Partida Rol por web

Al llegar al puente, destaca en la computadora de batalla una representación holográfica de la trayectoria de la nave y las posiciones relativas de Khon Kaen III y la nave de salto Sigilosa. Mientras otros miembros de la tripulación ocupan algunos puestos de control, la teniente Lyle está inclinada sobre el tablero de la computadora introduciendo parámetros e intermitentemente aparecen y desaparecen contactos sin identificar próximos a la nave de salto que les está esperando. Al verles llegar, la teniente empieza a hablar de forma apresurada.

- ¡Capitán, gracias a Blake! Quizá no sea nada, pero necesito que alguien me confirme esto... -comienza a señalar con la mano extendida a la representación holográfica de la computadora mientras habla- Hace unos minutos que detecté una anomalía de masa en uno de los barridos rutinarios del escáner. Al principio no le di importancia y supuse que sería una aberración, pero cuando el siguiente barrido volvió a confirmar la lectura... El caso es que la masa estimada de la nave de salto aparece ligeramente por encima de lo normal, pero el escaner muestra claramente en su perfil que no tiene atracada ninguna nave de salto. Así que se me ha ocurrido indicarle a la computadora que simule que una nave de salto estuviera atracada en el collar de atraque y luego comparar la lectura de masa estimada a ver qué nos da.

Justo en ese momento la computadora arroja dos resultados positivos a la comparativa que la teniente le ha ordenado realizar: una de las coincidencias posibles sería precisamente con una nave de descenso de clase "Leopard", como La Saltarina, y la otra con una nave de descenso de clase "Leopard CV", una variante que elimina la capacidad de carga de battlemechs para sustituirla por hangares para cazas aeroespaciales, para un total de capacidad de seis aparatos.

- Que raro... pero si no tiene acoplada ninguna nave... -comienza a decir Lyle.

Los ojos de Sabatini se van entrecerrando poco a poco y el inevitable palillo en su boca cruje cuando lo mastica inconscientemente como si fuese un chicle.

- Está detrás, no atracada en el collar. El escaner detecta el pozo de gravedad por la deformación espacial que provoca la masa de ambas naves como una sola, por lo que debe estar muy próxima. Pero ahí hay otra nave, a mi no me engaña este truco de academia.

Se adelanta hacia la computadora comienza a introducirle comandos de forma apresurada. En la representación holográfica, la posición casi superpuesta de la nave de salto y una nave de descenso de clase Leopard arroja en efecto el mismo resultado en el escáner de masa.

- Nos esperan para cazarnos como conejos...

Sabatini ha pronunciado esta última frase en voz tan baja, que no se sabe si habla para los demás o para si mismo...

- Mierda Walt, esto no me gusta nada. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo vamos a salir del sistema si no enganchamos esa nave?

Petrakis comienza a dar vueltas sobre si mismo frotándose el cuero cabelludo con ambas manos y de forma casi convulsiva.

- Joder, si hay otra nave oculta detrás de la nave de salto es que están compinchados o no la ocultarían. O puede que la nave de salto esté ocultandolos bajo coacción. ¿Pero de dónde ha salido otra nave? ¿Quién la ha traido? Seguro que nuestros misteriosos contratantes no quieren dejar cabos sueltos. Ya me parecia muy fácil todo esto.

Empieza a señalar al aire con nerviosismo, como si tuviera alguien delante con quien hablar, pero no se dirige a nadie en concreto.- Seguro que nuestros generosos patronos ya no quieren pagarnos más, o no les interesa dejar cabos sueltos en su sucia jugada. -De repente se detiene y apoya las manos en la mesa holográfica mirando a Walter.- No tenemos muchas opciones, pero si quieren cazarnos como conejos como dices, yo no voy a dejarme coger fácilmente. -Dice insinuando que luchará hasta el final. Tras una pausa en la que se calma un poco, baja las manos de la mesa y continúa hablando con el capitán.- A ver... supongo que no saben que lo sabemos, así que su factor sorpresa ha quedado anulado y ahora está en nuestro poder. La cuestión es... ¿qué podemos hacer nosotros? Necesitamos la nave de salto para salir de aquí.

