Partida Rol por web

     Ahora que los alrededores se hayan en calma, decidís echar un vistazo al exterior de la planta. Estáis ahora en el interior del recinto y podéis ver que es consta de un complejo de tres edificios interconectados, rodeados por un grueso muro de 10 metros de altura.

     Lo único de mención que veis a simple vista en el patio son los cadáveres de los recién abatidos mutantes. El resto no son mas que desechos y cascotes, además de algún que otro bidón oxidado.

     El muro parece de sólido rococemento, reforzado por contrafuertes interiores del mismo material, a intervalos de unos 10 metros. Aunque lleno de pintadas y con algún que otro agujero de bala, parece muy resistente. La puerta, de unos 8 metros de ancho, está abierta de par en par y no tenéis idea de si el mecanismo podría funcionar, ya que parece no haber visto un mantenimiento en mucho tiempo.

     La pieza central del complejo parece un edificio de oficinas o habitáculos de dos plantas con un techo casi plano sin parapeto. Lo flanquéa por la izquierda lo que parece un almacén del doble de altura, con bahía de carga para vehículos frontal. Por la derecha está conectado a otra nave que bien podría tratarse del manufactorum en si, por los tubos de escape de gases que tiene sobre él. Es tan grande como el almacén y las puertas están cerradas. Todo el conjunto es de rococemento con puertas de resistente metal, aunque parece tan desangelado y falto de mantenimiento como el muro exterior.

Rebekah decidió asumir el mando, y si no obedecían y seguían con sus idioteces tendría que pegarles un tiro.

-¡Vamos, comprobemos este sitio! A eso hemos venido. Vaan, quédate vigilando la entrada y registrando a los miserables mutantes. Los demás, exploremos los edificios de uno en uno. Comunica cualquier cosa extraña con el Vox.

-Tratad de encontrar cualquier cosa que se me pase-dijo como últimas instrucciones a Arianne y al Tecnosacerdote. Antes de avanzar hacia el edificio más grande.

     Poniéndoos manos a la obra, hacéis un registro concienzudo de la planta. Vaan y Arianne parecen poner poco empeño, seguramente dolidos aún por la reprimenda, mientras que Kennard se distrae con cada nuevo mecanismo o rincón de las instalaciones siendo de poco ayuda en el proceso. Solo Rebekah parece ser lo bastante metódica como para dar con los sistemas clave, como son las consolas de apertura de las puertas exteriores e interiores y de la entrada al cache de armas de la fábrica. 

    El módulo central de la planta solo alberga habitáculos y despachos vacíos, a excepción de algún montón de desperdicios ocasional. Sólo hay ventanas propiamente dichas en el piso superior, pero casi todos los cristales están rotos. La planta baja solo dispone de troneras con un entramado de rejilla, pero también sin cristales.

    El módulo derecho es la planta de fabricación en sí, pero casi toda la maquinaria y mecanismos han sido canibalizados, seguramente desmontados cuando la planta cerró. Quedan pocas cosas a las que buscar utilidad de no ser que se emplee mucho trabajo en ello.

    El módulo izquierdo alberga la bahía de carga para vehículos y los depósitos de armas. Todos se encuentran abiertos y vacíos, excepto por una de las puertas de seguridad, que permanece cerrada a cal y canto con una consola codificada. De los vehículos no queda mas que una pequeña carretilla elevadora averiada.

    Tanto las puertas del muelle de carga como las exteriores necesitarían mantenimiento para ser cerradas.

Rebekah contempló con interés tanto la carretilla elevadora como la puerta cerrada. Cualquiera de las dos cosas tenía posibilidades y la fábrica también podría ser un buen refugio.

Miró a Kennard interrogativamente.-¿Qué me dices de esa puerta? ¿No tienes curiosidad por saber que hay al otro lado?

Igual tenemos un golpe de suerte.

     El sintetizador de voz de Kennard emitió lo que podríais haber interpretado por un ronroneó mientras se acercaba a la puerta. - Intrigante. Dijo como arrastrando las palabras. Era lo mas parecido a la excitación que habíais visto en el tecnosacerdote desde que le conocisteis.

     Escrutó de arriba a abajo tanto la puerta como el mecanismo de cierre antes de empezar a trabajar. Una tras otra fue sacando diversas herramientas y medidores de los bolsillos y soportes de su vestimenta. La utilidad de muchos de aquellos utensilios tecnológicos se os escapaba, pero el los utilizaba con maestría y precisión. Mientras trabajaba, entonaba de vez en cuando algún pasaje sagrado en alabanza al Omnisiah, aunque muchos de ellos no los entendisteis, pues en ocasiones utilizaba el linguatechnis, el lenguaje secreto de los sacerdocio de Marte. Tras desmontar varios mecanismos de la puerta, empalmar algunos cables y ungir algunos engranajes con óleo sagrado, recitó un par de frases en la extraña lengua, mezcla de palabras y chorros de binario y... clonk, clonk. Tras dos crujidos, los cierres de la puerta se retrajeron mientras un siseo hidráulico hizo que se abriese hacia adentro con un chirrido metálico.

     El armero resulta estar tan vacío como los otros, pero éste está en mucho mejor estado, al haber estado preservado de la atmósfera exterior y de manos extrañas. Los estantes y soportes pensados para almacenar el stock de la planta, están en perfecto estado, y os dais cuenta en seguida de que podrían albergar sin problemas una gran cantidad de armas. Lo único de interés es una mesa metálica con algo sobre ella, marcado bajo una sábana que lo cubre...

