Partida Rol por web

Mientras espera la confirmación de Therion sobre como será la posición da una orden a su hermano para que al menos él se encuentre en medio, sabía que un arquero debía estar proteguido para que pueda desempeñar su mejor papel.

Apesar de que había logrado pasar la primera ronda sin una sola hérida, el gigante no se encontraba confiado, mas estaba atento y alerta para poder seguir benerando con sus hazañas al gran Zeus

Mis sentidos me previenen de una criatura más dentro de la cabaña quemada y de un hombre sobre un árbol cercano. Pienso rápidamente en la situación para tomar la mejor decisión posible:

"Lo primero es salvar a ese hombre, luego acabar con la bestia. Considerando el rato que ha pasado, la criatura no ha notado al hombre y no lo hará a menos que no tenga ninguna otra distracción. Debo obtener su atención para evitar que note a aquel aldeano. Tarde o temprano alguien vendrá a apoyarme, pero debo entablar combate o la criatura podría decidir huir o dirigirse al centro del pueblo. Debo atacarle."

Avanzo sigilosamente hacia la casa, todo lo rápido que puedo pero intentando no meter demasiado ruido para ver a la criatura y ojalá, poder dar el primer golpe.

Tras escuchar los comentarios del General Theron y mi hermano, empezamos a avanzar. Mi hermano delante de mí y Theron por detrás dejándome el centro para mí:-Vamos a por ese engendro.-digo a la vez que saco una flecha del carcaj y la dejo preparada en el arco. 

Spyridon se aproximaba a la casa detrás de Ischyros y acompañado por Atreo y Akintos. Observaba atento con el acero desenvainado a cualquier cosa extraña en las cercanías de la misma.

Perseguir y acorralar a una bestia siempre tenía sus complicaciones, ya que llegado el momento esta al verse acorralada podía luchar sin importarle lo que la pasara. Formamos como había recomendado Talios, él de punta, Anatolius en el centro desde donde podría cubrirnos con sus flechas y yo mismo cerrando la marcha.

- Estad atentos, no sabemos como piensan esos seres. Igual cree que aun puede vencernos y decide tendernos una celada.

Miraba a un lado y a otro antes de avanzar, si no la veíamos y avanzaba hasta donde nuestros compañeros aun estaban atendiendo a los heridos o reponiéndose de la batalla podría ser una masacre.

Dareios observó cómo todos se movieron en diversas direcciones para buscar a la última criatura. Su tío Theron había tomado la misión de buscar por la zona, pero como siempre, Ischyros tenía la necesidad de demostrar que valía más que nadie y se encaminó a la casa de la que habían salido las criaturas.

-Pero ¿qué hacen todos?-preguntó algo alarmado a su hermano Lykaios en voz baja. Se habían quedado ellos dos junto al espartano a cargo de carro y los heridos. Si aparecían más bestias, podían tener graves problemas-Spiridon ya había dicho que lo importante era la tablilla ¿por qué todos tienen tantas ansias ahora de perderse en la noche?.

Realmente le preocupaba la situación ya que si había una sola criatura acechando en la oscuridad, cualquiera de los grupos podría acabar con ella, pero ¿si había más?. Se estaban dividiendo demasiado.

-¿Tenéis alguna forma de haceros señales entre vosotros?-preguntó Dareios al joven que estaba en mejor etado para responder a sus preguntas- tal vez un cuerno, un tambor o algo que los que han huido puedan identificar como amigo. Tienen que regresar.

En ese momento se dio cuenta del pozo.

-Hace fata apagar el fuego, por lo menos mitigarlo, si los que han huido están pendientes, sabrán que la aldea está asegurada si alguien está apagando los fuegos.

Recordó entonces a las arpías que vigilaban desde las alturas unos momentos antes. También podrían regresar, así que no les convenía estar al descubierto, pero eran demasiadas cosas para el joven Dareios que se vio momentáneamente superado por la situación y tuvo que centrarse, calmarse para ver que hacer.

-Ebalo ¿crees que podrías intentar apaciguar uno de los fuegos más pequeños?-no sabía si iba  funcionar, pero si no había otro tipo de señal, tal vez eso les sirviera.

-¡No apaguéis todos los fuegos! Necesitamos antes encender una hoguera para poder calentar agua y tratar a los heridos. 