-Todo ha salido bien. En unas horas volveremos a casa-pensaba Vega tras los malos presagios que la atenazaron tiempo atrás. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos una voz de aviso desde el puente de mando volvió a traer los malos augurios. Desde ese instante, Vega observaba todas las conversaciones a su alrededor, deseando fervientemente que todo fuese un error. Pero nada más lejos de la realidad, cuando casi podían acariciar la salida de nuevo se cruzaba un obstáculo en sus caminos. Este revés sorprendió a la mujer, que de nuevo volvió a sentir como la adrenalina aceleraba sus pulsaciones. La imagen de Petrakis, yendo de aquí para allá, no la tranquilizaba en absoluto. Había un abismo, entre ese hombre despreocupado y seguro de sí mismo que acostumbraba a bromear con todo y el panorama que podía ver ahora. Buscó rápidamente a su socio. Más que nunca necesitaba que alguién dijera algo. Necesitaba escuchar un plan y ella lo cumpliría hasta el final. Pero ese desconocimiento le producía desasosiego. Sólo cuando el piloto del Alastor puntualizó que su factor sorpresa había quedado anulado, Vega comenzó a coordinar-Eso, eso es cierto- dijo la mujer aún temblorosa-¿Seria viable cambiar de rumbo y sorprenderles nosotros a ellos?

Jason Kirkpatrick lleva días callado, torvo, circunspecto… como si no participase del regocijo general por haber acabado con éxito la misión y estar retornando a casa. Se ha mostrado algo esquivo incluso con sus más allegados. Es como si hubiera estado esperando que algo, cualquier cosa, saliera mal en algún momento… y precisamente ahora, cuando ha acabado pasando, cuando la trampa ha saltado por fin, Jason parece relajarse. Ya sabe por dónde vienen los tiros.

Así que ahora ya puede reaccionar y preparar un plan de contingencia a la altura.

De modo que les regala una vez más su sonrisa de hiena, echa la cabeza hacia atrás dejando caer su lacia melena y se sitúa en el centro del grupo con los brazos abiertos, mostrando las palmas. Resulta hasta cómico, pero lo que más parece ahora mismo es un predicador:

- ¡Sabía que algo así tenía que pasar! – se exclama en un tono suave, casi susurrante – Intuía que las cosas no podían ser tan fáciles, supongo que todos nos lo olíamos, pero hasta que no ha saltado de verdad el cepo no podíamos reaccionar: pues bien, ya ha pasado, por fin… ¡Ahora es cuando hay que empezar a trabajar!

Manteniendo aun su pose mesiánica gira en redondo para encarar a cada uno de los miembros del grupo que le circundan:

- Tal como yo lo veo, ahora mismo tenemos tres opciones... y ninguna es buena – señala con los dedos a medida que enumera – La primera es acudir al punto de encuentro con la Nave de Salto y tratar de tomar el control… de asaltarla por las armas superando a las tropas enemigas que allí nos esperan emboscadas… Podríamos intentar aprovechar el factor sorpresa que hemos obtenido, pero no sé…

Eleva un segundo dedo y prosigue con su cantinela:

– Claro que la segunda opción sería regresar a Kohn Kaen y refugiarnos allí… en ese caso se nos presentan dos opciones, a cual más arriesgada – sonríe torvamente, sabiendo que a más de uno no le va a gustar oír lo que viene – Una sería tomar el planeta entero por las armas, pero esta vez de verdad… y usar a toda su población como rehenes para granjearnos el acceso a una Nave de Salto y una huida del sistema hacia los mundos de la Periferia, que afortunadamente no nos quedan demasiado lejos. Una opción desagradable y peligrosa – hace una pequeña pausa teatral y continúa – La otra es irle con todo el cuento a nuestro viejo amigo el conde Varka, esperando que desvelar los sucios tejemanejes ideados para apartarle del poder lograsen hacerle perdonar nuestros pequeños desmanes y puyitas cariñosas… podría salir bien, pero nos convertiría en moneda del juego político y objetivo prioritario para individuos como el inestimable señor Roark… y eso no me convence mucho…

Entonces eleva por fin el tercer dedo y completa su exposición:

- La tercera opción es simplemente desaparecer, huir al espacio profundo, tal vez podríamos refugiarnos en algún planetoide menor deshabitado pero con un mínimo de recursos… y esperar allí a que las cosas se calmen un poco – dice con resignación – Y cuando tengamos la oportunidad, tomar al asalto alguna nueva Nave de Salto, secuestrarla y hacer que nos saque de aquí de una puta vez… ¿Qué opináis?

