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El bosque en llamas (Leyenda Élfica)

Escena Thaola

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19/12/2021, 22:03
Narrador

Miedo y silencio bajo los altos árboles de Shalanest. El gran reino élfico respiraba intranquilo durante el frío otoño y los habitantes de la bella raza murmuraban acerca de las últimas noticias llegadas al bosque. Se hablaba de ejércitos de negros orcos salidos de las montañas del norte, crueles hordas dedicadas a saquear y destruir los pueblos y asentamientos que encontraban a su paso. Guerra, guerra, susurraban con temor los elfos e incluso las altas copas de los árboles se estremecían nerviosas bajo el azote del viento.

El último rumor mencionaba la caída de Teshaner, la gran urbe humana que apenas distaba cien millas al norte del bosque de los elfos. Miles de muertos, edificios calcinados hasta los cimientos y las murallas derruidas piedra a piedra. No había nada seguro en estas historias, pero sí era cierto que últimamente se había incrementado el número de incursiones orcas dentro del bosque. No eran más que pequeños grupos de merodeadores, pero cada vez eran más frecuentes, y las patrullas de exploradores elfos que vigilaban la frontera no daban abasto para defender el territorio. El eterno reino élfico volvía a revivir las tristes historias de antaño, los tiempos del alzamiento del malvado Rey Dios y la posterior batalla contra los caballeros de Stumlad. De nuevo, la terrible sombra de la guerra se alargaba por el bosque.

Durante el último siglo de paz y tranquilidad, el poder de la nación élfica había menguado a pasos agigantados. Lejos quedaban los tiempos en que los elfos poblaban hasta el último rincón del gran bosque, cuidando con mimo árboles y animales. La destrucción de Shalanest Oeste y la guerra contra los caballeros de Stumlad había reducido drásticamente su número, el cual seguía disminuyendo desde entonces. Muchos murieron en las guerras, y muchos otros se desvanecieron después, sumidos en el pesar y cargados con una losa de desdicha demasiado pesada para sus frágiles corazones. Año tras año, los elfos se fueron replegando hacia el interior del bosque, buscando refugio en Litdanast, la mítica capital del reino, y cortando cualquier lazo con el exterior. Vastas regiones fueron abandonadas y la cuidada naturaleza del bosque se perdió, dejando lugar a incendios, plagas y otros males que borraron la belleza anterior. Aislados de las demás razas, los elfos se sumieron en la penumbra de la tristeza, sabedores de que quizás su tiempo en este mundo llegaba a su fin.

Tú eres el menor de los hijos del Rey elfo Gerahel. Tu infancia discurrió tranquila entre juegos y canciones, pero al llegar a la edad adulta debiste empezar a cumplir con tus obligaciones. Como noveno príncipe, lejano en la línea de sucesión, te alistaste en las patrullas que vigilan las fronteras del gran bosque, con objeto de convertirte en un explorador hábil y diestro, digno príncipe de tu raza. Tras unos meses sirviendo en la patrulla, has encontrado veteranos instructores que te han enseñado las artes del arco, la espada o la exploración y también has logrado el respeto entre el resto de tus compañeros.

En vuestra última expedición, dejasteis la capital Litdanast hace nueve días y habéis vagado por el límite meridional del reino en misión de vigilancia. Es un trabajo agotador, recorrer los abandonados senderos buscando rastros de enemigos o eliminando alguna de las malignas criaturas que cada vez abundan más en el bosque. Al ver el estado de abandono del reino élfico, te preguntas más de una vez si no será ésta otra señal del fin de vuestra raza, una prueba de que vuestro tiempo en este mundo ha expirado y que como pueblo estáis condenados a desaparecer.

Al atardecer del décimo día encontráis un nuevo rastro, las claras huellas de pies calzados con botas de suela de hierro. Orcos, no hay duda, pero no más que un pequeño grupo de guerreros. Enseguida partís a la carrera para dar caza a las malvadas criaturas mientras el bosque permanece en un extraño silencio.

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19/12/2021, 22:03
Narrador

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19/12/2021, 22:04
Narrador

El atardecer se cierne lentamente sobre el bosque de Litdanast como un pesado manto. Sigues el rápido paso de tus compañeros y alzas la mirada para descubrir un cúmulo de espesos nubarrones que surca el plomizo cielo otoñal. El boscoso paraje se oscurece por momentos y las sombras de los árboles se alargan en espectrales formas. Dejas de mirar a lo alto y te concentras en el accidentado lecho del bosque y tratas de no tropezar con las gruesas raíces que cruzan el sendero.

