Partida Rol por web

El Bosque de los Elfos

ACTO I - Hargendorf

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01/02/2021, 17:12
Tarsthein Escudo Roto

La sola idea de la aventura le emocionaba, no había estado aún en el bosque de los elfos, aunque si que había pasado por sus fronteras. Sería una excelente oportunidad para matar a un elfo o dos, y quizá a unos cuantos hombres bestia. – Será mejor empezar ya la marcha, aún tenemos que organizarnos para el viaje. El que quiera quedarse que se quede – exclamó el enano con fiereza – si se quedan algunos cuantos mejor para los que deseen vivir, pues nos darán tiempo para alejarnos del peligro – sentenció – yo y la hechicera protegeremos a los que deseen sobrevivir. Vamos ya y no perdamos tiempo – el enano bamboleaba su nueva hacha con la certeza de que pronto habría de usarla.

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01/02/2021, 21:43
Hans Schreiber

No había opción buena, era como saltar de la sartén para acabar en las brasas, pues la perspectiva de adentrarse en las tierras de los elfos no era nada halagüeña, ya que aquellas tierras estaban prohibidas para los hombres, pero quedarse en Hargendorf tampoco era opción, así que me arrimé al grupo que parecía más dispuesto a ponerse en marcha.

- ¿Hay sitio para uno más?- Preguntó Hans al enano que acababa de hablar.

 

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03/02/2021, 23:08
Valentina D’Hondt

Parecía que las cosas iban peor de lo que creíamos, había un ejercito norse en el camino, no quedaba otra que escapar, por lo que doy un paso al frente, "Yo soy patrulla de caminos, puedo guiaros hasta la frontera, pero no se nada del interior, aparte de que lo mejor sera enviar a alguien que tenga contacto con los elfos, no quiero evitar las hachas norses para morir por las flechas de los elfos" es lo que digo, no me fiaba de ir hacía ese bosque, sabía poco de los elfos, y lo que sabía me decía que lejos estaban mejor, ya no se si la hechicera tenía un plan secreto.

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04/02/2021, 22:56
Mathilda Folsga

-Por desgracia no soy amiga de los elfos, no tenemos salvoconducto ni nada que nos proteja salvo nuestra fuerza y coraje, pero los caminos hacia Dietershafen están llenos de mercenarios que no han comido en días, no tienen dinero y son más peligrosos ahora mismo que los elfos. Por lo menos estos de vez en cuando se dignan a dialogar. Además, iremos por la linde del bosque, nos vigilarán, pero si no ponemos un pie en su bosque no creo que se atrevan a hacernos nada.- Mathilda miró a Kruger durante un instante ante su declaración aterrada de la realidad.

-Estoy de acuerdo, puede que parezca demasiado apresurado pero cuanto antes partamos menos problemas nos encontraremos por el camino. Creo que lo mejor es salir directamente hacia el sur, a Ueblingen, quizá allí alguien nos haga caso y también se nos una.-

Notas de juego

Si tenéis alguna pregunta mas es el momento de hacerla

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05/02/2021, 02:48
Franciscus Volger

Ningún problema, lady Folgsa. - Comentó el flagelante. - Estoy para lo que se me necesite.

Franciscus no era un hombre que se hiciera demasiadas preguntas. La suerte estaba echada, pues había tomado la determinación de seguir a aquella mujer como a una líder. Aunque lo cierto era que su agrio carácter no acababa de gustarle, confiaba en que sus palabras fueran ciertas y tuviera razón en sus pronósticos. De ser así, no estaría mejor en ningún sitio más que a su lado.

Sería interesante reunir provisiones antes de la partida. - Sugirió el soldado de Sigmar. - No sea que muramos de inanición o de frío durante el viaje en vez de a manos de los carniceros y otras hediondas criaturas del caos. - Se encogió de hombros. - Eso no sería bueno para mi. Creo que Sigmar vería mejor que muriera combatiendo que no congelado. - Sonrió. - ¿Es posible conseguir provisiones? - Dijo entonces miran do hacia Kruger.

Era un hombre de recursos. Sabía de donde sacar todo lo que uno necesitaba y si había alguien que podía reunir alimentos, mantas y otro material necesario para un viaje de tal magnitud, ese era ese bribón y sus "gorriones".

