Partida Rol por web

El alzamiento de los tres monarcas

04. Asalto al Castillo de Karlstein

Cargando editor
17/02/2021, 20:40
Klaus von Heizinger

Klaus echó una ojeada a su fiel Penmüller, ahora rebautizado como Von Hammersmark, y frunció los labios mientras asentía, pidiéndole calma.

-Mi querido Ernie, vigila tu vena, bitte. Se te está hinchando y ya sabes que no es bueno para tu salud... Antes con el peluquín lo disimulabas mejor, pero ahora tienes que controlar mejor tus brotes psicóticos, querido amigo-, dijo el austríaco mientras se rascaba la mejilla con el meñique, restándole toda importancia al arrebato del científico.

El austríaco ahora estaba bastante más serio que antes.

-¿A qué libro te refieres exactamente, Ernst?-. Klaus miró directamente a su némesis y pareció calibrar su reacción mientras su torcida sonrisa marca de la casa asomaba en su rostro. A juzgar por su estallido de cólera, Ernst no hablaba de un libro cualquiera. Hablaba del grimorio. De su grimorio. ¡Se había delatado el muy calvorota!

-Así que es sierrrrrrto... ¡No puedo creerlo! ¡El gran Errrrnst von Kammerstein ha recurrido al ocultismo y a la magia negra! ¡JIA! Qué bajo has caído, Ernie... , un hombre consagrado a la ciencia... ¡Al fin te has unido al bando de la hechicería y el sorrrrtilegio! ¡Jijijijijijijiiii!-. Klaus estaba exultante. Al fin su nunca suficientemente detestado rival mostraba debilidad. ¡Al fin su búsqueda del Vermiis Misteriis llegaba a un punto de inflexión!

-Vas a tener que aclararme lo del sacerdote que mencionas, Ernie. Cierto es que he venido a visitarte al sospechar que tus éxitos podían estar conectados con mi libro. No sé cómo te has agenciado una copia, aunque intuyo que el método habrá sido en extremo ilegal. Me sentiría profundamente decepcionado si me dices lo contrario, Ernie... ¡Jijiji! Lo que me sorprende es que te lo haya birlado un clérigo teniendo en cuenta dónde tienes montado tu laboratorio, querido amigo. Esta fortaleza es impresionante, tengo que confesártelo.

Klaus se cruzó de brazos y se quedó mirando a Ernst mientras alzaba las cejas, aguardando impaciente una explicación.

¡Ese austríaco le había dado la vuelta a la tortilla!

-¿Y bien? ¿Vas a decirme cómo has perdido mi... que diga, nuestro libro? Lo de las galletitas empiezo a encontrarlo habitual en esta parte del mundo no ario, pero esssssto... Esssssto se lleva la palma, Ernie-.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Klaus no falla a la hora de liarte en una madeja de mentiras xDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Mi idea es que Ernst entienda que sospechaba que tenía el libro, pero que no se lo hemos birlado ni por asomo. Además, le hago sentir culpable por recurrir a artes no científicas en sus logros (;P) y le dejo abierta la puerta a una alianza ;D

Soy un liante, no puedo evitarlo ^^

Cargando editor
18/02/2021, 15:56
Eleanor Marlowe

Eleanor observó con asombro la dirección que le señalaba Emil. Parecía que el asalto al castillo estaba en marcha y no les quedaba demasiado tiempo para conseguir lo que habían ido a buscar y salir de allí. Su mirada se ensombreció ante los chistes de mal gusto del doctor Kammerstein. El tipo era un maniaco, un ser abominable. Aunque la sorpresa de la joven fue mayúscula ante las afirmaciones de su compañero Klaus. - Así que eso es lo que utilizó este monstruo con los niños, la base de sus experimentos. Lo que buscaba el padre Andrej, lo que justificó aquella aberración decapitada en el campamento. Un libro. Y Klaus parece conocerlo también bastante bien. - La doctora siempre había percibido cierta oscuridad en aquel hombre, tal vez incluso algo de locura. Desde luego su excentricidad era  más que patente. No obstante, una pequeña alarma se encendió en su mente. Ella tenía un motivo claro para haber cruzado tras las líneas enemigas. Nunca le había preguntado a Klaus la razón de su presencia en suelo checo. Muy bien podría ser aquel libro maldito. 

- Yo no sé nada de ese libro suyo, señor Von Kammerstein. Y por mucho que pueda sorprenderle no lo llevo escondido bajo la falda. Klaus, cuando me convenciste para acompañarte como tu traductora y masajista a este viaje me advertiste de que correríamos ciertos riesgos, pero que a cambio podría contemplar maravillas científicas y experimentos pioneros aunque empiezo a creer que no estabas siendo sincero. ¿He de suponer que te referías a esto?  - manifestó la joven con cierto escepticismo mientras observaba a aquellos dos hombres discutir. Eleanor se negaba a otorgarle el título de doctor a aquel perturbado. 

Cargando editor
18/02/2021, 19:23
Ernst von Kammerstein

El doctor tuerce el gesto, repugnado. Que alguien como Klaus —su archienemigo— conozca su libro le molesta, pero el hecho de tener que compartir algo, lo más mínimo, con él, le repugna. 

