Partida Rol por web

Sorprendida y asustada al percatarse de la presencia de los soldados mari paz deja caer al suelo la mochila que llevaba en la mano y rápidamente eleva sus brazos hacía arriba mientras grita:

¡ME RINDO! ¡ME RINDO!

El corazón se encabrita más cuando salimos, los ojos se acostumbran en segundos, como pueden a la nueva luz, hiper ventilando por los nervios y siempre cerca de Miguel, pendiente de ayudarlo si necesita ayuda por el ritmo tan rápido….

Y entonces, sorpresa, de nuevo, un calorcito que reconozco inmediatamente, el de las luces esas rojas sobre mi piel, solo que ahora no son dos cabrones sino… demasiados. Y por supuesto tienen las mismas intenciones. La diferencia solo es una… ahora no se puede intentar absolutamente nada para escapar.

Muerdo el labio inferior, negando mientras, incrédula de que la esperanza haya durado… Quince minutos como mucho. La media normal que viene durando cada vez que intentamos algo aquí dentro…. Maldita sea, no sé de que me sorprendo entonces….

Levanto las manos a la altura de la cabeza, sin soltar la pistola. Mirando a los lados, para ver las reacciones de mis compañeros. Y de paso las posiciones de los soldaditos, rabiosa Hijos de puta ¡¡¿¿Qué les hemos hecho para que nos estén intentando matar todo el rato??!! Asustada, sí, pues claro, pero… sobre todo, cabreada. Con la situación que pinta tan mal, con el camino por el que nos ha traído… hasta con André por lo que dice. Parece que el último sentimiento que voy a tener antes de morir va a ser ese…. Furia. Hemos perdido, ahora sí.

Mierda.- O no. Joder, cada paso que estoy más cerca de palmar es otro que da Andy para estar más seguro. Suspiro resignada, bajando la mirada al suelo. Esta vez mamá hubiese tenido razón… puede que no haya sido correcto lo de decir la puta palabrota.

Avanzo lentamente al lado de Isabella, con una mano en su hombro y apoyandome con la otra en el improvisado bastón... Pero de repente veo como el soldado y el resto se paran en seco... un par de segundos tardo en comprender el motivo... Buffff, que hacemos soldado? pregunto de forma retórica sin esperar respuesta alguna...

Sin ninguna via de escape posible, con decena de punteros laser apuntando a nuestras sienes, lo unico que se me ocurre es...

- QUEREMOS HABLAR CON VUESTRO JEFE!!!! grito para hacerme oir por encima del viento....

El soldado había respuesto a Miguel dejando caer su pistola al suelo y mostrando las manos arriba, un movimiento más bien significativo.
Desde la petición de Miguel deberían de haber pasado unos diez minutos, puede que incluso veinte (aunque parecían más bien horas) hasta que escuchais un doble silvido, tan potente que se escuchó en el bosque e incluso retumbó. El silvido había sonado desde el interior del bloque.

Solo un silvido, ninguna explosión.

Al momento y como respondiendo a la señal, actuando los doscientos soldados como solo uno apagan sus punteros, aunque siguen apuntandoos.
La fila de soldados que colindaba con el bosque se aparta y salen varios soldados vestidos diferentes a todos los demás. En vez del traje de camuflaje de nieve llevan otro de color militar. Son cuatro, cada dos de ellos llevan en volandas y arrastrados por el suelo a un prisionero.

Uno es el padre Allan, aunque apenas lo reconocéis con la cara casi desfigurada a colpes y un espantoso corte en el brazo derecho por el cual parece sobresalirle una astilla de hueso.

El otro Aaron, parece mucho más viejo de lo que realmente es, sus ojos parecen hundidos en un pozo y su cara está llena de cortes limpios de lo que podrían ser navajas. En una pierna se ve una quemazón sangrante redonda, que rápidamente asociais a un disparo hecho a quemarropa.

Intentan decir algo pero la pistola que aparece apuntando a sus cabezas les enmudece. Ambos os miran con unos ojos apenados, tristes de que os hayan atrapados.