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05/02/2021, 09:17
Kruger "El Cuervo Burlón"

Kruger había salido con prisas sin esperar respuesta de Mathilda, no llegó a escuchar las palabras del flagelante aunque este pido ver por la ventana como se disponía a partir con un viejo carro de dos ruedas que traqueteaba por todos lado, tirado por una mula que era más pellejo que otra cosa. Le acompañaban una veintena de mocosos de todas las edades, los más pequeños iban de la mano de los más mayores, por el momento todos caminando, no sería muy difícil alcanzarlos. Por eso Franciscus supuso que partían con presteza, para poner de por medio tanta tierra como pudieran. No le pareció ver que fueran en exceso pertrechados y es que en una ciudad en ruinas poco había que rascar, mucho más entre las gentes humildes, era fácil imaginarse que las migajas de estos ni llegaban para huérfanos y los olvidados de la guerra.

El Cuervo burlón bien conocía el camino a Ueblingen y hacia allí se encaminarían sus pasos, si por la noche al llegar a la vieja granja seguían vivos ya sería una primera victoria. En Hargendorf no quedaba mucho por comprar, demás de que no tenía el dinero necesario para comprarlo, solo le quedaba rezar para encontrar algo por el camino que echarse a la boca y aquello si no iba a ser tarea fácil. Al menos gracias a Ranald el agua no sería un problema, pues podrían fundir nieve para beber, quizás con algunos frutos del bosque pudieran calentarse por las noches con algo de sopa.

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08/02/2021, 00:26
Tarsthein Escudo Roto

El enano miró a aquel que se apuntaba a la aventura, esperando que no fuese el único – adelante – le respondió – si puedes pelear, coge tus cosas y espera instrucciones de lady Mathilda. En caso contrario empieza a avanzar al centro de la formación y procura no meterte en problemas – el enano habría querido decirles que no eran suficientes ni quizá capaces de protegerlos ante una verdadera amenaza, pero aquello no haría más que romper las pocas esperanzas que ya de por si había entre las filas de campesinos y pueblerinos.

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08/02/2021, 00:50
DIRECTOR

Tas el debate la noticia de que un ejército venía hacia Hargendorf se extendió por los habitantes que quedaban en la ciudad. Llegó incluso a oídos del Barón Hulsbrietch, quien comenzó a mandar delegados a las calles para desmentir esa falacia e insultar a aquellos que abandonaban la ciudad tachándoles de perdedores.

Además de Mathilda, Franciscus, Hans, Kruger, Rufus, Tarstein y Valentina se unieron al grupo el juglar que cantaba en la plaza llamado Gruber Körg, Oscar Moescher a pesar de su reticencia y quejas constantes, Poldier Zorgweden y una veintena de chiquillos traídos por Kruger que a duras penas eran contenidos por una joven pelirroja que se había autodeclarado como su institutriz llamada Viveca Germasermeg.
El sacerdote de Sigmar Rudd Van Haffen, aún cojeando debido a la lesión en la pierna luchando contra los demonios, os bendijo encomendándoos a Sigmar. 

Rudd Van Haffen-Creo en vuestras palabras y en las afirmaciones de la hechicera. Por desgracia alguien debe quedarse a infundir valor y esperanza a estos corazones cuando la desgracia sea inminente. ¡Que Sigmar os bendiga y proteja vuestro camino!

No eran muchas las personas que quedaban en la ciudad, pero el peso de sus burlas por iros en la víspera del día de Sigmar y por creeros las falacias de aquella hechicera, eran cuando menos dañinas.

-Mejor así, más pan mañana para nosotros.- Decían unos.

Otros os miraban sin hablar pensando en si hacían bien en quedarse, pero al día siguiente era el día de Sigmar, ¡Qué mal podría enfrentarles aquél bendito día!

Las provisiones son escasas. No había para comer en la ciudad y poco habéis podido reunir entre todos para el viaje. Tan solo un par de días, tres a lo sumo y comenzará el hambre...  

