Partida Rol por web

Despues de una hora y media de marcha, por fin llegais a la sala del trono del palacio, a pesar de ser las princesas, es la 2ª vez que entrais alli, la sala en si es majestuosa, pero se respira tristeza en ella, es una sala donde se han dictado muchas ejecuciones, pues tal es el caracter del rey en los ultimos años.

Hijas mias, poneos frente al trono, a 6 pasos de distancia, Dioniso, medio-hombre, poneos a 10 pasos del trono, y de rodillas.

-Su nombre es Aeron...- murmura entre dientes, apenas audible para alguien además de sí misma.
El rey parece muy interesado en recalcar que es un Eunuco, quién sabe si como método de humillación, lo cierto es que Nereïa nunca ha tenido la sensación de que sea "medio"-nada.

Mira un momento a Ísola de modo cómplice y se detiene a 6 pasos del trono aproximadamente.
Entrelaza las manos a la altura de su regaza y entonces observa por un instante a los dos hombres que se arrodillan detrás de ellas.
Con algo de suerte quizá perdone o se olvide de la sirvienta y el pequeño...

Espera callada que el rey empiece a "dictar sentencia", deseando que sea lo suficientemente sensato cómo para no tener que comportarse de forma indebida.

sin contar los pasos me paro a una distancia prudencial del trono, esperando a que el rey haga honor a su falta de amabilidad y dicte sentencia. me gustaría confiar que se va a apiadar de la pobre gente que se ha cruzado en nuestro camino, pero mi padre nunca fue esa clase de persona. levanto mi barbilla, sea cual sea nuestro destino, no voy a darle el gusto de ver en mi rostro nada más que el desprecio que siento por el.

Dionisio murmura al oído de Menelao mientras este lo registra y le quita sus armas

-Es admirable vuestra fidelidad pero la conducta de su Majestad se ha vuelto sumamente excentrica en estos años... Temo por el futuro de nuestra ciudad cuando hombres leales y ciudadanos inocentes son acusados de traición

El camino al palacio se hace tortuoso, Dionisio avanza sumido en sus propias reflexiones ¿Tantos años de guerra y batallas en nombre de su Rey para finalizar humillado de esa forma?.

Una vez en la sala del trono, Dionisio se arrodilla en el lugar marcado por el Rey junto a Aeron esperando con entereza la sentencia

Nereïa me coge del brazo y me tira hacia atras cuando me dispongo a luchar contra los soldados del rey, es cierto que si pelearamos ahora las princesas correrian peligro, asi que al final decido ceder y esperar a la decision de mi señora Isola.

Al final nos rendimos y vamos hasta palacio de nuevo, a la sala del trono. Me arrodillo donde el rey indica a regañadientes, preparado por lo que pueda suceder. Echo una mirada de complicidad a Dioniso, esperando que pueda contar con el si la cosa se pone fea. La joven princesa Nereïa dice algo entre dientes, aunque a solo cuatro pasos detras de ella creo adivinar lo que dice, haciendo que una ligera sonrisa aparezca en mi cara, a pesar de la situacion.

Bien, bien, vamos a dar comienzo a la sentencia, primero pasare a leer los cargos, pero antes, para que esto sea justo, que pasen los Sabios del Oraculo.

desde vuestra situacion veis entrar a los Sabios, ellos aconsejan al rey, pero esta vez seran el jurado del juicio. Son hombres afines al rey, ruines, y mezquinos, y lo sabeis bien...

Los cargos son los siguientes: Nereïa, Ísola, y Aeron, sois acusados de intento de asesinato hacia mi persona, junto con el canciller real, Dioniso, eres acusado de conspirar y proteger a criminales, a parte de desobediencia, y traicion a la casa real. ¿Como os declarais?

Antes de que podais hablar, el canciller se acerca al rey, con la cara hinchada y on ojo casi cerrado, un brazo en cabestrillo y cojenado gravemente de un pie y dice: ¿Majestad, se me permitira hablar antes de emitir sentencia? me defendere a mi, y a las princesas...

Cuando el rey pregunta como nos declaramos me levanto sin moverme del sitio en el que me encuentro.

Inocentes, por supuesto, A mi se me encomendo el cuidado de las princesas. Tengo que protegerlas de toda amenaza, provenga de quien provenga, y en el momento que huimos la amenaza erais vos, mi señor. No permitire que hagais daño a ninguna de vuestras hijas, ni vos ni nadie.

