Partida Rol por web

-Lothar, ¿puedes intentar incapacitarlos? Temo que, si cargamos contra ellos, tengan tiempo de dar la voz de alarma. 

El enano sabía que aquello significaba renunciar al ataque sorpresa de hyde pero, si salía bien, les pondría el éxito de la misión en bandeja.

El mago nego con la cabeza a la pregunta del enano. Aunque luego se explicó un poco más.

-No. Tengo un conjuro de area, y visto los enemigos que tenemos detrás. Prefiero guardarlo por si acaso.

No obstante, creo que Gáldar y yo podríamos con uno de ellos desde la distancia. Y si vosotros os lanzais a por el otro seguramente podríamos acabar con ellos sin demasiado ruido.-

- Yo atacaré al de la izquierda.

Galdar tenía los músculos de la mandíbula marcados, indicando tensión. Estaba deseando atacar.

-Hyde trata de acabar con el de la derecha, Gáldar y Lothar que disparen al otro_ comenzó a organizar Hoskur, acostumbrado a esas lides, para evitar posibles fallos.

- Rimbarg y yo nos lanzaremos justo después por si alguno no cayese. Hyde, según dispares, retrocede por si escucharas algún otro venir por la retaguardia. Se supone que están acostumbrados a que haya gritos y ruido en esta zona pero igual tienen algún sistema de alarma.

Levanto la mano con tres dedos estirados.

- A la de tres. Tres... dos... uno...

Un rayo de luz salió de la mano de Gáldar al final de la cuenta regresiva, impactando con dureza en el enemigo asignado. Por un momento, el jovencito se permitió una sonrisa ante el éxito, antes de comenzar a prepararse para el siguiente ataque.

Al mismo tiempo que Galdor lanzaba su conjuro, el mago preparaba el suyo. Por lo que el proyectil dorado salió justo despues que el rayo del clérigo impactando en el mismo goblin.
No fue tan potente como el del joven pero sí bien dirigido.

-El proyectil y la lanza no habían salido de sus lanzadores, cuando el pequeño corrió sigilosamente tras el Hobgoblin con su daga en mano y atacó, la daga se enterró justo en el cuello de la bestia, ocasionándole una herida mortal, sin embargo, este aún se mantenía en pie.
Antes de que su compañero Hobgoblin se diera cuenta de lo que ocurría, un proyectil en forma de una lanza se estrellaba pesadamente sobre su cara, desfigurándola completamente y dejándolo sin vida inmediatamente.

Hoskur salió lanzado contra el oponente del pequeño Hyde mientras le hacía una seña a Rimbarg para que vigilase el pasillo.

Con el hacha agarrada con fuerza con ambas manos, asestó un golpe que, aunque no iba bien dirigido, sí rozó lo suficiente al enemigo.

Antes de que se escuchara un grito o un chillido, el combate había finalizado.

Unas pequeñas llaves colgaban de la pared sudeste, llaves para liberar a los prisioneros.

Por su parte, los prisioneros permanecían callados, terriblemente asustados, esperando que los recién llegados no les hicieran mas daño del que había recibido ya......

Rimbarg entendió las señas de su compañero y se quedó observando el pasillo, pero no vió a nadie acercarse.

El pequeño mediano hizo lo que mas le gustaba de los cmbates, buscar el botín, encontró 15 monedas de plata.

Una vez se percató de que los dos hobgoblins habían caido, Lothar entró en la sala. Mientras Hyde se dedicaba a registrar los cuerpos, el mago cogió lo que parecian ser las llaves de las cadenas y se acercó a los cautivos. Aunuqe por prudencia lo hizo primero a los humanos.

-Galdor, echales un vistazo a sus heridas. Debemos asegurarnos de que al menos puedan andar si queremos tener una posibilidad de salir de aquí.-

-Amigos, no temais. Venimos de Kleine, si alguno se ve con fuerzas, que coja las armas y armaduras de esta basura. Pero apresuraos. El lugar está infestado y deberíamos salir cuanto antes.

-Hyde, ¿puedes retroceder hasta la intersección para avisarnos si viene alguien?

Un hombre demacrado alzó la cabeza e intentó hablar.

-Ohhh.....al...al....al fin; han venido por nosotros Anara, despierta, despierta....... - Intentó despertar a la mujer, pero esta estaba seminconciente.

- Sagrados caballeros, mi nombre es Finn y soy un prestigioso mercader, fuimos emboscados en el camino a Kleine; Annara es mi esposa y ellos son Eddard y Paul, mi guarida personal.... o lo que queda de ella!. Les daré una jugosa recompensa si nos sacan de este sitio..... por los Dioses!!

Los guardias parecian en mejor estado, pero dejaban que su jefe hablara y permanecían callados, expectantes.

El orco tambi';en permanecía callado, pero el Gnoll se mostraba impaciente y rabioso, lanzando un rugido de tanto en tanto.

Ignorando al gnoll, Rimbarg se dirigio al mercader.

-Entonces ¿No sois los exploradores que buscamos? ¿Habeis visto a mas prisioneros desde que os capturaron?

-Exploradores?, no, soy un simple mercader que se dirigia a Kleine, me agarraron en una emboscada y asesinaron al resto de mi escolta; Estos dos -Dijo señalando al orco y al Gnoll - Ya estaban aquí cuando llegamos.

Lothar escuchaba atentamente la conversación. También él creía que eran los exploradores. Despues de liberar a los mercaderes y lo que quedaba de su escolta, se quedó pensativo un momento. Pero al final se acercó al orco y al gnoll.

-Supongo que querreis salir de aquí. El tema es este, os desatamos y salimos todos de estas cuevas en silencio y sin hacer ninguna estupidez. ¿Aceptais?-

-Yo aceptar, yo no querer seguir en este lugar!- gritó desesperadamente el orco, casi chillando como cerdo.

Por su parte, el Gnoll parecía no entender y seguía desesperado por soltar sus cadenas, con furia en sus ojos.

Señalando primero al orco y luego al gnoll con su hacha, Hoskur le dijo al primero.

 - Calmate y dile a esto que o se calma o le calmo.

Miró entonces a su grupo.

 - Queda mucho por hacer aquí dentro antes de salir... lo mejor sería que este buen hombre y sus escoltas saliesen afuera y nos avisaran si vuelve alguna partida. Luego propondría por empezar a limpiar la cueva norte.