Partida Rol por web

- No se lo entregues, lo flasheo y huimos. - susurro a Vang'ish

-Pero que mierda es esto.-Miro con repugnancia la obra del gnoll. Luego, preparo escudo y maza y respondo estoicamente.

-No te llevaras al gnomo, maldito cultista

"Solo estoy por el sucio gnomo y el libro. Vuestros cuerpos... hmmm..." - El gnoll os mira detenidamente de arriba a abajo.

"Me queda un largo camino hasta Mirata, no me voy a entretener con vosotros, pero parece que el enano si quiere." - Os suelta una sonrisa macabra.

-Esto se escapa a vuestra comprensión, flasearlo ¿dices? Su dios es el de Los muertos y la Nigromancia, mira en lo que ha convertido a los aldeanos. Lestar no debió de leer ese libro.- digo susurrando para que los demás me escuchen y el Gnoll no.

-¿Para qué quieres su cuerpo? ¿No tienes suficiente con el libro?- pregunto mirando al gnoll.

"Sí, podemos hacer algo que no conlleve matar al gnomo. Unios a mi culto y realizad un sacrificio para que Malal'Ashar se sienta complacido y sea benigno con vosotros. Si no, me temo que no puedo rechazar sus ordenes; el gnomo y el libro." - Su sonrisa es cada vez más inquietante

-Pues yo me niego, maldito engendro. Sois unos locos por realizar esos sacrificios.

Viendo que al parecer la situación va de mal en peor, me preparo para el combate

-Mmmm ya, se me olvidó esa parte de los sacrificios rituales.- Miro a los demás y digo-Por razones que no vienen a cuento no puedo unirme a un culto nigromantico por mucho que me excite ese Gnoll...¿Queréis matar inocentes en el nombre de la Nigromancia o dar al gnomito con su libro?

Cuando termino de preguntar digo algo a los lagartos.

-Escuchadme bien, no os acerquéis al Gnoll y atacar a distancia, que no os toque...O del contrario os absorberá la vida.-

La sonrísa del gnoll desaparece y pone un gesto serio a la vez que frunce el ceño.

"Que decepción."

- Gran dama, no es rival para vuestra magnificencia acompañada de nososotros, los hábiles para cualquier peligro. - digo con severidad mientras desenvaino la espada.

Tras un suspiro, Rhezakk os habla. "Tengo planes, cosas que hacer. No me voy a molestar en enfrentarme a vosotros." - El gnoll toca la torre de carne putrefacta y huesos. De repente esta empieza a temblar.

Una criatura hecha de los componentes de ese cúmulo de podredumbre se forma delante de vosotros. Mide unos 3,5 metros y podéis oler la peste que expulsa desde donde estáis.

Adicionalmente, 5 muertos se levantan de entre los restos que ha dejado la criatura y avanzan a vuestra posición junto a la aberración.

Buscando al gnoll os dais cuenta que le habéis perdido de vista. No está por ningún lado.

En cuanto termine de analizar a mi enemigo le disparo y vuelvo a esconderme. Si en el transcurso se inicia la refriega y no tengo un blanco claro, me dedico a apuntar, no quiero herir a mis compañeros con esta flecha. 

"Y por eso deberías de haber soltado el libro..." - Te comenta la voz.

Me llevo la palma de mi garra a mi cara y suspiro. Mis ojos empiezan a brillar con la furia del rayo y mi sangre hierve otra vez, recuerdo las masacres, el olor a la carne quemada, los gritos y las súplicas de mis enemigos.

Mi voz cambia mucho más grave y notáis como la temperatura baja, empieza a hacer más frío y se escuchan truenos alrededor.

-Si salimos de esta...Me debes la vida enano- Levantó mis brazos y empiezo a gritar.

-Que la furia del rayo nos ayude.-

-OHHHHRAYY!!!

Inemdiatamente, escudo en alto, cargo contra la enorme criatura que se nos acerca

Me voy desplazando lateralmente y me defenderé de cualquier ataque que reciba.

- ¡Maldita sea! ¡Por esto les dije que rodearamos el sitio, ni porque entre Krieg y yo les advertimos lo que estaba pasando! - Les exclamé a todos con notable molestia, empezando a concentrarme para posteriormente, invocar un Toro.

"¡¿Y que todos me vean desaparecer y poco después regrese?! Lo que menos me conviene ahora es que desconfíen de mí, pondría en riesgo la misión de Xsii'tsz y yo. Prefiero dejárselo a cualquiera que sepa qué hacer con él como mínimo a solo dejarlo botado por ahí"

Le dije a la voz sin más.

"¡Hablaremos después de que te ocupes de esas aberraciones, ahora ANIQUILALOS!" - Te comenta la voz, deseosa de que que te enfrentes a las criaturas.