Nadie parece estar interesado en ayudar a los heridos. Solo son Ifianasa y ella tratando de hacerlo, pero no pueden hacerlo solas. Hay cosas que deben de hacer por ellas para que se puedan centrar en lo que realmente importa. Salvar a los heridos. Viendo que los demás quizá tengan demasiado trabajo protegiendo el carro, se levanta y coge leña seca para poder quemar cerca de donde está el herido.

Con otro leño, se acerca a la hoguera para encenderlo y poder prender la hoguera.

En el centro de la aldea, en torno al cual se encontraba el carro con Dareios y su hermano mayor Lykaios como guardianes, se encontraban el general Theron y los hermanos atenienses Talios y Anatolius, estos, avanzando de casa en casa, tenían la tarea de buscar a la bestia faltante en las cercanías, no obstante no había nada, por mas que buscaron en la casa en llamas, en la casa en ruinas, y en las otras dos cabañas pequeñas, nada pudieron encontrar. Y claramente la bestia no estaba en los exteriores próximos a la aldea o ya les habría atacado. Por tanto, quedaban tres opciones, o se encontraba en donde todo había empezado, que era una casa en llamas a las afueras de la aldea hacia el este, o bien se encontraban en los alrededores protegida por la maleza y la noche, o bien simplemente se había marchado.

En las proximidades de la casa donde todo empezado ya se encontraba un grupo de héroes liderados por el general Spyridon, el cual era apoyado por Atreo y por su escudero Akintos. Mas al frente, ya adentrándose en la casa en ruinas por el fuego, avanzaba Ischyros quien se había adelantado a todos y ahora parecía avanzar con sigilo, como le preocupase que algo o alguien le escuchase.

En otros asuntos se encontraban Hyparia e Ifianasa quienes atendían a los aldeanos heridos por el momento, donde en las cercanías estaban Dareios y Lykaios además de Ebalo quien tenía la tarea de apagar el incendio desde que llegarán a la aldea y que desde aquel entonces no había siquiera empezado. Era por ello que Dareios lo apresuraba en su tarea, sobre todo tras haber notado la presencia de un pozo en la aldea.

Después de haber buscado extensamente los alrededores y al no haber encontrado nada, el gigante se encontraba más preocupado por la seguridad de la tablilla y la del general. Por lo que compartió su opinión con Theron:

No hay rastro de aquellas bestias infernales, debemos regresar a cuidar la tablilla o mandar a alguien a fortalecer el escuadron de Spyridion? Podríamos ponernos equidistantes a ambos frentes (el carro y el general) para asistir a cualqiuera.

Talios estaba pensativo, la misión era cuidar la tablilla pero nada garantizaba la seguridad del general ni que el carruaje estuviera en peligro. Por ello quería analizar las cosas con Therion.

Una profunda alegría había arrebatado al escudero al reencontrarse con Spyridon y su hermano de batalla. Estaba claro que la batalla había sido cruenta aquí tanto como alrededor del carro. En el tiempo que había transcurrido, sus brazos se habían dedicado afanosamente a ahogar algunos de los incendios y ayudar a su general con las heridas. Su mentor era quien se encontraba más dañado, sin embargo el viejo guerrero era duro como el mismo martillo de Hefesto.
En ese tiempo pudo retormar el aliento y recuperarse de los leves daños sufridos. Le preocupaba un poco la actitud de Ischyros, estaba demasiado seguro de sí mismo, a tal punto de preferir seguir sus propios impulsos antes que las órdenes de sus superiores. Admiraba el calor de sus espíritu, pero por momentos parecía estar mayormente destinado a ser un guerrero solitario o un forajido.

Había permanecido de pie, junto a su mentor, sopesando lo que se decía y esperando por sus órdenes, muy diferente a su amigo que se alejaba. Sus ojos lo siguieron hasta que finalmente le solicitaron ir en la misma dirección, no estaría solo.

- Ischyros, aguarda, no estás solo - exclamó Akintos entre dientes, Spyridon había comenzado a avanzar con sigilo y el haría lo mismo. Quería hablarle a su amigo pero eso provocaría que el enemigo los viese. Aquellas criaturas eran traicioneras y feroces, ya habían aprendido en pleno combate lo insidiosas que eran.
- Es mejor cuidarnos las espaldas, quizá no sea la única - agregó en un susurro a quienes lo acompañaban, blandiendo su dori y aprestando el escudo para defender a los suyos.

