Esta vez estaba decidido a no fallar, uno de nuestros hermanos de escuadra estaba muy malherido... Baldur parecía como si estuviera en trance, sus movimientos los habíais visto una y otra vez siempre que entrenaba, pero esta vez los hizo a toda velocidad, como si estuviera guiado por la mano del mismísimo emperador... Un rápido corte en el brazo que destroza la armadura y huesos que imposibilita la parada, una finta esquivando el ataque del contrario mientras da una vuelta con las piernas plegadas, sabiendo que el siguiente golpe tendría como objetivo el cuello del marine del Caos, pero tus pensamientos no han sido tan rápidos como la maniobra de Baldur...

La escena se llena de sangre mientras la cabeza del traidor con casco incluido vuela dando giros hacia un montón de escombros...

No hay tiempo que perder... 

Con la tremenda herida sangrante en la cabeza, solo podia quedarse quito y dejar hacer su labor al aphotecario. Cuanto mas facil se lo pusiera, antes terminaria y antes podria reincorporarse a la lucha. Huss se coloco en la trayectoria entre los marines del casos vivos y el Aphotecario, no queria que el unico sanador del grupo cayese en combate por atender a sus heridas y dejar de ese modo, sin cobertura medica al resto del escuadron.

Por dentro, Huss no podia sino estar contento, habia eliminado a un marine del caos de forma brillante y su cabeza habia resistido el ataque de otro de sus rivales sin mayores daños. Más aun, le quedaria una espoantosa cicatriz que lucir con orgullo y emplear para amedrentar a los enemigos del emperador en ocasiones futuras.

Tras escuchar las órdenes de Dargus, el bibliotecario frunce el ceño. ¿Ir a ayudar a Huss? El comandante tenía un extraño sentido del humor.

Afortunadamente, Baldur se le adelanta y acaba con la amenaza. Sin necesidad de tener que lanzarse a la carga, Azariah abre fuego contra uno de los marines traidores que quedan.

En el fragor de combate, Raziel escucha las ordenes de Dargus. No necesita mirar para saber donde se encuentra el hermano Huss, su entrenamiento y los sensores de su armadura ya se habian ocupado de eso por el. Se prepara para desenfundar la espada sierra y cargar hacia el traidor cuando ve la sombra del hermano Baldur avalanzarse sobre el traidor y decapitarlo tras una rapida sucesion de golpes. Viendo qie la situacion parace controlada, decide quedarse en su cobertura y seguir disparando contra los traidores que aun quedan en pie.

Se asoma tras la cobertura y abre fuego contra su enemigo, pero parece que el traidor habia visto la intencion de Raziel, y consigue ocultarse a tiempo tras la cobertura, haciendo que los disparos de este fallen.

Aprovechando un descuido de uno de los marines del caos que aún quedan en pie, Euryaleph abre fuego según asoma la cabeza, causando una tremenda cantidad de impactos que destrozan el brazo derecho y la cabeza de su oponente, reduciéndolo a una masa sanguinolenta de hueso y músculo.

La batalla está ganada. Apenas quedan unos pocos marines del caos en una aplastante inferioridad numérica. Uno de los supervivientes vislumbra tras su barricada al bibliotecario, y esperando causar un grave daño moral a sus enemigos, abre fuego sobre Azariah. Pero el bibliotecario percibe sin dificultad las intenciones del traidor y se agacha justo una fracción de segundo antes de que las balas se estrellen contra el amasijo de ceramita tras el que se parapeta.

Recuperaremos este planeta para el Emperador. Llevaremos la luz a los confines de la galaxia.

Una sonrisa se dibuja bajo el casco de Raziel. Ahora si le estan dando duro a esos sucios traidores. Pero no deben bajar la guardia, desde que han llegado a este planeta, los traidores ya les han sorprendido en varias ocasiones. Y no deben permitir que eso vuelva a pasar.

Por las comunicaciones de sus hermanos y los sensores de su casco, Raziel sabe que solo un marine traidor queda en pie. Sujeta su bolter fuertemente con ambas manos, recita una plegaria al arma, cambia el selector de fuego a modo automatico y sale de su cobertura. - POR LION EL'JONSON!!!!.- Un chorro de muerte sale disparado de su bolter alcanzando al traidor que habia salido al descubierto para disparar a uno de sus hermanos.

El combate llega a su fin, y parece que el planeta se ha librado de la amenaza del Caos. Los marines rematan a los traidores sin piedad, y hacen piras para quemar sus cuerpos y equipos a fin de dejar el menor rastro posible de la mancha del Caos en el campo de batalla.

Os estáis reorganizando y recuperando de las heridas sufridas cuando Felross se acerca a vosotros con talante serio.

-Esto no ha acabado. ¡Siganme!

Su orden no deja lugar a dudas, algo pasa que debe ser atendido de forma inmediata. El Comandante os guía por los pasillos de la ciudad colmena acompañado de unos pocos hombres que le sirven de escolta. Tras descender a lo más profundo de la fortaleza, se para en lo que parece un pasillo vacío. En el mismo, cuatro de sus hombres fuertemente armados montan guardia, algo que no tiene demasiado sentido. ¿Quién querría montar guardia en un pasillo vacío?

Felross se dirige a uno de ellos, que se cuadra y saluda.

-Este hombre fue quién lo vio todo y quien descubrió el portal.

¿Portal? ¿Qué portal?

El hombre os saluda con vehemencia y después os muestra algo que os deja helados. Se acerca a la pared, la toca con la mano, y la pared parece despedir una débil luz azul en el punto en que la toca.