Y tras exponer con su fría mentalidad criminal las diferentes alternativas, les sigue sonriendo, baja las manos e inclina levemente la cabeza mientras espera que se agite el gallinero.

La veterana mechwarrior se siente poco útil en este entorno. Su battlemech no es más que carga muerta en el interior de la bodega y poco puede hacer en esta situación, salvo coger sus armas y combatir como uno más si se produce un asalto a la nave o confrontación similar.

- Capitán Sabatini, Stephanos, no puedo aportar mucho dada la situación, salvo decirles que pueden contar conmigo en la labor que consideren oportuna, ya sea disparar un arma o darle patadas a un motor si es lo que hace falta para que vaya más rápido...

Edmond va escuchando atentamente las opciones del resto de mercenarios. Sus ojos son apenas visibles entre el fino hilo que dejan los párpados; y la vista se pierde en un punto imaginario situado a cientos o miles de kilómetros mas allá de la proyección del computador de batalla de la nave - Maldita sea - piensa - Nos han vendido, de eso no hay duda -

- Si yo estuviese esperando a mi presa - interviene el de la mancomunidad - y viese que da media vuelta y se dirige al lugar de donde viene, me lanzaría contra él de inmediato. Y si efectivamente llevan cazas a bordo, es probable que nos intercepten antes de llegar a nuestro destino -

- Puestos a plantear opciones arriesgadas... Capitán - se dirige todavía pensativo a Sabatini - ¿cree que sería posible iniciar la maniobra de aproximación a la nave de salto como si hubiésemos caído en la trampa, pero variarla en el último momento de forma que pudiésemos asestar el primer golpe a nuestro misterioso invitado? Llegado el caso incluso podríamos maniobrar para utilizar la nave de salto como escudo entre nuestro atacante y nosotros mismos -piensa en voz alta - de esa forma podríamos hacer frente a los posibles cazas que transporte, evitando el ataque de la nave de descenso -

Tras haberse ido repentinamente al lavabo, volvía aliviado, de nuevo con hambre...

En cuanto esté en casa directo a Dinno's pizza y me zampo una familiar speziale... ya se le hacía la boca agua...

Y al entrar en la sala de mando de nuevo...

Jason ¿te apetece una speziale? ¿eh? noooos vamosss, dijo eufórico moviendo la cintura a la vez que hacía extraños movimientos de manos como bailando...

Miró alrededor, era evidente que era el centro de atención, pero en vez de caras sonrientes estaban todos muy serios, demasiado...

Ehm... tan mal bailo?... señales rojas en la pantalla de la nave le devuelven a la realidad... Adiós Dinno's

Jolín... algún... algún problema... Sabat... estoo usted? dijo señalando a Sabatini, que en ese momento escupe el palillo quebrado.

Jason?... joder mierda... perdón. Se disculpa.

Esa cara de Jason solo significa grandes problemas y arriesgadas soluciones.

Kirkpatrick contempla a sus compañeros con aire divertido, para ver cómo reaccionan frente a la complicada situación, ante las diferentes propuestas que ha enumerado… y que tan solo tienen en común el ser todas indeseables por igual… y cuando cree llegado el momento eleva un dedo para llamar otra vez la atención y deja oír de nuevo su voz aguda, desagradable y chillona:

