que nos permita identificar a sus jinetes en el interior de la posada, sugiere Selt.

Aunque los asesinos estuviesen dentro, tampoco tendrían porqué hacernos nada a nosotros... ni siquiera sospechan que les sigue alguien... y quién sabe? Igual podemos sonsacar algo a algunos de los huespedes... Freya se encoge (encoje?) de hombros y se acerca a la posada con el grupo.

Veo como Freya se encoge de hombros y echa a camianr tras los demas... La miro fijamente durante unos instantes... Salvo que busquen aventureros y sus buenos objetos, Freya.. Niego con la cabeza y echo a caminar detras del grupo...

Los caballos (dos ejemplares de color marrón oscuro) están listos para marchar pues aún mantienen el arnés (silla, brida y demás accesorios útiles para la monta), aunque no hay ningún tipo de saco o bolsa frecuentemente utilizadas para guardar el equipo.

Muy bien. Entremos, ¿no?

Malon, que ya no se acuerda de que probablemente haya unos asesinos dentro de la posada, sólo piensa en las 3 Ces (Comida Casera Caliente), y afirma entusiásticamente: ¡Sí, sí, entremos!

Pues venga,no se que tendrán que ver los caballos con nuestro objetivodigo con el ceño fruncido,mirando a mis compañeros.Luego con un ligero empujón abro la puerta de la taberna.

Los acompaño silencionsa.

Freya los sigue también, sonriente, encantada con la posibilidad de encontrar alguien agradable con quien charlar animadamente...

Mâgnïr abre el portón de la taberna con un empujón; la pesada puerta chirría y pone bastante resistencia para abrirse pero, finalmente, la fuerza del enano se impone y deja vía libre al grupo.

La sala que se extiende frente a ellos es cuadrangular; 20 pies; aunque hace una esquina en el fondo izquierda de unos 5x5' en la que hay una puerta accesible solo desde el interior de la barra, un gran tablón de madera que ocupa la cuarta parte de la habitación, prácticamente extendiéndose hasta el fondo.
En ella, delante de varios barriles de licores, algunas botellas y una ingente cantidad de jarras, tazas y vasos, hay una extraña pareja de posaderos: un enano (de grandes músculos) que viste un delantal de cuero y un humano de algo más de 6' de altura que, pese a su escasa envergadura, bien parece un maestro en la lucha; tiene diversas cicatrices en sus brazos descubiertos, y una espada larga pende de su cinturón, advirtiendo a todo aquel que quiera propasarse de que este no es el lugar adecuado.
En la barra, que tiene asientos suficientes para una docena de hombres, hay únicamente dos de humanos vestidos con pieles y de aspecto fiero que os miran cuando entráis; están armados con hachas que sobresalen por encima de sus hombros y parecen estar bebiendo cerveza.

El resto del fondo de la sala esta ocupado por una escalera que sube a la siguiente planta (con hueco de un par de pies en la derecha, se eleva de derecha a izquierda ocupando el espacio en la zona posterior junto con la sala de 5' ocupada por la habitación junto a la barra).

En la zona derecha de la sala hay una chimenea en la que crepitan pequeños troncos de madera, lejos de su verdadera capacidad; seguramente podría calentar toda la sala en pleno invierno.

El centro de la sala está ocupado por 6 mesas cuadradas (con una media de 4-5 sillas por mesa); hay tres de ellas ocupadas.
- Una, la más cercana a la chimenea, está ocupada por dos humanos con aspecto de viajeros (ropas de cuero, abrigos de lana y una mochila junto a cada uno de ellos con un petate sobresaliendo de ella) que charlan amistosamente mientras cenan un caldo caliente.
- La mesa junto a la de los viajeros está ocupada por un hombre de aspecto fornido, algo gordo, y de cara sonriente que viste unas ropas de color violeta (no parecen baratas) que devora un asado sin levantar la cabeza del plato.
- La mesa más cercana a la puerta, y por tanto a vosotros, está compuesta por un extraño grupo de 4 enanos, completamente armados con hachas. Lucen enormes barbas y están cubiertos por capas de color azul; llevan ropas de batalla, armaduras de malla y mochilas de los que sobresalen picos y otros instrumentos de escalada. Aunque inicialmente hablaban al ver entrar primero a Mâgnïr y después a las elfas se limitan a fruncir el ceño y beber cerveza mientras os ven pasar.

El suelo está conformado por una mezcla de tierra seca y piedra, bastante consistente y limpio. Las paredes son completamente de piedra, sin más adorno que dos espadas cruzadas detrás de la barra. Decididamente es una posada de calidad, de las que hay pocas por Ansalon, poco frecuentemente se pueden encontrar lejos de las grandes ciudades...

Malon es de los primeros en entrar, y mientras se adentra en la sala común mira desacomplejadamente a todos los ocupantes de la misma.

¡Buenas tardes!, saluda con su entusiasmo habitual a los posaderos, y se dirige primero a calentarse un poco ante la chimenea, para luego acomodarse en la mesa más próxima

Toda la parroquia se gira en redondo al oir la estridente voz del kender, prácticamente todos esconden las bolsas que penden de los cinturones y están pendiente de cualquier cosa de valor que pudieran tener. Al parecer esta gente no tiene muy buena consideración por los kenders.

Sin embargo, los posaderos, lejos de asustarse saludan a Malon haciendo gala de una educación poco propia de alguien que tiene a un kender rondado sobre sus pertenencias:
- ¡Salud viajero!- contesta el enano mientras espera a que el grupo se acomode.

Selt, contento por no tener que dormir al raso, comparte la alegría del kénder al entrar en la posada.

Buenas noches, viajero. Quisiéramos habitaciones y una buena cegada, regada por buena cerveza. A cambio, podemos ofreceros algunas piezas de acero y contribuir a esta magnífica velada.

Todo esto lo dice Selt en el tono más amistoso posible. Sin embargo, a sus compañeros no les escapa que, mientras habla, analiza a los dos fornidos humanos de la barra.

Miro a la gente al entrar y acercandome a Freya, colocando la mano por delante mientras le sussurro al oido, miro a los hombres que estan en la barra....
Seguro que si alguien dice en voz alta que tenemos dinero de sobra para lo que deseemos, los culpables se interesaran... Le susurro en elfico, al lado de su oreja...

Miro a la gente al entrar y acercandome a Freya, colocando la mano por delante mientras le sussurro algo al oido, miro a los hombres que estan en la barra, separandome despues de ella, sin dejar de mirar con msi almendrados ojso a los hombres, silenciosa.

Entr,me mantengo detrás de Selt,sin hablar,simplemente me limito a observar mi alrededor,en busca de algún sospechoso.

Freya asiente ante las palabras de Silva y se quita la capa de encima con un agil movimiento y agitando sutilmente su hermosa cabellera, que casualmente desprende destellos dorados debidos a la iluminacion de la sala, y evidenciando su silueta de forma muy natural, coloca la capa en uno de los taburetes de la barra, apollándose sobre ésta delante del posadero humano, levantando ligeramente la pierna, dejando ver parte de la lisa y brillante piel de su muslo...

Mirando detenidamente al posadero humano, y en un tono de voz ligeramente mas alto de lo habitual en ella pregunta... Buenas noches... Podéis satisfacer nuestras exigencias? No os preocupéis por los gastos... no tendrémos ningún problema con el... precio a pagar. Y dicho esto queda mirando directamente a los ojos del posadero, esperando respuesta, sabiendo que Silva analizará cada una de las reacciones de los presentes al oír mencionar a Freya su desahogada economia...