La compañía de exploradores elfos se abre camino ágilmente entre la espesura. Diez altos y estilizados exploradores, vestidos con ropajes pardos, finas capas y pantalones de tonos verdes. Los afilados rostros yacen ocultos bajo capuchas por las que aparecen largas cabelleras rubias. Cada explorador carga a su espalda con un arco de bella factura y un carcaj repleto de larguísimas flechas. De sus cinturones penden espadas cortas y afilados puñales.

Abre la marcha Elean, capitán de la patrulla, veterano guerrero cuyo rostro imberbe contradice la vasta experiencia que se refleja en sus clarísimos ojos azules. Trota con rapidez, el cabello recogido en una larga trenza rubia que danza sobre sus hombros con cada zancada. En su mano izquierda agarra el arco con mano firme y su mano derecha aparta las ramas del camino.

-Debemos detenernos. Le aconseja Miriel, la joven arquera que avanza tras el capitán. Estamos agotados. Añade, el aliento levemente entrecortado, aunque las facciones de la mujer apenas delatan un leve enrojecimiento.

-No es momento para pausas. Responde tajante Elean. Estamos muy cerca. Siento su presencia. Entonces señala un claro que se abre en la espesura. Se han detenido allí, ya son nuestros. Afirma.

Rápidamente, la patrulla se organiza para la batalla. Sigilosos como un susurro, os acercáis hacia el pequeño claro. Aferras tu arma y sigues a tus compañeros, algo nervioso, pero con deseos de entrar en combate.

Por fin descubrís a vuestros enemigos, una veintena de encorvados seres de musculosos brazos y recias piernas. Su piel es de un oscuro tono grisáceo y de aspecto reseco. Los rostros son grotescos, con hocicos perrunos de amarillentos colmillos y pequeños ojos que brillan con un fulgor carmesí. Visten oxidadas armaduras de cuero tachonado y andrajosos ropajes y van armados con herrumbrosas cimitarras de negro acero.

Los orcos han acampado en el claro. Algunos se dedican a despedazar un ciervo y luchan entre ellos para conseguir la mayor ración, mientras el resto engulle la carne cruda sentados sobre un árbol caído. Elean se vuelve hacia vosotros y da la orden de atacar con un silencioso gesto.

Notas de juego

Sección 1

Si cargas con tu arma sobre los sorprendidos orcos, pasa a la sección 42.

Si tienes un arco y prefieres disparar desde tu posición, pasa a la sección 57.

Si prefieres aguardar a ver cómo se desarrolla el combate antes de actuar, pasa a la sección 27.

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19/12/2021, 22:30
Thaola

No fue fácil para Thaola abandonar todo aquello porque en verdad lo amaba, pero su propio padre esperaba algo más de ella que no supo a ciencia cierta si estaría a la altura. Por esa razón es que se unió a la patrulla porque siempre había sido muy diestra en el uso del arco y ahora mismo, quería demostrar su valor para ser respetada y quizás buscar la aprobación de aquel rey que se negaba a tener una hija dando vueltas en el palacio. 

Había sido muy injusto todo, aún así se acostumbró a esa vida pese a las infortunios que podía provocar el cansancio constante por el trajín, el vivir lejos de las comodidades y la seguridad que podía darte aquello. No obstante ahora mismo sí que necesitaban una parada y por esa razón cuando escuchó la orden, intentó relajarse un poco pese a que se vivía en una tensión constante. Los orcos eran un hueso duro de roer y el hecho de que ahora estén muy tranquilos allí, le provocó cierta desconfianza. 

Orcos a la vista. ¿Qué hacemos?

Notas de juego

Si prefieres aguardar a ver cómo se desarrolla el combate antes de actuar, pasa a la sección 27.

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25/12/2021, 21:50
Narrador

Tus compañeros surgen entre la maleza y se abalanzan sobre la horda de orcos. Éstos se quedan paralizados por la sorpresa y apenas tienen tiempo de alcanzar sus armas. En un instante, el silencio del bosque es roto por sonidos metálicos, entrechocar de espadas y gritos de dolor. Desde tu escondite, observas la lucha y compruebas que la horda de monstruos no es rival para vuestra patrulla. Pero cuando te dispones a salir al claro, tu fino oído descubre un rumor, primero lejano, pero que poco a poco se va haciendo más nítido. Escrutas la vegetación, tus sentidos alerta, y entonces vislumbras decenas de sombras que se abren paso entre los árboles. Sin dudar un instante, desenfundas tu arma y saltas al interior del claro.

