Partida Rol por web

Malon, alertado por la confusión que se detecta en Freya, se lvanta vivamente y sale con Silvanariel a la entrada.

Al cabo de un instante, vuelve a entrar y dice casualmente: vaya, así que eso es "que te parta un rayo". Y, no bien lo dice, echa a correr hacia el barreño de fregar los platos donde deposita violentamente la cena que engullió no ha mucho.

Una vez puesto a buen recaudo el prisionero, Selt dirige su mirada hacia el que ha sido capturado en la taberna: ¿Y bien? ¿Qué crees que podríamos hacer contigo?

El prisionero tomado en la taberna abre lentamente los ojos tras la dedicación de Malon a tal fin, tosiendo y escupiendo el agua que chorrea (¡y eso que no ha salido a la calle!. Con desconfianza mira alrededor, fijando su mirada en el otro prisionero quien, al verlo, aparta su mirada.
- ¿Qué tal si me sueltas?- responde atrevidamente.

Con una reprimida sonrisa, Selt se vuelve hacia su amigo kénder: Malon, mientras pienso qué hacer, ¿serías tan amable de ilustrar a nuestro prisionero acerca de la historia de las órdenes solámnicas y sus vínculos con la raza kénder?

Malon, mientras pienso qué hacer, ¿serías tan amable de ilustrar a nuestro prisionero acerca de la historia de las órdenes solámnicas y sus vínculos con la raza kénder?

¿Sabes, Selt?, dice el kender con una sonrisa mefistofélica en el rostro, ese es un tema al que he dedicado mucho tiempo de estudio, en realidad hay un trabajo mío publicado en la Gaceta de la Sociedad de Estudios Sociohistóricos de Palanthas -no lo busquéis, está agotado- en el que, a través de unos manuscritos que casualmente se encontró en un bolsillo mi tío Saltatrampas después de un viaje por Solamnia, establezco sin lugar a dudas que [bla, bla, bla, ...].

El prisionero hace esfuerzos por aguantar la imparable charla del kender, resistiendo por largo tiempo sin quejarse, sin soltar palabra. Tarda poco en hablar al kender:
- Oye asqueroso- le interrumpe- ¿Cuánto hace que no miras en un espejo tu pustulosa facha? Eres horrible!.

- Oye asqueroso- le interrumpe- ¿Cuánto hace que no miras en un espejo tu pustulosa facha? Eres horrible!.

Malon pestañea una sola vez, respira hondo y sigue con su perorata: eso precisamente me dijo una vez el Señor de los dragones Toede, y estaba casi tan cabreado como tú, pero como quiera que no estaba atado ni nada me daba más impresión. En tu caso, y visto lo mal que les ha sentado a mis amigas la reciente y fortuita muerte de nuestro compañero enano, yo en tu lugar sería más amable. Y, volviéndose a Silvanariel pregunta. ¿Y si le pusiéramos a este pollo una cota de mallas, le atáramos una lanza a la espalda (con la punta hacia ariba, se entiende) y le dejaramos fuera a ver si la tormenta aún tiene potencia?

Freya se incorpora de nuevo... normalmente habría soltado una carcajada ante la idea del Kender... pero no puede hacer otra cosa que sonreir. No se ve con fuerzas. Aún está algo conmocionada...

- No, todavía no he acabado con ese domador de pulgas...- Contesta inicialmente a el elfa, aunque se detiene cuando la mano de la elfa se detiene cerca de su entrepierna- Vamos... sé que lo estás deseando.- le anima mas, al ver que no parece haberle gustado añade rápidamente: ¿Qué preguntas? Aquí nadie ha preguntado nada.

Freya no se corta un pelo y coge el miembro del desconocido con fuerza, retorciéndolo con firmeza hasta que éste grite de dolor...

Las preguntas que vamos a hacerte ahora mismo... Se acerca a su oído y le susurra... Puedo seguir torturándote así hasta dejar esa parte de tu cuerpo totalmente inservible... o podemos hablar tranquilamente sentados, con la seguridad de que vas a contestarnos. Dicho esto aún aprieta más fuerte... Tu decides.

¡Está bien!¡Está bien!- grita de dolor el prisionero- ¡Hablaré! ¿Qué queréis saber?

Freya se levanta y aparta de golpe sacudiendo sus manos y quedandose algo atrás, dejando a sus compañeros el resto del trabajo.

Malon, que estaba mirando atentamente la escena, no puede evitar encogerse por simpatía ante el apretón que se lleva el bandido, y tercia en la conversación. Para empezar, danos una buena razón para que no hagamos contigo lo que vosotros hicísteis con los aldeanos que había camino abajo.

¡Tu calla asqueroso!- contesta al kender- Además, eso no es una pregunta, y habéis dicho que ibais a preguntar. El prisionero no parece amedrentarse ante Malon, únicamente parece tener respeto por la elfa. Además, no deja de mirar hacia el otro lado de la taberna donde está el otro "prisionero", aunque sin comentar nada.

¡TOC! El júpak de Malon impacta en la cabeza del prisionero con un satisfactorio sonido a hueco.

Respuesta equivocada, anuncia el kender con una sonrisa beatífica en el rostro.