Los soldados de verde parecen mirar a vuestras espaldas, en dirección al bloque. Cuando mirais hacia allí veis a otro soldado de verde abrirse paso entre la linea de soldados que os separa del bloque.
Este soldado es más menudo y lleva arrastrando con las dos manos una chica de muerta que va dejando un rastro rojizo tras ella, la sensación es totalmente desagradable al ver tal humillación.

El soldado coge el camino más largo, pasando por delante de casi todo el circulo formado por soldados. Al final se acerca al padre Alan y a Aaron y les deja caer delante el cadaver de Liss, desnudo y algo sucio de sangre seca.

El soldado menudo lleva una enorme mochila a la espalda, de la misma saca un movil y un revolver enorme de oro puro. Le lanza el movil a Miguel y luego se sienta encima del cadaver de Liss como si fuera una roca o un taburete, dandoles la espalda al padre Alan y a Aaron y mirandoos fijamente a vosotros cuatro.

¿Quieres hablar con el jefe verdad? ¡Deseo concedido! La voz apenas parece humana a través de la máscara, aún así se nota el deje de cansancio por haber arrastrado el cuerpo, además de una notable guasa por el asunto.

La alegría que había surgido en mi interior al ver a mis compañeros desaparece al instante, de hecho me pregunto que hacía ahí esa sensación.
¿Alegría por creer que iban a rescatarme? Noh, ya tengo mi edad para no ser un soñador.
¿Alegría por verlos vivos? Imposible, ahora que están atrapados su destino es sufrir al igual que yo y el padre Alan. Estarían mucho mejor muertos, como yo, como el padre. Pero algo me dice que nos espera algo peor.

Mientras pienso esto aparece otro de los soldados de verde arrastrando a una joven, la arrastra como a un animal y luego la deja delante nuestro.
Cuando la veo me tiemblan las manos y empiezo a sudar de rábia, creo reconocerla aunque no se exactamente de qué ¿como le han hecho eso?¿Por qué?

Esto es una locura, esto es una locura... ¿porque no me matan ya?

Observo con desesperacion a Aaron y al padre Alan... y con horror el cuerpo inerte de la pobre "enfermera".... Cojo al vuelo el movil que me lanza ese individuo... por su estatura mas bien parece un hombrecillo comparandolo con André... pero su vestimenta y su voz infunden respeto...

Me centro en el movil... sencillo, facil... pulso sobre la pantalla tactil del mismo en el lugar donde aparece un A....

- Si?

Asustada y sin poder decir nada mari paz permanece totalmente quieta observando todo lo que ocurre.

¿Pero como ha encontrado el cuerpo de Liss? Es imposible intentar poder con ellos, son más listos y mejores preparados que nosotros.

La impresión, ya sí, está haciendo mella. Las manos tiemblan ligeramente conforme avanza el tiempo, la cosa tira… a fatal, como poco.

Ver al pobre Aaron agobia bastante, se lo llevaron en mi puta cara. Es posible que no fuese culpa mía, ni que tuviese forma de evitarlo pero… mierda, que culpable me siento.

Con el dorso de la mano me quito algún resto acuoso, producto de la rabia, de la pena… de yo que sé... y simplemente me quedo esperando a que Miguel hable con el jefazo de las narices, mirándolo. Lo tengo claro,

Lo malo vendrá cuando cuelgue.

André no salia de su asombro:

200 persona allí y ni una sola lo suficientemente amable para responderle.

Al momento de darle a la llamada, un movil empieza a sonar cerca, muy cerca...

El sonido parece salir del bolsillo del pantalón de Aaron. El padre Allan, vosotros cuatro e incluso el propio Aaron miran incredulos el lugar desde el que suena una canción que reconocéis ràpidamente:

Nisiquiera recordaba llevar el movil hasta que empieza a temblar en mi pierna, porque eso es lo que hace que me de cuenta que el que suena es el mio, porque el tono que suena no es el que yo uso.

Con gesto cansado y manos temblorosas saco el movil, veo que todas las miradas, acusadoras, recaen sobre mi y yo nisiquiera se de que va el asunto.

Descuelgo el movil y oigo por duplicado un "Si", uno en la oreja y el otro de boca de Miguel, a apenas unos metros de mi.