—Yo no compartiría nada contigo —se apresura a reprochar con voz chillona—. ¿Para qué? ¿Para que me lo vuelvas a hacer? ¿Para que te firmes de nuevo mi trabajo y te lleves toda la gloria? —empieza a enrojecer—. No, mi querido amigo, nada de eso. ¡El señor Himmler consiguió este libro de las profundidades más oscuras y me lo entregó A MÍ para hacer de este el imperio más grande que el mundo haya conocido! —se va creciendo a medida que suelta su discurso, terminando gritando y con el dedo levantado, prácticamente de puntillas.

»No lo sé, de verdad que no sé cómo has sabido de su existencia —admite, dolido—. Pero si lo sabes, entonces sabrás de sobras quién es ese cura, ¡ese ninja! ¡Ese ladrón de alzacuellos blanco! Menudos inútiles estos guardias —suspira—. No aguantan ni la primera fase. Aunque bueno, a decir verdad, muy pocos la aguantan, jiiiiijiji —enseña una dentadura perfectamente alineada pero más que amarillenta.

Se aleja de la puerta y se dirige hacia el pasillo de la derecha. ¡Guardia!, grita. Apresuradamente, un soldado perfectamente acicalado con una Mauser al hombro y se queda detrás vuestro. Él emprende la marcha y os indica que le sigáis.

—Como decía, la mayoría no aguanta ni la primera fase —su voz resuena por el estrecho pasillo de piedra—, pero tenemos algunos... sujetos, que están presentando una resistencia formidable. No se preocupe, señorita, verá maravillas científicas, se lo aseguro.

Y, aunque solo le veis la gran espalda y la pálida calva, tenéis la certeza de que se está sonriendo con esa dentadura amarilla.

Giráis una esquina con una gran trampilla abierta de la que sale luz y se oyen algunos lamentos, incluso llantos infantiles.

—No le hagáis caso a eso, a veces se ponen pesados —dice haciendo un gesto con la mano como para quitarle importancia. Pero, de repente, todos los quejidos cesan y su mano se levanta, rápida—. Guardia, esto sí que es raro. Eche un vistazo, se lo ordeno —se gira en seco—. ¿No habréis traído compañía? ¿No será esto una trampa?

Por lo que habéis andado, suponéis que la trampilla lleva adónde Sbovodoba os indicó que se encontraban los presos.

Notas de juego

Emil, haz una tirada de Discreción, Disfraz o similar para que el guarida no vea tu arma en la parte de atrás de tu pantalón.

Penmüller, lo mismo para ti. Supongo que lo que llevas en la pierna es la Luger (pistola), y no la Mauser (rifle). Si no andarías como C3P0.

Cargando editor
19/02/2021, 08:41
Klaus von Heizinger

Ahora todo empezaba a encajar.

¡HIMMLER!

Ese perro sarnoso le había birlado su grimorio con el apoyo de toda la maquinaria bélica alemana. Así cualquiera... Menudos mequetrefes estos natsis.

Klaus caminaba tras Ernst muy tranquilo, deleitándose en el ataque de nervios de su adversario.

-Estoy desolado, Ernst-, dijo fingiendo abatimiento. -¿Así que todos tus gloriosos experimentos se deben a Himmler¿Desde cuando tú, un científico megalómano sin parangón, se pliega a los deseos de las SS cual funcionario integrado en la burocracia natsi? Siempre te tuve por el paradigma de hombre entregado en cuerpo y alma a la siensia. Aaaaah... Qué desepsión-.  Klaus pinchaba donde dolía.

El ocultista escuchó la explicación que el científico dio sobre Andrej y alzó las cejas.

-A ver si lo he entendido... ¿Me estás diciendo que tenéis recurrentes visitas de un infiltrado que luce sotana y que estos nobles arios, centinelas veteranos, no han podido detectarle? ¿¡Y encima es ese mismo clérigo el que me... que diga, nos ha sustraído el Vermiis?-. Klaus preguntaba en voz muy bajita. Luego guardó un instante de silencio y estalló súbitamente en una carcajada. -Mein Gott, Ernie! ¡Creo que te estás volviendo paranoico!

Entonces se toparon de bruces con una trampilla y Klaus se temió un giro imprevisto en los acontecimientos. El austríaco miró de soslayo a su sobrino ficticio y a Penmüller y en un mutismo absoluto les lanzó una miradita que sugería tranquilidad.

-¿Acompañados? ¿Trampa? Ernie, ¿estás tonto? Creo que el formol o lo que sea que esnifes durante tus experimentos te ha dejado el cerebro como una pasa. ¡Si nos has conducido aquí! ¿Insinúas que tú, el brillante cerebro criminal del Reich, te has metido solito en la trampa? ¡Jijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijiji!-. Klaus encontraba la situación de lo más divertida. O eso, o mentía con un propósito.

El austríaco sufrió un ataque de risa incoercible tras la última intervención de Von Kammerstein y necesitó apoyarse en el hombro de Penmüller para calmarse.

-Aaaaay, aaaaay, oh, qué divertido es este Ernie... Aguarde a que el guardia baje por la trampilla*...-. Musitó a su übersoldat.

Notas de juego

Dudo mucho que se puedan contener las hostilidades un post más, así que al menos dejo mi granito de arena en forma de sugerencia para mi sobrino y Penmüllah ;D

Doctora, llevo con la frase en el hangar desde el inicio de la partida... Haga gala a su nombre xDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Cargando editor
19/02/2021, 16:58
Emil Klein Heinrich

Emil se disponía a echar mano de su pistola en cuánto el guardia desapareciese, ya que el doctor cada vez parecía menos estable y sus acusaciones más directas.

