Partida Rol por web

Jane despertaba más tarde cada día. Definitivamente el estrés estaba afectándola cada vez más. Se podía ver en el inicio de unas ojeras alrededor de sus ojos y la expresión cansada con la que la esposa del ministro se levantaba ese día. Apenas era el segundo y aún no parecía solucionar nada.

Con un pequeño beso en los labios de su esposo antes de salir de la habitación caminó hacia afuera, adelantándose. No era una mujer dada a beber alcohol, pero ya se hacía sentir la necesidad de un Brandy, o lo que aún quedara en el lugar. -Buenos Di...- La mujer se detuvo a mitad de la frase, atónita ante lo que veía... El trompetista, ayer muerto y desfigurado, estaba tan tranquilo como si no hubiese pasado nada, hablando casualmente con sus compañeros.

Con una rápida mirada la señora Cox se dio cuenta de otra cosa... No había muerto nadie aquella noche. Habían pasado una noche tranquila y en paz, una noche sin ninguna agitación. Sonrío aliviada mientras se acercaba a la barra con mejor semblante, a tiempo para oír a uno de los chicos pidiendo un cóctel y un pedazo de tarta. -Para mi también, por favor...- Dijo con calma, girándose para ver al trompetista mientras hablaba con su hermano, sentado al lado de ella.

-Debo asumir que está muy feliz, sin embargo me da curiosidad... ¿Cómo cree que pasó? Es refrescante despertar del infierno y encontrarse sin otro cadáver y, para más, con uno de los que ayer considerábamos muerto, ahora vivo- Su tono se volvió un susurro que James apenas podría oír-¿Cree que las votaciones fueron... Correctas?-

Acompañaba a mi esposa cuando me encontré con el panorama. El chico muerto... ¿Vivo? No pude evitarlo y me acerqué y le agarré de la manga. Solido...

-¿Estas vivo?- Dije con una sonrisa de sorpresa...- Santo cielo, muchacho, estas vivo... ¡Esto hay que celebrarlo!

La verdad estaba impresionado. Debíamos haber metido la pata ayer, por que el joven no presentaba heridas a simple vista. Y sin embargo aqui estaba, vivo... Sin duda era algo mágico.

Agotada, había conseguido conciliar el sueño relativamente pronto. Sin embargo, la tensión era grande, y cuando escuché la pianola me desvelé por completo. Sin embargo, parecía que había dormido suficiente en cualquier caso, así que me dispuse a salir del cubil.
Iba hacia la barra cuando noto un ambiente más alegre entre nosotros. Apesadumbrada, enfoco la vista para ver el motivo de aquel jolgorio cuando veo que Dean volvía a estar entre nosotros. ¡Era fantástico! El cómo había logrado volver a la vida me era desconocido, pero quizás no hubiera sido el único. Mientras me dirigía hacia el grupo no pude evitar echar un vistazo entre los presentes. Igual que había vuelto Dean pudiera haber vuelto mi padre... Pero no.

- Me alegro de que vuelvas a estar entre nosotros, Dean. Es realmente asombroso, y teniendo en cuenta los días que llevamos, no pudiera haber sido mejor.

Llego a donde están Chloe y Sharon, justo a tiempo para alcanzar a oir la conversación que mantiene mi futura cuñada con Colette. Sin duda lo que había pasado con Antonella tuvo que ser muy duro para la muchacha, pero me parecía muy hipócrita lamentarme de ello cuando yo misma fui en parte responsable. Me dirijo hacia Sharon:
- ¿Estás mejor? Ayer nos dejaste preocupados...

Desperté algo cansado esa mañana. Había tenido un sueño que me había inquietado pero no conseguía recordar de que se trataba. Me adelanté a mi hermana a la que no esperé junto a la puerta y me fuí decidido a la barra para tomar un trago que me reanimara. Parecía que estaban sirviendo tarta así que  pedí de forma educada un pedazo y me acerqué al grupo de mujeres. Es entonces cuando me quedé helado al ver como un hombre al que todos dabamos por muerto se movia con naturalidad por el salón como si no hubiera pasado nada.