Contesto pero no al movil, realmente a nadie en especial, porque se que nadie va a responderme. Este lugar solo da preguntas y dolor, nunca respuestas.

De...¿de que cojones va esto?

- P-pe-pe-pero que coj.....?Aaron... eres tú el jefe???, pregunto con cara de extrañado pero a la vez tambien de desconfianza.... Mi desesperación se incrementa al compas de esa impresionante melodía....

Miro asombrado el movil, luego a Miguel, paso la mirada de un sitio a otro sin entender.

Me han rajado la cara, me han disparado en la pierna y me han dado tantas palizas que ya no recuerdo...¿Como voy a ser el jefe de nada?

No tenía sentido, era absurdo. ¿Acaso esos cabrones ahora lo que pretendían era ponernos a los unos contra los otros?

André recapacitó mirando alrerdedor, se concentró en la situación y al final lo vió claramente.

Pues si es el jefe, ¿que les diga que nos dejen marchar no?

Aún así y a pesar de lo simple que era el asunto, por si aquellas personas lo complicaban -siempre lo complicaban- observó al soldado, para ver si este le daba alguna orden.

El soldado seguía observando y evaluando, de aquellos que le rodeaban al menos unos cincuenta o sesenta debían de ser "excompañeros" Todos los demás debían de haber llegado en helicopteero no hacía demasiado tiempo. Seguro que después del enfrentamiento en el pasillo cuando intentaron raptar a varios de ellos.

Casi seguro que habían seguido todos sus pasos por las cámaras, y deberían de haber llegado a la conclusión de que el lugar más facil de atraparlos era cuando salieran por el cuello de botella que era la escalera y la puerta de salida... Y cuanto más habian tardado en salir la gente del bloque más tiempo había tenido para posicionarse.

Además conocía perfectamente aquella posición circular, a la que solían llamar "Fusilamiento circular". La separación de aquellos doscientos hombres no era casual, estaba estudiada para formar un circulo de un diametro ya estudiado. De esta manera se conocía la distancia exacta entre un tirador y el que estaba enfrente suyo en el circulo, si se ponían a disparar todos el fuego cruzado no sería un problema para ellos. El calibre y el grosor del blindaje del traje estaba estudiado para que a esa distancia apenas sintieran los disparos que les llovían encima de sus compañeros.
Y por eso los otros soldados -los que se habían adentrado en el circulo con los prisioneros y el cadaver- llevaban uno de mayor blindaje.

Pero si se ponían a disparar ese tal Aaron caería tan hecho picadillo como todos los demás ¿tanto expondrían a su jefe?¿y porque razón? Y peor aún ¿porque este debería negar serlo?

La rabia crecía dentro del soldado, demasiadas preguntas. Lo unico que sabía e intuía es que aquel soldado bajito que había sacado a la guarra de Liss parecía mandar más que los demás.

La cara pasa a alucinada, como para que no estar flipándolo en colores. Cierro las manos, todavía alzadas, sendos puños. Mirando a Aaron -La canción de Liss, “Pedro y el lobo” o algo así.- Eso dijo Maya, que se llamaba así

Niego con la cabeza, no entiendo absolutamente nada, ¿Para qué tanto juego sobre el puto jefazo si esto va a acabar igual? Suspiro, las lágrimas están deseando salir, pero hay que mantener la entereza… por lo menos un rato. A mí me da igual quien sea, sólo me importa salir viva.

¿No… no hay alguna forma de que podamos irnos?- Que trabajito cuesta hablar, pero no hay que ser demasiado lista para saber que es nuestra única (o última) oportunidad -Mantendremos en silencio lo de este sitio, no volveremos con nuestras familias, lo que haga falta. Trago saliva, asintiendo. Madre mía que mal rato. -Al fin y al cabo, los espíritus se han ido, no traeréis aquí a más gente.

Aprieto los labios, esperando cualquier reacción. Por lo menos lo he intentado.

¡JODER! Dejaros de misterios y explicarnos de una vez que pasa aqui - grita mari paz con furia al ver que nadie dice nada concluyente.