- La cosa parece estar muy jodida, queridos camaradas… sí, sí, sí… peeeeeeeero… - dice sobreactuadamente – olvidáis que gracias al capricho del destino podéis contar entre vuestras filas con uno de esos raros y valiosos individuos que ya tienen cierta experiencia en estos turbios asuntos… es decir, alguien como yo mismo… - les dedica una esplendida muestra de su genuina sonrisa de hiena, repleta de dientes – A ver, si yo fuera, por decir algo, un vil e implacable pirata de la Periferia… y me viese en una encerrona como ésta… supongo que recordaría que a fin de cuentas hemos llegado aquí, y pretendíamos huir, desde uno de los escasísimos Puntos de Salto piratas del sistema… y que lo hemos hecho solos – razona relamido – Luego nuestro puñetero comité de bienvenida llegó por su cuenta y debió hacerlo sin duda mediante su propia Nave de Salto. No podía estar aquí, así que lo hicieron a través de la vía más lógica, el dichoso Punto de Salto oficial del sistema, entre cenit y nadir… y todo eso - hace un gesto con la mano hacia Sabatini – Seguramente fueron precisamente ellos lo que creímos detectar hace unos días, a las pocas horas de llegar y ponernos en ruta hacia Khon Kaen III…

Hace de nuevo una de sus abusivas pausas teatrales y concluye:

- Luego ahora mismo hay una segunda Nave de Salto en una localización conocida, que a estas alturas ya debe tener las baterías cargadas y probablemente estará muy poco protegida, si han concentrado sus fuerzas junto a ”la nuestra” para tendernos esa traicionera emboscada… ¿por qué no hacer un simple intercambio de naves?

La mueca de su sonrisa es burlona y feroz a partes iguales…

Roark escucha todos los comentarios, y por ultimo escucha a Jason, que por un lado tiene razon en todo lo que ha dicho, pero queda el factor velocidad... Alan tiene unas preguntas que hacer y comienza por - Esta nave no esta equipada para un abordaje ¿verdad? dice con esa voz siniestra mirando fijamente al capitan y luego termina diciendo - Decidamos lo que decidamos hagamoslo ya, cuanto mas tiempo pase mas cerca estaremos, ninguno de nosotros podemos hacer nada excepto nuestro Halcon, y depende de las aves que tenga ese nido... esto ultimo lo dice mirando a Petrakis poniendo cara de circunstancia.

Petrakis levanta una ceja cuando Jason le hace recordar aquel suceso.

Le señala mudo con los ojos y la boca abiertos, mira a Roark mientras sigue con la misma expresión y entonces interviene.

- Claro... Aquella traza que detectó el teniente Laval. -le busca por el puente con la mirada para ver si está de turno de actividad o está descansando, pero en un primer vistazo no lo ve, por lo que continúa.- Bueno, da igual. Creo que fue en el punto zenit. -se pasa las manos por la cabeza como si se peinara una melena hacia atrás y entrelaza los dedos detras de la nuca pensativo.- Vale. Entonces podemos asumir que a las 18 horas de haber llegado nosotros, hizo entrada en el sistema otra nave de salto con nuestra acechante amiga, y mientras nosotros haciamos el trabajo, ellos fueron directamente a impedir nuestra retirada. -Mira a Barbara y le pide que haga unos calculos en la computadora para confirmar las hipótesis que van formando.- Lyle, ¿cuanto se tardaría en llegar desde el punto de salto zenit hasta nuestra nave de salto? -mientras Lyle decide si le hace caso o le cede el puesto "amablemente" para que los haga Petrakis con sus... manos, continúa hablando y se dirige a todos- Con esto sólo confirmamos lo que ha pasado, no solucinamos el problema. -mira ahora a Jason nuevamente y le expone sus contras al plan que ha trazado.- No es buena idea lo de intentar capturar su nave de salto. Puede que llegaran por el zenit y piensen marcharse por un punto pirata, por lo que la nave de salto sería ilocalizable. -y explica el por qué- Verás, si hubieran entrado desde un punto pirata nos habria llamado la atención, sin embargo lo hicieron desde el zenit y supusimos que era un transporte y que de todas formas llegaria cuando nosotros hubieramos acabado. Así que si intentamos ir al zenit para secuestrar su nave, probablemente no estará allí, porque estará en un punto pirata. Además, aunque sigan allí, nos arriesgamos a que les avisen y hagan su salto. O peor aún, que aparezca por alli alguna nave de nuestros amiguitos del puño -dice refiriendose a las fuerzas de combate liranas.- y nos aplasten como gusanos. Con lo cual, que nos esté acechando una nave de descenso pequeña sería el menor de nuestros problemas. Imaginad una nave de guerra lirana. Porque claro, invertiriamos muchas horas en todo eso y dariamos tiempo a que lleguen los refuerzos. -le lanza otra mirada y se siente culpable por echar por tierra su plan pensado al estilo de la periferia.- Bueno, no era un mal plan, pero si nos ponemos en "el lugar del otro" hay que tener en cuenta que esos no son piratas, los piratas somos nosotros. Yo los veo mas bién como agentes contratados para tirar la basura generada con la operación. Seguro que este tipo de limpiezas le son familiares a nuestro amigo. -dice mirando a Roark con un gesto levantando la barbilla apoyado contra el ordenador. Despues vuelve a hablar para todos finalizando su intervención- Y por supuesto, podemos olvidarnos de cobrar lo que nos falta. Está claro que son nuestros contratantes. Nadie podía averiguar dónde íbamos a saltar, salvo ellos, que sabían que vendríamos.

