Partida Rol por web

Escuchó atentamente cada palabra del discurso de Nicholas, cada frase que soltaba, esperando ansioso la revelación de los nombres de quienes atacaban a todos por las noches, esperaba con ansías sus nombres para vengar a los inocentes caídos, a sus amigos Jane y Dylan que perecieron con ellos. Pero aquellos nombres nunca llegaron.

- Sabes que vas a morir, y ni aún así tratas de redimirte revelando los nombres de los culpables.- Suspiró, antes de encender un habano, separándose de los brazos de su hija.- Y escucha atento, muchacho, porque cada frase que soltaste esta cargada de una hipocresía que me asquea. Ellos nos encerraron, nos persiguieron, nos acecharon noche a noche... y tu con ellos... y no dijiste nada, ¿y dices que ellos quieren mostrar el otro lado de la moneda? Por favor...estas igual de enfermo que ellos.- Cada una de sus palabras estaba cargada de una ira y un odio incalculable, lo miraba y le hablaba con reproche, mientras daba un par de vasos hacia él.

- ¿Sabes como se lucha contra la desigualdad? Día a día, con coraje, no con cuchillos, no con armas de fuego, no arrancando rostros... ¿Crees que mi vida fue fácil siendo negro en este país? ¿Crees que soy quién soy por matar a diestra y siniestra buscando igualdad? ¡No! Lo hice con mis manos, y con el apoyo de mi esposa, con la sonrisa de mi hija que me impulsaron a seguir luchando. Soy uno de los hombres más ricos de Nueva York ahora, un hombre respetado porque les importa más el color de mis joyas y mis billetes que el de mi piel, pero todo aquello lo conseguí con trabajo duro. Eres una rata, una escoria igual que ellos, y te mereces condenarte en el infierno.-

A cada palabra que daba, avanzaba otro paso, y otro, y otro, hasta que se paro frente a él, y lo tomó del cuello de su camisa* y lo levanto, para mirarle fijamente a los ojos, una mirada cargada de hielo y fuego.

- Lo que hicimos... No, lo que nos han obligado a hacer es por sobrevivencia, ¿y ustedes? - Lo empujo hacía atrás, soltándolo, sintiendo sus manos sucias por el solo contacto con aquel muchacho- Ustedes lo hacían por simple venganza, por cobardía... buscando una justicia sin dar la cara, no luchan por la igualdad, luchar por dominar a base de miedo.-

Retrocedió nuevamente hasta su hija, y cogió su mano con fuerza para que sintiera que estaba bien.

- Me das asco Nicholas, tu y tus compañeros asesinos... me dan todos asco.-

- 

Durante unos instantes mi atención se separa de Nicholas al escuchar las palabras de Natasha. La miro durante un par de segundos, y mi expresión se relaja un instante.

- Ya hablaremos de eso cuando todo termine. - le digo. Sé que no es el momento ni la situación de tomar ninguna decisión, y que de aquí a entonces las cosas pueden cambiar.

Entonces Nicholas suelta un discurso defendiendo a la banda, y abro mucho los ojos, alucinado.

- Para arrepentirte los defiendes bastante bien. - es lo primero que respondo - Demagogia y más demagogia. ¿Sabes de dónde venimos? ¿Sabes lo que hemos trabajado para estar aquí? ¿Crees que puedes culpar a mi hermana de algo en tu lucha de clases?

- No intentes quedar bien ahora. - continúo luego - Un hombre no es responsable sólo de lo que hace, sino de lo que provoca. Si no hubieras señalado al ministro, no habría muerto. Te hiciste responsable desde el mismo momento en que lo acusaste sabiendo que, como muy tarde, moriría al atardecer con una bala en la cabeza. Sabías que confiábamos en ti, y decidiste qué hacer con esa confianza.

- A mí no me sirve que te hagas el inocente. - sigo después, acercándome más a él para enfrentarlo de manera directa - Estuviste con ellos todo este tiempo y elegiste no decir nada, igual que les dejaste matar a mi hermana. ¿Y aún quieres vendernos que no hiciste nada, o que lo que hiciste fue por algo bueno? - pregunto, mirándole directamente a los ojos, con los míos encendidos. - Vamos, mira a James a la cara. - invito, señalándole con el brazo - O a Tania. Y explícale que has estado este tiempo con la gente que nos ha tenido encerrados cuatro días ya, intentando matarnos uno a uno.

- ¿Y qué ibais a hacer luego, eh? ¿Matarlos a ellos dos también? ¿O salir de aquí explicándoles que habíais sido vosotros? Mira... - termino, alejándome unos pasos - Estoy con el señor Gordon en esto. Nos habéis obligado a matar por supervivencia. Pero lo vuestro... ¿Arrancar la piel de la cara? ¿Colgar a la gente? Eso es sadismo.

