Partida Rol por web

El padre Alan cierra tras vosotros cuando ya habéis salido todos, estáis en la planta baja de El Bloque, aún así veis que casi todo el suelo está nevado.
Una fuerte tormenta de nieve azota el exterior.

Maldita sea!!, eso nos faltaba. Se mira el reloj.

En la planta baja, como ya visteis antes, solo hay pilares de manera que el lugar parece gigantesco. Solo la caja circular del ascensor rompe la monotonía de ese bosque de pilares.
Cerca de la entrada a las plantas inferiores hay una gran tienda de campaña, del tamaño de tres coches puestos unos al lado de los otros.

El viento frio se cuela entre las ventanas, mezclado con una tenue luz grisácea y mortencia. Os invita a entrar dentro.
Bueno, creo que aquí ya es más seguro que hablemos, porque tengo muchas cosas que contaros, y creo que ninguna os va a gustar.

Cuente, cuente...

A estas alturas mari paz ya no esta estresada sino molesta. Sin duda aquí dentro hay muchas más cosas de las que parecen y ya va siendo hora de desvelar la verdad.

Tras salir por la escalera respiro aire fresco con grandes bocanadas, alegrándome de estar vivo. Sigo al padre Alan hasta su tienda, dejando al lado de la misma las maletas.
Cuando nos invita a entrar a su enorme tienda de campaña no lo dudo, ya que tiene pinta de ser comoda y muy calentita.

Tras entrar y acomodarme espero a que el padre Alan empiece a hablar.

Sale apesadumbrada, mordiendo el labio inferior, no se puede creer que tengan el más mínimo interés en permanecer en ese sitio, como cabras, están como cabras…

Levanta la vista, ahora una puta tormenta de nieve, lo que faltaba… quiero salir de aquí a la voz de YA. Aunque el curilla parece tranquilo, que no pasa nada malo. Vale, me tiene que valer. Suelto las maletas y, temblando un poco, saco el paquete de tabaco y ofrezco a todos, aunque a Alan con mirada hostil. A Miguel no, que ya dijo que no fumaba.

Lo enciendo dándole una profunda calada. Con suerte, me tranquilizará bastante fumármelo. Me acerco a la puerta de la tienda, pero quedo sentada en el suelo de fuera, para no asfixiarlos con el humo. Desde ahí escuchará bien lo que les tenga que decir éste.

Mientras, saco el móvil e intento comprobar si hay cobertura. -Desembucha.- Que mal me cae, no puedo, ni quiero, disimularlo.

Ei, no he dicho que la partida se acabe xD
Solo he dicho que los que salis no volveis con el grupo de abajo xD

voy a leeros anora mientras como ¡¡que estress!! xD

Maldito gimnasio n_n

El Padre Alan os reparte unas cuantas mantas por si quereis taparos mientras rechaza amablemente el cigarro que le ofrece Isabella. Tras eso os mira pensativo, devatiéndose por donde empezar. Cuando ve a Isabella con el móvil se dirige a ella primero...

Nuestro satélite fundió vuestros móviles tras la última llamada de prueba que hiciesteis, nunca fue cuestión de covertura... sobre aquel día...
Ahora ya se dirige a todos

¿Os acordais de el diario que os dí? El diario era completamente real, pero era mentira que el diario fuera del día...

El padre saca un portatil, lo pone sobre las rodillas y lo abre hacia vosotros. Veis en la pantalla una imagen congelada que inmediantamente empieza a moverse.

Se ve la espalda de dos personas que suben por una escalera con gesto cansado: una chica joven y un tipo atlético, la cámara se mueve mucho por lo que imagináis que no la lleva un cámara profesional. Al momento el grupo llega al final de la escalera y abre una puerta. Tras la misma les espera una miríada de cámaras que les hacen fotos y les graban. La imagen pasa de la anterior cámara a otra, perteneciente a los cámaras que esperaban al grupo.
Veis estupefactos como la imagen muestra a Vlad, Amaranta y a Abigail cámara en mano grabando a los dos anteriores. El trio acaba de salir de las mismas escaleras y la misma puerta que habeís atravesado hace apenas unos minutos. Se les ve hechos polvo, anémicos y manchados de sangre, los tres llevan una mochila con cilindros metálicos.
Al momento de salir, el gentío y los periodistas, como si fueran una marabunta, se los traga literalmente para acribillarlos a preguntas. La gravación se queda congelada.

¿Os acordáis que apenas podíais moveros cuando despertásteis en aquella silla? No era por las drogas, era por el entumecimiento. Estubisteis un mes totalmente sedados. Hace tres semanas que el concurso acabó. Ninguno de los que estáis aquí sobrevivisteis.

En el portatil veis escenas grabadas de varios entierros, aunque todos parecen idénticos, cuando en algunas escenas veis a algunos de vuestros familiares desconsolados, un nudo en la garganta os dice que estáis viendo vuestros própios entierros.