Petrakis no a aportado ninguna solución, tan sólo se ha limitado a exponer las debilidades de los planes expuestos. Desea que haya otra posibilidad que no le deje a él como la única esperanza, pero en el fondo, si tiene que hacerlo y sale bién, tendría una buena anécdota de la que presumir con las chicas en los tugurios que frecuenta. Sin embargo, el miedo es real, y la posibilidad de morir, también.

Jason tuerce el gesto mientras contesta a Petrakis:

- Hombre, los Puntos de Salto Piratas no abundan, por lo que sea, te lo digo por experiencia, no creo que haya más de uno en este sistema… no es del todo imposible, claro, pero sí lo veo rarísimo…

No puede decirse que sea precisamente un hombre de ciencia, pero Kirkpatrick ya se dedicaba a esto cuando al pichón aun no le habían salido las plumas…

- Y en cuanto a la Nave de Salto, lo normal es que apenas se desplace desde su punto de entrada al sistema, pues su velocidad de tránsito es realmente baja – y confiesa – Precisamente por eso nosotros las capturábamos con tanta facilidad y las cargábamos con explosivo plástico en las compuertas de vacío para el acoplamiento – se vanagloria de crímenes pasados - Puede que no estuvieran listas para saltar y por tanto no pudiéramos secuestrarlas, pero la amenaza de hacer explotar una de esas moles de precio astronómico disuade a más de un mando militar…

Se sonríe malignamente, pese a ser consciente de que ha revelado datos sobre su pasado que podrían granjearle ciertos problemas si llegan a ser difundidos…

El pirata de la periferia tenia razón. Petrakis no quiere una solución que lo ponga a él entre los atacantes y la salvación, pero lo que hace es desechar las opciones que se dan. En su mente sólo se le ocurre que montarse en su caza y plantar cara es la única opción, pero le parece suicida. Y las otras opciones tampoco le convencen. No quiere ser él quien lo proponga, y desea que alguien diga algo que pueda servir como alternativa.

- Si, es cierto que no suelen moverse de otra forma que no sea saltando, y sería complicado que haya otro punto de salto estable al mismo tiempo que el que hemos usado nosotros. -dice hablando de las naves de salto y los puntos de salto piratas- Pero es una posibilidad que se muevan, dado que no son piratas, si no basureros. Pero también me hace pensar entonces que su medio de escape previsto era nuestra nave de salto, y me reafirma en mis sospechas de que el capitán de la nave de salto es aliado de nuestro amiguito el señor Kellermann. Por cierto, propongo hacer una colecta, y si salimos con vida de esta, pagar a un buen asesino a sueldo que se cargue a ese hijoputa. -mira a Alan y añade- Aunque... a lo mejor hay algún asesino que lo haría gratis, y solo habría que pagar para hacer copias del holovideo de su muerte para poder verlo en casa una y otra vez.