- Que no mataste a nadie?- levanté la mirada, había estado llorando mucho rato en silencio por lo que ahora mi maquillaje me hacía parecer un payaso diabolico. Sonreí de forma maníaca- No mataste a nadie!!! por tu culpa Williams está muerto, por tu culpa todos los señalaron como culpable... por tu culpa lo envenenaron... jajajaja pero no tienes la culpa tu Oh pobre víctima. Si Tania no fuera tan valiente como para delatarte a pesar de las consecuencias seguirías escondiendote...

Solté una carcajada quebrando una copa para convertirla en un arma. Me dirigí hacia aquel hombre dispuesta a cercenarle el cuello. No pensaba para nada con claridad.

- Por tu culpa desconfié del hombre que amaba... aunque ese amor fuera obligado se sentía real... deberías haber muerto envenenado igual que Williams o eso solo fue un acto tuyo?- mis ojos estaban desorbitados- Lamento el momento en que Krista te protegió mejor hubieras estado muerto cobarde!! ahora ni siquiera te atreves a decir los nombres de los asesinos... - por escasos segundos mis ojos se posaron en Dean- Y tu! no creas que te he quitado los ojos de encima según los sueños de Kana eres otro traidor como no escupas el nombre de los asesinos serás el siguiente.

Me lancé hacia Nicholas con el fin de apuñalarlo no quería que el revolver fuera el que causara su muerte, quería ser yo misma la que derramara su sangre, quería mi venganza. En ese momento hubiera deseado darle mi fuerza a Tania para que no tuviera que morir por alguien como él.

Escucho las palabras del señor Woods y no hago nada para defenderme cuando me agarra del cuello de la camisa. Mi mirada solo reflejaba arrepentimiento, tristeza y condenación. Cuando se acerca Nathan no tengo fuerzas para volver a alzar la mirada, y tampoco para mirar a Tania o a James. Aunque a él ya lo había mirado para decirle que nunca le hubiera hecho daño, ni siquiera cuando creía que los "sin rostro" luchaban como debía hacerse. 

- No queréis escuchar pero no os culpo. Estáis furiosos y es normal. Me condenáis por actos que yo no he hecho, pero no tenéis a ningún otro contra quien arremeter y fui uno de ellos. - Levante la cabeza con lentitud. - Aquí me tenéis, desahogaros. -

Levante las manos hacia los lados y espere unos segundos antes de continuar hablando, pero sin variar mi postura.

- No voy a discutir, señor Woods. Solo diré que usted no ha erradicado la desigualdad, solo la ha superado para colarse al otro lado. Le habrá costado, sin ninguna duda, y posiblemente no debería ser un objetivo para ellos. Pero yo no he escogido el lugar y tampoco he decidido las victimas. Solo soy un músico a quien consiguieron engañar. Alguien que consiguió desenmascarar a uno de ellos y al que casi matan. Quien ya confesó lo que me pide, que ha sido anunciado ante todos, aunque parecen necesitar que yo vuelva a mencionarlo... 

Mire entonces hacia Nathan.

- No estaba presente cuando se lo hicieron a Chloe y no los defiendo. Me pareció que querías saber sus motivaciones, saber como me convencieron... pero quizás me equivoqué. No es el error más grave que he cometido...- 

Respire hondo, me estaba costando mantener la postura de los brazos y, aun mas, hablar sin desmoronarme.

- Sino hubiera acusado a William, me matarían. Sino me hubiera unido a ellos, me matarían. Espero al menos que entendáis eso, aunque no podáis perdonarme. Yo mismo no se si podré... fui un cobarde. Pero alguien lo envenenó sin esperar la votación, y si, seguramente por mis palabras. Lo siento muchísimo... fue el único... Todos podéis sentiros inocentes...- 

Atiendo entonces a Sharon, quien parece fuera de si y empuña una copa rota.

- ¿Y no puede ser algo parecido a lo que te hizo sentir ese amor, lo que consiguió que yo, quien desenmascaró a una de ellos, fuera convencido para unirme a la banda? - El pánico se adueño de mi y empecé a recular. - Yo también lamentó esa noche y lo que sucedió. -

Acabe chocando contra la pared y me quede congelado. No sabía si alguien pararía a Sharon pero... no seguiría huyendo... Ellos pensaban que lo merecía y... y yo también... Quería convencerme de lo contrario pero la muerte de William pesaba en mi conciencia. Mire a Tania, deseando arrastrar una última imagen suya antes de mi muerte mientras las lagrimas corrían por mi rostro.

