Partida Rol por web

Entonces algo sucedió. El señor Cox no tuvo tiempo a responder ninguna más de las acusaciones, y terminó muerto sin ninguna explicación. Sharon también pareció en un primer instante que iba a sufrir el mismo trágico desenlace, pero afortunadamente sólo se quedó en un susto. Nathan se acercó a ella, mientras Colette iba a por un vaso con agua. No sabría si ella preferiría algo más fuerte, pero eso para cuando volviera a tener fuerzas para levantarse sin problemas.

Colette se acercó con el vaso y se agachó para ofrecértelo - Bebetelo despacio, con calma. - le dijo mientras su cuerpo se tranquilizaba de no haberla perdido a ella también.

Tras eso, se acercó y miró al resto de los presentes - Al parecer ya tenemos castigado a quien presuntamente intentó matar a Nicholas esta noche. Ahora, por favor os pido, intentemos encontrar al culpable o culpables de haber acabado con la vida de Chloe Monroe esta noche. Como lo hicieron con el señor Flynn, y con Dean antes que regresara entre nosotros.

 Mi corazón se partió en dos cuando vi a Williams convulsionandose,corrí hacia él, recordé la copa de licor que había bebido. Ya no importaba nada al menos ahora iba a reunirme con mi hermana. Sentí como me faltaba el aire, todo se nubló para mi...-Williams...- pronuncié su nombre antes de desplomarme en cierta forma satisfecha por poder seguir a las personas que amaba. 

Por desgracia para mi, mis ojos volvieron a abrirse, ante mi estaba Nathan quien me reprendía como cuando era niña, me enfermaba y no quería quedarme en casa descansando. Tomé su mano mirándolo con tristeza a lo ojos, seguro que me odiaría si supiera que yo deseaba morir.

- Alejate de mi, hermano... todas las personas que amo mueren- mis ojos se llenaron de lagrimas, sujeté su mano con ternura sin tener fuerzas para levantarme, ahora que él estaba muerto no tenía porque mentir.- Nathan... William no era culpable, él y yo... bueno nos amabamos, señora Cox- no tuve el valor para buscarla ni con la mirada- no se equivoque, Williams nunca la hubiera engañado de hecho nunca consumamos nuestro amor, pero nuestros sentimientos eran imposibles de controlar. 

Aún me daba vueltas todo, esperaba que al menos mi hermano me creyera. 

-Cuando pude estar a solas con él le pedí que me dijera la verdad y me la dijo, no pertenecía a aquella horrible banda y tampoco le puso una mano encima a mi hermana... no confiaba en Nicholas, nunca lo hizo, tampoco confiaba en Woods.  Digánme quien conoce mejor los secretos de un hombre que su amante, de hecho ya se de quien es aquella foto que tenía el periodista, él también me lo contó. Perdonen si no lo digo pero no parece importante y no quisiera importunar aún más a su esposa.

Descansé un poco, me faltaban las fuerzas, cerré mis ojos suspirando de dolor. El agua que Colette compartió conmigo me hizo sentir un poco mejor.

- No se porqué no estoy muerta, sentí el veneno en mi cuerpo, creí que moriría y no me importaba. Ignoro si Nicholas miente o solo ha malinterpretado lo que ha visto, tampoco se si Wood es culpable o al igual que Williams simplemente es un hombre demasiado seguro. Si me equivoco y usted es inocente señor Wood sepa que lo lamento... tanto como lamento que con su tenacidad pusiera los ojos en la persona equivocada.

Segundos después de esta conmoción tan fuerte, Gordon Woods comienza a toser, al igual que lo hizo el ministro hace un momento y ya todos intuyen lo que viene a continuación. Krista mira a su padre aterrada y entre lágrimas le suplica que no se vaya, pero Gordon comienza a ponerse peor, hasta que llegan las convulsiones y la baba sale de su boca, sus ojos se tornan blancos y su pielo toma una coloración gris.