Se pasea por la sala frotandose la frente y mira a Walter.- Estás muy callado desde que viste el cepo al que nos acercamos. Tú y Kirkpatrick sois los más veteranos. Yo tengo reflejos y un don natural para pilotar, pero no se me ocurre qué podemos hacer. Jason dice de asaltar una nave de salto del zenit, pero creo que nos cogerán si cambiamos de rumbo. -se planta delante de él al otro lado del panel de sensores apoyando las dos manos y le mira fijamente.- Walt... yo confio en ti. Ese cerebro tuyo adicto a la nicotina de los puros está maquinando algo, lo sé. Si me dices que lo que hay que hacer es salir ahí fuera y plantar cara, lo haré. -dice levantando una mano y señalando al vacio del exterior a traves del casco.- Es casi un suicidio, pero si crees que es la única forma... -hace una pausa y continua con tono chistoso, aunque mas serio de lo habitual, como si intentara romper el hielo, mas que ser gracioso.- Mira, a lo mejor es la forma de averiguar si valgo lo que me pagas. -dice riendo, aunque nervioso, y de repente tiene una idea- ¡Eh! - señala a uno de los oficiales del puente, que se le queda mirando sorprendido.- La nave de salto... -chasquea un par de veces los dedos y señala a Edmond en lo que parece algo totalmente aleatorio en su divagación.- Tenía un caza como protección, ¿no?. Sí, un Chippewa. Si están bajo coacción, se unirán a nosotros en el combate. Podemos establecer contacto de nuevo via láser y decirles que sabemos lo que traman. Si están con ellos nos atacarán todos al verse descubiertos y además, estariamos jodidos del todo, pero si no... -traga saliva y sigue- Si no están con ellos, nos pedirán ayuda. Con lo que podemos usar el factor sorpresa para atacar entre los dos a la nave oculta. -finaliza mordiendose el labio superior con inseguridad.

Petrakis parece hablar por hablar sin saber si realmente tiene sentido lo que dice. Realmente parece otra persona distinta al bromista, seguro de sí mismo y despreocupado piloto al que todo le parecia un juego fácil.

La claridad de ideas que destila Jason le tranquilizan un punto, aunque la tensión se masca en el ambiente.

Las palabras de Halcón no ayudan al relax, más bien la contrario, así que busca con la mirada a Vega y se la queda mirando sin pensar nada en concreto... como dando un respiro a sus pensamientos.

El que Nagato sea el último en intervenir es probablemente algo deliberado en el oriental, que ha estado escuchando atentamente a todos y cada uno de los presentes.

- Sabatini-san -dice dirigiéndose al capitán de la nave- mis hombres y yo tenemos cierto entrenamiento en combate 0 G... aunque solo dos poseemos experiensia real. No obstante, antes de realizar una maniobra de atraque sobre la nave de salto para tomarla al abordaje, sería indispensable tener el control del espasio... ¿cree posible que esta nave junto con el casa de Petrakis-san sea capas de destruir o poner en fuga a la nave que nos espera y su complemento de casas?

Mientras escuchaba, Sabatini no ha dejado de observar la computadora, paseando los ojos rápidamente del icono de la nave de salto y su misterioso acompañante, al icono de La Saltarina. Cuando Nagato se dirige a él, frunce el ceño y les mira a todos, que permanecen expectantes.

- Señor Nagato, si se trata de una nave de clase Leopard como la nuestra, con un complemento de cazas estándar, estaríamos en inferioridad de un caza. Y no sabemos qué tipo de cazas podría llevar... podrían ser superiores en potencia de fuego y blindaje al Corsair de nuestro escolta. Sin contar con el caza pesado Chippewa de la nave de salto que mencionaba el teniente Petrakis, que con toda seguridad estará de su parte y se una a la fiesta. Llevaríamos las de perder, pero el combate estaría lo suficientemente ajustado como para poder darle la vuelta... aunque incluso en la victoria habría que asumir graves daños y... -y ahora mira a los ojos de los presentes- bajas entre la tripulación y personal embarcado.

Se acerca a la consola de la computadora de batalla mientras habla y va planteando escenarios y simulaciones.