- ¡¡LO SIENTO!!... ¡¡LO SIENTO MUCHISIMO!!...¡¡YO NO QUERÍA!!... ¡¡VOLVERÍA ATRÁS EN EL TIEMPO Y MORIRÍA POR WILLIAM!!... ¡¡PERO ES TARDE!!... ¡¡ya no puedo hacer nada!!... - solo deseaba que Tania no hiciera ninguna locura tras mi muerte. No podía soportar irme a la otra vida sabiendo que va a seguirme, ella no merece esto, ella merece algo mejor - ...¡¡no se porque me uní a ellos!!... - caí de rodillas, llorando, mostrando una imagen totalmente desmoronada... -... ¡¡yo quería acabar con ellos!!... 

Edward se dirigió hacia la Señorita Monroe y muy delicadamente la retuvo de la muñeca. Miró sus preciosos ojos y, esta vez, una sonisa candida y sin malicia o rencor salió de la boca de Edward.

Señorita Monroe, este no es el camino.... Sé que este bar parece un mundo sin Ley donde nos podemos tomar la justicia por nuestra mano pero, aún así, hay reglas y la regla es que debemos votar....

Se que votar es malo y nos crea una gran culpabilidad pero, por favor, créame cuando le digo que si mata al Señor Reynolds de esta forma, la culpabilidad se instalará en su alma y la carcomerá durante el resto de sus días.

Por favor, deme ese arma improvisada y deje que las muertes, a manos de nuestra particular justicia, recaigan en el alma de todos nosotros. Deje que las muertes a manos del revolver sean compartidas. No cargue usted sola con la muerte de una persona, por muy culpable que esta sea....

Edward seguía sonriendo a aquella belleza rubia de pelo corto, mientras soltaba la muñeca que portaba el arma y extendía la palma de la mano, haciendo gestos para que Sharon le diese el arma.

Todo en lo que había creído se desmorona como un castillo de naipes. - ¿Cómo es posible...? Qué estúpida he sido. - Susurro. 

Con la mirada gacha, me dirijo al detective. - Parece que usted tenía razón y el resto nos equivocamos con el señor Cox... Lamento haberle señalado. Ha hecho bien su trabajo, aunque sigo sin entender lo del señor Richards. Tenga por seguro que me disculparé ante el propio señor Cox, y, sobre Antonella... Hablaré claro con ella.

Miro a Nicholas, con firmeza. - Tus palabras parecen sinceras, pero has sido uno de ellos, uno de la banda de asesinos que me arrancó la cara sin haber hecho yo jamás daño a nadie, por eso, voy a votarte esta noche. Os aferráis a que hacéis justicia, ¿qué justicia había en mi muerte? Y más aún, ¿qué justicia hay en unas muertes tan crueles? Me repugnáis. Todos los de esa banda. Nos veremos a ese lado. Espero que allí encuentres descanso.

Tania se agarró a James durante la discusión. Cada palabra de Nicholas le dolía como un disparo en plena sien. No entendía las palabras de los que decían que temían por su propio destino. Sonaba como si pensaran que al morir Nicholas ella lo fuera a seguir... Pero tenía a Jimmy, y a los Woods. Sufriría, era consciente.

- No entiendo... ¿qué es eso que dicen? - Negó con la cabeza y frunció el ceño aunque enseguida desechó la idea. Se mantuvo ahí acurrucada hasta que oyó al señor Woods decirle lo que ella también pensaba. Asintió a cada frase.

- ¡Exacto! ¿Te crees que yo no estoy enfadada? ¡Maldita sea! ¡Yo nací porque un niñato ricachón decidió violar a mi madre mientras ella trabajaba en su casa! ¡Mi madre se murió y no hubo otra forma de ganarme la vida que vendiendo mi cuerpo a viejos burgueses que me trataban como a un animal! - Su voz estaba ensombrecida por el dolor, y no paraba de llorar, aunque ya no parecían quedarle lágrimas. - ¿Crees que no hay noches en que no sienta ganas de vengarme contra todos? Pero no lo hago porque soy temerosa de Dios, porque eso solo lo hizo un hombre, y por mucho que haya gente que se me parezca, jamás se me ocurriría matarlos. - Exclamó. - Con esto solo consigues que la gente piense que los que venimos desde abajo somos animales que no sabemos estarnos quietos. Te cargas todo aquello por lo que yo he querido luchar siempre: porque sepan que soy una persona, una persona decente, con sueños y sentimientos; maldita sea. Haces que el camino que hemos seguido con nuestra banda, para ganarnos el reconocimiento por un trabajo digno se vaya a la mierda, Nicholas. 

Miró a Dean.