Cuando las convulsiones se detienen, Jane y Dylan se miran aterrados, mientras los síntomas comienzan a aparecer en total sincronía en ambos, causándoles la muerte al mismo tiempo. Todos se miran estupefactos y botan sus cocteles por el temor de que estén todos envenenados y aunque algunos intentan hacerlos reaccionar, ahora Gordon, Dylan y Jane habían muerto.

-¡WILLIAM!-

El grito de Jane rompió el silencio que había causado la tos del ministro, pero antes de que Jane consiguiera hacer algo al respecto la piel de su esposo perdía el color y sus ojos se volvían blancos... 

-Envenenado...- Dijo suavemente, las lágrimas resbalaban por sus ojos. Era como si lo que había pensado en la manaña se hubiese vuelto realidad. Su miedo en la mañana, al ver a Dylan perder a su prometida, se había vuelto realidad; había perdido a su esposo en cuestión de segundos y definitivamente había sido a manos de alguien que deseaba ocultar la verdad.

Jane se levantó, limpiándose las lágrimas con una expresión de rabia y dolor en su rostro, se acercó a Dylan y habló con voz firme, aunque se notaba un ligero temblor -Dylan, eres el hombre y encargado de este bar desde que tu padre fue asesinado. Has perdido a tu padre y tu prometida, así como Colette a su amiga y ahora yo a mi esposo... Pero ahora hay algo peculiar. ¿Quién se beneficia de esto? Tenemos una oportunidad única de descubrir algo extraño, así que, por favor, averigua quién pidió y sirvió esos tragos, incluso quién los repartió; todos los implicados deben aparecer y alguno de ellos es un asesino. Estamos acercándonos a vengar las muertes de los nuestros...- La voz de Jane se quebraba al final de aquello. Por más que quisiera mantenerse fuerte, que quisiera probar la inocencia de William ante semejante situación, la mujer ya estaba más allá de su capacidad.

Y de repente... Gordon caía también, los mismos síntomas. Jane miró a Dylan con horror y se llevó la mano al pecho, luego empezó a toser y toser... Ya sabía lo que venía y Dylan, frente a ella, caía igual... Esa fue la última imagen que se llevó Jane Cox a la tumba.

En cuanto vi al ministro caer al suelo convulsionándose y otras personas empezaron a sufrir el mismo destino, me quedé con la boca abierta hasta que el picor del humo en los ojos me hizo reaccionar. 

Aparté rápidamente de mí el cóctel, dejándolo en la barra mientras sujetaba el pitillo con dos dedos y me llevaba la otra mano a la nuca, sin saber muy bien qué hacer, ni comprender lo que estaba pasando.

Finalmente me acerqué a Krista, que se encontraba junto al cuerpo de su padre, para tratar de consolarla. - Ey, Krista... - Comencé en voz baja, para no molestarla mientras intentaba quitarle el cóctel de la mano para apartarlo de ella. - Trae, dame eso, ni se te ocurra probarlo. - La verdad es que no sabía qué decirle para animarla. Todo había sucedido demasiado rápido y era una situación terrible para ella. Debía sentirse muy sola. Me limité a ofrecerle mis brazos en silencio por si quería refugiarse en ellos.

Observó, aterrada, el devenir de los acontecimientos. Aquella espiral de muerte parecía no querer detenerse, y alcanzaba a quien menos uno se esperaba. Primero el ministro, luego Gordon Woods, y después... Natasha emitió un grito desgarrado al ver cómo su hijo comenzaba a presentar los mismos síntomas, y corrió hacia él, llegando a su lado en el momento justo en el que su cuerpo caía, expirando. 

Se aferró a su hijo, y comenzó a llorar, profiriendo unos sollozos imposibles de contener. Temblando. Su marido, y ahora... Su hijo. Su primogénito. Su hombrecito. Aquello era más de lo que podía soportar cualquier mujer- ¡NOOOO! ¡DYLAN! ¡MI HIJO! ¡DIOS MIO, MI HIJO!-su cuerpo se balanceaba hacia adelante y hacia atrás, con el cuerpo inerte de Dylan entre sus brazos.

