Partida Rol por web

El breeder se gira hacia nosotros cuando su compañero sale volando hacia el espacio. Eso me hace pensar que tienen alguna especie de vínculo, puesto que no hay forma de que haya escuchado nuestros disparos en el espacio. Sea como sea, es perfectamente consciente de que estamos ahí, y vamos a por él.

Observo sus armas. Aún no sabemos si va a volverse a disparar o seguirá hacia el interior, pero no podemos darle la oportunidad de entrar en la nave. Si acaba con nuestra piloto, vamos a estar jodidos. Miro a Díaz, cargando con los fragmentos del satélite y alguna de las pilas corticales de los Khans muertos; con suerte, toda la información necesaria para completar nuestra misión.

- ¡Cúbrete! - le digo por la radio. Si Miller y él son ahora mismo imprescindibles, sólo hay una línea de acción posible. Normalmente hubiera preferido un método más sotisficado para dar caza a ese monstruo, pero si pretendo llamar su antención sobre mí, sólo me queda una opción.

Sin pensarlo demasiado concentro dos ráfagas cortas en el breeder. Con suerte acabo con él pronto y, en el peor de los casos, puedo contar con la ventaja de las armas, ya que las pistolas de plasma se recalientan en el vacío y deben enfriarse cada pocos disparos. Tengo experiencia en esto y ambos disparos van bien apuntados. Con un poco de suerte, lo suficiente como para destrozar al bicho mutante antes de que entre en nuestra nave.

El Breeder no es capaz de esquivar las balas y obviamente el railgun de Furia atraviesa la carne como un cuchillo caliente la mantequilla. El cuerpo queda inerte en una nube de sangre.

La acción ha sido arriesgada, pero afortunadamente ha salido bien. El breeder queda destrozado por los impactos y el camino a nuestra nave parece despejado.

- No te fíes - le digo a Díaz buscando a mi alrededor. - No sabemos cuántos de esos bichos pueden haber entrado ya a nuestra lanzadera, o incluso estar paseando por el vacío en nuestra busca...

Más tranquilo, intento acercarme a la lanzadera donde dejamos a Carvalho y Miller. Una vez más, intento recuperar el contacto por radio con las chicas. [Miller, Miller, ¿me recibes?]

- Maldita sea - le digo a Díaz. - A ver si logramos largarnos de aquí de una vez. - Hemos acabado con 3 bouncers y 4 de esos breeders, además de los Khans emboscados que hayan podido volar con la estación. - ¿Cuántos más de esos bichos podría albergar la Song Cai? - Le pregunto al joviano, pero espero también una estimación de Jack.

Sin dejar de vigilar a mi alrededor, trato de acercarme a nuestra nave.

Sin poder reaccionar el monstruo queda reducido a un amasijo de carne que flota en el vacío, Furia tiene una habilidad especial para eso no era la primera vez que lo demostraba, pero sus palabras tenían toda la razón, no sabíamos nada de estos bichos , ni de su número. 

-No tengo ni idea de cuantas más de esas aberraciones pueden quedar, pero no creo queden demasiados. Así que aseguremos rápido nuestra nave, y salgamos cagando leches lejos de aquí.  Espero que los que queden estén demasiado ocupados en sobrevivir y no en darnos caza.

Avanzo junto a mi compañero, mirando a todas partes, alterado todavía por las sustancias consumidas, avanzo con cautela con el dispositivo a cuestas pensando que deberíamos destruirla, ¿llegas a hacer contacto con ellas? 

Continuáis con interferencias en las comunicaciones y sin poder contactar con las chicas. A medida que os acercáis a la nave os queda claro que el punto central de las interferencias es la misma nave, que parece tener todas las frecuencias abiertas y generando ruido a tutiplen.

Lo que hace que tengáis que pasar a una comunicación por gestos de manos.

La puerta de acceso a la nave estar arañada, golpeada y medio doblada. Pero fuera lo que fuese que haya intentado entrar, desistió. Lo que significa que vosotros tampoco podreis abrir la nave.

Quizá tendríais mas suerte por el agujero que entraba el Breeder ... aunque los pedazos de satélite que Díaz arrastra a duras penas no van a pasar por allí.

Aquí fuera no tenemos el equipo necesario para amarrar los restos de Myrmidon a nuestra nave, pero no podemos estar seguros de que más breeders hayan podido entrar ya en la lanzadera. Si vamos a tener que entrar ahí me gustaría saber qué vamos a encontrarnos, pero con las comunicaciones cortadas no podemos conectarnos con Susan y Zeita. Sin embargo, lo que sea que cause las interferencias está ahí dentro con ellas.

Durante un momento pienso en lanzarme al interior de la nave, pero luego recuerdo la primera norma de cualquier cazador, guardaespaldas u operativo de seguridad: conoce el terreno. Me giro hacia Díaz. Incapaz de utilizar las radios de nuestros trajes levanto una mano y la muevo en recorridos circulares, completando dos vueltas. Acto seguido, sin dejar de vigilar el exterior, me separo para explorar el exterior de la lanzadera. Cuando esté convencido de que no hay más de esos monstruos en el exterior, intentaré observar el interior por alguna de las ventanillas o el panel de proa para localizar a nuestras compañeras o a cualquier posible intruso.

Maldigo en el interior de mi traje, sabiendo que nadie puede escucharme. Rápidamente, vuelvo hacia Díaz, junto al agujero por el que pretendía entrar el breeder.