- Y tú... tú... ahora estás callado, ¿eh? ¿Primero envenenas a Nick con tus argumentos de tres al cuarto y ahora te callas? Yo... - Agarró la mano de James. - ¡Nosotros confiábamos en ti, maldita sea! Siempre pensé que eras el niño bueno de la banda. Cuando moriste sentí que me iba a dar algo, y te defendí delante del joven Flynn! ¡Le recriminé que dijera que habías fingido tu propia muerte! ¡¡Y LO HICISTE!! ¿Con qué cara miro yo ahora a esa pobre mujer? - Señalo a la señora Flynn. - ¿Con qué cara, y más ahora que ha muerto? ¿Eres consciente de lo que has hecho? - Miró un momento a James. - Jimmy, cariño, lo siento...

Pero cuando vio a Sharon acercarse para dañarlo alargó la mano, sorprendida, para intentar pararla, aunque fue el detective quien lo hizo.

- ¡¡NO!! ¡No, señorita Monroe! ¡No! ¡No! ¡No, por favor! ¡No! - Gritó. - No haga eso. Deje que las cosas sean como tengan que ser, pero si verdaderamente no es usted una asesina, por favor, no manche sus manos... Y no le haga daño a Nicholas, por favor, no por su cuenta. No podría perdonárselo, aunque la entienda perfectamente... No quiero salir de aquí odiándola.

Miró a los otros dos hermanos Monroe, y a la señora Flynn.

- Por favor, espero que sepan perdonarme. Estaba tan perdida como todos... y confié en los míos. Creía que los conocía lo suficiente. Espero que me entiendan. Yo amaba... amo... - Se tapó la boca un momento para reprimir un sollozo tan doloroso que parecía una arcada que la partía en dos. - A Nick... y quiero... o quería, ya no lo sé, mucho a Dean. Siempre fueron unos buenazos, de hecho, pensaba que de haber alguien poco decente en la banda, ésa era yo... Dispuesta a dejarme mirar así por el bien de nuestro futuro, habiéndome... vendido... Pero está visto que la traición viene de donde menos te lo esperas. Señora Flynn, si salimos de aquí, no sé si cantando, pero... ruego me permita pagarle el dolor que le han hecho pasar mis compañeros, y mi desconfianza hacia su hijo, como usted vea conveniente. Lo siento muchísimo, de verdad... Chloe, Sharon... - Su voz se entrecortaba y no sabía qué decir. Empezó a asentir con la cabeza sin mucho sentido. - L- l- l- lo siento.

En cuanto veo reaccionar a Sharon de esa manera trato de detenerla. Esta no es la forma. Alguien debe hacerlo, sí, pero no ella. Sin embargo, el detective se me adelanta. Es una suerte, quién sabe si yo mismo podría haberla herido a ella o a mí mismo al desarmarla al no tener ningún tipo de formación.

El nuevo discurso de Nicholas provoca en mi rostro una mirada dura y severa. Pedir perdón a estas alturas no sirve de nada.

Lo que sí me hace reaccionar son las palabras de Tania. Me acerco un par de pasos a ella, separando la mirada del contrabajista.

- No te preocupes. - digo, tuteándola - No ha sido culpa tuya. Has tenido la fuerza para delatarlo a pesar de quién es para ti, y por eso sólo podemos estarte agradecidos. Él pagará por lo que ha hecho, y puedes sentirte engañada y utilizada, - explico, compensando con sinceridad el poco tacto de mis palabras - pero no culpable.

Seguían culpándome y Tania... mi Tania... ella volvía a arremeter contra mi. 

- ...¡¡¡JODER!!!, ¡¡¿TE CREES QUE NO LO SE?!!... ¡¡QUE LO HE JODIDO TODO!!- 

Ya no podía con los brazos y caí sobre ellos, llorando desconsoladamente.

- ...¡¡FUE DEAN JODER!!... ¡¡YO NO QUERÍA!!... ¡¡NO SE COMO ME CONVENCIERON!!... - gritaba, porque en aquel momento me parecía que era la única forma en que me escuchaban. - ... He... he conseguido dejar la banda... Están todos muertos joder, ¡¡TODOS MUERTOS!!... ¡¡Y A DEAN TAMBIÉN SE LO HICIERON!!... ¡¡LE ARRANCARON LA CARA Y DESPUÉS LO CONVENCIERON, COMO A MI!!... ¿OS PARECE NORMAL?... ¿OS PARECE QUE SI CONSIGUIERON CONVENCERLE A ÉL YO CONSEGUIRÍA RESISTIRME A SU PODER?... JODER, LE HABÍAN ARRANCADO LA CARA... Y AHORA... AHORA SIGUE LUCHANDO POR UNA GUERRA QUE NO ES SUYA, EN LA QUE SEGURAMENTE NO CREE DE VERDAD.... JODER... YO NO QUERÍA... ME CONTROLARON... YO... lo siento tanto...

