Partida Rol por web

Te adentras solo en el frío y oscuro pasillo en que apenas oyes tu respiración y tus pasos, partículas de polvo invaden el haz de luz, el frio y la sensación de soledad es tan intensa que parece que te hayan metido en un ataud. No estás tan lejos como para no oir aunque sean los murmullos de tus compañeros, pero el hecho es que no los escuchas, como si la oscuridad alrededor tuyo fuera una pared física que te separa de todo, al final llegas a algo que al principio parece una bifurcación, pero que en realidad es que el pasillo desmboca en un espacio mucho más grande.
En el centro del mismo se encuentra la enorme columna circular por la que se desplazaría el ascensor de existir este y, enroscándose sobre la caja circular del ascensor, se encuentran las escaleras tanto que suben y bajan. Frente a las puertas de las escaleras se encunetra el reloj de la hora y el telefonillo, que muestra una frenética cuenta atrás (21 horas y poco).
A ambos lados de la enorme estáncia se encuentran ocho puertas, repartidas cuatro a cada lado... Más allá de la columna y como tallado en la pared nace el pasillo que comunica con el resto de la planta.

Estás completamente solo.

De repente unos brazos salen de detrás de tí y se te cruzan frente al pecho.
Tras el susto inicial notas una agradable sensación en la espalda.

Me abrazo a Daniel fuertemente, apretando mis pechos contra su espalda, con una sonrisa traviesa en mi boca.

He dejado al gigantón en la biblioteca, ¿sabes? prefiero más a los de mi tamaño

Le digo coquetamente, suspirandole a la oreja, este lugar me pone a cien.

Casi estuve a punto de voltearme para golpear a quien me toco, pero al oir la voz de la rubia me calmo un poco, luego sonrio y me giro lentamente, tomando a la chica por las muñecas y luego por las manos, entrelazando mis dedos con los de ella, asegurandome que no me ataque por sorpresa, pero tambien con un cierto dejo de picardia

-Diablos, que desconfiado me he vuelto-

piensa para si, mientras mira a la rubia a los ojos y sonrie traviesamente tambien.

-¿ah si? ¿y yo entro en la categoria de los que prefieres?-

digo sonriendo y mirando alrededor, asegurandome de que nadie este alrededor mientras me acerco mas a la rubia, poniendo mis labios a apenas 4 centimetros de sus labios carmesi.

-Desconfiado y lanzado...pero supongo que no esta demas saber que intenciones tiene la rubia-

-¿ah si? ¿y yo entro en la categoria de los que prefieres?-

Cojo su mano y la aprieto contra mi pecho, donde puede notar cada detalle del mismo al no llevar sujetador...

¿Tu que crees?

Miro hacia los lados y veo esos cuartuchos abiertos, son un buen lugar...

¿Por que no nos metemos en uno de esos cuartuchos, será más facil que nos calentemos y más dificil que algún fisgon nos vea?

Tras eso me bajo mi jersey rojo hasta la mitad de los pechos, mientras ilumino con la linterna uno de los pequeños trasteros, que parece totalmente vacío...

¿Jugamos?

Un tanto impresionado al notar que ella guia mi mano hasta su pecho y luego al notar que no lleva sujetador miro alrededor.

-Luego de eso...estoy seguro de que si...¿seguro que no me asesinaras mientras juguemos?-

dice en tono picaro, mientras la abraza por la cintura, atrayendola hacia el, aun manteniendose muy atento al hecho de que la chica lo haya agarrado asi.

-Por mi perfecto, vamos...¿cual es el juego?-

Digo picaramente mientras me pongo a un lado de la rubia, mirando cuidadosamente alrededor, y detallando el cuerpo de la rubia, buscando algun arma al mismo tiempo que admiro su hermosa figura

Nos llevamos entre los dos a uno de los cuartitos, mientras me voy desnudando y lo miro con picardía...
Cuando estoy totalmente desnuda cierro detrás de mí la puerta del cuartito...

Le toma las muñecas de nuevo y se las sube por encima de la cabeza usando su mano derecha, y la mira a los ojos sonriendo picaramente

-cuentame, ¿porque eres tan directa?-

dice mientras le da un beso rapido en los labios, y luego baja hasta su cuello, para besarla y darle un muy suave mordisco en el.

Cuando la puerta del cuartucho se cierra, empiezas a notar que la piel de Amaranta es un poco áspera, al momento su piel se queda pegada a la tuya como asquerosas tiras de piel muerta...
Lo que tienes delante de ti, a oscuras, se rie con una risa profunda y grave, tan grave como si surgiera de una cueva profunda e insondable.

Esa cosa te sigue abrazando mientras su piel se deshace y va dejando escapar de su cuerpo los olores propios de la muerte, golpeas la puerta pero esta está totalmente cerrada por una fuerza extraña, lo más curioso es que nisiquiera escuchas que la puerta haga ruido.

Notas sus dientes cerca de su cara... y sabes que no van a besarte.

-Maldicion!, ¿cuando aprender a no fiarme de las chicas faciles!?-

Dice el psicologo mientras golpea la puerta, luego, al ver que no abre busca en el cuarto alrededor algo con lo que golpear a lo que hace 5 minutos era una sexy rubia sin ropa que estaba frente a el, mientras tanto se decide a usar sus puños cuando ya ve sus dientes cerca de su cara, yy casi por reflejo lazan un par de golpes y una patada, intentando alejar al ser.