Unos confiaron en mis palabras, otros no, y eso arranco el debate, la discusión. Yo sabía lo que había visto, pero la terca insistencia de Sharon en que el ministro era inocente llegaba a ser incluso convincente. ¿Acaso los asesinos tenían alguna forma de parecer otro de nosotros cuando actuaban en la oscuridad? Tras ver como Dean había regresado de la muerte y como la voluntad de Krista había salvado mi vida era comprensible plantearse ese tipo de cosas...

Mis cavilaciones se esfumaron en cuanto la gente empezó a desplomarse. Primero el ministro acompañado de Sharon. E instantes después tres personas más. La melliza era la única que parecía seguir con vida y ahora lloraba por William Cox, confesando su amor por él. La situación era terrible. Ayer no había muerto nadie y hoy contábamos con cinco muertos. Pero no debían ser los asesinos, a no ser que mataran a su cómplice antes de que los delatara. Otra opción que se me ocurría era que alguien quisiera asegurar su supervivencia y que para ello no le importase acabar con todos los demás. De esa manera se aseguraba de acabar con todos los miembros de la banda. 

- Sharon, yo lo vi. De eso estoy seguro. - sentencie intentando no alzar demasiado la voz para no turbar a quienes lloraban por sus seres queridos. - Al ver como lo defendías antes pensé en la posibilidad de que los asesinos pudieran usar el rostro de cualquiera de nosotros para confundirme. No sería el suceso más raro que hubiéramos presenciado en este encierro. - ¿cual será la siguiente sorpresa?- Pero lo único que tenías era su palabra. Pudo mentirte...- no quería sonar demasiado duro pero... estaba enamorada de un asesino... no podía suavizarlo mas.

Al acabar de hablar observe apenado a los afligidos. Yo mismo había sufrido su dolor hacía dos días y no había forma en que yo pudiera ayudarlos. Solo podía rezar para que alguno despertara como Sharon, o de manera más milagrosa como Dean. 

Edward tiró el Coctel en cuanto la primera víctima cayó fulminada al suelo del local...

Aquello se estab yendo totalmente de madre... Ahora empezaba a dudar que fueran los "sin rostro" los perpetradores del asesinato y empezaba a pensar en algún o algunos imitadores... Y se debían estar acercando a ellos de eso no le cabía la menor duda puesto que habían envenenado las copas porque sabían que todos beberían de ellas... La cuestión era... ¿eran asesinatos al azar o el veneno se puso en las copas que las víctimas iban a tomar?

Edwar se acercó a Sharon.

Sharon, lamento sus pérdidas pero creo que debería contarnos quien era la mujer de la foto... Creo que ahora... bueno ahora y a estas alturas da igual si alguien se molesta o no... Debemos encontrar respuestas a todo y debemos ser rápidos en hacerlo.

Jane no tuvo ni tiempo de reprocharme nada, ni siquiera se si me escuchó ya que pronto cayó envenenada, junto al prometido de mi hermana y el señor Wood. Por unos momentos creí que alguno de ellos se levantaría como lo había hecho yo pero no sucedió. Ahí caía muerto aquel a quien iba a dar yo mi voto dejándome nuevamente en la incertidumbre. Sentí envidia de Dylan quien ahora se reuniría con su hermana, y sentí pena por la pobre Nathasha sufriendo por su querido hijo cuando hace poco había perdido a su esposo.

- Nicholas- sus palabras me resultaban inverosimiles, me puse de de pie pero solo para poder tomar asiento ya que me sentía muy débil. - Supondré que dices la verdad, entonces quizás quien te atacó no era un sin rostro, simplemente no confiaba en ti. Williams no me dijo si te atacó, recuerdo que dijo una palabra ... pero nunca supe que significaba de alguna forma sospecho es que te atacó porque estaba seguro de que eras uno de ellos.

Mis ojos se posaron en uno de los cocteles, si realmente estaban envenenados entonces tomando uno de esos... no, tenía que ser fuerte para poder darle muerte al asesino de mi hermana.

-era una antigua esposa señor Olson, yo pensaba que era alguna amante, no soy una mujer celosa no me hubiera importado. Pero bueno eso no nos ayuda en nada verdad? Seré sincera y perdone señorita Krista si no respeto su duelo, pero yo iba a votar por Woods ahora que se ha ido me siento perdida, no se a quien podré votar porque hasta ahora nadie más ha suscitado mi desconfianza.