Empiezo a dar puñetazos contra el suelo.

- ... ¿POR QUÉ A MI, JODER?... ¿POR QUÉ A MI?...

Y ni siquiera tenía el consuelo de que Tania me perdonara...

Miró a Nathan con sorpresa. De él era de quien menos esperaba esas palabras. 

- Gracias... - Dijo, sintiendo un alivio extraño dentro de todo el dolor. - Gracias, señor Monroe.

Bajó la cabeza y entonces oyó los gritos de Nicholas. Lejos de ablandarla, eso la enfureció. Estaba sacando una rabia que ella no había visto jamás. A cada palabra era menos el hombre del que se había enamorado. Dio un par de pasos apresurados hacia él y se acuclilló a su lado.

- Deja de gritar ya. ¿Cómo que no pudiste resistirte a su poder? ¿Te convirtieron en zombu? No es lo que parecía cuando intentabas convencerme de que os ayudase... - Tenía el ceño fruncido. - Parecías en tus cabales. Y ahora puede que los hayas dejado, y espero que Dios Nuestro Señor encuentre perdón para ti. Si queda algo del hombre que conozco y del que me enamoré, sé que eres sincero en tu arrepentimiento. Pero las leyes del hombre no son las mismas que las del Cielo. Dios te puede perdonar, pero, ¿qué pretendes que haga el resto? - Negó con la cabeza. - Y dices que no pudiste resistirte... - Chasqueó la lengua y emitió una leve risa entre sarcástica y dolida. - Dice Colette que ella nos ató más fuertemente de lo que ya lo estábamos por nuestra propia voluntad, y al principio lo agradecí: disipó mis dudas sobre lo nuestro... pero al saber en lo que te convertiste, que provocaste la muerte del señor Cox por mera distracción... - Abrió la mano dispuesta a propinarle una sonora bofetada*. - Mírame resistirme a la magia de Colette, resistirme a amarte, que es lo que siempre he querido. - Añadió, con los dientes apretados y la cara torcida de dolor y decepción. - Resistirse a matar gente es lo menos que se espera de un hombre decente.

Sin esperar respuesta, se levantó y fue hacia una silla, y apoyó su codo en la mesa, y su frente en su mano, mirando al suelo. Sobre la mesa, las lágrimas empezaban a dibujar una composición abstracta de su dolor.

Nicholas parecía ahora la personificación del arrepentimiento, pero Kana había aprendido en este lugar que ser ingenuo no sirve para nada.

-Por supuesto, ahora se arrepiente- dijo con un tono poco entusiasta- pero ha confesado que ayer intentó matarme, y no ha hecho estas revelaciones hasta que Tania le ha vendido... además, se muestra algo reacio a traicionar a sus amigos diciendo quienes son, o ex-amigos como usted quiera llamarlos. Porque dudo que, de serlo, Dean sea el único culpable además de usted.

Pero la actriz no se fiaba demasiado de sus palabras, prefería confiar en sus sueños y su instinto.

Se me partía el alma viendo a mi amigo de la infancia en ese estado de desesperación. Casi me daban ganas de acercarme a él y perdonarlo. Pero la imagen de la gente colgada, con la cara arrancada de esa forma sádica, me daba fuerzas para mantenerme firme junto a Tania. Escuché su pregunta y me di cuenta de algo. - Creo que piensan que si muere Nicholas, te pasará como a Sharon cuando murió William, que casi se muere ella también... - Expliqué en voz baja, sin estar muy convencido de la lógica que podía tener esa afirmación.

No comprendía por qué Dean no decía nada, por qué no explicaba lo que hubiera pasado. Lo miraba, todavía esperando que tuviera una explicación, pero cada vez con menos esperanzas en ello. Y las palabras de Nicholas hacían que un frío intenso me recorriera por dentro. Si lo que decía era cierto sólo quedaban él y Dean. Sabía qué era lo correcto, pero me dolía muchísimo tan sólo la idea. Sólo de pensar en el revólver de la señora Flynn apuntando a mi hermano, sentía un mareo terrible. 

Solté a Tania cuando se movió para acercarse a Nicholas y me di la vuelta apoyando los codos en la barra para esconder el rostro entre mis manos. - Joder... Es mi hermano. Y ya lo perdí una vez... Yo tenía que cuidar de él, ¿cómo ha podido pasar esto? - Musité, más para mí mismo que para nadie más, antes de buscar con la mirada al camarero. - Por favor, póngame un whiskey doble. - Pedí entonces con la voz rasgada. Si las cosas iban a ser así, necesitaría una buena cantidad de alcohol en la sangre para afrontarlas.