El hombre se dirige a Azariah- Se me encomendó la tarea de tener vigilado a su chico y eso hice, pero en cuanto empezó la batalla las cosas se complicaron y le perdí el rastro. Cuando lo volví a ver, un pequeño grupo de marines del Caos lo había hecho prisionero y lo llevaban a la fuerza. Siguiéndoles hasta aquí vi como atravesaban esta pared. No se como. Lo hemos probado todo, y somos incapaces de dañar la pared o atravesarla.

El bibliotecario escucha con atención las palabras de Felross. Sólo lamenta levemente la pérdida del joven muchacho, pero así es la vida de un Astartes.

Tras unos segundos de silencio, Azariah pone la mano sobre la piedra y utiliza sus sentidos psíquicos para tratar de percibir algo.

Malditos bastardos! Parece como si fueran un paso por delante... Baldur furioso golpea con el puño sobre la pared!

Calma Hermano Baldur, dejemos que Azariah nos diga algo.- Dargus mira preocupado al portal.- No podemos hacer nada sin saber como funciona o saber minimamente lo que nos espera al otro lado. Podiamos ir directamente a una amboscada o algo peor. Alguien debe saber si este portal estaba ya aqui antes de llegar los traidores o si por el contrario lo han desplegado ellos. No logramos encontrar demasiado en los archivos de la Fortaleza.

No se vosotros, pero yo siento como si cada paso que doy hubiese sido planificado por nuestros enemigos. Siento como si estuviese jugando a algun juego macabro y haciendo exactamente lo que ellos quieren que haga.

Temo que, estar aqui en este momento, sea su plan desde el principio.

En cualquier caso... mi vida les va a salir muy cara.

Azariah percibe una fuerte tensión en la disformidad, es como si la pared no existiera, como si toda ella fuera una manifestación del inframundo. Y parece antigua, muy antigua. Tal vez más que la propia fortaleza. Azariah no puede concretar el efecto concreto, pero está claro que se trata de alguna especie de portal selectivo que impide pasar a determinadas personas, aunque no acierta a averiguar a quién permite pasar y a quien no. Pero lo que de verdad te pone los pelos de punta no es la puerta en si, es lo que se encuentra más allá. Alejada de la puerta percibe una ruptura en la realidad, como si fuera un pequeño agujero que se va haciendo cada vez más grande, como si fuera un portal a la disformidad que empieza a abrirse. No hay mucho tiempo, hay que actuar antes de que se abra por completo, o sólo el Emperador sabe que horrendas atrocidades podrían emanar de las profundidades del abismo.

Azariah se gira hacia el grupo para compartir sus averiguaciones, cuando antes de que tenga tiempo de decir nada, Baldur golpea con rabia contra la pared... y es como si la pared no existiera para él. Los Puños de Hierro que vigilaban la pared dan un paso atrás entre sorprendidos y asustados, y alguno de ellos se pone en tensión y lleva las manos a su arma.

-Eso es imposible... Llevamos largo rato golpeando la pared. ¡La has atravesado como los traidores!

En efecto, el puño de Baldur ha atravesado la pared como si golpeara agua, sin notar ninguna resistencia. Tan sólo un breve fulgor azulado en el punto en que la falsa pared tocaba su armadura.

Todos atras, perimetro 30 metros, las armas preparadas.- Dice Dargus mientras mira más alla de la pared. Su vello se eriza por todo el cuerpo ante lo sobrecogedor de la sensacion de ver como se vuelve insustancial al contacto con el puño de Baldur.- ¡Azariah dinos algo!

-Mi vida es por y para el emperador. No temo luchar, no temo sangrar, no temo morir. Si el mal esta al otro lado del portal, yo digo que vayamos y llevemos la muerte hasta donde quiera que se esconda. Mi vida no vale nada si no es para servir al emperador. ¿A que esperamos? Atravesemos el portal y acabemos con la amenaza. Si es preciso, estoy dispuesto a atravesarlo en solitario y volar en pedazos todo atisbo de mal que alcance a vislumbrar. Puede que nos estemos metiendo en donde ellos quieren que nos metamos. Puede que nos esten tendiendo una trampa. Pero este lobo espacial y guardia de la muerte no es un pajarito que atrapar con una trampa y enjaular despues, este marine es un arma muy, repito, muy bien afilada y a disposicion del emperador, puede que me atrapen o maten, pero me llevare a tantos conmigo que jamas podran recordar este dia como un dia en que ellos vencieron. ¡Muerte a los enemigos del emperador!

¿Por qué Baldur puede atravesarla? ¿Quizás fue ese ataque de ira? ¿O hay algo en el que desconocemos? Solo hay un modo de saberlo.

Proyecto en mi mente los recuerdos más dolorosos de esta misión, mis compañeros muertos, ciudadanos hambrientos y desesperados, visualizo a mi enemigo y recuerdo los trucos sucios que está utilizando para atacar al emperador. Dejo que la ira se apodere de mí, que llene cada centímetro de mi ser.

Estoy ansioso por entrar en combate. Deseo enfrentarme en cuerpo a cuerpo a esos bastardos y arrancarles las tripas para dejarlos agonizar en un charco de su propia mierda y sangre.

Me acerco al portal y embisto con todo mi cuerpo, como si quisiera tirar el muro abajo con el peso de mi armadura Astartes.

Al embestir Asenoc contra el muro veis como éste le engulle y desaparece al otro lado seguido por un breve fulgor de luz azul.

-No podemos dejar a nuestro hermano solo. ¡Por el emperador! ¡Muerte a los agentes del caos!

Huss se lanza sobre el portal que ha engullido a Asenoc. Su comandante herido, la sed de sangre, las ganas de vengarse, ser un lobo espacial, no es necesario mucho para que su ira bulla como un mar embravecido. La armadura secunda a su portador, sin duda, ruge anticipando la lucha.