No obstante, ante la mirada de soslayo que les echó el austriaco, el joven relajó su postura, sin perder de vista al soldado que se alejaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La discreción personificada oiga.

Cargando editor
19/02/2021, 18:22
Thomas Penwater

¿Trampa? - Al escuchar aquellas palabras se puso nervioso. - ¿Por quién nos ha tomado? - Preguntó evidentemente alterado. - ¿Nos está acusando de algo, calvorota? ¡Si, eso, es usted un cabeza de rodilla, un maldito huevo duro! - Apuntó con el dedo a aquel hombre horrible por obvias razones. 

Penwater estaba alterado. Tenía ansias asesinas. No sabía dónde clavar primero su navaja, si en el cuello del guardia alemán o en la ojos del doctor von... ¡Lo que sea! Lo que tenía claro era que los acontecimientos se iban a precipitar y pronto empezarían las hostilidades. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Glup! Vaya, fallé!

Doble cagada. Una especialmente épica que se refleja en la forma tan sutil que ha tenido Penwater de hablarle a von Kammerstein...

Cargando editor
20/02/2021, 10:31
Eleanor Marlowe

- ¿Un cura ninja? Disculpe mi escepticismo, señor Von Kammerstein, pero como comprenderá la Iglesia Católica no parece ser el mejor caldo de cultivo para las artes del ninjutsu... ¿A qué se refiere con lo de la primera fase? ¿Quiere decir que ha experimentado con los propios soldados alemanes?  - Una sospecha había comenzado a instalarse con molesta precisión en su mente. Si un soldado tuviera la fuerza y la rapidez que aquel niño de ojos negros al que tuvieron que abatir en el campamento, el ejercito alemán sería imparable. A eso se estaba refiriendo, estaba intentando convertir a los nazis en super soldados. Si lo conseguía... Si declaraban una Segunda Guerra con un ejército como aquel arrasarían el mundo. Un peso frío se instaló en su estómago. No podían permitirlo. Aquello ya no trataba de Jack y ella, daría igual que consiguieran escapar de aquel lugar vivos, los nazis ganarían la guerra y no habría lugar en el mundo en el que pudieran vivir en paz. En cuanto el guardia desapareció por la trampilla para intentar averiguar lo que fuera que estaba pasando allí Eleanor miró a Thomas con una ceja levantada y una mirada dura. El soldado no solo parecía muy nervioso, sino que estaba delatando sus planes. Con gesto ágil Eleanor sacó la pistola de su chaqueta y apuntó directamente al doctor a la cara. Con una voz suave y segura la doctora se dirigió a Von Kammerstein. - Yo si fuera usted no gritaría ni movería un músculo. Los soldados no llegarían a tiempo. No me gusta matar seres humanos, pero supongo que estamos de suerte de que usted no lo sea. Hable. ¿Qué es lo que están planeando aquí? ¿En qué consisten sus experimentos? ¿Hay algún británico entre sus sujetos de pruebas? - 

- Tiradas (1)

Notas de juego

No lo dije en el anterior mensaje, pero la doctora lleva camuflada una pistola en la chaqueta. Así que dejo la tirada de Discreción que sale un éxito, aunque creo que nuestro querido Penwater está dando claras muestras de estar muy nervioso. Ha tenido una pifia que entiendo tendrá consecuencias así que perdidos al río como quien dice xDD

Cargando editor
20/02/2021, 16:46
Ernst von Kammerstein

Cuando Klaus pronuncia la palabra Vermiis, los ojos de von Kammerstein se iluminan con extraña vivacidad tras esas absurdas y redondas lentes de culo de vaso.

Este apenas puede abrir la boca con el ceño fruncido para responder a las más que evidentes y remilgadas provocaciones de von Heizinger cuando el bueno de Penwater comienza a insultarle. ¡Cabeza de rodilla! ¡Habrase visto! ¡Hacía mucho que nadie le llamaba así! Se adelanta hacia el insolente muchacho cuando... Bueno, cuando la señorita Marlowe estalla como una bomba de relojería y él levanta las manos, indefenso y desarmado.

—¡Maldito Klaus! ¡Maldito hijo de una cabra alpina! ¡Sibilino zorro austríaco, desalmado impostor cambiacapas, estúpido canijo ignorante de envidiable cabellera! —maldice en una retahila cada vez con más furia—. ¡Guardias, guardiaaaaaaas!

El chillido en el que se convierte ese grito de auxilio resulta más agudo de lo que creíais hasta ahora que el cuerpo humano podía llegar a ser capaz de pronunciar. Horripilante.

—Pronto aparecerán guardias por todo el pasillo, señorita masajeadora —se jacta, acercándose más a la doctora y presionando su frente contra el cañón de la pistola—. Porque ¿no eres masajeadora, verdad? No, qué va, cómo vas a serlo. Veo que tienes muchas preguntas. ¿Que en qué consisten mis experimentos? Jiiii, ji, ji. ¡Iba a enseñároslos, idiotas! ¡Estábamos de camino a mi laboratorio, pero lo habéis echado todo a perder! —ríe—. Vaya que si vais a saber en qué consisten, mis nuevos sujetos de pruebas. Es usted británica, ¿no es así? Claro que sí, habla usted igual que el sujeto 23: Powr favowr, chengow una mujewr, déjeme salwir, now me haga dañow —imita burlonamente con acento británico—. ¡Jiiii, ji, ji! ¡Qué gran sujeto, el veintitrés! Debo agradecerle a ese cura ninja, como usted le llama, por no haberle salvado la primera vez que vino a hacerme una visita...