- La señorita Kana tiene razón, Nick. - Dije, alzando un poco la voz, pero sin mirarlo directamente. - Tu arrepentimiento pierde todo su valor cuando ha sido provocado por las palabras de Tania y no por un sentimiento altruista por tu parte. Y si tanto te arrepientes, dinos quiénes eran o son todos. Dices que están todos muertos... menos D-Dean... ¿Cuántos eran? ¿Y quiénes? ¿Por qué sigues protegiéndolos si dices que ya no formas parte de ellos?

Recibo el golpe de Tania* y sus duras palabras. Esperaba que al menos ella intentase comprenderme, que intentase perdonarme, aunque no lo consiguiera...

- No era yo, Tania, no era yo... Siento no haber sido lo suficientemente fuerte pero... no conseguí resistir... no como tu... Yo no se nada de magia... no se como hacerlo... no se como enfrentarme a ella... -

- Supongo que...- respondía a las palabras de Tania y James. -tenéis razón. Pero... ha sido el rechazo de Tania lo que ha provocado que vuelva a ser yo... que me liberara del control de los asesinos. Puede que... que no me hubiera presentado como uno de ellos... que me hubiera escondido para no ser ajusticiado sino me hubiera delatado frente a todos. Pero podía señalar al culpable... Ahora, ahora soy totalmente libre...- Al fin era yo mismo, aunque soportando una carga y unos actos que se me habían insoportables. - El resto de la banda esta muerta... Según las palabras de Niraj... el resto eran Antonella y Stephen... ellos estaban muertos cuando... - no podía repetirlo, se me hacía tan duro haber caído bajo sus influjos para convertirme en uno de ellos... 

Tarde unos segundos en volver a hablar. Cada vez me costaba más. 

- No puedo esperar que ningún jurado ni juez me absuelva por haber sido... "controlado mágicamente". Pero vosotros... que habéis visto cosas tan extrañas como yo... - me limpie las lagrimas de la cara. - Tenéis que acabar con Dean... con el último de ellos... sino consigue entrar en razón... intente que lo dejará, que se entregara... Después podréis hacer conmigo lo que queráis. No puedo hacer más... no puedo ayudaros en más... y tampoco puedo pedir vuestro perdón de manera más sincera... Lo siento...

- No me importa ser una asesina de todas formas ya me han acusado de serlo muchas veces así que da igual!! - Quise forcejear con el detective pero claramente mi contextura y fuerza no se comparaban a la suya finalmente tuve que soltar la copa- Quiero dispararle yo, Nathasha por  favor deja que yo le dispare, no me importa mancharme las manos. Después de todos estos años he aprendido a ser lo suficientemente fuerte como para soportar cualquier culpa. Porque tiene que cargar una sola mujer con el peso de nuestras votaciones... si ya ha confesado ni siquiera deberíamos esperar a votar... las leyes así no tienen sentido.

"De todas formas ya he perdido a Williams para siempre, no tengo nada más que perder"  me aparté furiosa del grupo ya que mientras más los escuchaba y más escuchaba a Nicholas, más rabia sentía. Lo peor de todo era el silencio de Dean, quien ni siquiera se molestaba en defenderse. Pero claro sabía que hoy moriría Nicholas y por lo tanto el tendría una noche para matar impunemente.

- Escoria- dije con resentimiento encendiendo otro cigarrillo con una expresión que distaba mucho de la alegría que mostraba hace unos días.- Claro escudate en que Tania es más fuerte, no se trata de magia o de fuerza, se trata de valor. Nos harías un favor a todos si te suicidas ahora y no te preocupes que si lo que dices es cierto y Dean es culpable caerá también, pero tu irás primero.

Cojo las manos de Tania, si ella se deja, con suavidad. - Ni se te ocurra pedir disculpas. Ni a mi, ni a mis hermanos ni a nadie. Eres una víctima, como el resto, y cualquiera que haya sentido verdadero amor en su vida, ya sea por su pareja o por su familia, te entenderá.

suelto sus manos y me dirijo a Dean. - Pero tú... Maldito... Ahora todo cuadra. Se me había pasado ya antes por la cabeza, pero quería creer en tu inocencia. Tú me delataste. Le dijiste a los otros asesinos de mi poder y por eso morí pese a que había sido muy discreta con ello... ¡Ni mis hermanos lo sabían porque no había tenido oportunidad de hablar a solas con ellos! Tú hiciste que me arrancaran el rostro y me colgaran en una pared. Te deseo el peor de los destinos... No sé si te votaré a ti o a tu hermano, pero al que no muera hoy, le votaré mañana. Da gracias que yo no soy quien tengo la pistola en la mano, si no, te haría lo mismo que tú me hiciste.

