Partida Rol por web

- Esperad, no pensareis ir a pie ¿Verdad? -dice a Onikyol a los que se van- Estoy seguro de que Eulados puede teletransportaros cerca de esa ciudad, ahorrandoos días de viaje.

Salmanasar te hace una señal de aprobación, es el momento de ganarse la confuanza de los pieles rosas y los gatos escamosos.

-seguro que si-contesto Heian a Nariel sonriente antes de que Onikyol les hablara-a Pie? Claro que no-contesto Heian como si fuera evidente- pensaba coger un caballo, pero tienes razón, el que nos acercaran con magia, sin duda, seria de agradecer, y mucho mas rápido y mejor para todos.- Heian hizo una leve reverencia con la cabeza como gesto de agradecimiento.

Gymlar saludó con la cabeza a su Rey y aguantó la mirada de su padre un instante.

¿Un gigante de las nubes? No sería difícil, sólo tenía que ponerse unas joyas por encima y parecer un poco tonto. Los gigantes de las nubes solían vivir en castillos en los picos de las montañas y podían llegar a ser casi tan poderosos como ellos, los de las tormentas, o por lo menos eso había oído porque nunca había visto ninguno.

Él estaba hecho para la batalla. Cada músculo estaba preparado para reaccionar en combate, sus sentidos centrados en matar y destruir. Para eso había nacido, para eso se había estado entrenando tan duro desde el día que nació.

Ahora le pedían que se infiltrarse en casa del enemigo y que actuara con tacto. Otro desafío aún mayor. A sus 15 primaveras nunca había tenido que enfrentarse a una situación como aquella.

Un humano echó a andar como si fuese el líder del grupo, esperando que el resto les siguiera. Gymlar ya iba a ponerle en su sitio cuando Onikyol ofreció transportarlos cerca del lugar. Gymlar sonrió ante lo estúpido que parecía el humano allí plantado, a medio camino entre la vergüenza y el ridículo. 

Ignorando a los presentes y sus ganas de marchase cuanto antes, me desvanezco una vez más y aparezco de pié frente a mi reina. La miro con una media sonrisa, y cierta compasión, un instante- Querría decirte que no importa lo que duren nuestras vidas en comparación a la suya, cuando alguien te ama, debería tener en consideración toda tu condición. Que el viva más que tú no es excusa para que no exprese afecto cuando más lo necesitas -contengo las palabras en mi mente y me inclino hacia ella- Que Olidammara os guarde, Su Majestad -me giro, y contemplo al resto de la compañía.

Tras enrollar el mapa y ponerlo a buen recaudo se reunió con los demás. Bien, vamonos pues, podemos discutir los detalles mientras nos dirigimos hacia allí.

Eulados indica a los elegidos que se cojan de las manos y al menos uno de ellos coja la suya. Cuando todos estan en posición y Gymbar coge la mano del sobrino de u padre el Mago Real de Ática entona las palabras mágicas "Periodeia Estavrodromi" y de repente notais como vuestro alrededor se vuelve borroso. Cuando podeis ver vuestro alrededor de nuevo estais en un lugar completamente distinto, veis a lo lejos una ciudad, en menos de una hora estareis allí.

- Bueno, tened cuidado y recordad que sobre vuestros hombros cae una importante misión, yo debo regresar al concilio.

-haremos todo lo que este en nuestra mano, buen viaje.- se despidio Feeric de Eulados con una sonrisa en el rostro, ya que se habían ahorrado mucho tiempo de viaje, y de problemas en el trayecto, aunque volver seria otra cosa, si descubrian algo tendrian que volver lo antes posible con la información, y la teletransportación no estaba entre sus habilidades, Feeric observó a su alrededor e incluso al cielo mientras estaba alli parado con los demás

Maese Eulados, necesitariamos al menos un pergamino de teletransporte para poder volver, si pudiera encargarse de eso... Y tal vez algún metodo de comunicación no estaría mal.