El soldado más menudo, el que parecía mandar, seguía sentado sobre el cadaver de Liss, solo que con la cabeza gacha, sumido en sus pensamientos.
Cuando la levanta apunta a Isabella con el revolver, aunque no lo hace amenazandola con disparar, es como si la pistola fuera una prolongación de su mano y estubiera señalándola.
Veo que habéis hecho los deberes. El hecho de que los espíritus no estén es la única razón por la que os hayamos dejado salir del bloque y estamos aqui hablando, tranquilamente. Seguramente habréis pensado que somos el tipo de gente que mata todo lo que se mueve, no os falta razón. Si la situación lo requiere o ganamos algo con ello lo hacemos. Alimentar el bloque era la razón por la que queríamos mataros ahí dentro, ahora no ganaríamos nada matándoos.
Hace rodar el tambor de balas del revolver como si fuera a ponerse a jugar a la ruleta rusa.
Aún así, el dejaros ir No es una opción. Nunca lo ha sido. Nunca lo será. Voy a deciros cuales son vuestras probabilidades. Una, os matamos. Dos- levanta el revolver hacia arriba- los que querías seguir vivos os desnudáis ahora mismo y volvéis caminando hacia el bloque. Esta primera opción incluye lo que hemos denominado el "reciclaje", os borraremos la memoria. Toda. Y luego os dejaremos en un coma inducido hasta que nos hagais falta para cualquier cosa. Así por encima ellos dos -Miguel y André- podrían ser buenos soldados. Vosotras dos pues como mínimo mientras estubierais en coma serviríais para aliviar tensiones a algún alto cargo, y al despertar quien sabe, puede que os enviemos a participar en otro bloque. Puede que os hagamos cirugía plástica y os convirtamos en eficientes y leales secretarias... Las posibilidades son infinitas, quizás acabeis ganando otro concurso del bloque y siendo millonarios, quizás acabeis muertos de la peor forma. Ahora tengo un poco de trabajo que hacer, pensaos muy bien las dos opciones: Recliclaje o Muerte. En ninguna de las dos vuestras familias o seres queridos salen perjudicados
El soldado se pone de pié y se hacerca al padre Allan y a Aaron. Se queda frente a este de pie, al momento se quita la máscara-casco y desde vuestra ubicación veis como una reluciente melena rúbia sale de bajo del mismo. Los ojos de Aaron se abren de par en par y dirige su mirada hacia el rostro frio y muerto de Liss y el de "el" soldado.
¿Que?¿Que hago contigo baquero?
La voz del soldado, sin la máscara que le deforme la voz, es claramente la de una mujer, una joven de no más de veinte años. No es la voz de Liss, pero incluso con lo poco que veis reconoceis claramente sus rasgos.
Se arrodilla frente a Aaron y le vesa en la boca, no lo hace de coña, ni para incitarle a algo, es el beso auténtico de una mujer que quiere desesperadamente a alguien. Os parece incluso asqueroso pensar que un ser así pueda querer a alguien. Los ojos de Aaron siguen sin entender nada. La voz de la soldado Liss suena realmente cansada.
He hecho todo lo que he podido, todo lo que ha estado en mi mano para que fueses tu otra vez. Así que escucha bien. Eres Aaron Jenkins, el jefe del Bloque. Tu pensaste, calculaste y ejecutaste cada paso que creo la primera fábrica de energía hectoplásmica, energía H como tu la bautizaste. En tu cabeza nació la estructura de poder más letal e inquebrantable que el mundo ha concebido. Tu fuiste quién dijo "Si un alma sin descanso es inmortal, significa que existe la energía inagotable" y estubiste apunto de "depurarla" de convertir esa energía H en energía limpia, totalmente separada del alma que la creó. Pero entonces... Liss se pone de pié y pone el revolver en la cabeza del padre Allan, el cual tiene los ojos en blanco y casi parece babear, deben de haberle machacado tanto la cabeza que no puede ni hablar ni pensar...
¡¡Tienes que recordarlo!! Su hermano estaba también ahí tirado, era casi igual a el. Teníamos a los tres supervivientes ahí al igual que están ellos, les dejamos elegir ya que salieron al exterior por su propio pié. Tú.... tu creias que yo te engañaba con el hermano del padre Allan aunque todo lo que hice fué porque tu me lo pediste ¡¡me pediste que le vigilara!! y yo hice esto...
Liss se saca de la enorme bolsa trasera un sombrero baquero que se cuelga en la cabeza, tras ello uno de los soldados que cogían al padre Allan le da un machete con el cual empieza a cortarle el brazo a Allan. Aaron se lleva repentinamente la mano a la boca. Notais como los soldados del círculo se remueven un poco, como casi esperando que hagais algo para disparar.
El soldado, "vuestro" soldado, cae de rodillas y vomita. Al ver a las dos Liss se ha dado cuenta de que a la que violó debía ser alguna chica inocente "reciclada", también debe estar recordando como mataron a su jefe de escuadra.
Liss lanza el brazo cortado al suelo, el padre Allan grita de dolor, lo cual aprobecha ella para meterle el cañón del revolver.
Sin lazos. Solo tú y yo.- Dice Liss mirando fijamente a los ojos a Aaron. Al momento la cabeza del padre Allan desaparece ensuciando a Aaron, Liss y el grupo de soldados de verde.
¿Recuerdas lo que hice al cabo de unos días? Te pedi que nos fueramos de viaje, disfrutar unos días. Te dije que te presentaría a mi padre. Cuando llegamos a su apestoso bar apunté con este revolver a su estomago -Liss apunta al estomago de "vuestro" soldado- Sin lazos. Solo tú y yo. y hice esto.
Dispara dos veces sobre el estómago de "37", la sangre os golpea a tanta presión que casi creeis que son balas que os están llovendo.
Y luego -sigue hablando Liss, cada vez con gesto más cansado- tú me sorprendiste a mí. Sabía que estabas casado, que tenías una familia fuera del bloque y siempre te dije que no me importaba, que sabía cuanto me querías. Pero en plena noche me llevaste a tu casa, no entendí porque, no hasta estar en el cuarto de los niños, cuando me quitaste el revolver de debajo de la camisa y les disparaste a ambos... y luego cuando entró tu mujer gritando y llorando le disparaste en el corazón y dijiste...