Con la radio aún interferida, no me queda más remedio que recurrir a la mímica para comunicarme, pero no hay mucho tiempo. Cierro el puño y lo hago chocar contra mi palma, justo antes de señalar a la cabina de la lanzadera. Luego me señalo al pecho e inmediatamente apunto al interior de la nave. Finalmente señalo a Díaz y a los restos de Myrmidon, dándole unas palmadas al exterior de la nave y señalando alternativamente mis ojos y los restos del naufragio.

No tengo tiempo para esperar una confirmación, pero cuando empiezo a entrar a la lanzadera por el agujero en el caso le hago una seña al joviano para que espere fuera y cubra el acceso. Antes de desaparecer, levanto tres dedos en el aire y señalo mi muñeca, en la posición en la que tradicionalmente se llevaban los relojes.

Con suerte Díaz ha comprendido que hay problemas en la cabina y que debería cubrir el exterior al menos durante 3 minutos antes de entrar. Miller no es una experta combatiente y, por lo que he visto, no aguantará mucho contra ese breeder. Al menos no sin la ayuda de Zeita. Sin embargo, Carvalho estaba inmovilizada por un freezer. Eso indica que, o bien hay más gente en la nave o este breeder llevaba un armamento diferente a los del exterior. Sea como sea, tendré que ir con cuidado.

Lentamente entro en la lanzadera por el agujero que habían abierto esos seres en el casco. Espero que esté en condiciones para volver a Casa Arturo, pienso. Observo atentamente a mi alrededor, buscando cualquier posible superviviente del Song Cai que haya podido llegar hasta aquí. Por un momento estoy tentado de pedirle a Jack que monitorice los sistemas de la nave para tratar de localizar a los intrusos, pero algo me detiene. En vez de eso le doy una orden completamente opuesta.

[Jack, no interfieras con los sistemas de la nave. La fuente de las interferencias salía de aquí y, si tiene algo que ver con los TITAN, no quiero tener el más mínimo riesgo de que nos infectemos.] - Bastante tendremos con lograr salir vivos de aquí, no me apetece que mi pila cortical, o mi propia mente, quede corrupta por cualquier cosa que la tecnología TITAN le haya hecho a esos breeders.

Avanzo a cubierto, entre las sombras de la nave, evitando así que cualquier asaltante me sorprenda desde ellas al mismo tiempo que me mantengo oculto. En el vacío creado por la brecha del casco el sigilo va de serie y sólo hay que tener en cuenta la vista a la hora de localizar a tus enemigos... o de evitar que te detecten.

Los segundos hasta que veo de nuevo a Furia, parecen minutos mas que segundos. En el estado en el que estoy, cualquier movimiento que veo me hace pensar mas de la cuenta, y el sonido de mi respiración agitada no hace que me calme.

Por fin mi compañero aparece, asiento a los gestos que hace, y me acerco junto a el con el pedazo de chatarra a cuestas. Paro de golpe, y veo como alza los dedos, quedo a la espera cubriendo esta zona, controlando el tiempo que va a estar dentro. 

Furia desaparece en el agujero de la nave y te quedas a solas en un asfixiante silencio, mirando de un lado a otro para que nada te ataque por la espalda.

Entras en el agujero de la nave y te encuentras rápidamente entre conductos de ventilación o pasos de mantenimiento. Rapidamente Jack - con la ayuda del software táctico - sobre impone una imagen tridimensional del mapa para que sepas que direcciones tomar.

-No voy a conectarme a esta nave, pero no creo que estemos ante algún tipo de software militar ... el ruido que genera la nave es mucho mas artesanal. Como si la nave estuviera emitiendo ruido estático en todas las frecuencias.-

Te mueves con presteza por los conductos hasta que encuentras una salida. Tienes acceso al interior, donde Susan esta arrinconada contra la puerta de salida aporreando los controles de salida, pero la puerta tiene bastante problemas para abrirse.

No parece que Susan esté armada y el Breeder parece mirarlo todo con aparente placer y diversión. Si bien la primera vez que lo habías visto por la cabina estaba muy hostil, ahora parecía estar mucho mas calmado y sus patrones de conducta se parecían mas a los de un matón a punto de violar a una damisela en apuros.

Zeita continua flotando inmovilizada cual muñeco sin pilas.

No tengo tiempo para tratar de buscar el significado de los comentarios de Jack, así que continúo hacia el interior de la nave. Si consigo salvar a Susan tendrá que ser ella quien se encargue de esa estática.

Por fin llego a la sala donde están las dos mujeres. Susan trata de escapar y Zeita sigue inmovilizada. El breeder sonríe en un gesto sádico que hasta cierto punto me resulta familiar. A mí también me gusta jugar con mis víctimas cuando sé que ya las he derrotado. Esa sensación de familiaridad hace que me tranquilice mientras le observo. Él está a punto de cometer un error y no quiero precipitarme y ser yo quien se equivoque.

Agarro con fuerza el fusil de asalto y observo el resto de la sala aprovechando mis implantes ópticos para escudriñar los detalles. Sigo sin saber cómo Zeita ha acabado inmovilizada por un freezer y no quiero descubrirlo por las malas. El breeder aún está algo separado de Susan y aún tengo tiempo para reaccionar si se lanza sobre ella.