Partida Rol por web

El lago Dagagrís está justo al pie de una montaña. Es un lago alargado, de más de siete kilómetros de norte a sur, pero apenas medio de este a oeste. Su extremo norte recibe multitud de torrentes que vienen de las cercanas Montañas Grises; y vienen crecidos, por las lluvias de estos días. El extremo sur se alarga, como una puñalada, en un río de color gris metalizado, hacia el Bosque; el río Dagagrís es un afluente del Río del Bosque. Si no lo sabíais, ya podéis adivinar que el nombre del lago se debe a sus aguas color gris metalizado y a su forma, alargada como la hoja de un cuchillo. Sin embargo, no reparáis apenas en la geografía del lugar. Porque habéis encontrado lo que habíais venido a buscar.

En la orilla este, cerca de donde estáis, veis los restos de una batalla. El cuerpo de un hombre flota, hinchado, en la orilla; está muerte, y hiede. Hay otro cadáver, en tierra. Tiene dos flechas, negras y gruesas, de penachos verde oscuro, clavadas en el pecho, pero su mano aún sostiene una lanza. Cerca, están los restos de un carro. Otrora debía ser una pequeña caravana llevada por un par de caballos de tiro, pero del tiro solo quedan los restos reventados a hachazos, y el carro está volcado. El único rastro que veis de los caballos es las herraduras, rotas, oxidadas y tiradas por doquier. Alrededor del carro hay muchos objetos, todos rotos. Copas dobladas, tapices rasgados, un anillo pisoteado y roto, y un hermoso espejo de plata tiene pintado un extraño símbolo, como un triángulo. Los orcos destrozaron a conciencia todo lo bello que pudieron encontrar.

El lago ha dejado que crezca vida alrededor. Hay arbustos y un par de árboles cerca, y por donde pasa el río, el gris y el pardo se motea de verde.

Lanetar apreta los dientes. la escena es macabra y descorazonadora, pero incluso en estas circunstancias extremas es capaz de ver belleza en la poca vida que el lago deja crecer alrededor de la escena. La luz del sol que se filtra por las nubes hacen brillar el lago, y le dotan de una hermosura digna de un poema de los hombres del bosque, siempre tan capaces de describir las maravillas naturales. Mira a sus compañeros, y ve que varios muestran caras de horror. Ni corto ni perezoso se dirige a ellos. 

Venga compañeros, ya sabíamos que las fuerzas de la oscuridad nos tendrían preparadas una visión horrorosa. Sin embargo mirad! hay belleza incluso en este lugar! EMirad la luz del sol, cómo brilla en el lago, y el verde que da cobijo a los cuerpo de nuestros allegados de Valle! En una situación de pérdida como esta los Valar acompañan sus almas y nos conminan a vengar su muerte. La vida se abre camino incluso en la muerte y nosotros podemos hacer lo propio. No desfallezcais compañeros! Tenemos mucho que hacer!

A medio discurso la voz de Lanetar se quiebra, y no parece que confie en sus propias palabras, pero poco a poco parece que va creyendo en lo que dice, y acaba siendo un discurso alentador.

Por fin llegamos a nuestro destino pero lo que encontramos nos deja sobrecogidos, todo está destruido y los muertos son tan numerosos como las piedras.

Voy mirando las diferentes enseñas de los caídos para ver si descubro los bandos enfretados, también mi voy fijando si hay resto de algún tipo de bestia que pudo ser la causante de tanto mal.

La moral en este escenario de pesadilla es baja y tanto mis compañeros como yo guardamos silencio mientras recorremos el lugar hasta que se escucha el vozarrón de Lanetar, nos está animando y veo que sus palabras empiezan a tener sus efectos positivos, recuerdo el motivo de este viaje y en mi interior se refuerza la decisión de llegar hasta el final y conseguir nuestro objetivo.

La escena que nos recibe es cuando menos dantesca; los cuerpos , lo que queda de carro y los restos de la carga .Esto es mas de lo esperaba compañeros Digo totalmente sorprendido .Echo un vistazo al lugar intentando hacerme una idea de que ha podido pasar en este lugar .Las flechas pueden dar una idea de que grupo de orcos atacaron a la caravana pero me interesa mas saber que plan de batalla han seguido .¿Han atacado utilizando la fuerza bruta como es su costumbre o había alguna mente mas aguda detrás de su ataque?

Los rastros son poco claros. La lluvia, el tiempo pasado y el viento del norte han emborronado casi cualquier pista que pudiera quedar. No obstante, algunos restos son aún visibles. Parece ser que los orcos (debían ser alrededor de dos docenas) atacaron desde dos flancos; al noreste y desde el mismo norte. Una emboscada en dos frentes. Una estrategia muy básica, que cualquiera podría haber hecho. Los orcos son capaces de una astucia cruel, pero esto no deja de ser un ataque veloz e indiscriminado, sin demasiado planteamiento táctico.