Miro a Nicholas. - ya, claro... Sí matamos a tu amigo y te dejamos vivir, no habrán más muertos, qué oportuno. Finges y no creo que nada de lo que digas cambie tu destino. Si no es hoy, será mañana, Pero pagarás tus pecados.

-Yo sí pienso votarle hoy y diré por qué...- dijo señalando a Nicholas- ha aparecido en mis sueños y está claro que ha cambiado, por mucho que diga lo contrario, de opinión solo cuando le han delatado porque no creo que hubiera confesado si Tania le hubiera seguido el juego. En cuanto Dean, no sé si Nicholas miente o no, pero es fácil de descubrir... si solo queda un asesino y es él, esta noche lo vería en mi sueño y no dudaría en votarle, pero si veo a otras tres personas es que hay más de uno... lo que significaría que Nicholas miente.

Kana suspiró, no aguantaba mucho al asesino, y tanto si decía la verdad o mentía sobre lo que era su hermano Niraj para ganarse su confianza no había funcionado.

-Yo lo tengo claro, antes que declarar culpable a una persona solo por el hecho de que lo diga un asesino prefiero que muera ese asesino, que todos sabemos que lo es. Y si Dean también lo es, y es el único, soñaría con él esta noche sí o sí. No sé ustedes, pero sin duda yo prefiero estar segura del todo antes de condenar a nadie. Y más le vale no mentir sobre mi hermano.

Una cosa es que ella pueda haber juzgado mal a su hermano, pero si se le calumniaba adrede era algo que se tomaría mal

Tania dejó salir una pequeña risotada amarga al oír las palabras de los demás, sin quitar la mirada de la mesa.

- Gracias, Chloe... - Dijo, con la voz cansada, derrotada, y giró el cuello para mirarla de soslayo con una sonrisa triste. - Lamento no alegrarme más por tus palabras, pero... - Se encogió de hombros y separó un momento la cabeza de su mano para negar con ella antes de volver a dejar que sus lágrimas mojaran la mesa. Aspiró las lágrimas que se le escapaban por la nariz y le dio igual lo rudo que fuera ese gesto, aprovechó para llenar su pecho de aire. - Ya ni sé qué pensar, ni qué sentir... No creo que pueda perdonar a Nick del todo, y no espero que nadie lo haga, pero... - Hizo acopio de fuerzas para erguirse un poco y señalar al hombre al que ya no sabía si seguía amando o no. - Esa mirada... creo que es sincera. Creo que se ha arrepentido. Es demasiado tarde para que ese arrepentimiento le ahorre las consecuencias de sus actos... pero creo que no miente con respecto a Dean, ¿por qué hacerlo si a la vez está condenándose a sí mismo? No se salva de nada, como mucho lo retrasa... Y cuando me lo dijo confiaba en que no los delatara. - Miró a James con dolor y luego a Dean. - Creo que se ha arrepentido... pero... no puedo perdonarlo, no puedo pretender que lo perdonéis. Pero votaré a... - Se mordió el labio fuertemente y tragó saliva. - Oh, Señor... perdóname... Votaré a Dean. Lo siento, no puedo señalar a Nicholas sabiendo que estoy apuntando una pistola contra él. No os recriminaré que vosotros lo hagáis, yo ya me siento traicionada y traidora a la vez... Dios, es que... Dean... - Lo miró. - Dean... no... tú no... Ya no sé qué digo. - Alzó la cabeza y suspiró con fuerza. Miró al techo y negó con la cabeza, mientras sus perlados dientes dibujaban una sonrisa de resignación, triste, dolorosa. - No sé ni si podré votar que te ajusticien a ti, al pequeño Dean, al que me esforzaba por buscarle una novia, al hermanito por el que Jimmy se preocupaba todas las noches. Si supieras... si supieras cuánto te quiere tu hermano... Si supieras cuánto te quiero yo... ¿Por qué ponernos en esta situación? Dean... ¿por qué no acudiste a nosotros? ¿A James? ¿A tu hermano mayor? Él te habría hecho entrar en razón a tiempo...

Todo sucedió tan rápido y de una forma tan inesperada que sólo acerté a abrir los ojos como platos sin saber qué decir. Con la boca abierta y estupefacto, vi cómo de un momento para otro, mi fiel amigo de la infancia, Nick, era acusado por Tania, y no sólo eso, si no que se delataba a sí mismo reconociendo que era uno de los asesinos.