Así que había acertado al señalar a Sharon como la pareja del ministro... señal de que podía llevarse por sus instintos, que al menos no iban desencaminados totalmente.

-Quien haya envenenado a Woods, si ha actuado por su cuenta, ha debido cometer un error... ya que supongo que Jane y Dylan, las personas que murieron con él eran esos inocentes que él decía conocer. De ser así, eso ha sido un duro golpe para nosotros.

Pero lamentarse no ayudaba a nada, debían seguir pensando en como proseguir.

-No se lo tome a mal, señorita, Sharon, pero usted ya ha demostrado que ha mentido antes, nada le impide volver a hacerlo- no es que su intención fuera señalarla como asesina, pero desde luego no confiaría demasiado en ella en el futuro- aunque creo que el señor Cox le mintió sobre su inocencia. Por otro lado- se permitió una pausa de unos segundos, como si no estuviera segura de que debía contar lo que iba a continuación- yo creo que una de estas tres personas que voy a nombrar ahora es uno de los sin rostro.

Volvió a hacer una pausa, pues entre los sospechosos se encontraba alguien a quien amaba.

-O bien Sharon, aunque si Nicholas está seguro de que que era el ministro un asesino puede que ella solo mintiera para proteger a su amado, o el señor Carlson, o....- tragó saliva antes de decirlo- mi propio hermano, Niraj.

Sabía que pudiera que los demas se preguntaran por qué decía eso y que podrían dudar. No obstante, antes de responder futuras preguntas, continuó.

-Creo que hoy votaré a Niraj porque ha actuado de forma extraña, silenciosa y poco habitual en él, pero- se giró a Nicholas- si usted, que hasta ahora dice haber visto a gente moviéndose en secreto de noche, vigilara esta noche a una de las personas antes dichas, se lo agradecería completamente.

- Si Williams era culpable porque lo asesinaron? era obvio que el moriría hoy por las votaciones.- "Y yo lo hubiese seguido"- de todas formas se que no mentía, no tenía razones para hacerlo ya que el pensaba que yo siempre lo protegería cosa que hice a pesar de que ello podría poner sus sospechas en mi. Bueno eso no importa ya, estando muerto deberíamos estar a salvo si lo que dice es correcto aunque me temo que no es así.

Suspiré lamentando que ahora los cocteles estuvieran prohibidos, nunca había necesitado tanto algo que me hiciera olvidar.

- Por cierto yo no  mentí, le dije claramente señorita Kana que "Yo no pondría un interés romantico por encima de la vida de mi hermana" nunca dije que no estuviera enamorada solo que eso no valía tanto para mi como el tener a Chloe a mi lado ahora. Quizás pequé por omisión pero todos tenemos nuestros secretos seguramente usted también los tiene.- no sonaba incriminatoria solo daba a conocer un punto y es que todos tenían secretos, como Williams y su ex esposa.-Está acusando a su propio hermano??

Me quedé paralizada de golpe como iba  a responder a eso, una persona capaz de acusar a un hermano tenía que ser o muy despiadada o estar muy segura de lo que decía. Solo por eso se ganó mi respeto y ya no fui capaz de seguir exponiendole mis argumentos. 

Kana desconocía por qué envenenaron a algunas personas, ya que ella no había tenido nada que ver.

-No sé, no estoy en la mente de quien envenenó a William y a esas otras personas, aunque supongo que quizá tuvo miedo a que William o el señor Woods (las personas de las que al parecer sospechaba) no fueran finalmente elegidos... o simplemente quería acelerar el proceso para que buscáramos a otro asesino. 

Cuando le preguntó por qué estaría dispuesta a votar a su propio hermano, no lo dudó. Le dolía más de lo que aparentaba, pero su prioridad era salir viva.

-Porque no soy una, ¿como lo llaman ustedes?... hipócrita. Si creo que alguien podría ser un asesino no voy a anteponer mis intereses personales como usted hacía con su amado, señorita Sharon... ya me castigarán mis padres o los dioses en un futuro. Pero yo quiero salir viva de aquí, y acusaré a aquellas personas de las que sospecho.

