Partida Rol por web

al escuchar la nueva opcion dada por miller, un alivio gigante cayo sobre mi, por mi cabeza pasaron treinta mil posibles escenas avergonzantes.

Bien, yo los sigo donde Diaz, ofreci mi espacio porque tengo un asunto que atender alli, pero eso puede esperar- siguiendo a Miller- asi que no esperemos mas.

Pasado un tiempo, los tres llegais al bar donde está ubicado Díaz.

La zona es un tanto ... peculiar. Estáis en una de las zonas con algo mas de pobreza de Locus, una que ademas tiene el indice de uplifts mas elevados, lo que provoca un poco de incomodidad para los que no están acostumbrados.

Monos, Pájaros, Pulpos ... incluso algún novacrab ronda por aquí al sentirse mas cómodo.

Por supuesto también hay humanos, pero no son los mas agraciados de la ciudad y hay una gran mezcla entre pods, sintéticos y splicers simples.

El bar donde su ubica Díaz, un humano "feo" como pocos (al menos para los estandares transhumanos) es medio terraza medio bar. En el hay una gran variedad de clientela que juega a cartas virtuales y comparte bebidas alegremente.

No es uno de los lugares mas limpios que digamos, pero parece que el clima es relajado y cada uno se dedica a su negocios.

Furia levanta suspicacias con su armadura, y el camarero le recuerda (vía mensajería neuronal) que se cuide de liarla por aquí si no quiere terminar en una escotilla hacia el vacío.

Díaz está sentado en una mesa con un Hominido, un Octomorfo y un Neocuervo ... están jugando a cartas.

Informas a Picopata que esperaras en el bar a tus colegas, el asiente alegremente.

¡Claro! Es un buen lugar para una reunión ... ven, haremos alguna partidilla mientras no vengan. Es bueno conocer a la gente de por aquí, te lo aseguro. - El cuervo te guiña un ojo y suelta un graznido.

Sus alas/manos cierran la puerta detrás tuyo y bajáis al bar donde te dedicas a pasar el rato con los tres uplifts. Tienes que reconocer, que si bien no te caen muy finos, el pulpo es muy chistoso. Te percatas el sentimiento de inferioridad con el que se sienten los uplifts y sus derechos recortados ... y en cierta forma encuentras relaciones entre los humanos planos y ellos.

No son mucho mas que una creación de los humanos de la que no saben que hacer y descartan como un juguete roto.

Al rato percibes que hay un cambio de actitud en el bar. Aunque no hay ningún movimiento aparente, parece que las conversaciones bajan y la gente se pone en guardia. Llegan Susan, Zeita ... y Furia, enguantado en una armadura pesada y un séquito de armas a su espalda, pero ocultando su rostro bajo una capucha.

Parece que le gusta llamar la atención.

El neocuervo levanta una ceja mirando a los recién llegados, hace una mirada de reojo al barman y luego vuelve a mirar a Díaz.

Parece que tus amigos ya están aquí.

Oye Díaz. - Dice la voz electrónica que sale del digitalizador al lado de la cabeza del pulpo. - Diles que se sienten antes de que alguien decida levantarse.

Furia entra en el bar y mira a su alrededor. La gente le mira, desconfiada... Nada fuera de lo común. Es el tipo de ambiente en el que está acostumbrado a moverse. No tarda en localizar a Diaz con la mirada. "Al menos se ha colocado en una esquina", piensa con aprobación.

Camina a grandes zancadas hacia la mesa donde espera el joviano, mirando directamente el sitio donde va a sentarse y cuidando de no fijar su mirada en nadie. Cuando al fin llega a la mesa, y está a punto de sentarse, el pulpo de al lado se decide a activar su vocalizador. La mirada amenazadora de Furia se clava en él, interrumpiendo su gesto al sentarse.

Retirando la capucha, sonríe y se vuelve hacia Díaz.  - Oye, Díaz - dice parafraseando al uplift. - Dile a tu amigo que no hace falta que nos enseñe modales... "Antes de que alguien se decida a ablandarlo a golpes", piensa para si mismo. Lo que ha dicho no es necesariamente ofensivo, pero completar la frase implicaría empezar una bronca en el local y no está dispuesto a ser él quien comience.

Con una mirada pide permiso a Diaz para tomar asiento a su lado.

El hominido mueve una silla con su enorme brazo acercándola a Furia.

Vale, nos ha quedado claro, eres un tío duro. - Dice con una sonrisa y voz muy cavernosa. - ¿Te apetece una partida?

Dicho eso el octomorfo se pone a repartir cartas de nuevo con gran velocidad, Picopata coge las suyas se enciende un cigarro (ofreciendole otro a Díaz) y pone unas cuantas chapas en la mesa.

Susan sonríe al llegar el lugar porque es aún peor de lo que se esperaba. No había estado nunca en esta zona pero no se diferencia demasiado de las que ella frecuenta salvo que aquí va a ser más complicado encontrarse a alguien conocido.
Cuando Furia divisa a Diaz y se acerca hacía él es susan quien sigue los pasos de su compañero intentando no mirar a nadie directamente pero no por ello dejando de observar a su alrededor. Esta claro que han llamado demasiado la atención con su entrada al local pero tampoco es algo fuera de lo habitual así que tan solo es cuestión de tiempo que la gente se olvide de ellos.

