Partida Rol por web

Avanzas en la penumbra por el único pasillo que no está bloqueado, hacia el ala norte, hasta que te ves obligada a usar un cetro solar si es que quieres ver algo. Las paredes están recubiertas de una capa de polvo espesa, aunque eso cambia conforme el pasillo se abre para dar paso a una enorme sala con techos y paredes recubiertos de una telaraña, que desciende como si de cortinas se tratara. Aunque inquietante, resulta a su manera bello, y mientras deslizas tu mirada por la sala te percatas de que una especie de araña, mucho más grande que las normales, te está acechando.

Casi no te da tiempo a reaccionar cuando lanza un chorro de telarañas en tu dirección, que cae sobre tus ropas antes de tensarse fuertemente mientras la araña emite un sonido de amenaza y empieza a bajar en tu dirección.

Avanzas en la penumbra hasta el único pasillo que no está bloqueado, que se dirige hacia el ala norte, hasta que te ves obligada a usar un cetro solar si es que quieres ver algo. Las paredes están recubiertas de una capa de polvo espesa, y el pasillo parece ir abriéndose hacia una sala en la lejanía. Buscando marcas y huellas en el suelo, paredes y techos, podrías asegurar que no hay trampas a la vista.

Con el cetro solar en la mano, para poder ver en la penumbra, al llegar a la siguiente esquina, vuelvo la cabeza hacía mis compañeros para indicarles, con un ademnán de la mano, que me sigan.

- Hasta aquí parece que está todo despejado. Seguidme.

Mientras llegaban sus compañeros, la joven ninja siguió revisando los alrededores, mientras avanzaba hasta la siguiente estancia, con mucha cautela y "sigilo", que se adivinaba al final del pasillo, más amplio.

Conforme llegas al final del pasillo, puedes ver como la espesa capa de polvo se va transformando en una telaraña que cubre las paredes como si se tratara de cortinas de gasa, y ésto se sucede hasta desembocar en el ala norte, una sala amplia y totalmente cubierta de telarañas.

El pasillo por el que os empieza a guiar Saeko, tiene paredes están recubiertas de una capa de polvo espesa, y el pasillo parece ir abriéndose hacia una sala en la lejanía.

Sin mediar palabra para no ser escuchada, Saeko hizo un gesto con la mano para que sus compañeros se acercasen a su nueva posición, ademas de indicarles con el dedo sobre los labios que no hiciesen ruido alguno. Mientras iban llegando, se acercó a la entrada de la estancia con cuidado de no hacer ruido y pendiente a todo cuanto le rodeaba.

Damiel se limita a seguir a Saeko, mirando por donde pisa y observando la zona en silencio.

Al igual que el resto del grupo, también sigo el camino marcado pero al contrario que mis compañeros, en vez de observar el suelo ya pisado voy observando paredes y techo. Siempre en silencio.

Alain también sigue a sus compañeros con todo el silencio que puede darle su armadura.

En cuanto te asomas a la estancia, oyes un ruido arriba tuya. Inmediatamente te fijas y ves una especie de araña negra y gigantesca que trataba de acecharte, y das un salto adelante antes de que esta escupa un montón de redes sobre ti.

Saeko, mira hacia arriba sorprendida y da un salto adelante para esquivar un montón de redes de telaraña que caen en su anterior posición. 

Al ver aquella especie de trampa caer, queriendo atrapar a la ninja, el clérigo se dedicó a mirar a los lados y a arriba, pero principalmente al techo.

- Deben de haber arañas cerca.

Dijo en voz baja, tratando de localizarlas, pues era posible que fueran a atacarles. Conforme movía a un lado y a otro la lanza, ésta iba iluminando.

A penas tengo tiempo de saltar hacia adelante cuando, al mirar al techo, veo es araña gigante tratando de alcanzarme con sus redes. Acto seguido grito a mis compañeros.

- ¡Aquí compañeros! ¡Cuidado con esa araña del techo!

Al momento, trato de atacar a la araña gigante del techo, lanzándole un par de shurikens.

Damiel se pone rápidamente en posición de combate.

Alain con su espada en la mano se prepara para la acción.

La araña recibe los golpes de shuriken tras intentar atacar por sorpresa a Saeko y, hambrienta por una presa tan grande, no se da cuenta de que se ha colocado en una muy mala posición (entre Saeko y el resto). 

Al ver la araña, un escalofrío recorrio el cuerpo de Xanorin y casi como un acto reflejo dió un paso atrás. Tras esto, alzo su brazo y le envió un rayo de fuego.

Por desgracia, justo antes de lanzar su conjuro una araña del tamaño de un puño cayó sobre la cabeza de Xanorin y este perdió la concentración para sacudirse el insecto del pelo.

-¡Malditas criaturas!