Por extraño que parezca, la joven actriz parecía estar totalmente segura de la culpabilidad de una de las tres personas que mencionó antes.

-Si elegí a mi hermano frente a usted, señorita Monroe, o frente al señor Carlson ha sido por eso precisamente. Demostrar que no me muevo por sentimentalismos que nublen mi juicio. Y porque su silencio en todo el tiempo que llevamos aquí no es propio de él. 

Mientras esperaba a que Krista se recuperase un poco, todavía a su lado, escuché las palabras de Kana y Sharon y alcé la cabeza hacia la actriz al escuchar mi apellido. Me disponía a responder cuando la joven acusó a su propio hermano y me quedé mirándola con los ojos muy abiertos. ¿Cómo podía alguien acusar a alguien de su propia familia con tanta tranquilidad? Por un instante me planteé qué haría yo si sospechase de Dean y no supe si habría sido capaz de decirlo en voz alta delante de tanta gente desconocida.

Cuando hablé en su dirección lo hice despacio, todavía intentando comprender qué habría llevado a Kana a hacer una acusación así. 

- Señorita, no sé si se refiere a mí o a mi hermano cuando habla del señor Carlson... Pero le puedo asegurar que yo no soy ningún asesino. - Dudé durante un instante antes de añadir lo siguiente. - Y mi hermano tampoco, pondría la mano en el fuego por él. Además de que los asesinos lo mataron, lo cual espero que lo aleje de las sospechas. Pero, señorita... ¿Está usted acusando a su propio hermano? ¿Por qué sospecha de él?

Miré dubitativo al detective, del que había estado sospechando desde que murió el ministro y después posé la mirada en el joven indio, acusado por su propia hermana. - Realmente tiene que estar muy segura de lo que dice para acusar a su propia sangre.

Cuando de repente Dylan cae mi rostro se desencaja, buscando directamente a Natasha y Cassandra. Desde luego, parece que nos están golpeando bien duro.

Al ver que Sharon parece encontrarse mejor me acerco adonde se encuentra tendido el que iba a ser mi cuñado y me quedo tras su madre sin decir nada, esperando por si necesitase cualquier cosa.

Luego, cuando el debate vuelve a comenzar, no puedo evitar mirar a mi hermana extrañado. Sin embargo, no puedo sino apoyarla.

- Tengo claro quién envenenó al señor Woods. - digo hacia todos - Y desde luego, si usted - continúo después, refiriéndome a Kana - está dispuesta a acusar a su hermano, yo votaré por él. No tengo un candidato mejor.

Vio a toda aquella gente morir de golpe y porrazo y no pudo sino sentirse abrumada. Dio un par de pasos hacia atrás y abandonó la conversación para ir a abrazar a Krista. 

- Santa María... ¿cómo hay tanta muerte en un solo sitio? Pequeña, ¿cómo te encuentras? ¿Estás bien? - Preguntó en voz baja, mirándola. - Siento mucho lo de tu padre... Lo siento muchísimo, pequeña. Encontraremos a la persona que hizo eso... si no ahora, cuando todo acabe...

Acarició su pelo con un gesto protector, y cuando oyó que mencionaban a los Carlson se giró.

- Los chicos no han hecho nada. Mataron a Dean, señorita. - Aclaró mirando a Kana. - Y Jimm- James... sería incapaz de matar a una mosca. Pueden acusarle de cualquier cosa menos de ser un asesino. Bueno, al menos yo confío en él, confío en no equivocarme. ¿Qué hay de su hermano, Kana? No sé si él responderá, pero... ¿usted sabe por qué me miraba tan extrañamente la otra noche? No me hizo sentir segura, y si usted sospecha que es un asesino... ¿cree que deba temer?

Horrorizado por el dantesco espectáculo deje caer insconcientemente mi copa al suelo asustado al ver como moría la gente a mi alrededor. “ Veneno, alguien nos queria envenenar a todos, dios..”