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08/02/2021, 10:51
Kruger "El Cuervo Burlón"

Kruger agradeció el gesto del sacerdote Rudd Van Haffen recomendándole tener un caballo cerca llegado el momento. El iniciado de Ranald correspondió a todos y cada uno de los insultos con la mejor y más satírica de las sonrisas; al fin y al cabo quien reía el último reía mejor. A los pobres bastardos que quedaban atrás lo único que les aguardaba eran las puertas de Morr, si algo de saliva estaba dispuesto a gastar era para con los indecisos, animándoles a seguirles con su ejemplo y sus palabras.-Si me equivoco me habrá insultado, pero seguiré con vida. Si por desgracia tengo razón vosotros no correréis la misma suerte, pensad en cuanto ganáis y cuanto perdéis bajo el amparo de un Barón que no os brinda protección alguna. Puede que mañana tengáis pan que echaros a la boca, pero de poco os servirá si al atardecer os lo arrancan de las tripas las bestias del caos. Corred mientras podáis y vivid un día más o sucumbid a vuestra propia necedad, luego ya nada podrá salvaros.-las palabras del Cuervo Burlón eran duras y crueles, sin embargo en aquellos momentos necesarias para abrir los ojos de los temerosos. Si un hombre con un negocio "bien aposentado" estaba dispuesto a largarse corriendo era algo que les tenía que dar que pensar. El populacho no era nunca de ideales nobles cargados de virtud, bastante ver como trataban a los "cobardes" que huían, por eso mismo Kruger esperaba que el miedo pudiera afectar a parte del rebaño; así quizás se salvasen algunas vidas más. El destino de los que se quedasen ya solo le correspondía decidirlo a Ranald quien bien seguro lanzaría una moneda al aire dejando que se salvasen aquellos para los cuales cayera la moneda de canto.

- Tiradas (1)

Motivo: Carisma

Tirada: 1d100

Dificultad: 69-

Resultado: 40(-20)=20 (Exito) [40]

Notas de juego

Me lie con los bonos y resté veinte cuando ya lo había puesto en la dificultad. Charm+20 resultado 40, la paso de +2NE por si algún indeciso se anima.

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08/02/2021, 15:28
Franciscus Volger

Espero que tenga suerte en la defensa de Hargendorf Van Haffen. - Franciscus le estrechó la mano al sacerdote. - Intente que no le maten.  Todavía me debe una sopa. - Sonrió.

Lo cierto era que lo decía en tono de broma, pero en realidad estaba hambriento y esa sopa de pescado,  por mala que estuviera,  reconfortaría en gran medida su vacío estómago y porque no decirlo, su maltrecha alma.  Fuera como fuera, se temía que en ese viaje extraño iban a pasar mucho hambre.  

Francicus de puso a la cabeza del grupo,  junto a Lady Folsga. Aquella mujer extraña tenía un carácter duro y fuerte, no acababa de fiarse de ella, pero... ¿Podía fiarse de alguien en aquel oscuro mundo? Lo dudaba. Tan solo tendría fe en Sigmar y si éste tenía a bien, le ayudaría en su tarea y si no... Recibiría el justo castigo por sus actos.  

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08/02/2021, 20:22
Valentina D’Hondt

Algunos no querían ser salvados, por lo que yo personalmente no iba a preocuparme por ello, así que no me quedaba otra que ignoralos, si ellos querían probar las hachas norteñas, yo no era nadie para negar ese deseo, "no creo que debamos perder el tiempo en aquellos que no quieran escapar, pero lo mejor es que nos vayamos preparando para la el viaje" le digo a Kruger, pero por el momento iba a centrarme en otras cosas como ir preparando todo para el viaje, si no me necesitaban.

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14/02/2021, 01:50
DIRECTOR

Estaba claro, nadie quería perder su pan horneado del día de Sigmar. Nadie más quería saber nada de guerras o demonios. Vivían felices ignorando la verdad y eso era suficiente para ellos.

Tras salir de la ciudad un manto espeso de nieve os esperaba. Nadie patrullaba los caminos, tampoco había viajeros, granjeros, leñadores o nadie que pisara o quitara la nieve abriendo el camino. Tras una hora de camino tan solo os habíais alejado unos kilómetros.

Las maltrechas murallas de lo que antaño fuera una orgullosa ciudad no eran más que fantasmas del pasado. Desde cerca parecían sólidas gracias a los trabajos de reconstrucción, pero desde allí podían verse las almenas desplomadas, las grietas en los muros y los espacios vacíos de guardias, ya que ni siquiera había tantos como se decía.

El sol caía a buena velocidad, y si queríais llegar cerca de Ueblingen debíais daros prisa. Afortunadamente la nieve parecía menos profunda y tan solo las botas llegaban a mojarse.