Si no te equivocas, salieron desde el noroeste primero, y cuando los hombres estaban preocupados de estos, los refuerzos del norte, agazapados hasta el momento, salieron de sus escondrijos para coserles a flechas. Mientras, unos cuantos mataron a los caballos, destrozaron el tiro, y tumbaron la carreta.

Otro detalle llama tu atención: los cadáveres son de los Hombres del Bosque, tus paisanos. Confirma tus sospechas. Deben ser dos de los tres guardaespaldas de Jorbert.

Mientras paseas alrededor de la destrucción, observas que los orcos han dejado pocas cosas sin mancillar. Odian lo bello, y eso les lleva a cometer actos terribles. Te das cuenta, sin embargo, de un detalle: los objetos están sumamente desordenados. Sí, el viento y la lluvia han podido mover de sitio muchos, pero aún así, alguien ha revuelto entre ellos. Cómo buscando algo.

Otro detalle. Las herraduras de los caballos, arrancadas con brutalidad y de cualquier manera. Cuentas diecinueve herraduras, la mayoría de ellas juntas. Esto es: dos caballos de tiro, y un caballo para cada guardaespaldas (el caballo de Jorbert, recuerdas, le llevó hasta Valle antes de morirse de cansancio). En total, dieciniueve de veinte herraduras. No conoces la respuesta a ese enigma, pero sí puedes hacerte una idea de donde han ido a parar los pobres animales: al estómago de los orcos. Lo mismo se puede decir de sus hediondos compañeros. Hay rastros de sangre, y alguna hoja de arma rota en la zona, pero ni rastro de los cadáveres, lo que implica algo terrible, pero conocido. Los orcos pueden comerse a sus muertos, llegado un momento de necesidad. Lo que despierta otra pregunta: llegada la necesidad, ¿por qué no comerse a los hombres muertos?

Hay mil preguntas, y muy pocas respuestas.

Al cabo de un rato tengo mas o menos claro como sucedió todo y no dudo en compartirlo con los demás .Al menos 2 docenas de orcos y los muy ladinos prepararon una buena emboscada en dos frentes .Primero atacaron desde el noroeste y cuando los de la caravana les hicieron frente les atacaron desde el norte acribillandoles con sus flechas. Me levanto y miro a un lado y a otro .Estos dos muertos son gente de mi pueblo pero me falta uno de los guardaespaldas .. o bien falta un cadáver lo cual no tiene mucha lógica o esta herido , ha huido o le han capturado .Conociendo a mi gente no habrá huido así que o se lo han llevado los orcos o esta herido por los alrededores ...

Sorprendido aun por lo que ven mis ojos y por ser la primera vez que me encuentro muertos en batalla, voy recorriendo los alrededores intentando captar el máximo de detalles posibles hasta que escucho a unos metros de mi hablar a Ardan, esto hace que vuelva mi atención a lo que está diciendo y me acerco a mis compañeros.

Cuando Ardan termina de comentarnos sus impresiones del combate tomo la palabra. -Esta claro amigos mios que aquí hay piezas que no terminan de encajar, todo está sumamente desordenado, estos malnacidos estaban buscando algo pero ¿él qué? Hago un inciso para ordenar mis ideas y continuo. ¿Os habeís dado cuenta de que las herraduras están arrancadas? y al contarlas hay diecinueva y tendría que haber veinte. Otra cosa más, mi conocimiento de los orcos se basa en las leyendas que he escuchado porque aun no he visto ninguno pero tengo entendido que se comen cualquier cosa incluso entre ellos mismos. Suponiendo que se hayan llevado a los caballos y a sus caidos para hacer un potaje ¿por qué no llevarse tan bien a estos pobres hombres desafortunados?

Parece que en lugar de encontrar respuestas cada vez hay más preguntas sin respuesta.

Miro las tallas de las armas de los caidos y los penachos de las flechas -¿Alguno de vosotros recone los penachos de los flechas o donde podrían haber sido forjadas estas armas?.

La belleza del paisaje se ve mancillada con el horror de la matanza. En silencio, el elfo recorre el lugar hacia la orilla del lago. Cuando el agua acaricia sus botas, se agacha y moja sus manos. Con los ojos cerrados pronuncia para sí una breve oración en recuerdo de aquellos que han perdido su vida.

Taurir se alza y continua caminando, observando la horrible escena y escuchando a sus compañeros. Salvo por el breve momento junto al lago, se podría decir que la escena no le afecta en absoluto.

Los penachos de las flechas son de pájaros brunos; las formas de las flechas, gordas y cortas, hechas para viajar no demasiada distancia y a pesar del viento. No hay duda: son armas de los orcos de las Montañas Nubladas. ¿Qué hacen, tan al este?

No sabrías decir por qué han dejado los cuerpos de los hombres sin devorar. O bien alguien les ha impedido devorar su carne, o quienquiera que los dirigiera no les ha dejado por alguna causa. Pero no puede ser, en este último caso, o hubieran dejado también los caballos. No, alguien o algo le has obligado a dejar los hombres. ¿Quién? ¿Un enemigo? Si es amigo de los hombres, ¿por qué ha dejado cadáveres pudrirse en mitad del lago? Tal vez el líder de los orcos les haya obligado a apretar el paso. ¿Y aún así, se llevaron la carne de las bestias? Es extraño.