- Pero lo peor, y lo más probable, sería que la nave que nos espera sea una Leopard CV, capaz de transportar seis cazas. Y ahí estaríamos en una desventaja tal que la posibilidad de victoria en un ataque a sus posiciones -los resultados de las simulaciones que la computadora va arrojando apoyan las palabras del veterano piloto- sería ínfima. Acabarían con nosotros sin apenas despeinarse. No, creo que nuestra mejor baza será imprimir una aceleración de emergencia a 3 G para reducir nuestra velocidad relativa lo antes posible y poder alejarnos de ellos. A la distancia que estamos actualmente podemos detenernos y comenzar a alejarnos de tal forma que aunque la nave enemiga inicie su persecución de inmediato no sea capaz de ponerse a distancia de combate. Eso obligaría a que sólamente pudieran atacarnos los cazas que, siendo más rápidos que esta nave, podrían perseguirnos y alcanzarnos. Es el escenario de combate más favorable al que podemos aspirar.

Mira a Kirkpatrick ahora cuando continúa hablando.

- Justo cuando se detectó la traza de salto de la nave que Petrakis ha mencionado, Jason y yo tuvimos una breve charla sobre las posibilidades de que una nave o naves de descenso recién llegadas bajaran al planeta y nos pillaran con las manos en la masa. Sin embargo esta es una posibilidad que no contemplamos... no imaginamos la jugada de cortarnos la retirada porque implicaba que supieran exactamente dónde estaba nuestra nave de salto, es decir, implicaba una traición premeditada desde un principio.

El capitán parece haber tomado una decisión cuando finalmente elimina los siniestros resultados de las simulaciones y se dirige al puesto de pilotaje.

- Se trata de mi nave... así que arriesgaremos lo mínimo posible y dejaremos las heroicidades para cuando sean inevitables. Prepárense porque vamos a pesar mucho dentro de unos minutos...

Ya sentado en su puesto, abre comunicación interna con la bodega de la nave y espera contestación. En seguida la sargento Flores aparece en pantalla y Sabatini le transmite las órdenes necesarias.

- Sargento Flores, prepare actividad extravehicular de emergencia. Hay que retirar de la nave la pintura de camuflaje para lecturas de rayos X y volver a colocar la pintura de La Saltarina... tendrá que hacerlo bajo máxima aceleración, porque no podemos detenernos. La malvada Mistral pasa a la historia... si nos atacan que sea con nuestra verdadera identidad y si hay que dar explicaciones a terceros que sean ellos lo que tengan que demostrar algo.

Luego se gira a la teniente Lyle que también se posiciona en su sillón.

- Teniente Lyle, localice si hay naves de salto en el punto nadir. Si no hay allí, pruebe entonces con las que haya en el zenit como último recurso: recordemos que la traza de la nave que llegó cuando nos aproximábamos al planeta provenía del zenit. Si localiza una nave de salto transmita la señal de La Saltarina y solicite un punto de atraque... volvemos a ser un respetable transportista que está de paso y está siendo atacado por unos hostiles... probablemente piratas... compinches de los que hayan asaltado el planeta, sin duda. Elimine de los bancos de datos la identidad de la Mistral.

Manipula el control de cartas de navegación y en la computadora de batalla aparece una representación tridimensional del espacio circundante al sistema Khon Kaen.

Sabatini se gira en su sillón para observar la carta espacial y luego suelta la pregunta:

- Ahora habrá que ver a dónde podemos saltar para refugiarnos y comprar combustible y provisiones... tenemos en distancia a Circinus, Madiun, Stantsiya, Poulsbo y Rajkot. Si a nadie se le ocurre otra cosa, para ejercer una justa venganza por esta jugarreta, y no dudo de que a la mayoría de nosotros nos apetece ejercerla, tendríamos que volver de nuevo a Solaris VII a buscar a Kellermann y tirar del hilo... hasta dar con el misterioso contratante que nos la ha jugado. Si Kellermann no sabe la identidad, entonces probaríamos con McMillan, pero dudo que él sepa nada. Es un hombre de negocios bastante precavido y pone mucho cuidado en no mancharse lo más mínimo.

Unos goterones de sudor caen por la mejilla y frente de Tom.

Busca con avidez una silla a la que poder atarse ante la inminente desaceleración, pues la alternativa es agarrase a algo... y no es que tenga mucha fuerza para la masa que carga...