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14/02/2021, 17:59
Franciscus Volger

- Es triste el destino de las gentes de Hargendorf es desalentador. - Comentó el flagelante. - Es lo que sucede cuándo el hombre cree más en sus corruptos dirigentes que en los dioses imperiales. - Se encogió de hombros. 

El camino de momento no estaba siendo demasiado pesado, pero eso no quería decir que las cosas no fueran a ponerse feas de un momento a otro. De momento se estaban alejando de un problema de dimensiones infernales, para acercarse al terreno de unos territoriales y endogámicos orejas picadas. ¿Qué podía salir mal?

Se acercó a Kruger. 

Parece usted un tipo espabilado. - Le dijo. -  No me gustaría que les sucediera nada a sus chicos. Son jóvenes y puros. Si las cosas se ponen feas no dude en huir con ellos para ponerlos a salvo. Yo me encargaría de entretenerlos...

 

 

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15/02/2021, 09:33
Kruger "El Cuervo Burlón"

No tardaron mucho en alejarse de Hargendorf con lo poco que podían cargar, el traqueteo de la carrera fue rápidamente alcanzado por el resto de la comitiva tal y como era de esperar. Kruger tirada de la mula, la cual avanzaba más por inercia que por esfuerzo, agradeciendo el animal la escasa carga del carro. Algunas herramientas, las escasas viandas que habían podido reunir, algunas mantas raídas, la vieja olla del taller y algo de carbón. Quisieran los dioses que la menos por el camino con imaginación y algo de nieve pudieran hacer alguna sopa de piedra para saciar el hambre de aquella horda de mocosos. Por ahora aquello era toda una aventura para ellos y cada cual estaba más encantado que el siguiente, en cuanto el frío, el hambre y el cansancio empezase a azotarlos ser vería de que pasta estaban hechos.

Esperaba poder llegar al menos a Ueblingen antes de anochecer, sin embargo eso ya no era una decisión propia más bien el primer reto a superar hacia un destino incierto. No le costó mucho a Franciscus ponerse al frente de la comitiva junto a Kruger, mientras Viveca y dos zagales algo más mayores mantenían a la "tropa" controlada.-¿Desalentador? No creo, la estupidez es una cualidad que no es contagiosa. Cada hombre es libre de decidir su destino, así lo hizo Sigmar, y contra todo pronostico unificó a las tribus y creó el Imperio. Ellos han sido tentados con un pan recién hecho, un bocado más bien amargo si el precio a pagar es la vida.

No les guardo rencor alguno, más bien me dan lastima, de todos modos yo no soy ningún profeta, ni ningún iluminado y aunque lo fuera no me corresponde a mi decidir por los demás. Una cosa son los críos que todavía no tienen la mente hecha y otra bien distinta adultos con plena capacidad de juicio.- el hombre parecía bastante calmado y recto para lo que eran los habitantes del Viejo Mundo. Le brindó una sonrisa al flagelante ante sus últimas palabras.-Te agradezco el gesto Franciscus, pero uno solo puede huir cuando hay donde correr. Se que no soy un gran guerrero, sin embargo esta guarda de huérfanos tendrá que conformarse con tan pobre guardián. Cuando las cosas se pongan feas, pues es bien seguro que se pondrán, ya veremos como salimos del atolladero. Al fin y al cabo siempre me guardo algún truco, viajero precavido hace más ligero el camino.-el Cuervo Burlón le enseño una bolsa que llevaba el cinto en la cual había algunos cantos rodados del río y algunas viejas esquirlas de metal oxidado. Algo totalmente inútil a la vista, pero que al zarandearlo tintineaba de una forma parecida a una bolsa de monedas.

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15/02/2021, 15:08
Franciscus Volger

¿Piedrecillas, eh? - Le preguntó con gesto de incredulidad. - Comprendo... - Mintió de forma descarada. 

Se podía decir de Kruger muchas cosas. Que era un ladrón, que se aprovechaba de sus chiquillos o lo que uno deseara inventar, pero lo cierto era que al menos a Franciscus, le había demostrado que era un hombre íntegro y de fiar. Alguien con el que sería un orgullo pelear y por quein valía la pena morir defendido a los chiquillos llegado el momento.

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15/02/2021, 18:56
Hans Schreiber

A parte de un puñado de chiquillos malnutridos, pocos fueron los que se unieron a la comitiva que salía de la ciudad. La cabeza te decía que siempre era más seguro permanecer dentro de los altos muros de la ciudad, pero cuando desde la distancia vimos el estado de los muros y las almenas comprendimos que la locura era quedarse dentro, aquellas piedras no protegerían mejor que una empalizada hecha de juncos silvestres.