Estoy seguro de que mis palabras no agradaran al rey, pero todas las palabras que surgen de mi boca son ciertas. Espero a oir el veredicto, que no creo que sea favorable hacia el guarcia o hacia mi.

Nereïa observa el estado del canciller con compasión, sintiendo un nudo en la garganta que reprime revolviéndose las manos nerviosamente y sujetándoselas con fuerza. Después de observar el Jurado parece que no va a haber excesivas posibilidades pero pro suerte el canciller se ofrece a hablar en su defensa.

Antes de que éste empiece su "discurso", Aeron decide dar su versión de los hechos, que aunque cierta, resultará demoledora para el rey.
La princesa abre enormemente los ojos, tragando saliva con dificultad, sintiéndose terriblemente asustada por los demás y por sí misma.

-No... no era nuestra intención haceros daño, nunca hemos querido asesinarle mi rey- añade después de Aeron, aunque su voz resulta algo insegura y temblorosa.

el maltrecho canciller intercede a nuestro favor, al igual que aerón. si pudiera decirle todo lo que pienso sin que nadie resultara herido lo haría de buena gana, pero mis palabras serían como echar más leña a un violento incendio. nereïa está visiblemente nerviosa, aunque sé que padece más por el eunuco y los demás que por si misma. yo también me declaro inocente, aunque vos seais el rey, jamás pondré vuestra vida antes que la de mi hermana y de la mia. no considero que este juicio sea justo, el jurado jamás se pondría en vuestra contra, todo esto es un circo del que no saldrá nadie benieficiado excepto vos.

Ya lo veis miembros del jurado, un esclavo acusandome en mi propia casa..., mis hijas demostrando arrogancia y desafio, que bederia hacer este pobre hombre torturado, cuando vienen a su casa a calumniarlo e intentan matarlo?

Majestad, permitidme implorar vuestra clemencia, y declararme el unico culpable de todo, fui yo quie le disparo, y quien le hizo perder su ojo izquierdo, fui yo quien escondi a las princesas, y quien implico al guardia para que les ayudase, si alguien aqui merece su ira, soy yo, pues ellas no actuan con arrogancia, majestad, si no con el impetu de la juventud, si ser joven es un crimen, matad a todos los niños de la ciudad...

pongo los ojos en blanco y no puedo evitar un pequeño bufido en cuando oigo las palabras del rey. sus palabras me indignan, no soporto que se haga la víctima. escucho al canciller pero sus palabras no calman mi ira. me giro hacia el jurado, sé que nada de lo que diga va a cambiar la situación, pero no será porque no lo haya intentado. el rey, pretendía abusar de sus hijas, qué padre, qué persona sensata forzaría a sus hijas en contra de su voluntad?

Dionisio procura mantener la calma ante las acusaciones del Rey. Igualmente, sabe que los miembros del jurado no son mas que títeres de este y que emitirán el veredicto que el Rey les ordenase

- Así que esos son los cargos de los que se m acusa ¿no? Permitame decirle Su Majestad que este humilde capitán no solo debe lealtad hacia usted si no también hacia las Princesas. Di cobijo y protegí a las Altezas cuando se presentaron ante mi, asumiendo todos los riesgos que conllevaba buscar su bienestar tan solo. No permitiré que nada ni nadie las dañe y las defenderé con mi vida al igual que haría con vos. Si eso es delito, entonces supongo que según la "ley" que vos aplicáis soy culpable

Mi veredicto es pues este: Las princesas Nereïa e Ísola, son culpables de conspiracion para asesinarme, el eunuco, es culpable de traicion a la corona, y Dioniso es culpable de proteger traidores a la corona, por tanto un traidor el tambien..., en cuanto al canciller, veremos si es tan valiente en la arena de combate...

se queda mirando al jurado, que afirma y apoya su decision, y en ese instante, el cielo se oscurece, se oye un estruendo enorme que viene de la muralla que da a la playa, y se oyen gritos y movimiento de gente asustada.

el terror y la indignación se apoderan de mi, el veredicto estaba claro inculso antes de que empezara el juicio, no importaba lo que hubiéramos dicho, no importaba que realmente el único culpable fuera el. miro al jurado con rabia. juro por los dioses que no olvidaré vuestras caras, se hará justicia, lo sé! justo cuando termino de hablar, el cielo se oscurece, se oyen gritos, algo no va bien.