De repente, se oye un disparo proveniente del sótano y dos niños de no más de diez años asoman tímidamente la cabeza. Sus grandes ojos reflejan un miedo profundo y, a su vez, parecen desubicados. Detrás de ellos, sale otro niño, y otro. Están visiblemente desnutridos y sus ropas hechas jirones.

Al poco tiempo, aparecen dos guardias por cada lado del pasillo de piedra, cerrando ambas salidas con sendos rifles en alto.

—Baje ese arma inmediatamente, señorita —advierte uno de ellos mientras podéis oír el sonido de todos los rifles siendo amartillados—. Los demás, manos arriba. Hans, al sótano. ¿Está bien, doctor?

Von Kammerstein se encoje de hombros, como diciendo: «¿A ti qué te parece?». Entretanto, los niños se quedan paralizados, con los ojos muy abiertos.

Cargando editor
20/02/2021, 18:54
Thomas Penwater

El asunto se estaba poniendo bastante feo. De hecho estaban en esos momentos en un maldito callejón sin salida. Si comenzaban las hostilidades difícilmente sobrevivirían y eso definitivamente acabaría con sus planes. Aceptar que habían sido derrotados supondría, muy posiblemente, que acabaran siendo objeto de los experimentos de ese loco. Fuera como fuera, estaban en muy mala posición. 

Tommy Gun miró a Velvet Thunder y con ese simple vistazo trató de preguntarle por qué diantre se suponía que tenían que hacer en ese momento. Su plan hacha aguas por todas partes. Al menos aparentemente. Quizás todo lo que estaba sucediendo estaba en los planes de Klaus. ¡Ese hombre era un maldito genio! Solo tenía que pararse a observar y le sería desvelado el magnífico plan del austriaco. 

¿Es usted una maldita espía británica? - Le preguntó a Eleanor. - ¡No me lo puedo creer! - Exclamó y realmente parecía que hablaba en serio. - ¡Guardias, arresten a esa mujer! - Les ordenó.

- Tiradas (1)
Cargando editor
20/02/2021, 19:07
Klaus von Heizinger

Klaus encontró lamentable el acento británico de su némesis, pero por lo demás estaba bastante satisfecho con el ataque de frustración sufrido por Von Kammerstein. Incluso había confesado su trauma con la alopecia. ¡Qué victoria tan aplastante para el diabólico austríaco!

Miró a Penwater un instante, muy sonriente.

-Gran iniciativa, mi querrrrido amigo; pero me temo que el doctor puede ser calvo -aunque no parece haberlo asumido-; pero no es estúpido. Sus centinelas son tan incompetentes como indica el bueno de Ernie, no hay más que ver que nos hemos infiltrado hasta la cocina sin apenas recursos, ¡Jijijijiji!

El austríaco se centró entonces en su adversario ancestral.

-Pero mira que eres mentecato, Ernie... ¡Estás rodeado por la élite del MI6 y ni te has dado cuenta! ¡Tanta ciencia te ha vuelto tonto pa' siempre! ¡Te está apuntando nada más y nada menos que la auténtica agente doble cero DEATHBLADE. La hija de la Gran Bretaña más letal que jamás hayas conocido. ¿Crees que tus guardias tienen una mísera posibilidad ante su Walther PPK?-, insinuó Klaus al oído del científico, que empezaba a sudar copiosamente. -¡Y por si fuera poco, Amérrika ha enviado al Vengador Pelirrojo, mi querrrido amigo! ¡No quieras conocer el poder destructivo de Sigfrido Penwaterrrrr, alias TOMMY GUN!

Von Heizinger seguía haciendo un notable esfuerzo teatral para intimidar hasta el tuétano a los aviesos natsis.

-Por sierrrrto, este de aquí sí que es mi sobrino. En eso no te he mentido-. Mintió vilmente para contribuir a la confusión total. -Pero tengo terribles noticias para ustedes, caballeros... No estamos solos...-.

El austríaco se situó detrás de Von Kammerstein, fuera del alcance de los rifles de los alemanes. Empezó a emplear un tono más sutil.

-Ese sacerdote... El Ángel de la Muerte está aquí... Entre nosotros... ¡JIJIJIJIJIJIJIJIJIIIII!-. Klaus parecía un auténtico perturbado riendo. Señaló acusadoramente a los natsis. -Yo que ustedes no haría nada estúpido. Nadie, y cuando digo nadie, me refiero sutilmente al doctor Von Kammerstein, quiere ver su sesera desparramada por el suelo, ¿ja?-.

La pregunta era retórica para todos los allí presentes.

Menos para Penwater, claro. Él era inmune al miedo. Y al dolor. Y al raciocinio.

Notas de juego

Supongo que ante esta tensa situación procede jugársela y bajar al sótano usando al doctor de rehén. Como nos dé por un tiroteo estamos muertísimos salvo festival de críticos de Penwotah xDDDDDDD

He llorado de la risa con Von Kammerstein hablando en inglés. Dejo constancia.