- Buenos dias señoritas...creo que esta mañana no desperté y sigo soñando ¿ Que me he perdido ? Esto último lo dije viendo la naturalidad con la que todos se relacionaban con el, como si fuera normal lo que estaba sucediendo. Me había situado junto a Colette y las hermanas Monroe. Al verla me recordé a mi mismo que la joven había perdido a su mejor amiga apenas unas pocas horas antes y de una forma muy dura y cruel.

- Discúlpenme, encontrarme con esta sorpresa me hizo olvidar mis modales. Y ni siquiera me presente. Me llamo Niraj, soy el representante de la srta Kana. No entendía el como pero me alegré al ver ese grupo de músicos unidos y felices de nuevo.

Natasha asistió, estupefacta, a la aparición de Dean ante todos los presentes, vivo y de una pieza. 

Lo miró, con asombro, hasta que escuchó a su hijo Dylan, y a Tania, discutiendo sobre la veracidad de los hechos- Dylan, le habían arrancado el... No es posible que haya sido una simple mentira. Aunque yo tampoco sea capaz de imaginar cómo ha sucedido. - dijo, acercándose a él, posando una mano sobre su hombro, mirando ahora a Tania- Creo que en mi bar, tanto yo como el resto de mi familia hemos tenido a bien tratar a nuestros artistas con el respeto que merecen, Tania- frunció levemente el ceño, decepcionada- Yo al menos he tomado las palabras de uno de los vuestros como ciertas, y me he manchado las manos ajusticiando a alguien en nombre de todos. Entre ellos... Algunos de vosotros, los artistas. 

Se dirigió entonces a Dean- Bienvenido de nuevo, Dean. No sabes cuánto he lamentado haber sido tan dura contigo. Estaba... Y estoy dolida por la muerte de mi esposo, y me dejé llevar por ello. 

Suspiró, antes de mirar alrededor- Sí, mi esposo ha muerto. Y Dean, aunque ahora... Inexplicablemente esté con nosotros. Puede que hayamos encontrado a uno de los Sin Rostro. Pero no era el único, estoy segura. Y yo no pienso dejar que algo tan horrible como lo que ha ocurrido vuelva a suceder sin que ninguno de nosotros haga nada para solucionarlo- dijo, resuelta, elevando la voz- De nuevo, les pido que me digan a quien consideran sospechoso, y yo me atendré a lo que decidan por mayoría. Usaré la pistola de mi marido para vengar su muerte. Yo asumiré esa carga.

La esposa del ministro Cox se sentó junto a mí y le dediqué una enorme sonrisa mientras negaba con la cabeza. Entonces volví a mirar a Dean mientras le respondía. - No tengo la menor idea de cómo ha sucedido, señora Cox. Pero no puedo evitar sentirme feliz al ver a mi hermano de vuelta con nosotros. - Bajé yo también el tono para responder a su susurro, aún sin estar seguro del todo de por qué hablábamos en voz baja. - Y confío en Nicholas, ha sido mi amigo desde la infancia, si él dice que vio a Antonella merodear por la noche, yo le creo. ¿Usted cree que no fueron correctas? - Terminé, con curiosidad.

Si le hubieran dicho que aquello era el guión de su nueva película se hubiera reído diciendo que era demasiado fantasioso para ella. Pero esto era real, y no era cosa de risa. Aunque al menos había una buena noticia, el pianista volvió, inexplicáblemente a estar con ellos.

-Me alegro de que haya vuelto- dijo, sin atosigarlo demasiado, pues casi todos prestaban ayuda o atención al "revivido".

Cuando la señora Flynn habló, la actriz intentó asentir.

-Ojalá y acertáramos ayer eligiendo a Antonella- aunque miró a Colette y sintió lástima por ella, ya que parecía sentir aprecio por ella- pero hoy debemos volver a decidir.

Acto que sin duda le repugnaba pero que por desgracia creía obligatorio.

Miró a la señora Flynn durante unos segundos, sosteniéndole la mirada, y en sus ojos parecía brillar un resentimiento antiguo, más antiguo que el tiempo que llevaba en el bar. Acabó bajando la cabeza y asintió.