Avanzó con pasos lentos y cuidadosos intentando hacer el menor bulicio posible.

Spyridon miró hacia atrás para ver si podía advertir al grupo de Theron de lo que estaba pasando, pero estaban ya lejos. Hizo un gesto y llamó a Atreo.

- ¿Puedes disparar un flecha al carro, sin que haya peligro de que hieras a alguien? AL carro o a cualquier objeto que puedan ver para ver si llamamos la atención del grupo de Theron y vienen a ayudar.

Spyridon esperó un instante a que Atreo disparara mientras observaba como Ischyros ya casi estaba encima de la bestia.

Espero que sea cauto y nos espere.

Hizo otra señal para avance sigiloso pero preparados para cargar si hiciera falta. Sacó la espada y la tuvo preparada en su mano.

En el periodo de falsa calma en el que Lykaios se encontraba vigilando, pudo rememorar como un mensaje en imágenes directo a su cabeza, una historia sobre horrendas criaturas que vivían en el Hades. Cuyo cometido era torturar y devorar a los infelices que residían en el Tártaro.

No se si en el primer contacto presa del miedo no pude reconocerlas o en verdad amado Hermes estás de mi lado proveniéndome de esta información. Sea como sea, mis premisas se confirman al menos en parte... No es posible que esas criaturas se hayan escapado por casualidad, el señor del inframundo las ha debido de soltar. Y si fuese así, ¿por qué en el pueblo? ¿Fue entonces el ataque de las otras criaturas aladas una estrategia para retrasarnos?

Dareios estad atento, debemos localizar a esa maldita criatura y terminar con ella. Evidentemente no se refería a el mismo, de eso deberían encargarse los experimentados guerreros. Necesitamos tiempo de descanso. Aunque quería contarle su intención de reunirse con los generales y la sacerdotisa para platicar sobre todo lo acaecido, no lo hizo por temor que sus palabras suscitaran preguntas en su hermano que lo distrajeran de su cometido actual, el cuál era prioridad en aquellos instantes.

Necesitaré consultar ciertas dudas con Ifianasa, pues si Hades está en contra de esta misión al soltar esas bestias, si así hubiera sido, no pudiera provocar un enfrentamiento contra su hermano el señor de todos los dioses...

Lykaios no tuvo mas remedio que dejar su mente en blanco, pues sus dudas no serían resueltas hasta que pudiera reunirse con Theron, Spyridon e Ifianasa. Siguió atento con su mirada al grupo que se alejaba hacia donde todo comenzó. Observó los alrededores presto a dar voz de alarma si algo saliese de entre las sombras.

Asentí en silencio a las órdenes del general, con un simple gesto de mi cabeza. Con sumo cuidado, saqué del carcaj una de las flechas de madera y la coloqué con cuidado en el arco. Apunté hacia una de las ruedas del carro, lo suficientemente cerca de mi tío y los otros como para que se dieran cuenta cuando el proyectil se clavara, pero lo suficientemente lejos como para que nadie resultara herido, en el caso de que fallase el tiro. Cuando estuve lo suficientemente seguro, solté la cuerda y la flecha voló hacia su objetivo.

Después, en silencio, cargué otra flecha, esta vez de punta metálica, y avancé con todo el sigilo del que fui capaz, siguiendo al general y su escudero.

Aunque nos habíamos esforzado buscando en cada casa y cada rincón dentro del pueblo, no pudimos encontrar rastro de la bestia. Tras esto peinamos los alrededores por si el engendro había decidido aun no dar por terminada su caza y aun así....todo fue infructuoso. Donde se habría metido esa criatura, era un misterio que tendríamos que dejar para más adelante. Talios fue el primero en proponer una nueva estrategia a seguir.

- Es una buena estrategia Talios, no sabemos que trajo la bestia hasta aquí. ¡Quizás algo se nos escapa, maldita sea!. Chisto entre dientes antes de continuar. - Me hubiera gustado encontrarla, para terminar este día al menos con una victoria completa.

El plan era igual que el que anterior mente habíamos usado, quedarnos entre dos grupos para asistir a aquel que necesitara nuestra ayuda inmediata.