Me sitúo detrás del doctor y le clavó un dedo a la altura del riñón para que crea que voy armado. A continuación empiezo a empujarlo hasta el sótano xDDDDDDDDDDDD

Cargando editor
21/02/2021, 12:38
Emil Klein Heinrich

Emil alza las manos y, lentamente, retrocede con la intención de posicionarse entre el grupo y el sótano, ¡lo más alejado de los guardias posible! Ya había perdido la cuenta de las veces que estos majaderos casi conseguían que lo matasen, y se empezaba a cansar.

- Ya vamos nosotros al sótano, Hans, quédese usted quietecito.

El joven sopesa por unos instantes sacar también su arma, pero se decide contra ello: no quería dar a esos soldados ninguna razón para disparar. Al menos no todavía.

Cargando editor
21/02/2021, 20:06
Ernst von Kammerstein

Cuando Ernst von Kammerstein nota el dedo de von Heizinger clavándose en su espalda, su columna vertebral se yergue completamente, alerta. Acostumbrado a ir encorvado, esto es algo extraño en él, y le hace parecer todavía más alto que el austríaco, parapetándole con su ancha espalda ante la posible línea de tiro de los guardias allí presentes. El resto de integrantes del Karlstein Castle Special Ops también se encuentran, indirectamente, protegido por el doctor. Si algo le pasase a cualquiera de ellos, está claro que von Heizinger no dudará en cargar su pulgar para que instantes después choque contra el percutor de su dedo índice y le vuele los riñones a su archienemigo con su dedo-pistola. 

La tapadera del Servicio de Inteligencia Británico, el plan de la Resistencia de los Tres Reyes e incluso la posibilidad de evitar un segundo sangriento conflicto internacional acaba de volar por los aires por una fanfarronería de Velvet Thunder. Quizás, detonado por la venta que Thomas Penwater Nicholas Müller ha hecho de la siempre leal Eleanor Marlowe ante las autoridades nazis. Al fin y al cabo, es una traidora a la patria. Pero, nuevamente, esto tampoco habría ocurrido si el querido Jack Marlowe no se hubiera dejado atrapar en primer lugar. Gracias por todo, Jack.

Sea como fuere, el soldado llamado Hans hace una mueca de rabia contenida ante la provocación de Heinrich y abate a uno de los niños que acaba de subir por la trampilla. El disparo entra limpio entre ceja y ceja, dejando un perfecto orificio y provocando que su cuerpo, ahora sin vida, se desplome escaleras abajo. La explosión de la pólvora resuena con fuerza por todo el pasillo de piedra, sobresaltando a los demás guardias y probablemente atrayendo al resto de guardia del castillo.

—¿¡Pero qué haces, idiota!? —espeta el doctor—. ¿Quieres que me maten o qué? ¡Avisad a ese borde de Schlachter! ¡Sacadme de aquí! ¡Y no matéis a mis sujetos de pruebas, maldita sea! —grita mientras comienza a bajar por las escaleras—. ¡Mi cerebro! ¡Si me matan, conservad mi cerebro! ¡Está todo aquí dentro, es una maravilla de la ciencia! —. Pero bueno, ¡que no me maten! ¡Si no os mataré yo después, uno a uno!

Cargando editor
21/02/2021, 20:08
Guardián

Tras bajar bastantes peldaños de piedra tallada, llegáis al sótano. Es a todas luces una antigua mazmorra donde se debían encerrar los ladrones, los rateros de poca monta y los traidores a la patria en la Edad Media. ¿Acaso no es esa función la que está cumpliendo ahora mismo?

La estancia se constituye de piedra en su totalidad, al igual que las escaleras. Se trata de un pasillo de algo menos de veinte metros con diversas celdas con barrotes a ambos lados. Algunas de ellas se encuentran abiertas y vacías. Otras, con algunos presos, adultos en su mayoría. Al fondo, unos niños, arrinconados y asustados, sin saber adónde ir o qué hacer exactamente. A los pies de la escalera se encuentra el cadáver del niño al que el bueno de Hans le acaba de volar la cabeza instantes antes, en un cada vez más amplio charco de sangre que se cuela entre las juntas irregulares de las piedras del piso. 

De una de las celdas, sin embargo, puede verse una gran raíz de árbol que incluso levanta parte del empedrado del pasillo, tratando de abrirse paso por esa estancia, construida allí en el subsuelo. Un hombre alto y esbelto, con una pronunciada mandíbula perfectamente afeitada y ataviado con vestimentas clericales y un alzacuellos deslumbrante, se encuentra en el pasillo, frente a vosotros y junto a la raíz.

Arrodillado delante suyo, por su apariencia, lo que parece uno de los presos adultos. Justo cuando llegáis abajo, el hombre termina de pronunciar algún salmo que no llegáis a distinguir y raja la garganta del hombre de la misma forma en que Jitka Milos, dos noches atrás, intentó rajar la garganta de aquél niño, Dominik. La sangre cae sobre la raíz, que se desplaza rápidamente por el suelo hasta tapar la trampilla por donde habéis entrado, levantando baldosas a su paso y finalmente tapando la única entrada de los soldados y, por qué no decirlo, vuestra única salida.