- Tiene razón, señora Flynn... Le ruego que disculpe mi... salida de tono. Estaba muy emocionada, aún con los nervios de todo lo que está pasando y me dejé llevar por mis experiencias pasadas. En otras ocasiones, me han tratado muy mal por ser... bueno, por no ser de buena familia. Y quiero demasiado a mis compañeros de la banda, somos como una familia, y yo por mi familia saco los dientes si hace falta. - Esbozó una media sonrisa. - Simplemente, con los nervios, me puse en lo peor. Disculpe, señora Flynn. - Miró a Dylan. - Disculpe, señor Flynn, he estado fuera de lugar. Si puedo hacer cualquier cosa para resarcirlo, no tiene más que decírmelo. Haré lo que esté en mi mano dentro de nuestras... - Echó un vistazo a su alrededor, a aquel bar en el que estaban encerrados sin muchas opciones. - ...lamentablemente limitadas capacidades.

-Ciertamente es algo mágico- Tomó su copa mientras miraba a su esposo estrechar la mano del trompetista y sonrió, levantándola levemente en un brindis silencioso -Algo que merece ser celebrado, como dice William...- Se queda mirando distraídamente a su esposo y toma un trago de la copa suspirando y bajando la voz

-El chico no tiene razón para mentir, sinceramente... Además me parece que el hecho de que hoy no hubiera asesinato es sospechoso. Pero al final ¿Qué tan correcto puede ser lo que hacemos?.-

Tardé mucho en despertar en cierta forma la compañía de los mios me hacía sentir mucho más segura. Además el alcohol me había tumbado. Cuando desperté el alboroto me sacó del cubiculo. No cabía en mi de la impresión al ver que el músico muerto había regresado 

- O por dios... un milagro.- casi me desmayo de nuevo pero afortunadamente no fue así  y luego al ver que aparentemente no faltaba nadie, me acerco a Chloe para murmurarle- crees que antonella fuera la unica asesina o ... solo intentan hacer que nos confiemos.

De verdad esperaba que al asesinar a Antonella estuvieran en lo correcto y que por lo tanto la pesadilla hubiera terminado.

-Acepto sus disculpas señorita Tania.  Entiendo que usted cree en milagros, más aún si es su amigo el que ha vuelto de entre los muertos. Me imagino que cree que Dios ha escuchado sus plegarias, pero espero que entienda que mi padre sigue en aquella habitación. Soy incapaz de compartir el optimismo colectivo.-Digo. Parece ser que todos han aceptado que se trata de una especie de milagro en vez de buscar una explicación lógica... En fin, tal vez sea yo demasiado escéptico. Tal vez deba rezar por que mañana mi padre despierte, como ha hecho el trompetista hoy.

-Y no se preocupe, no hay nada que puedas hacer por mí salvo descubrir quien asesinó a mi padre, aunque me imagino que eso lo intentarás hacer sin que te sea yo quien te lo pida.

Cojo la mano de mi madre, que se encuentra apoyada en mi hombro.-Padre estaría orgulloso.

Abraza a su hija al ver como Dean había revivido. Sonríe, y susurra feliz.

- Los milagros existen querida... los milagros existen...-

Entonces se separa de ella, y saca un nuevo puro para encenderlo, a modo de celebración, pero entonces cae en la cuenta de algo.

- ¿Por qué no ha muerto nadie esta noche?... ¿Acaso los asesinos se habrán marchado? -

Tenía mi mano sobre el hombro de mi mujer feliz al ver al joven de vuelta. Sin embargo Gordon dijo algo que me hizo girarme.

-¿Y por donde podrían haberse ido? Este sitio está cerrado a cal y canto... Al menos en teoría ¿No?- Tras rascarme un poco la barbilla volví a mirar al resto.- Yo creo que trataron de matar a alguien más pero por suerte o por habilidad, no lograron llevar a cabo el homicidio. Lo cual no deja de ser una buena noticia, pero si es bastante preocupante... Eso puede significar que esta noche las muertes pueden aumentar...

Me giro al detective.