Silencio.

...Sin lazos. Solo tú y yo...dice Aaron, con voz temblorosa y un rostro que se contorsionaba camino de la locura.- Yo...mate a mi familia. Su voz sonaba igual que un soldado que tras pisar una mina se da cuenta de que ha perdido una pierna y lo dice en voz alta, entre lo aterrador y lo irreal.
Liss sonríe, notando que está consiguiendo algo,tras tanto tiempo. Fue un regalo precioso mi baquero, pero al cabo de unas semanas te volviste loco y no asumías que estaban muertos. Supongo que para una parte de ti eran muy importantes; te internamos y buscamos a los mejores sicologos, pero no querías volver así que decidí tomar yo cartas en el asunto.
Monte otro concurso, intentando que todos los elegidos se parecieran a los de el último al que tu asististe, porque tu nunca te perdías ninguno. Te gustaba estar entre ellos, ver su sufrimiento, al menos hasta que te aburrías y desaparecías, siempre eras el primero en matar a alguien y sembrar la semilla del pánico. Lo llamabas "abrir la caja de pandora". Cuando la primera noche mataste a aquella joven mulata pensé que lo había conseguido, pero parece que solo tu yo subconciente sabía quién eras, porque te levantaste sonámbulo y la mataste, luego te despertaste tan tranquilo. Solo los que vimos las cámaras supimos que eras tu. Entre ellos el padre Allan, que se alegró de que salieras con el al exterior para vigilarte mejor, supongo que el contaba en decir que tu habias sido el asesino cuando llegaran sus refuerzos...pero nunca llegaron se rie ante esto Pobre y tonto padre Allan, el vigilante vigilado.