     - Vaya, parece que el mecano sirve para algo después de todo... susurra Arianne mas para si misma que para los demás.

Vaya... no hemos tenido tanta suerte.-Murmuró Rebekah entristecida al ver que no habría una ruta fácil para conseguir las enormes cantidades de armas que requería su misión.

Veamos que hay aquí...Y sin dudarlo levantó la sábana, tenía interés en saber que había debajo de ella.

     Lo que encuentras al retirar la polvorienta lona hace que brote una sonrisa en todos vosotros, sobre todo en Kennard. Un arma rotativa de seis cañones, con aspecto bastante peligroso. Completa con cinta de munición y caja de carga.      

     Junto a ella descansa una placa de datos, que rápidamente acaba en manos del tecnosacerdote. Tras estudiar obnubilado la información contenida en ella, comienza a hablar. - Ésto parece ser una adquisición a otro fabricante, BM, según ésto para ver si era viable copiar el diseño. Una ametralladora Raptor-BM. Supongo que al no figurar en el inventario original de la planta, no fue llevado a la nueva localización junto con el resto de armas al cerrar las instalaciones. Su falta de eficiencia ha redundado en nuestro beneficio... concluye.

-¿Que ocurre? ¿Beneficio para nosotros? ¿Nos van a atacar los tiránidos?.-Dijo Rebekah con humor negro. -Esto puede ser interesante para defender el lugar. Pero no para llevarnosla ahora. 

-Kennard, mira a ver si puedes volver a cerrar este depósito. Creo que éste lugar puede ser una buena base, bien defendible, sobre todo con éste arma, pero necesitamos reunir al grupo y traerlo de vuelta. El otro lugar está comprometido. Veamos a ver si los otros tienen algo. Y empecemos a planear como robar mil armas a los pandilleros o al traficante.

     Decepcionado por las palabras de Rebekah, Kennard vuelve a montar el mecanismo de cierre de la puerta y aprovecha para cambiar el código de apertura. Después añade entrada encriptada en las placas de datos del resto del grupo con el nuevo código. - De haceros falta, así podréis abrirla de nuevo.

Rebekah sacó su vox.-Veamos que tal les va a Hugh y al clérigo.

Buscó la frecuencia de sus compañeros y trató de contactar con ellos. -Aquí vuestra otra mitad, objetivo reconocido y seguro. Buen refugio si hace falta. Como el otro está comprometido podemos reunirnos aquí. ¿Que os parece?.

     Tras comunicar vuestra situación al resto del grupo, os afanáis en terminar de asegurar la planta y revisar las inmediaciones. Tras una corta charla para poneros de acuerdo, cada parte del grupo tiene clara su función. Kennard revisa los mecanismos de las puertas y se dedica a efectuar los rituales necesarios para intentar repararlas, aunque pasado un tiempo no parece tener mucho éxito en ello. Rebekah monta guardia mientras que Vaan y Arianne se afanan en otras actividades, como vaciar los bolsillos de los mutantes, apilar sus cuerpos en una esquina del patio y decidir la mejor manera de quemarlos. Estando en esa tesitura, doblando un recodo de la calle, Rebekah ve a Hugh y Wilian, caminando en dirección a la puerta.

Rebekah hace un gesto de saludo a ambos compañeros y espera que lleguen a su altura mientras vigila los alrededores.

Nada más llegar les mira con el rostro impasible. O lo que espera que sea un rostro impasible mirando a Hugh.

-Creo que hemos encontrado un nuevo y más seguro refugio, además hay máquinas que nos permitirán almacenar las armas. Sin embargo no hemos avanzado prácticamente nada en el objetivo principal.

- Sí... el hombre miró a Wilian por si quería agregar algo. Nosotros tampoco. Intentamos mojar los dedos en el mundillo, pero no tuvimos buenas amistades. Al menos estamos de una pieza, sonrió con un guiño.

- Y el resto? No es que me preocupen mucho, pero teniendo tiempo limitado y tal...

-El resto están dentro, quemando los cadáveres de los mutantes, vamos, tenemos que pensar en algo... porque estoy cada vez más perdida. Creo que sólo podremos sacar las armas en la cantidad pedida al traficante.

     Tras enseñar a Hugh y a Wilian las instalaciones, el grupo se reúne en el interior de uno de los despachos de la planta para poner sus descubrimientos en común. Se instalan alrededor de una destartalada mesa usando varios taburetes y cajas vacías para sentarse alrededor de un lúmen que arroja largas sombras sobre la habitación. Mientras tanto, Vaan monta guardia en la puerta del complejo mientras el resto debate las opciones que se presentan al grupo en éstos momentos. Arianne ha llamado a Grigory (o "colmillos", como ella lo llama) para darle la nueva posición del grupo y parece ser que también tiene información, que prefiere hablar en persona.

     Tras casi una hora de charla y anotaciones al diario de la misión, Vaan avisa de que Grigory ha llegado.

     El hombretón parece enfadado mientras franquea la puerta. - Hola. Gruñe. Sin mediar mas palabra saca de su mochila su placa de datos personal y os hace unos gestos que podríais interpretar como que quiere que hagáis lo mismo...

Hugh pasa de opinar sobre los modales de Colmillos, porque... bueno, es más grande que él. Y un tipo peligroso. Al menos Vaan no ha abierto la boca de nuevo, ni nadie ha opinado... pero claro, tampoco se acercan a él.

Saca su placa de datos para ver qué quiere el caniche.