"Periodeia Estavrodromi" Le había gustado esa palabra, y aún bailaba en su mente cuando aterrizó sobre la fina hierba que crecía en la lejana ciudad que se podía divisar ya, aún algo mareada por el viaje.

En cuanto logró recomponerse observó al resto del grupo, el cual ya estaba haciendo preguntas y simplemente observó y calló. "¿Como podrán pasar desapercibidos dos gigantes? Es mas... ¿Como pasará desapercibido un grupo tan variopinto?" Dio un paso al frente y se colocó justo delante de todos para que la pudiesen ver bien.

- Creo que tenemos un problema más grave que el de como volver.- Hizo una muy breve pausa esperando a que le prestasen atención.- ¿Como pasaremos desapercibidos si vamos en grupo? Eso va a ser difícil, deberíamos trazar un plan y se me ocurre uno.-

Un teletransporte masivo, un par de apretones de manos, y un paisaje diferente. Ese si que era un truco.

Los pequeños se estaban encargando de la vuelta, quizá hasta lo suficientemente bien como para poder volver... que lo intenten al menos.

La orejas picudas tenía razón, así que se instó a responderle en el acto antes de demorarlo :

-Los grandes podríamos ser vendedores, y vosotros esclavos. Pero ni sois esclavos, ni me gustaría ser negrero, así que si tienes otra idea, adelante, ¿Nariel de Arcadia?- intentó dirigirse a la elfa para tenerla en cuenta. Eso les gustaba a los seres pequeños.

¿Por que no algo más sencillo?, se prepara la guerra, somos mercenarios. No se cuanto tiempo necesitaremos, pero no hace falta que estemos siempre todo el día juntos.

Escuchaba de refilón las conversaciones de los demás, pero estaba más centrado en el mago, que se iria en nada...

- Estoy con Kidney, no tenemos que ir todos juntos, pasaría vergüenza ajena, y hacerme ver como una esclava no es divertido -les respondo, tras contemplar un poco los alrededores una vez llegamos con este espectacular teletransporte- Sería una hermosa esclava, está claro que tipo de uso querrían darme quienes me compraran, aunque claro, no creo que llegaran a venderme, es solo una mentira para pasar las puertas. Lastima, habría sido entretenido matar a algún esclavista. Ademas, no salí de la esclavitud para fingir ser esclava ¡Eso si que sería una buena broma! -me saco ideas extrañas de la mente y fijo mi atención en Nariel, que parecía tener un plan- ¿Ibas a contarnos tu idea antes de que te interrumpieran, Nariel? -le pregunto, antes de aportar mis propias ideas.

Cuando todos terminaron de hablar carraspeó mirando a la semielfa. - Muchas gracias, querida.- Miró a los demás y luego prosiguió. - Quizá si entramos como posibles guardaespaldas podamos entrar sin problemas. Es mas, tendríamos acceso a los aposentos de aquel a quien deseamos investigar... Al menos aquellos a los que se les considerase dignos de ser guardaespaldas del poderosísimo. No será tan raro un grupo así de variopinto si vamos a ser un grupo de protección para el. Incluso podríamos estar tan cerca de el que nos enteraríamos de todo.-
Terminó de hablar y luego sonrió a todos.- Espero que la idea sea de vuestro agrado, compañeros.-

Heian atendio a la elfa Nariel, parecia gozar de gran entusiasmo, y la idea de machacagordos no le parecia nada buena, para empezar porque los esclavos no tienen equipo como el que ellos llevaban, y quitarselo reduciria sus posibilidades de sobrevivir en caso de que algo fuera mal.