Tampoco aciertas a descifrar el enigma de la herradura perdida. Tal vez haya llegado al lago, y se haya perdido en las profundidades. Qué otro motivo, no aciertas a pensarlo. Pero claro, ponerte en la mente de un orco es algo difícil.

Con todo, solo hay una cosa clara: si esta es la caravana, la lámpara (o sus restos, si está destruida) deberían estar aquí.

- Orcos de las Montañas Nubladas - sentencia Taurir mirando hacia el oeste - Algo espolea a estas criaturas tan al este... Estoy de acuerdo con Fortimbrás, esto no es un ataque orco común. Hubo una emboscada - señala hacia los dos lugares indicados por Lanetar - Demasiado planificado para el típico ataque de represalia. Además, los orcos no son dados a desperdiciar la carne humana. O bien llevaban prisa o bien algo los ahuyentó. En cuanto a la herraduras, podemos sospechar que han devorado a los caballos, pero ¿cabe la posibilidad de que se los hayan llevado y los quieran meter por algún terreno en el que las herraduras los harían ir más lentos? Sea como fuere, puede que encontremos alguna pista sobre la lampara en medio de todo este desastre.

Lanetar no es el mejor observador del mundo, asi que queda muy impresionado por los sentidos de los no humanos del grupo. El hobbit y el elfo realmente saben ver cosas increibles. 

Intentando aportar su granito de arena en la búsqeda, revisa unos sacos rotos que hay cerca de la carreta. Sin embargo, sus esfuerzos no parecen tener recomensa, pues sólo encuentra lo habitual en una caravana desvalijada...

Intento averiguar por las huellas por donde han ido los orcos pero entre la lluvia , el rastro de varios animales que se han acercado a beber o alimentarse de los cadáveres y nuestras propias huellas emborronándolo todo es una misión imposible .No, soy capaz de decir por donde han ido ..comento mientras me levanto frustrado .

Veo a unos metros de mi a Lanetar rebuscar pistas entre los sacos rotos que hay tirados, me acerco a su lado y le ayudo en la busqueda, cuatro ojos siempre ven más que dos.

Para la busqueda voy realizando circulos concentricos desde el carro hacia afuera, intentado encontrar algún indicio que nos sirva para resolver este entuerto y sobre todo ver si hay algún trocito, que se pudo romper durante el combate de la lámpara.

Bearum no dice nada, apesumbrado como está. Camina entre vosotros, con los ojos tristes, pues a su alrededor, todo parece terrible. Solo cuando empezáis a moveros por la zona parece despertar, moviéndose entre las retamas y arbustos con mano experta. Lo podéis ver un poco al norte, sobre las rocas, como vislumbrando algo que nadie más ha visto.

¡Bingo! Tras unos minutos de búsqueda, encuentras algo interesante. Una caja de madera, de las pocas piezas intactas de la caravana, de alrededor de tres pies y poco de alto y con el interior acolchado. Evidentemente, se ha hecho específicamente para proteger algo valioso, y el tamaño coincide con el de la lámpara: debía estar ahí. Y sin embargo, no está: la caja está abierta y vacía, pero sus bisagras y cerrojo parecen intactos. Alguien la ha abierto con la llave o la ganzúa. ¡El mismo que se llevó la lámpara!

- ¡He encontrrrado algo!- Brama Bearum. Os acercáis a ver qué es.- ¡Mirrrad! Trrrozo de tela en estos matorrrrales; lana parrrda. ¿Podría ser de los hombrrrres del bosque? No es aventurrrado pensarrrrlo: falta un guardia. Si seguimos porrr esta senda...- señala al norte, un camino de cabras difícilmente practicable.-... podrrremos seguir ese rrrastrrro. ¿Qué decís?

Me acerco a examinar el trozo de tela pero soy incapaz de decidir si es o no es de alguien del bosque .No sabría decir pero desde luego no creo que sea de un orco y eso ya me vale ... .Me dirijo al sendero dispuesto a buscar al que ha dejado ese rastro .Me giro antes de empezar a subir .¿Vamos ?Si esta herido no hay tiempo que perder y ademas puede que contarnos exactamente que pasó aquí

Tras estar un rato buscando entre los restos del asalto parece que la suerte me sonrie y encuetro una caja de madera, de unos tres pies y poco de alto y con el interior acolchado y está en bastante buen estado. La recoja y se la enseño al resto del grupo.

-Mirad que encontrado, parece construida para llevar algo valioso pero lo que más me llama la atención es que se han tomado la molestia de abrirla sin romperla, me imagino que tendrían miedo de dañar lo que había en su interior ¿sería la lampara o había otra cosa qué buscaban?. Y una vez la he examinado concienzudamente se la doy a mis compañeros para que la puedan observar mejor.

Después de dejar la caja me dispongo a examinar el trozo de tela que Bearum encontró.