Petrakis asiente a las palabras de su socio aliviado. Sin duda el viejo Walt no ha llegado hasta donde está por casualidad. Es un piloto muy experimentado y sabe manejar las situaciones complicadas con bastante frialdad. Aún tiene mucho que aprender de Sabatini, y espera vivir lo suficiente para poder hacerlo.

- Bién pensado Walt, eres el puto amo de la estrategia. -dice recobrando levemente su habitual cháchara bromista- Me veia al borde de un agujero negro, cayendo sin escapatoria. Aún tenemos una oportunidad. -le señala agitando el dedo con una sonrisa y continúa- Sabía que era una buena idea asociarme contigo. Espero estar a la altura como para que pienses lo mismo de mí. Iré a preparar el Alastor para el combate, no van a tocar tu preciosa nave mientras yo esté ahí fuera, no señor, no voy a defraudaros. -finaliza con renovados ánimos. Se coloca en una pobre y poco disciplinada posición de firmes y saluda con escasa marcialidad al capitán de La Saltarina- Teniente Petrakis listo para recibir instrucciones. ¿En qué puedo ayudar hasta que llegue el momento de combatir?

Cuando observen que no han caido en la trampa probablemente les den caza, pero tendría tiempo de sobra para equiparse y salir al espacio antes de que se aproximen al combate, así que si puede hacer algo útil, se muestra cooperativo para lo que haga falta, en el puente o donde sea.

Edmond escucha las palabras de Sabatini. Asiente de manera casi imperceptible conforme va exponiendo su planteamiento, realmente tienen pocas opciones y aun esas no están exentas de gran riesgo.

- Capitán - interviene una vez ha terminado - creo que Poulsbo podría ser una opción válida para reabastecernos. Además, tengo ciertos amigos en el planeta que nos podrían ser de gran ayuda... - medita unos instantes y parece cambiar de opinión en el último momento - Todavía espero que podamos escapar de manera de manera inesperada - 

Vega permanecía atenta a los comentarios que planteaban los más experimentados y sin duda, estaba muy de acuerdo con Sabatini. La sensación de no poder hacer nada a bordo de la Saltarina le producía bastante agobio. Seguro que cuando llegaran a alguno de esos lugares mencionados se sentiría mucho más segura al tener los pies sobre un suelo firme donde pisar. Desconocía por completo si esos traidores les seguirían hasta donde fueran, pero si era así y ella tenía la mínima oportunidad, lucharía hasta el final. Su propio miedo le ayudaría a hacerles frente. No hay animal más peligroso que aquel que está asustado -Y si esto es un zoológico, no dudéis que os encontraréis con animales asustados. Pero al fin y al cabo, animales...-inconscientemente, Vega estrujaba entre sus manos sudorosas una botella de agua vacía. Uno a uno fue recordando cada uno de los comentarios que allí se habían pronunciado, volviendo a asegurarse que aquella era la mejor opción-"Y por supuesto, podemos olvidarnos de cobrar lo que nos falta. Está claro que son nuestros contratantes. Nadie podía averiguar dónde íbamos a saltar, salvo ellos, que sabían que vendríamos"-las palabras de Petrakis retumbaron en su cabeza, haciendo que la sangre bombeara fuertemente en sus sienes-¡Joder! ¿Y si alguién de los nuestros es un traidor? ¿Hay alguién que tenga los suficientes recursos para organizar todo ésto? O peor aun, ¿Y si estaban conchabados desde un principio? Quizá la auténtica emboscada se encuentre allá donde vamos-la mujer apretaba con más fuerza la botella- Edmond ha mencionado que podríamos dirigirnos a Poulsbo. Mmmm...él es un hombre bastante poderoso...pero parece justo y honrado. Pero no será el primer hombre con el que me cruzo que se oculta tras una máscara. No se...quizá... Bueno, en Tom seguro que puedo confiar-no había más tiempo para malos pensamientos. La mujer se levantó y siguió al técnico hasta un asiento donde sujetarse y prepararse quién sabe, si para adentrarse en la misma boca del lobo.