Nariel habia expuesto su idea pero Heian le veia muchas lagunas-Sin duda tu entusiasmo por comenzar es alentador y me gusta, y cuantas mas ideas mejor, pero le veo algunos inconvenientes al plan, Lo primero es que los dragones son seres muy inteligentes, no creo que pusiera a unos desconocidos como sus guardaespaldas, por otro lado estan los golen de hierro, que seguro le sirven de guardaespaldas, y esos no rechistan ni pueden traicionarle, pues seguro que estan bajo su control, tienes razon en que el dragón sera el que mas informado este sobre lo que junah busque, pero no saldra a buscar el personalmente, supongo qur mandara a gente como nosotros, con solo la información suficiente para que encuentren lo que buscan, pero nada mas para que no les den problemas. -Heian estaba muy pensativo, su mente iba de una posibilidad a otra rapidamente.-desde mi punto de vista, creo que deberiamos entrar como dice kidney, y si no como mercenarios, como aventureros que buscan riquezas y poder al servicio de los que creen que serán los vencedoren en esta guerra. Creo que con esto podremos tener acceso a la ciudad sin problemas, y alli empezar a buscar información y puede que labrarnos pronto una reputación como gente compemtente, seguro que con su tamaño y fuerza a Gymlar y Kugart esto no les costara mucho, asi puede que nos metan en esos grupos- Heian seguia pensando y hablando-por otro lado Dylihiel parece un bardo, supongo que no lleva su instrumento de adorno, ademas escuche su musica de fondo en el concilio, los bardos tienen que contar las grandes historias en las guerras asi que suelen poder entrar en cualquier lado, aunque es normal que lleven seguridad, algin guardaespaldas.- Heian de pronto levanto la cabeza y miro a sus compañeros, sonrio ampliamente y se rasco la coronilla estando algo colorado-creo que hablo demasiado, lo siento, lo que decida el grupo estara bien para mi.

- No me interesan tanto las historias, salvo si yo las protagonizo, y con eso quiero decir que no soy bardo -aclaro a mis compañeros, no gustandome repetir las cosas- Soy acólita de Olidammara, algo parecido a una sacerdotisa errante -tomando la cadena elevo un poco a la vista de los demás el simbolo sagrado de mi deidad- ¿Lo veis? No me hace falta mentir, puedo entrar sin más en la ciudad, Olidammara es dios de muchos gremios de ladrones, pero también de cosas más agradables, como la fiesta y el vino. No creo que vayan a negarme el paso -me acerco Feeric, y me agarro a su brazo- Aunque si insistes, puedes ser mi guardaespaldas -comento sonriente.

Era curioso, no les apetecía hacerse pasar por aquellos hombrecillos que viven para su señor en un castillo, pero bueno, tienen derecho a opinar, si los trasgos pueden, ¿por qué ellos no?.

-Podemos hablarlo mientras llegamos. Buscar comida, algo que hacer y estar de paso no son malas maneras para pasarnos. Y un lugar para reunirnos si nos separamos tampoco estaría de más.- Les reprochaba al grupo, le gustaba la palabrería como a casi todos, pero no estaba dispuesto a comprobar como se 'hacían' los rosados. Además, la idea de ir 'de la mano' de orgullosos pieles pálidas le resultaba casi tan buena idea como besar piedras.

Aun así, esperaba a una respuesta grupal, a fin de cuentas, estaban en eso juntos y no tenía ganas de tener que arrastrar a algún sin vida a la vuelta.

No podemos ir directamente al dragón y solicitar ponernos a su servicio. Hay que averiguar quienes son los dirigentes de la ciudad y dar con ellos. Después acercarnos y bien buscando su confianza o por tortura sacarles la información que buscamos. También podemos buscar hacernos un nombre como mercenarios hasta que llamemos la atención de los dirigentes. 

Gymlar sacó de su bolsa unas cuantas joyas, baratijas de escaso valor que adornaron su cuello y sus muñecas. Él prefería no llevarlos, pero era una de los gustos de los gigantes de las nubes.

- Por desgracia no tengo nada que os pueda ser útil -dice Eulados- Tendreis que cotnar con vuestras propias habilidades.

Dicho esto el gigante desaparece asi como os llevo.