Partida Rol por web

Por unos instantes me quedo completamente congelado al observar claramente como una turba de espiritus se acercan inexorablemente hacia nosotros.... Me temo que este juguetito no va a valer de nada...., me digo a mi mismo refiriendome a la pistola que tengo sujeta en el pantalón...
Despierto de mi breve letargo....Mierda, que hago!!! Tengo poco tiempo de respuesta... Vale, ya sé!!!!
Agarro fuertemente al padre Alan, y lo arrastro conmigo hacia la puerta...
- Nos vas a ser más útil vivo aquí adentro..., y que coño, no te mereces esta muerte!!! Ya tendrás tiempo de verlos más tarde...
El padre Alan intenta librarse, pero no puede. Traspasamos la puerta y le suelto un guantazo en la cara para que se calme y salga de ese estado febril que le consume... Con el golpe logro apartarle de la puerta, y queda próximo a mis compañeros...
Acto seguido cierro la puerta con la llave lo más rápido posible....
- Vale! Y ahora que hacemos....???

Mari paz estaba asustada. Un momento te dicen que te vas a salvar y al otro que no. Parece que se aclaran las cosas pero luego se complica aún más. Joer, si es que esto es más complicado que la serie de televisión de "Perdidos".

Al escuchar la petición del abuelo jenkins mari paz se gira y le lanza las llaves al grito de:
- ¡LAS LLAVES!

Cuando Miguel golpea al padre todo el edificio parece temblar durante una fracción de segundo.
Cae desplomaado ante el golpe, ya que le cae totalmente de sorpresa y no se lo esperaba.
Cuando Miguel se arrodilla para levantar al padre y ve delante de el a todas esas almas en pena las fuerzas le fallan y apunto está de desfallcer.
Más los gritos de sus compañeros le devuelven al mundo real y es entonces cuando arrastra al Padre Alan a la escala que lleva a la planta baja. Mientras lo arrastra ve como las almas en pena empiezan a caminar hacia la puerta y empiezan a gritar cuando ven que no pueden cruzarla.
Sus gritos son como si estuvierais en una estación con miles de vias y en el mismo momento todos los trenes estuvieran frenando ante el último tramo.
Parece que la oración del Padre Alan contiene toda su fe, y esta es la que impide -por ahora- que los seres sin descanso continúen caminando.
Aún así, el padre Alan está sudando y envejecido, como si la barrera que el mismo habia creado con su oración le estuviera absorviendo las fuerzas para seguir impidiendo el paso a las almas.

Pero por otra parte, ganas un bloque por hacer algo tan inesperado ¡¡muy bien!!

Veo las llaves volar hacia mi y las cazo en el aire con mi sombrero, rápidamente cojo de dentro la llave y una vez entra Miguel con el padre cierro la puerta, hechando un último e involuntario vistazo a aquellas almas torturadas.
Esa es la imagen que se queda grabada en mi retina cuando cierro la puerta y sumo el tramo de escalera en el que nos encontramos en la más absoluta oscuridad..

La chica rubia de la reunión mira la actuación de Miguel con una mueca en su cara, pretende ser una sonrisa, ya que ciertamente le alegra, pero la situación no acompaña, así que se queda en una mueca rara.

Isabella nunca ha tenido claustrofobia, pero parece que éste es un buen momento para padecerla, encerrados aquí de nuevo, sólo que con la diferencia de que ahora sabe lo que hay, lo que les espera, dentro y fuera… un espasmo la recorre al ensordecedor ruido de la queja de esas criaturas, negando con la cabeza, que no entren, que no entren. Joder, NOSOTROS NO PODREMOS SALIR. No es tonta, sabe la mala pinta que tiene todo.

Muerde el labio inferior, cansada, sin esperanzas y todavía nerviosa.- Yo que sé…- Saca coraje, no sabe de dónde… puede que de la desesperación, se refriega una mano en la frente, Piensa, coño, que te va la vida… Suspira - A ver, o vamos todos juntos a buscar a los demás, o unos cuidan a Alan y otros los buscamos. Yo creo que es mejor que no nos separemos, pero tendremos que ir deprisa. Habrá que llevarlo entre dos.- Se encoge de hombros, eso es lo único que se le ocurre.

Se acerca a Miguel y al padre Alan, (ha decidido volver a ser respetuosa con el hombre), colocando una de las axilas del hombre debajo de su hombro, para llevarlo, esperando a que el otro haga lo mismo. Mira al joven- Miguel, llévalo tú del otro lado ¿Vale?- Ya dirán a dónde…

Cojo al padre Alan de la otra axila, mirandole seriamente, le digo...
- Espero pueda perdonarme, padre... y espero que entienda que lo he hecho por su bien... tiene mucho que hacer todavía, y en esa lista de tareas, a parte de ayudarnos, debe eliminar a la corporación...Y yo personalmente le voy ayudar!!!!
Alzo la cabeza por encima de los hombros del padre Alan, dirigiendo mi mirada hacia Isabella...
- Creo que lo mejor será volver a empezar, bajemos todos juntos al hall, no podemos hacer otra cosa, que opinais?