Durante el tiempo que estuvísteis sedados, lo estudiaron todo sobre vosotros, desviamos las llamadas de vuestros móviles, encontramos actores que se harían pasar por vuestros familiares cuando llamárais y encontramos actores dispuestos a hacerse la cirugía facial por el suficiente dinero, hicimos réplicas casi exactas de vosotros, no había problema con el comportamiento, ya que todos estos programas cambian a la gente. Los actores que se hacían pasar por vosotros creían que tendrían que actuar y fingir las muertes... No sabían que podían morir realmente, y todos ellos murieron por la propia mecánica del juego. Todos vieron que en ese bloque no había nada extraño ni paranormal y que lo único peligroso era el propio hombre...

Las imágenes ahora muestran portadas de revistas especializadas en las que se leen titulares tipo: "El bloque, un fraude"

De manera que ya nadie está interesado en este lugar.... Por que el falso concurso se hizo en una réplica exacta de este lugar, al mismo al que se llevaron a los medios de comunicación.
Dicho de otra manera, ni este lugar ni vosotros existís. Nadie lo hecha a faltar.
La organización gano muchísimo dinero con aquel concurso, el primer "Snuff-show" de la história de la televisión. Y de un mismo tiro elimino el interés por este lugar.
Voy a ser sincero con vosotros, dos helicopteros vienen hacia aquí. Uno de ellos es mi gente, que viene a sacaros de aquí, y que os llegará directos a un juzgado, vuestra simple existencia hundirá a la organización.
Otro helicóptero también viene hacia aqui, con un contingente de soldados que entrará en el bloque e irá bajando plantas y matando sistemáticamente a todos los que queden dentro.
Si todo sale bién, llegará mi gente primero, vosotros partireis con el y yo bajaré al bloque, y averiguaré que pasó aquí...averiguaré como murieron mis padres y hundiré a la organización, ese será ,mi consuelo cuando me llegue el fin.

(Importante... Mensaje anterior a la parrafada del padre Alan...)
... Termino de escaleras, no si seguir pensando la posibilidad de quedarme, siento como que me pierdo algo, que podría ser posible.... bahhh, tonterias!!!!, me digo. No es el lugar ni el momento...
Cuando llego a la planta baja veo la tienda de campaña, voy hacia ella, y observo que en el interior están Mari Paz, Aaron y el padre Alan, el cual me invita a pasar. A un lado se encuentra Isabella, exigiendo al padre Alan que cante de una vez...

Esto... ¿COMO? - dice mari paz tremendamente sorprendida por la noticia recibida, sobretodo por la parte en la que aparecen sus padres en su respectivo funeral que ha provocado en ella que se ponga a llorar. Pero... pero... ¡NO LO ENTIENDO! ¿Estamos condenados a morir por parte de la organización de todo este tinglado? ¿POR QUE?

Con mirada huraña atiende a lo que dice, flipando desde la primera frase que suelta.

¿QUÉ?

Se centra en la pantalla, maldiciendo en silencio con todas sus fuerzas, viendo la cantidad de cementerios que van saliendo….

Y entonces toca el suyo. El cementerio de Conneticut, dos figuras de pié, una mujer muy guapa, muy parecida a Isabella, recostada en el pecho de un hombre, ojos cerrados, el hombre mira fijamente el maldito ataúd, ambos vestido con ropa elegante y de luto riguroso. Al lado de ellos, sentado en una silla, un crío de 15 años llorando, consolado por un hombre de unos 24 años, muy guapo y con ojos húmedos. Cuando ve la escena Isabella rompe a llorar -¡¡Andy!!- extendiendo los dedos como acto reflejo, como si pudiese tocarlo si sus dedos alcanzasen la pantalla, gruesas lágrimas recorren sus mejillas al ver al muchacho completamente abatido. Una mano tapando su boca, horrorizada por el dolor que sabe siente el joven, y tristemente agradecida con su ex novio. -Por favor Paul, cuida de él.- ¿Lo ha dicho en voz alta o no? Da exactamente igual.

Alguien se hizo pasar por mí y la mataron en el concurso, aparentaron que ganaron otros, a los que también mataron luego. Y a los de dentro, averigüen algo o no, van a matarlos los soldados.

Furiosa y visiblemente alterada se pone de píe, mirando fijamente a Alan, mortalmente seria. - Eres un bastardo. - Gritándole al cura de pacotilla que tiene frente a ella, con el brazo extendido hacia la puerta de la que salieron hace un momento - ¡¿Cómo has podido dejarlos ahí dentro si no tienen nada que ganar ni que perder?!- Niega con la cabeza, apretando los puños. - Tenías que decirles la verdad también y que se montaran en el puto helicóptero que va a salvarnos ¡Los estás condenando a muerte!- ¿Por averiguar lo que les pasó a tus padres? pues que le den a tus padres. –Eres un asesino, igual que los que vienen.-

Piensa Isabella. Ya estoy muerta para el mundo, mi Andy no va a llorar más por lo que me pase ahora, eso casi es un alivio, pero esta gente va a morir sí o sí. No quiero salir con esa carga de conciencia. No soy como el enviado de dios este…

Suspiro, me sacudo el pantalón y miro a Miguel, -Me voy a dentro a avisarlos para que cojan el helicóptero también.- Putas ganas las de entrar ahí de nuevo. Se gira al padre, retadora. Atrévete a decirme que no.- Cuánto tiempo tengo? – Pero al segundo hace gesto de repulsa Bah, da igual, no me voy a creer lo que me diga… Me daré prisa y punto. Así que sin esperar contestación me doy media vuelta y me encamino a la puerta, aprentado el pomo, dispuesta a abrirla, sin saber si alguien viene también o no, me giro y digo con voz rota por la pena. -Por favor, si no me da tiempo a coger el helicóptero… decidle a mi hermano que lo quiero mucho. Y que lo siento.- Y empiezo a forcejear con la puerta, suavemente al principio pero aumentando la intensidad... Mierda, no se abre...