Tal y como me había dicho el enano, busqué un sitio en el centro de la formación y comencé a caminar por aquellos caminos llenos de nieve.

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15/02/2021, 22:44
DIRECTOR

Cuando el sol comenzaba a descender, llegasteis donde el camino se bifurcaba en un ángulo casi de noventa grados hacia Ueblingen, o continuando todo recto hacia el sur, siguiendo mas o menos la orilla del río Demst que llegaba hasta el pueblo encantado de Schlaghügel, donde dicen los rumores que los elfos del bosque hacían extraños sacrificios a sus oscuros y paganos dioses.

Por suerte para vosotros, el camino hacia la frontera del bosque no pasaba por ahí, siendo mucho mas seguro atravesar los pueblos de Ueblingen y Beilen, continuando hacia el sur, hasta las colinas encantadas, terreno de fantasmas según unos, de elfos según otros, y de horrores de pesadilla para los más temerosos. Pero una cosa era cierta, durante generaciones ese "camino" a través de las colinas ha sido la vía de escape de guerras y penurias para los habitantes de esta tierra, por lo que no es un camino del que nadie haya regresado jamás.

Adentrándoos en el bosque, semioculto por la nieve, el camino hacia Ueblingen se encrespaba un poco, teniendo que ayudar a tirar del carro a la vieja mula de Kruguer un par de veces. Ueblingen estaba cerca y la tibia luz de ese magnífico día de invierno, veía sus anaranjados rayos atravesar las ramas de los árboles.

Notas de juego

Mapa de los alrededores para que sepáis donde estáis y lo que os espera. La línea de puntos roja es la trayectoria del camino.

Necesito saber el orden de marcha de cada uno (los que no lo hayan dicho ya).

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16/02/2021, 08:31
Kruger "El Cuervo Burlón"

A medida que avanzaban tuvo que agradecer a aquellos que le ayudaron a tirar del carro en su avance. Aprovechando esos momentos para tener a los críos ocupados buscando bellotas, a algunos frutos del bosque que dejar en el carro para más tarde o alguna hierba digna de echarse en la sopa. Según sus cuentas Ueblingen no estaba muy lejos, sin embargo el ritmo lento de marcha y la guarda de rapaces les hacia ir más lentos de lo deseado. No sabía que se encontraría al llegar al pueblo, esperaba al menos poder apretarse en algún establo o alguna cuadra que alguien les cediese para pasar la fría noche. Todos aquellos con dos dedos de frente serían más que bienvenidos a unirse a la comitiva en busca de escapar de las garras de los poderes ruinosos.

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16/02/2021, 16:08
Franciscus Volger

El ejercicio físico hacia que uno olvidase en parte al menos sus problemas. Empujar del carromato junto a los demás fue un buen ejercicio que le mantuvo ocupado hasta que la pendiente volvió a ser menos pronunciada y aquella vieja mula pudo al fin tirar sola del carro.

Llegar la siguiente pueblo antes del anochecer era vital. No quería pasar la noche a la intemperie. Haría frío y no quería enfermar y además, los caminos imperiales se tornaban más peligrosos entrw la puesta de sol y el alba. Por ello, llegar a un refugio antes de que el sol cayera, era fundamental. 

¡Vamos, carnadas! - Exclamó alegremente el flagelante. - ¡Avanzas a buen ritmo! ¡Me gustaría llegar antes de mañana! - Soltó una carcajada.

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16/02/2021, 18:23
Hans Schreiber

Caminar nuevamente por los caminos me hizo sentí bastante a gusto. Ayudé a empujar el carromato cuando se atascaba para luego volver al centro de la formación como había recomendado el enano. En algún momento me alejé en busca de algunas bayas comestibles, pero en esa ocasión no hubo suerte. Y aunque aún llevaba el pan que me habían entregado en Hargendorf, deseé que alguien fuese más diestro y hubiera algo caliente para cenar.

-¿Qué os hace tanta gracia?- Pregunté al flagelante que parecía de muy buen humor.

- Tiradas (1)

Motivo: Supervivencia (Buscar comida)

Tirada: 1d100

Dificultad: 59-

Resultado: 86 (Fracaso) [86]