-Yo sin embargo si creo que están aquí, entre los presentes. Por lo visto nos conocen, saben a quien deben matar para afectar profundamente al resto y donde encontrarlos, sin embargo creo que hay cierta distensión entre ellos, y que al no ponerse de acuerdo con el objetivo han preferido no actuar... En cuanto a lo de la milagrosa resurrección. Bueno, yo soy de los que prefieren no buscarle tres pies al gato y disfrutar de las pequeñas cosas buenas. Y desde luego esta no es una cosa pequeña.- Dije terminando con una buena palmada en el hombro del detective.

No hacia falta que hiciera las preguntas pertinentes al resucitado él mismo estaba contestando a lo que buenamente podía. Por suerte llevaba un tiempo encendido su equipo, siempre oculto en su gruesa gabardina, pero eso necesitaba de unas palabras propias y estaba inspirado.

-Imagínense, somos testigos de una resurrección, ni el mismo Jesús tardo tan poco, esto es increíble y todos somos testigos.-Sin muertes por la noche y el milagro ocurrido, Stephen se sentía mucho mejor y no tardo en llenar un par de hojas de su libreta.

Por otra parte parecia que no todos se alegraban, la mujer salida de las mejores novelas negras, insistía en buscar una nueva victima, a pesar de que la banda no había actuado.
-¿Y no seria posible que unicamente Antonella fuera uno de ellos? Aunque seguimos sin una confirmación a parte de nuestra propia sospecha.-Pregunto a la dueña del bar.

Y entonces el Ministro dijo algo interesante.
-¿Como esta tan seguro de eso?-Aun tenia la libreta y la pluma en la mano.

Estaba claro que muchos veían el baso medio vació. Fuera cual fuera la situación, asi que opto por preguntar al experto.
-Señor Olson, ¿Es posible lo que dice el ministro aquí presente. Que esa gente que le lleva en jake tanto tiempo sean tan chapuceros?-Por un segundo salio su voz de cara dura. Sin duda estaba mas relajado que ayer.

Edward miró al periodista. Conocía muy bien a los de su "especie", siempre ávidos de sensacionalismo y con ganas de publicar cualquier cosa que les permitiese obtener la portada de su periódico....

Encendió lentamente un pitillo y el humo del mismo fue a parar a la nariz del periodista...

¿Usted piensa que son chapuceros? Si lo fuesen no estaríamos aquí encerrados, sin posibilidad de escape y con muy poca comida para subsistir... No obstante... ¿Porqué no les realiza una entrevista esta noche? Métase en un cubículo y espéreles para hacerles algunas preguntas... Quizá así obtenga un titular. Pero... si mañana por la mañana no ha conseguido ese jodido titular... le requisaré su grabadora y su libreta. ¿Estamos? Lo que necesitamos ahora mismo es gente con ganas de salir de aquí vivos, no con ganas de salir con una portada, sea vivo... o muerto...

Al salir de los cubículos por la mañana, me siento un poco pesada, aunque en mi cara se dibuja una sonrisa de alegría al poder abandonarlo del brazo de mi padre.

Después, cuando veo al músico de nuevo andando, pese a sentirme confusa y en cierto modo asustada, sonrío.

-Los milagros existen - Respondo a mi padre de buena gana, y después espero a que termine de encenderse el puro.

-Yo... yo creo que están tratando de jugar con nosotros, intentando que saquemos conclusiones equivocadas de por qué no han atacado a nadie esta noche... - Me doy cuenta de que quizás lo que estoy diciendo esté de más - Pero no me hagan caso, a fin de cuentas no sé de lo que hablo.

Suspiro.

-Pero... pronto pediréis que votemos, ¿no? - Digo con algo de miedo.

Me giré al periodista y le miré fríamente.