Las puertas de salida estan cerradas con llave... y la llave la tiene el padre Alan.
Edita si te deja lo último, sino lo editaré yo, para que cambie lo menos posible ;)

Mira primero a Mari Paz...

Este lugar de alguna manera es muy importante para la organización, y lo nutren de nuevas víctimas cada equis tiempo. Ahora con vuestras muertes televisadas y habiendo mostrado al mundo la ubicación falsa de un falso bloque, nadie más intentará buscar este lugar.

Ahora se gira hacia Isabella.

Además el lugar, hasta la tercera planta está lleno de microcámaras con las que os observan. Y en esas tres plantas hay diversas habitaciones ciegas cuya únicas entradas y salidas son a traves de trampillas con contraseña. En ellas hay apostados soldados que vigilan todas vuestras acciones, ¿Porque creeis que no os pude avisar más claramente ahí abajo?. Si lo hubiera hecho estariamos ya todos muertos y el bloque ya estaría apunto para dentro de un tiempo albergar a nuevas víctimas.

Ahora es el padre Alan quién se levanta, hecho una fúria.
Ninguno de vosotros volverá ahi dentro. Creerás que soy un cabrón y un hijo de puta. Y estarás en lo cierto porque he hecho todo lo que había que hacer para destruir la organización. Nunca nadie ha estado tan cerca, y si fallo jamás otro volverá a estarlo.
Luego sigue más calmado.
Hay en juego muchas más vidas que las que están ahí abajo. Si bajais, solo añadiréis víctimas al contador de ese lugar. Si venís conmigo, quizás podamos hacer algo...

Me había quedado congelado al ir viendo pasar los entierros, deseando no ver a mi familia y mis dos hijos llorando por mi muerte.
Suelen decir que "ten cuidado con lo que deseas"... y es verdad, me quedo de piedra al ver que no aparecen en ninguna de las escenas...

Me quedo como embobado intentando buscar una explicación, las palabras del padre Alan me llegan muy lejanas y cuando no oigo ya al Padre Alan hablar reacciono...

¿Por que... por que nadie fué a mi entierro? No... no he visto a mi mujer ni a mis hijas...

Me dirijo hecho una fúria hacia el Padre Alan...

¿Que les ha hecho a mi familia??¿DONDE ESTÁN???

Escucho atónito todo el relato del padre Alan, y posteriormente la reacción de mis compañeros. Creo que ya puedo definirlos como tales, pues aunque apenas hemos estado conviviendo un par días, ha sido demasiado intenso...
Veo con horror los entierros y funerales de cada uno de nosotros... No me asombro cuando no veo absolutamente a nadie, salvo el sacerdote y a algún despistado que no reconozco, en mi supuesto funeral... Evidentemente no me extraño... Lo extraño hubiera sido que apareciera él... mejor así...., me digo a mi mismo.
Hay cosas del relato del padre que no terminan de encajar y simplemente no me convencen... pero esto no importa ahora... tenemos que sacar a lo demás de ahí, tenemos que sacar a lo demás de ahí, tenemos que sacar a lo demás de ahí, tenemos que sacar a lo demás de ahí...., me repito....
- TENEMOS QUE SACAR A LOS DEMÁS DE AHÍ!!!!!!, finalmente grito, como despertando de un sueño horrible...
Mas calmado, continuo hablando....
- Desde que entramos siempre me he fiado de usted, "padre", si en realidad lo es usted.... Pero me estoy cansando... Yo no tengo nada que perder en este mundo. Cuando salga de aquí, si salgo, estaré solo, sin nadie con quien compartir mi vida.... Así que le pido, por su Dios, que me deje las llaves, pues no tienes nada que perder, Alan. Se lo estoy pidiendo por las buenas...

Se tapa la cara con las manos, y se siente estúpido por haberles revelado la verdad. Simplemente con un par de mentiras hubieran subido al helicóptero, y todo lo demás hubiera caido por su peso, cuando la gente que les creía muertos les hubiera visto llegar a casa...

Si os doy las llaves, y entrais ahí, perderéis toda mi ayuda y me comportaré como se supondría que debía haberme comportado desde el mismo momento que llegué aquí... Es mi única oportunidad de salvar a alguno de los pobres desdichados que vengan tras vosotros.

El Padre Alan os tira las llaves al suelo.

Ahí teneis vuestra propia muerte, si tan ansiosos estáis de morir con vuestros compañeros no os pienso detener.