El hombre de negro suelta el cuerpo sin vida de su víctima, que se desploma contra el suelo, y os mira enfadado, pidiendo explicaciones y sin decir nada en medio del pasillo.

Notas de juego

Creo que es el momento ideal para que hagáis todos una tirada de Cordura 0/1d4.

Cargando editor
21/02/2021, 20:44
Klaus von Heizinger

Klaus se puso de puntillas y asomó el rostro por encima del hombro de Ernst para ubicar la nueva amenaza que se cernía sobre ellos. El austríaco mantenía la calma de forma inexplicable a pesar de esa huida adelante que estaban viéndose obligados a efectuar en mitad de la Operación Karlstein. Y es que si alguien sabía que ningún plan sobrevive a un campo de batalla, ese era Klaus von Heizinger.

-Fledermausemann?!(*)-, inquirió tan intrigado como sobresaltado al ver aquella sombra cobrar forma de sacerdote degollador y ciertos tintes de hombre-murciélago. No había duda posible: Era él. Andrej. CODENAME ANGEL. El líder sectario definitivo se alzaba ante ellos. El hurtador de grimorios. El que le había birlado su Vermiis Misteriis. La sombra ululante en el bosque checoslovaco. El maestro de las arcanas artes ninja. Seguro que llevaba varios crucifijos arrojadizos, el muy taimado. Sin duda, aquel clérigo se había quedado trastornado psicológicamente con el pasaje del sacrificio de Isaac en la Biblia y ahora lo reiteraba non stop entre aquellos pobres muchachos desnutridos. Era un maldito serial killer de manual.

-Ave Marrría purrrrísima-, saludó el austríaco, muy formal él.

Ensartó con su dedo acusador el lomo de Ernst y le musitó al oído: -Aquí tienes al sacerdote saqueador, Ernie...-.

-Es usted un hombre en extremo escurridizo, páter. Hemos pasado las de Caín para encontrarle...-, dijo Klaus, pendiente a la reacción del clérigo. Y es que si algo sabía el austríaco es que a ese hombre lo cargaba el mismísimo Diablo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

(*) Es lo mismo que decir Batmann xDDDDDDD

Cargando editor
21/02/2021, 22:09
Thomas Penwater

¡Nein, nein, nein pater! - Se adelantó Pemüller a Velvet Thunder. - ¡Las preguntas las hacemos aquí nosotros, padre Andrej nombre en clave Ángel! 

Si, aquel monje asesino no había abierto la boca, pero su mirada había bastado para que Thomas entendiera que les estaba interrogado acerca de que estaban haciendo allí y el porqué de aquella interrupción a su gran y sigiloso despliegue mortal. 

Se están cometiendo crímenes atroces en esta nación depravada. - Comenzó a exponer su demente punto de vista aquel soldado alemanoestadounidense. - Abominables experimentos con niños, culto a cabras demoníacas y mucho más. - Miró fijamente a los ojos del monje. No había miedo en su mirada, la locura le impedía sentir nada más que eso... Locura. - He jurado matar a los responsables de dichas prácticas y usted pater, está en mi lista. Explíquese, deme su versión y si me la creo, puede que hasta acabemos combatiendo juntos el mal que aflije estás tierras. 

Miró entonces a Von Kammerstein. Sacó entonces la luger que portaba en su tobillo y se acercó a éste poniendo el cañón de su pistola junto a su boca. 

Usted y ha confesado y su sentencia es la muerte. - Le dijo Thomas. - Abra esa bocaza Ernst. - Le ordenó con tono impositivo y recia determinación. - La bala irá directamente a su cerebro y será un muerte rápida. Es más de lo que se merece. - Le explicó sin pestañear. - ¡Abra la maldita boca, doctor! - Le gritó dispuesto a vaciar su cargador de hacer falta.

- Tiradas (2)
Cargando editor
22/02/2021, 08:49
Klaus von Heizinger

Klaus no pudo evitar contribuir al drama del momento mirando con curiosidad y algo de desconcierto a Penwater y preguntando...

-¿Tiene una lista negra, Sigfrido? Mein Gott... Qué sofisticasión. Ahora lo veo claro. Debí haberle llamado Dirty Tommy. ¡Jijijijijijiji!-. A continuación carraspeó y le soltó un papirotazo a Von Kammerstein en la oreja. -Ernie, pedaso de atún, es un buen momento para que pongas precio a tu serrrebelo. Si algo puedo asegurarte es que este héroe de guerra no dudará en dejarte tieso. Él es un paladín imbuido por la justicia divina. Y tú... Bueno, tú eres un tipo más bien perversillo, ¿ja? No ibas a caerle especialmente bien, ¿Qué te creías? Peeeeeeerrrro si nos dices cómo salir de aquí, quizás pueda sugerirle que te dispare en el tórax, donde tu notable concentración de grasa corrrrporal quizás te salve de lo que a buen seguro sería una muerte fatal y una lamentable pérdida para la ciencia. ¿Qué me dices, tocinito alopécico? ¿Hm?-.

Aunque no se había olvidado de su grimorio, el deleite que estaba encontrando Klaus en el sufrimiento de su archienemigo estaba compensando CON CRECES las dificultades de aquella misión infernal.

-Leopold, doctora, atentos al clérigo... Parece un justiciero con recursos. ¿Es el hombre que vísteis en la Iglesia en Vordertrebain?-.