-Por como están las cosas hoy haré una excepción y hablaré con la prensa... Es una cuestión de lógica señor Richards. Estamos en la tesitura que este grupo de asesinos son los Sin Rostro, un grupo eficiente y tristemente célebre por sus largas listas de asesinatos indiscriminados que solo cesan cuando todos sus miembros de la célula implicada en el caso han muerto. Se sabe de casos en los que han sido capaces de hacer autenticas atrocidades haciéndose pasar por gente honrada. Usted, el inspector, yo mismo podríamos pertenecer a ese grupo y nadie de esta sala podría estar seguro de ello... -Me encojo de hombros cansadamente- Tristemente eso es sí y la única forma que sabremos que esto a terminado será cuando el ultimo de ellos haya muerto. El ultimo de ellos o el último de los nuestros, desde luego. 

Sin más me acerqué al bar y cogí sendos vasos de vodka y sin mayor titubeo le tendí uno al periodista con una sonrisa.

-Huelga decir que como encuentre algo de lo que acabo de decirle escrito en algún periódico, o mencionado en una emisora de radio me encargare personalmente que le retiren su licencia y que no le vuelvan a contratar en nada relacionado con ningún medio informativo. Lo que e contado solo lo e echo para que se den cuenta de en que terrible situación estamos... -Levanté mi vodka, dirigido al resucitado.- Por los milagros. Quizás nos hagan falta más de ellos pronto.

Contesto a mi hermana, también en susurros, aunque estando todos tan cerca, cualquiera podría escucharlo.- Personalmente, creo que es lo segundo. Lo que dice el detective tiene mucho sentido y, además, yo sigo sin terminar de creerme que Antonella fuera una de ellos. Aún no hay ninguna prueba que lo demuestre... Ojalá no sea así y todo haya terminado.

A continuación, me dirijo hacia la barra, haciendo un gesto con mi mano a Colette y a Sharon para que vengan conmigo y pido algo de comida para las tres.

Cuando salgo del cubículo que he compartido con los Flynn y mis hermanas lo hago cansado, pero aliviado al ver que todos estamos bien. La noche ha sido larga y, aunque me avergüence reconocerlo, no tardé en dormirme durante mi guardia. Supongo que la tensión del día me jugó una mala pasada.

Al ver la vuelta de Dean no puedo evitar sentir cierta desconfianza. No hacia él, sino hacia lo desconocido. Observo cómo Dylan comprueba el estado de su padre, y no puedo sino sentirlo por él. Sin embargo, las explicaciones sobrenaturales no terminan de convencerme. Y cuando veo que todos daban por hecho que encontraríamos otro muerto al despertar no termino de comprender si me he perdido algo.

- Quizá simplemente han aprovechado la noche para una reunión táctica. - propongo - Si han perdido a uno de los suyos, y no digo que lo hayan hecho... - aclaro, dirigiéndome a Colette - Sería lo más lógico. Está claro que había más de uno por la forma en que encontramos al señor Flynn. - continúo, echando una mirada de disculpa a Natasha por hablar con de lo de su marido como si fuese algo a estudiar. - Sin embargo... es posible que Dean no muriera. - conjeturo - El cuerpo tenía su ropa, pero sin su cara, bien podría ser alguien de constitución parecida. - digo mirando a todos - Quizá lo drogaron y pusieron a alguien ya muerto en su lugar. Ninguno de nosotros se paró a mirarlo demasiado. Al fin y al cabo, también cambiaron su trompeta.

- Voy a revisar el local en busca de cualquier tipo de escondite. - anuncio - Agradecería que nadie que no tenga relación con el propio local se interpusiera. - digo al final con tono más seco, haciendo un gesto al jefe de los camareros para que me eche una mano. Luego espero unos segundos antes de ponerme a ello por si alguien tuviera algo que decir al respecto o quisiera unirse. Creo haber dejado claro que no admitiré la ayuda de cualquiera, pero sería descortés por mi parte simplemente largarme.

El jefe de camareros comprende al instante la señal de Nathan y hace un gesto al resto del servicio para que ayuden.

Tras unos 20 minutos de búsqueda, el equipo de búsqueda se da por vencido. Lo único que logran encontrar es

 la caja de regalo que Antonella le dio a Cassandra. Se ve un poco empolvada pero al abrirlo, pueden ver al que era un hermoso vestido, ahora como un despojo de tela vieja. Roído y comido por las polillas.

No es ni la sombra del hermoso diseño que Antonella había logrado crear.