" - Oh Dios, esto no puede estar pasando..." Pensé mientras me mareaba y se me nublaba la vista. No fui consciente de que mi buen amigo no sólo se estaba firmando su propia sentencia de muerte, si no que además me incriminaba a mí como otro de los asesinos.

Tardé en comprenderlo, era algo tan irreal, ilógico e incomprensible que parecía que mi mente lo desechara... Hasta que mi hermano, mi James, con dolor en el rostro y la duda en sus ojos me pidió reiteradamente que hablase, que diese una explicación. Levanté la mirada, como perdido y desconcertado mirando a todos y escuchando acusaciones hacia mí, amilanado, encogido... Nunca me había sentido tan, tan pequeño e indefenso como en aquél momento.

- James, no... ¿Cómo puedes pensar eso? - Lágrimas resbalaron por mis mejillas - Yo aún no sé ni la mitad de lo que pasa en todo esto, todos tenéis alguna capacidad para saber cosas, o intuirlas, pero yo he estado perdido desde el principio, completamente perdido, tú has sido mi única ancla, el único punto de referencia entre tanta gente. No me he metido con nadie, sólo quiero no volver a morir, eso es horrible y sólo algunos de los que estamos aquí saben lo que se siente. Dios, si hasta me voté a mí mismo porque no tenía ni idea de lo que ocurría...

Me encogí ante el ataque de la señorita Sharon Monroe... Y la miré asustado, acobardado.

- Señorita Monroe... Yo... No comprendo nada de lo que me dice, lo siento, yo no he hecho nada, se lo puedo jurar. Aún estoy intentando comprender qué ha pasado con Nick y por qué se empeña en acusarme a mí. Yo no le deseo ningún mal a nadie y mírenme... acusado, atacado, amenazado y amedrentado. - Me temblaba la voz y me encontraba desvalido - No dejen que la histeria y el engaño nieblen sus pensamientos, yo no sé tantas cosas como saben ustedes, pero lo único que sé es que soy inocente, y los asesinos ya me mataron una vez.

Miré a mi hermano nuevamente, con lágrimas en los ojos, suplicándole que me creyera, todo aquello no podía ser verdad.

- No quiero volver a morir, ahora a manos de otros asesinos diferentes.

Me derrumbé en una silla, llorando amargamente por todo lo que allí pasaba, por todas las muertes, por tanta rabia y tanto odio generados, por tantos engaños y tantas mentiras, tantas falsedades y medias verdades, tanta intriga que no comprendía y que no quería comprender, porque siempre le habían dicho que en la ignorancia está la felicidad, allí todos parecían saber mucho...

Pero yo prefería seguir siendo un ignorante.

Miro a Dean, tras su discurso. Mi mirada es impasible y está llena de ira. - No te creo y no creo que nadie aquí lo haga. Me vendiste. Sólo tú conocías el único motivo por el cual esos asesinos podrían haber querido matarme cuando lo hicieron. Sólo tú sabías que había estado contigo en ese ático. ¿Por qué si no iban a matar a alguien que votaba prácticamente al azar y que sus actos estaban levantando confusión y discusiones entre los que ahora sabemos que somos inocentes? Porque sabían que yo podía conseguir información sobre aquellos que estaban muertos y usarla en su contra. ¡Y eso sólo lo sabías tú cuando morí! ¡Te odio Dean Carlson! ¡Creía en ti, al igual que creía en Antonella! ¡Me vendiste! ¡¿Cómo pudiste?! - Cuando le hago esta pregunta, no puedo evitar romper a llorar.

Miré a la señorita Chloe Monroe con los ojos como platos...

- Perdone, pero todo lo que dice es totalmente ajeno a mí. ¿Qué actos dice usted que yo he hecho levantando confusión y discusiones? Si yo no he hecho nada... - Mi voz se fue debilitando conforme la congoja y la pena se apoderaban de mi garganta - Yo lo único que he hecho aquí ha sido tocar mi trompeta y morir a manos de los asesinos.

Tragué saliva y seguí con voz entrecortada:

- En ningún momento dije que usted se comunicase con los muertos. Ha sido usted la única que lo ha dicho públicamente, y no yo, me limité a guardar su secreto en todo momento y... De qué me ha valido, si únicamente sabe mirarme con odio.

- Sólo se me ocurre que los asesinos la eligieran a usted como podrían haber elegido a cualquier otro, ¿y cuál es mi parte de culpa en eso? ¿Que mi desgracia fue caer en las manos de los asesinos y encontrarme con usted en aquél ático de la muerte? 

Mi rostro se contrajo en un gesto de dolor y sufrimiento.

- Siempre dije que todo esto era una locura, fui víctima de los asesinos y ahora quiere matarme también usted. ¿Qué puedo hacer yo, Dios mío?