Llamativo que ahora le diese por llamar a Emil como su sobrino ficticio. Klaus era todo un referente en aquello del "Si no puedes vencer a tu enemigo, confúndelo".

Notas de juego

Por contribuir al momento, que veo a Pennywotah mu' loco y antes de que palme el doc quiero intentar extraerle algo de intel ;D

Por cierto: apuesta personal. Andrej es Robert Mitchum xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Cargando editor
22/02/2021, 16:42
Eleanor Marlowe

Eleanor mantenía la mano firme apuntando directamente a la cara de aquel hombre. Por una vez sintió que no le costaría apretar el gatillo. De hecho su dedo se tensó peligrosamente cuando Von Kammerstein mencionó al sujeto 23. La joven sabía que aquel sujeto era Jack, todas las células de su cuerpo se lo gritaban y una cantidad de sentimientos encontrados se arremolinaron con la fuerza de un tifón en su interior. Euforia al saber que su amor había sobrevivido. Miedo de haber llegado demasiado tarde. Preocupación ante lo que aquellos experimentos podrían haberle provocado. Tristeza al imaginar el calvario que habría pasado. Esperanza ante la idea de poder escapar de allí juntos. 

Estaba a punto de replicarle al doctor que por ella podía irse al infierno cuando la puñalada de Thomas Penwater, su compañero, el que pensaba que era su amigo, distrajo por completo sus pensamiento. Con un gesto de absoluto desprecio Eleanor Marlowe se irguió en toda su dignidad. - Thomas , si hay algo peor que ser un idiota es ser un cobarde. Empiezo a pensar que al nacer cayó usted de cabeza... - La mirada de la doctora penetró al soldado Penwater con una terrible dureza, aunque también con cierta pena. El hombre que Eleanor había conocido hacía apenas unas semanas había desaparecido y en su lugar tan solo quedaba aquella sombra. La parodia más cruel que uno pueda imaginar de un valiente soldado americano. La muerte de aquel chico a manos del soldado nazi hizo que la joven buscara el rostro de aquel que había disparado. No olvidaría su cara. Una lágrima acudió a su mirada, aunque un rápido parpadeo pareció secarla antes siquiera de poder caer.

A pesar de la situación, la doctora no pudo evitar sonreír al percatarse de la maniobra de Klaus apuntando a Von Kammerstein con el dedo. Dicen que de la genialidad a la locura hay un paso aunque Klaus parecía poder bailar cómodamente por el borde de la navaja. Mientras descendían al sótano Eleanor presintió que su aventura estaba llegando a su final y un oscuro presentimiento se instaló en su espíritu. Al menos descubriría la verdad... - ¿Sabe, Klaus? Siempre he tenido curiosidad y nunca se lo he preguntado, aunque dado que es posible que no salgamos de aquí supongo que es tan buen momento como cualquier otro. ¿Por qué demonios me puso DEATHBLADE? - 

Mientras avanzaban por el pasillo, con las celdas a los laterales Eleanor observó con cautela a los prisioneros que se encontraban en las mismas, pero estaba demasiado oscuro y no podía distinguir bien los rostros que se ocultaban tras las puertas. - ¿Dónde está el británico? ¿Qué fue de él? ¿Se encuentra en estas celdas? ¡Conteste, maldita sea! - Fue entonces cuando se percató de la presencia del sacerdote junto a aquel extraño árbol. Estaba degollando a un hombre, a un prisionero. Eleanor temió que aquel que acababa de morir fuera Jack y con el corazón retumbando en su pecho intentó identificarlo. El padre Andrej parecía un ser salido del infierno con su sotana manchada de sangre y el cuchillo aún goteando en su mano. Podía sentir sus músculos en tensión aferrando con fuerza la pistola. Lentamente bajo el arma y la colocó de tal forma que pudiera dirigirla contra el cura ante cualquier movimiento extraño. 

Andrej, no somos enemigos. Estamos con la Resistencia. Hemos venido aquí a buscar pruebas de los experimentos y a rescatar a todos los sujetos que podamos. Debemos darnos prisa, no nos queda mucho tiempo. - Puede que Eleanor odiara a aquel hombre, pero no era idiota. Su situación ya era bastante comprometida y su venganza contra aquel monstruo tendría que esperar. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho una tirada de descubrir para ver si podía identificar a Jack, pero al no ser así he optado por preguntarle directamente a von Kammerstein. Lo he puesto en la escena del sótano para no volver atrás y no ralentizar. 

Cargando editor
22/02/2021, 18:10
Emil Klein Heinrich

Emil se dirigía con cuidado hacia el sótano cuando, sin previo aviso, una bala le voló la cabeza al chaval que asomaba por la trampilla. Por instinto, el joven sacó velozmente su arma y se puso en guardia. Lo único que evitó que abriera fuego fueron las súplicas del doctor, quién, al parecer, tenía suficiente potestad sobre aquellos hombres como para hacer que cesase el fuego.

Ahora con el arma en mano, y con pasos silenciosos, Emil bajó al sótano junto al resto del grupo. Allí, y tras que los ojos se le acostumbrasen a la oscuridad, observó con sorpresa como un cura degollaba a uno de los prisioneros. Habían encontrado al padre Andrej.