Los dientes de la cosa se te clavan en el cuello, por suerte tu golpe desmonta el pútrido cadaver, que cae al suelo con un ruido seco, donde estalla en polvo.
Te sangra el cuello bastante, aún así notas que no es grabe, no te vas a desangrar, aún así la sangre te ensucia la ropa.
El cuarto hace un fortísimo olor a polvo, a viejo, es como si estubieras encerrado en una piramide egipcia...solo que con el tamaño de un trastero muy pequeño.

-maldicion....mordido por...por...¿una zombie?-

Recuerda las peliculas de zombies que ha visto, y aunque normalmente no es tan supersticioso se da cuenta de que las cosas podrian no estar bien, mientras se quita la camisa para usarla de venda en el cuello rebusca alrededor del trastero, para ver si encuentra algo.

Buscas y buscas y no encunetras nada, al final tanteas la puerta y la iluminas con la linteray ves que, no solo es vieja y de no demasiado buen material, sino que se nota que la inundación aún la hizo más acartonada...

Empiezas a darle patadas y patadas y no cede, el miedo creciente a la soledad y a los horrores que te pueden suceder encontrándote solo hacen que empieces a desesperarte más y más hasta que en una última patada llena de fúria, haces un enorme agujero en la puerta por el que sales al cabo de unos minutos...

Tras salir del pequeño trastero iluminas el suelo, no hay rastro alguno de ningún tipo de ser.

Al fin, luego de salir, desesperado, casi asfixiado, y horrorizado de ese maldito trastero me dirijo hacia las habitaciones, llego casi trotando, y dispuesto a patear a lo primero que haga ademan de tropezarse conmigo.

Los dos grupos salen a la vez, entremezclados entre ellos y encabezados por el Padre Alan que camina muy rápido hacia el Hall. Los nerviosos haces de las linternas de todos forman un extraño y variante mosaico sobre las paredes. Cuando llega allí se dirige rápidamente hacia la puerta que da hacia arriba y saca la llave para abrirla, cuando la chica extraña empieza a gritar y hecha a correr por el pasillo en dirección a las habitaciones que aún no habeis explorado de la planta en la que os encontrais.
Nada más la chica se pierde en la oscuridad de los pasillos, teneis la sensación de que alguién a lanzado una bomba térmica o algo similar, por la brutal e inmediata bajada de temperatura que os hace lanzar humo por la boca y os paraliza.
Las linternas chispean, lanzan moribundos haces y mueren, como alcanzadas por la fictícia bomba que a hecho bajar la temperatura.
Apenas podeis moveros por el miedo, o el frio, o ambas cosas, cuando a vuestras espaldas, proveniente del pasillo, oís como todas las puertas de las habitaciones que habiais dejado atrás empiezan a cerrarse y abrirse con una violencia que hace templar las paredes.
El fenomeno va creciendo, rodeandoos, envolviéndoos, las puertas de los trasteros del hall, como llevadas por inercia empiezan tambien a abrirse y cerrarse levantando nuves de polvo que os hacen toser, el fenomeno se extiende a través de toda la planta y también oís el eco de las puertas del pasillo de la zona que no habéis inspeccionando.
El estómago casi os quema por el miedo cuando notais bajo vuestros pies como planta a planta el edificio va despertando, y como los cientos de portazos hacen temblar hasta los cimientos de el edificio.

Os girais poco a poco hacia atrás, realmente no quereis hacerlo, incluso no sabríais decir si unas manos invisibles os estan girando el cuello para que mireis hacia el pasillo...

Allí hay una niña, aunque la brutal oscuridad que reina ahora hace que solo veais su rostro, un rostro que jamás olvidareis y que os acompañará hasta el último día de vuestros dias. Iluminado por una luz fantasmal que nada tiene que ver con la calida luz que conocéis, os mira.
No habla, pero ois su voz, los miles de puertas con sus diferentes sonidos corman un coro que moldea sus palabras.

¿Quién de vosotros morirá por despertarnos?¿Quién pagara ese precio?

-Definitivamente de aquí no vamos a salir. ¿Qué ocurrió aquí? ¿Quién es esta niña? Este frío... corta como en Siberia, ¿qué me ocurre? ¡Mierda! Santiago se quedó mi pistola. Cerdo capitalista. Qué voy a hacer. Están todos contra mí. ¡No! ¡Me niego, no voy a caer! ¡Jamás!

-¿Bueno padre, parece que sus explicaciones van a tener que adelantarse un poquito no cree?

Vlad agarra el brazo de paco con fuerza para evitar que puedan atacarle.

-Creo que voy a pagar mis deudas ahora mismo. Esa mujer, está más loca que yo, y si va a haber tortas, soy mucho más util, aunque el mono ese es bastante estúpido. El poli por mal que me caiga... puede ser tan útil como yo. Estoy en deuda con Paco, no lo voy ni a considerar... Alan... ese cerdo hijo de puta... aunque es el único que nos puede sacar de aquí, hay que sacarlo vivo. Sí, está decidido...

André ve de refilón como Alan saca la llave y poco después nota el frío gélido ambiental y escucha los portazos. Con toda naturalidad le da una voz a Alan.

- ¡Eh oiga! ¡Salga de una vez y cierre la puerta, que hay corriente y entra un frío que pela del exterior!
¡Cómo se nota que usted no tiene que dormir aq ...!

Se para en seco al ver a la niña descarnada.

Se le ponen los pelos de punta.

- ...