Si no daba crédito a lo que estaba ocurriendo solo me falto escuchar la acusación de mi hermana. Sus palabras me dolieron mas que un puñal.

- Como puedes decir eso Kana ? Soy tu hermano, me conoces desde siempre. Sabes que nunca he lastimado a nadie. Y tampoco he cambiado, siempre he sido una persona reservada. Si algo ha habido diferente desde que estamos en este horrible lugar a sido tu actitud. Fria y distante te has ido alejando de mi sin que pueda entenderlo. Pese a ello no se me ocurriría nunca votarte ni señalarte. Se como eres y eso te excluye de ser ninguna asesina.

- Los demas pueden pensar lo que quieran, no me defenderé señalando ni poniendo en contra a mi propia sangre por extraño que me parezca su actitud. Añadí bastante serio y decepcionado.

Hasta ahora lo había soltado todo de golpe, porque no lo podría haber hecho si lo hubiera pensado demasiado. Pero cuando oyó a su hermano, las lágrimas surcaron su rostro. Había condenado la vida de su hermano, y aún cabía la posibilidad de que fuera inocente.

-Lo... lo siento- dijo incapaz de mirar a la cara de su hermano. Luego se dirigió a todos- No he dicho que esté segura de la culpabilidad de Niraj- dijo con hilo de voz, antes de aclararse la garganta- quiero que se tomen también igual de en serio los otros dos nombres, hay las mismas posibilidades de que uno sea un asesino. Escogí a mi hermano para que no se me tachara de no ser consecuente con mis propias sospechas... pero si muere- otra vez la voz le tembló ante la imagen mental que se le pasó por la cabeza- y continúan los crímenes, no quiero que se olviden los otros dos nombres. Por cierto, con Carlson me refería a James- dijo respondiendo su duda.

Hizo una pausa para pensar en las cosas que otros habían dicho hasta ahora. Se dirigió luego a Nathan Monroe.

-La persona que ha envenenado a otros... ¿sabe quiénfue? ¿ha sido Colette?

Dijo ese nombre porque ella dudaba de Cox pero había defendido a Sharon, que finalmente no murió envenenada, pero eran meras conjeturas.

-Tú... - Digo mirando cno auténtico odio a Sharon - Has matado a mi padre, maldita bruja... - Caigo de rodillas al suelo junto al cadáver de mi padre llorando desconsolada.

-Has matado a mi padre por venganza... y con él a otras dos personas... eres una asesina... eres una sucia asesina...  voy a votarte, y espero que mueras sufriendo.

Me encuentro a punto de responder a Kana cuando Krista habla, y mis palabras mueren antes de salir. En lugar de eso me dirijo directamente a ella.

- ¿Votarla por venganza? - pregunto en tono grave, poniéndome entre mi hermana y la mujer - ¿Y mientras darle otra oportunidad a los Sin Rostro? - le digo con el rostro lleno de rabia. Acabo de perder a Chloe, no voy a dejar que nadie le haga daño a Sharon. En el fondo sé que ella no es la culpable de mi frustración ni de mi pérdida, pero aún así no puedo evitar saltar automáticamente al escucharla. - Ella no es uno de ellos, y lo sabes. ¡Las votaciones no son para venganzas personales, por Dios! ¡Nunca lo han sido! - afirmo mirando a Krista a los ojos, completamente serio. Siento ganas de darle un puñetazo allí mismo, delante de todos, y el único motivo por el que me detengo no es que sea una mujer, sino que eso podría ser peor para mi hermana. Sin embargo, apunto con el dedo directamente a su pecho, señalándola - Como se te ocurra hacerle algo, espero que puedas atenerte a las consecuencias. - amenazo de manera directa, conteniéndome para no gritar ninguna barbaridad - Tú te has quedado sola. Si crees que ella ha matado a tu padre, denúnciala a la policía cuando salgamos de aquí. Pero mientras tanto, no vengas a jodernos a los que queremos seguir teniendo a alguien. - Termino, sin apartar en ningún momento mis ojos de los suyos y buscando las últimas palabras con el único propósito de hacer daño a quien amenaza a mi hermana.