- ¿Sabe usted como salir de aquí, padre? - el joven dio un paso al frente, ignorando el teatrillo que se estaba formando alrededor del doctor, y bajando su arma (aunque manteniendo la mano en tensión - Es evidente que no ha entrado por el mismo lugar que nosotros...

Emil acompaña sus últimas palabras de una mirada de incredulidad mientras las raíces aún se mueven, bloqueando la entrada.

- Tiradas (2)
Cargando editor
23/02/2021, 16:54
Ernst von Kammerstein

¿Así que todos tus gloriosos experimentos se deben a Himmler?

—Tú más que nadie deberías saber que no hay que rechazar una oferta de conocimiento. Conocimiento acerca de La Verdad, Klaus —pronuncia abriendo los ojos y levantando las cejas de forma elocuente—. Tú no la ves, porque siempre has sido un maldito ciego hedonista que no ve más allá de su leche con galletas —hace una mueca como si tuviera cinco años—. Pero yo he visto La Verdad, y está por encima de ti, de mí y del Imperio Alemán. Solo he apostado por el caballo ganador.

¿Dónde está el británico? ¿Qué fue de él? ¿Se encuentra en estas celdas? ¡Conteste, maldita sea!

El doctor Von Kammerstein, aún en su posición de desventaja, se ríe entre dientes aún con la pistola en la boca. Hace un gesto a Penwater para que, por lo menos, le deje responder.

—¿Por qué no le preguntas al padre? Parece tener más claro quién hay aquí abajo que yo mismo —dice, incapaz de fingir una mueca de asco en su dirección—. No, mujer, tu amado ya no está aquí abajo, sino en mi laboratorio. Es un sujeto fuerte, ha pasado con éxito casi todas las pruebas hasta ahora. Pronto sabremos... —una sombra le cruza el rostro—, si ha superado la última prueba. Aunque mucha suerte llegando hasta ahí. Jiiiiijijiji.

»Por cierto, controlad a este animal —ordena refiriéndose a Penwater—. Desde luego, serías un buen sujeto de pruebas. ¿Quieres ser un héroe del Tercer Reich?

Cargando editor
23/02/2021, 16:56
Andrej Cerny

El padre Andrej se levanta, con cuidado de no pisar la raíz que acaba de hacer crecer con la sangre de ese pobre hombre, y se mantiene recto, callado, con semblante neutro y ojos vulpinos. Observando la situación, obervándoos a vosotros, observando la escena. Qué curiosa escena. Parece más que satisfecho con que el doctor se encuentre en una posición tan desfavorable.

¿Me estás diciendo que tenéis recurrentes visitas de un infiltrado que luce sotana y que estos nobles arios, centinelas veteranos, no han podido detectarle? ¿¡Y encima es ese mismo clérigo el que me... que diga, nos ha sustraído el Vermiis?

El hombre porta un grueso libro de desgastadas tapas de cuero negro. Está cerrado con una llave y lo mantiene a su costado a modo de bolsa, con una larga tira de cuero reforzado que le cruza el pecho y sostiene con su hombro, a modo de bandolera. 

—Veo que ya me conocen —sonríe—. Yo no he robado nada a nadie, extraño. Este libro ha pertenecido a mi congregación durante siglos. Fueron los invasores quienes lo robaron en primer lugar —revela en tono taimado—. Pero eso usted ya lo sabe, ¿no es así? —pregunta al doctor, ladeando la cabeza.

-Leopold, doctora, atentos al clérigo... Parece un justiciero con recursos. ¿Es el hombre que vísteis en la Iglesia en Vordertrebain?-.

—Me temo que hace mucho que no piso Vordertrebain, hijo —aclara—. Es una cruz con la que me toca cargar, como el Señor antes que yo. Ambos somos mártires, otra de las cosas que nos une.

Andrej, no somos enemigos. Estamos con la Resistencia. Hemos venido aquí a buscar pruebas de los experimentos y a rescatar a todos los sujetos que podamos. Debemos darnos prisa, no nos queda mucho tiempo.

-¿Sabe usted como salir de aquí, padre? - el joven dio un paso al frente, ignorando el teatrillo que se estaba formando alrededor del doctor, y bajando su arma (aunque manteniendo la mano en tensión - Es evidente que no ha entrado por el mismo lugar que nosotros...

—Lamento decirles que la única salida es por ahí detrás —confiesa, refiriéndose a las escaleras por las que habéis bajado—. Excelente trabajo llamando la atención, he de decir. En vuestras mentes pesará la muerte de todos estos niños —frunce el ceño—. Podría sacaros de aquí si me ayudáis a sacar a los niños con vida, pero él no viene —sentencia, refiriéndose al doctor.

Después, se gira y cuenta rápidamente y entre dientes a todos los adultos, que se echan hacia atrás, asustados, cuando sus miradas se cruzan.

—Si lo que quieren es salir por donde han venido, hay suficientes tributos como para crear una distracción. Con su sangre, la naturaleza nos ayudará. El Señor nos ayudará —su sonrisa es blanca y perfecta—. El tiempo apremia y yo desde luego que no voy a tomar ese camino. Desapareceré antes de que esto se convierta en mi tumba. Pueden seguirme, pueden volver sobre sus pasos si abren su alma al Señor o pueden morir aquí, ustedes deciden. 

Notas de juego

Edito para hacer más dramático el diálogo final.