Por el hueco de la puerta del bloque empieza a surgir una niebla como nunca la habíais visto... es negruzca. No es grisácea como el humo, es totalmente negra, como una sombra hecha vapor.
Huele a muerte, a sitios cerrados. Huele a pesadillas, a dias tristes. Huele a traiciones, a oscuros secretos. Huele al mal, en estado puro.

- VAMOS RAPIDO...TENEMOS QUE BAJAR!!!!!, pero no puedo decir nada más, me ahogo en mis propias palabras, no me puedo mover, la niebla me inunda por fuera y por dentro....
Ya pronto nos veremos, mi dulce amorrrrr!!!!!!!

De puta madre, vamos a salir echando leches de aquí.…. O no……

Ni siquiera le da tiempo a sonreír, el olor, sensación, presagio, lo que quiera que sea, los envuelve, tenebroso es poco para definirlo, horripilante es mucho más acertado. Escucha algo, una voz que grita, demasiado lejana, desaparece enseguida, sólo nota el peso del padre Alan, todo lo demás se difumina inexorablemente, y finalmente, hasta esta presión acaba desapareciendo.

Lo intenté, Andy… de verdad.

Mis parpados pesan.... me transporto como a otro mundo, espero que mejor que el actual...

¡MIERDA! ¿PERO QUE COÑO ES ESTA MIERDA DE HUMO? ¡ESTOY HARTA DE TAAANTAA MIERDA! ¡JODER! - grita maleducadamente mari paz cuando se ve cubierta por ese humo negro que lo cubre todo haciendo imposible moverse.

Joder, con lo bien que podría estar ahora en mi casa aunque tuviera que aguantar al gilipollas de mi padre y voy yo me vengo al culo del mundo a pasarlo mal... ¡Si es que soy imbécil!

Veo como el humo negro invade hasta el último rincón del pequeño tramo de escalera, me cojo bien el sombrero para taparme con el la cara, aterrado de tener que respirar esa cosa.

Que cojones es esto??

Son mis últimas palabras antes de caer sin sentido.

Me quedo sin palabras al ver salir desde la puerta del edificio a mis compañeros.¡¡ Aún estan vivos!!
¿Para eso nos habrán mantenido vivos a mi y al padre Allan? ¿Para verles morir? Hago acopio de fuerzas y
pese al cansancio y el dolor por el disparo en la pierna intento zafarme de mis captores para avisarles de que vuelvan atrás.

Cuando el soldado abrió la puerta, la luz y el viento helado invadieron el tramo de escalera donde se encontraban. El soldado salió rápidamente y apuntó a ambos lados con su pistola descargada, a la vez que se adentraba en aquel bajo diáfano...que permanecía igual.

La enorme planta baja estaba completamente vacía, se podía ver las ventanas de las cuatro fachadas. Solo los pilares les hacían compañía en ese lugar, el único escenario en el interior de aquel enorme lugar era el enorme cilindro de ladrillos que dejaban detrás y que contenía el hueco del ascensor y de las escaleras que descendían... Aparte de eso solo la tienda de campaña de Alan -en la que algunos ya habían estado- que se había soltado del suelo por el severo viento que se colaba en aquel lugar. Os apresurais a salir del lugar antes de que estallen los bidones bajo vuestros piés, antes de dirigiros al exterior de aquel lugar el soldado se adentra en la maltrecha tienda de campaña y sale con dos sacos de dormir.

Cuando abandonais el edificio algo os oprime el corazón, una mezcla de esperanza y a la vez tristeza por los que no lo consiguieron... pero aún así hechais a caminar con paso rápido dirigiéndoos al bosque y luchando contra la fuerte nevada que azota la tierra. Algo os dice que cuando lleguéis allí todo será más facil.

Pero no llegáis hasta ellos. Cientos de soldados con trajes de camuflajes blancos aparecen de detrás de los árboles, con la nieve apenas los veis hasta que os dais cuenta de que "eso negro" son armas automáticas, es entonces cuando vuestro subconciente reconstruye todo lo demás. Es entonces cuando os dais cuenta de que hay un centenar de soldados enfrente vuestro. Os girais hacia atrás para hechar a a correr hacia la casa y veis que la fachada del edificio, a partir del tercer piso, está lleno de soldados bajando haciendo rappel y saltando sobre la nieve.

Os rodean tan rápida y silenciosamente que solo os dais cuenta de lo que hacen cuando lo han hecho.
Luego un zumbido, metódico y preciso, el sonido conjunto de doscientos punteros lasers encendiendose a la vez, en la misma milésimia de segundo y cegándoos los ojos con esas molestas luces. Hay tantas que abrais donde abrais los ojos os dan de lleno. Es como si cientos de lectores de CDs estuvieran intentando leer las pistas de audio de vuestros iris.

Os apuntan, en total silencio, pero ninguno de ellos dice nada.

André, harto del aire viciado del interior del bloque se recrea en el olor del aire limpio y cortante del exterior, pero al percatarse de la presencia de los soldados (cosa que dado los uniformes de camuflaje solo nota al encenderse los punteros láser) pasa de la alegría de volver a ver el Sol a la mayor de las perplejidades. Ignora que hace aquí toda esta gente pero en su limitada mente solo piensa en largarse, así que da por hecho que no tienen nada que ver con el y pregunta, sin dirigirse a nadie en particular:

- Estooooo ... ¿Alguien sabe a que hora pasa el autobús para Toulousse?