Cuando el bichejo les ofrece jugar a las cartas algo se enciende dentro de susan que duda entre aceptar la partida o ponerse seria con lo que tienen entre manos.
Tal vez en otro momento, creo que tenemos algo más apremiante ahora mismo.

el ambiente igual a otros que ya zeita ha frecuentado, un buen lugar para conseguir mercancia si sabe preguntar. chicos rudos como en todas partes en Locus, la diferencia entre estos y sus habituales contactos solo radica en la sutileza de sus conocidos mas no en que estos no sean rudos  o no sean peligrosos.

acomodandose en la mesa entre el pulpo y el cuervo.

-hola chicos, mucho gusto mi nombre es Zeita Caravalho, comerciante local, como va esa partida?- mirando por encima de las cartas con una amplia sonrisa-no se preocupen no voy a jugar solamente les dare animos.

Cuando llega el grupo alzo las cejas al comprobar el aspecto de Furia. Desde luego desapercibido no va a pasar. Recorro la mirada por el bar por si se respira más tensión de lo aceptable, pero excepto por las miradas de atención no hay nada más. Cuando por fin llegan a mi altura me pongo en pie aceptando el cigarrillo que me ofrece Picopata. Al final me va ha terminar resultando simpático.

- No es mi amigo, pero creo que tiene razón...- respondo a Furia con una sonrisita de autosuficiencia, para tocarle un poco las pelotas. Si no fuera porque termino lanzando una breve carcajada y dándole una amistosa palmada en el hombro se podría decir que buscaba pelea.- Soy Díaz, sentaos por ahí.- añado estrechándole la mano a él y a las dos chicas. Tras eso vuelvo a sentarme.

-Bueno, hablando en serio. Voy a asumir que acabáis de llegar y no habéis tenido tiempo de nada, pero ya que vamos a trabajar juntos yo prefiero no llamar tanto la atención ¿de acuerdo?. - añado sin borrar mi sonrisa pero con un tono claro que denota que no estoy de cachondeo. No le estoy dando una órden, más bien es una sugerencia.- Por cierto ellos son Picopata y sus colegas. No os preocupéis, no les interesa lo más mínimo de lo que hablamos.- señalo al uplift con forma de pájaro primero y después a los otros dos.

-En fin, es agradable poder veros en persona, algo no demasiado habitual en los tiempos que corren. La verdad es que no os esperaba. Os noté algo reticentes en la reunión y como sólo me llamó Susan, pensaba que sería la única en venir.- digo distendidamente sin dejar de fumar. Este vicio va a acabar conmigo.

Pasadas las rápidas presentaciones, los tres uplifts de la mesa parecen ignoraros mientras se dedican a jugar a cartas sin intercambiar palabra, de forma monótona.

Lentamente el resto de mesas hacen lo mismo, volviendo a sus cosas sin volver a prestar atención a los recién llegados. Bueno, al menos no atención visible.

Por la puerta entra una mujer de aspecto despampanante que hace levantar algún que otro suspiro. Sus fragancias os llegan con facilidad a vuestra mesa ... hormonas, diseñadas a medida para alterar la sangre de los demás. La mujer se dirige a la barra donde entabla conversación con el propietario del local, indiferente alas miradas que la recorren.

Susan sonríe al comprobar que empiezan a funcionar como un grupo compacto y que las tensiones han ido menguando. Tal vez juntos podamos localizar a esa chica.

Bien, compañeros, tenemos aún mucho trabajo que hacer y más vale que empecemos pronto. ¿Alguien sabe algo más de lo que nos ha dicho el doctor Magnus?

Miro a Romero y a Díaz sucesivamente.

- ¡Jaja! Y no soy el único - contesto al gorila ocupando el asiento que me ofrecen.

Cuando Miller rechaza la partida de cartas en nombre de todos me encojo de hombros con expresión de "otra vez será, que la jefa no me deja". Saludo con un rápido gesto de asentimiento a Picopata y sus dos acompañantes, sin estar demasiado decidido a hablar delante de ellos.

- Bueno, el entorno de la reunión era... totalmente diferente a este. Y hay algunas cosas que tenemos que comentar y es mejor hacerlo en persona. - Con un gesto pido al camarero 7 bebidas (*). Aunque espero que los uplifts no estén escuchando, sería una descortesía no invitar a una ronda tras sentarme en su mesa.

Me sorprende que Miller hable directamente del profesor Magnus, pero qué demonios, pecisamente ella sabe lo fácil que puede ser obtener cierta infromación.

- Sí - afirmo para sorpresa general. - Uno de los contactos de la persona a la que buscamos era Nia Zheng. También ella ha desaparecido hace algo menos de un mes. Probablemente sea más fácil de localizar...

Por un momento me quedo pensativo. Luego miro a los demás, esperando a ver si ellos tienen algo más que aportar.