Liss acaricia a Aaron en la entrepierna Seguro que esta también me recuerda. Pensé yo misma en utilizar mi técnica, borrarme la memoria y meterme en aquel cuartucho, con las instrucciones escritas en tinta invisible en las paredes, para ir recordando poco a poco quien era y que debía hacer para que tu recordaras quien eras. Pensé que simplemente viendo mi rostro y recordándote unas cuantas frases lo recordarías todo, así que preferí usar a una reciclada para eso. ¿Que mas da que empezara yo de cero que otra?Sin memoria todos somos el mismo. Aún así algo salió mal, parece ser que durante la multitudinaria violación a alguno se le debió ir las manos con las bofetadas porque parece ser que le quitaron las lentillas para ver las señales... y así quedó. Una pobre joven violada, perdida en un cuartucho de un edificio lleno de almas en pena y a la que además culpaban de ser la cabeza de todo.
Cuando vi que aquello no iba a funcionar mande que te raptaran, que te sacaran de allí... y luego ya lo sabes. En vez de recordar te portaste realmente mal, aunque me alegra ver que mi baquero sigue siendo un tipo duro, obligaste incluso a alguno de mis chicos a disparate y todo, y mira como aguantas.
Liss se abre el traje para que Aaron vea parte de su cuerpo, la mirada de este ya no parece tan perdida, más bien parece concentrado, como esforzándose en encontrar algo. Es la mirada de alguien que ha recordado donde va, pero que sigue sin saber como llegar.
Bien bien bien, creo que al fin a vuelto mi hombre. Llevaoslo y curadlo, que descanse, creo que ya tenemos de vuelta al jefe y quizás con él el metodo para poder limpiar la energía H y así empezar a comercialzarla.
Dos soldados de verde se van, los otros dos se quedan cada uno al lado de Liss, esta se vuelve a sentar sobre la Liss enfermera. Os mira a los cuatro, también a "37" que está en el suelo agarrándose las entrañas. Liss mira primero a este:
Tu ya elegiste tu camino dentro del edificio, al ponerte de su parte. Y ahora vosotros. ¿Que elegis? ¿Muerte o Reciclaje?

Lo adiviné. En su momento lo adiviné: hoy iba a ser mi último día de vida.

La pesadilla no ha hecho sino crecer y crecer, los ojos no darían crédito si pudiesen negar lo evidente, tampoco la verdad de las palabras de la mujer soldado pueden obviarse. La cabeza va a estallar mientras intenta encajar las piezas del puto puzzle que han montado estos desquiciados…

El aire no pasa por los pulmones, la sangre seguramente tampoco circula por las venas… por lo menos es así como me siento. El único rastro de estar viva han sido las dos veces que he tenido que aguantarme gritos de horror y las ganas de vomitar apretando las manos contra la boca, por la cabeza y los brazos de Allan.

Perpleja. No hay otra palabra para definirme. Bueno, quizás “en estado de shock” también valdría.

Mis ojos se detienen en la mujer rubia, el mismo dulce rostro de la chica que defendí ahí dentro. Si no lo hubiese hecho, el resultado sería el mismo. Y Aaron, otro que ha decepcionado. Estúpida Isabella, sigues sorprendiéndote...

Me encojo de hombros, sonriendo entristecida mientras miro a Miguel, podría haber sido bonito, podría haber durado… ¿Quién sabe?... Ahora me arrepiento, ni siquiera le di un beso en condiciones... Siempre he sido un poco tonta. Suspiro mirándolo aún, con un recuerdo lejano sobrevolando alrededor: Cuando se llevaron a Aaron, creí que iba a morir, y deseé que Miguel hubiese estado a mi lado. Parece que ese deseo se va a cumplir finalmente. Igual que el de que mi familia va a estar bien. ¿Tendría que darme con un canto en los dientes?... Las lágrimas recorren las mejillas, por la profunda pena de tener la seguridad de no volver a ver a mi hermano pequeño. Porque no voy a vivir la vida que me están robando….

… Pero tampoco voy a vivir la mala, la que ella ha ofrecido, eso también lo tengo claro.

Muerte.- Refriego las manos, cansada, por la cara. Suspiro profundamente cuando me aparto el pelo del rostro.

Hace tiempo que tiré la pistola, hace ya un rato, en el preciso instante en el que perdí la esperanza….