-¡Emboscada! Es lo único que puedes gritar antes de que varios centenares de orcos irrumpan por todas direcciones.

En un instante, la simple escaramuza se convierte en una pesadilla. Los orcos disparan sus ballestas y varios elfos caen muertos con negros virotes clavados en el pecho. Elean grita una desesperada orden de retirada mientras se debate ante el ataque de una decena de enemigos.

Notas de juego

Sección 27

Pasa a la sección 11.

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25/12/2021, 21:53
Narrador

Golpeas a un orco y retrocedes a trompicones en un intento de escapar de la emboscada. Un virote cruza silbando junto a tu cabeza. Un joven elfo cae ante varios orcos para ser salvajemente mutilado por las negras cimitarras.

-¡Huid al bosque! Oyes gritar a Elean. ¡Es un ejército invasor! ¡Hay que regresar a Litdanast y dar a alarma! Su orden es silenciada por nuevos gritos y golpes.

Con el corazón aporreando tu pecho, escapas del claro y emprendes una ciega carrera entre la espesa vegetación. A tu alrededor descubres a varios de tus compañeros que huyen en desbandada mientras a vuestra espalda se escuchan los salvajes gritos de los orcos. Apenas llevas recorridos una veintena de metros, cuando tus pies se detienen al borde de una escarpada cañada, que se abre en el suelo del bosque como una gruesa cicatriz. Árboles secos y matorrales cubren las paredes de la sinuosa grieta, de unos cinco metros de ancho y que se incrusta en la tierra para formar un estrecho desfiladero varios metros más abajo. Un explorador elfo aparece a tu lado y te aparta sin miramientos.

-¡Rápido, están sobre nosotros! Grita y se dispone a descender por la cañada.

Pero justo entonces es alcanzado por un virote en la espalda. Tras soltar un corto estertor de dolor, el explorador cae en la grieta, golpeándose brutalmente con las ramas para acabar aplastado contra las rocas del fondo. Dudas un instante sobre qué decisión tomar. Mientras, los negros proyectiles derriban a otro de tus compañeros que también se precipita al vacío.

Notas de juego

Sección 11

Si decides lanzarte por la cañada, amortiguar tu caída con las ramas, y huir por el fondo del desfiladero, pasa a la sección 93.

Si prefieres tratar de saltar la brecha y seguir huyendo por el bosque, pasa a la sección 44.

Si consideras un suicidio estas opciones y prefieres darte la vuelta y enfrentarte a los orcos, pasa a la sección 58.

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27/12/2021, 22:15
Thaola

La situación de un momento a otro se había desbordado por completo y esto significó que no hubo más opción que ofrecer una pronta retirada mientras algunos compañeros se dispusieron a pelear con todas su fuerzas. No obstante Thaola salió corriendo tal como le indicaron hacia el bosque ya con la mirada puesta en dos frentes: su espalda y el sendero que tenía delante. La cuestión es que de repente comenzaron a seguirla y no tuvo más opción que detenerse bruscamente cuando terminó al borde de un precipicio. 

No tenía muchas opciones, no podía enfrentar tantos sola y tampoco lanzarse a saltar de buenas a primera. Así que rápidamente se lanzó por la cañada quizás con la esperanza de amortiguar la caída con las ramas y si la buena fortuna la abrazaba, huir por el fondo del desfiladero. Era un acto osado, uno demasiado grande para alguien como la elfa, aunque de todos modos lo intentaría y tras inhalar profundo, se lanzó a por ello. 

Notas de juego

Si decides lanzarte por la cañada, amortiguar tu caída con las ramas, y huir por el fondo del desfiladero, pasa a la sección 93.

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28/12/2021, 20:49
Narrador

Empiezas a descender con la espada en la mano, pero te escurres y caes al vacío. No puedes evitar soltar un grito. Caes sobre una rama y sientes un fuerte impacto en el pecho, rebotas y te golpeas contra otro árbol. Con desesperación, consigues aferrarte a su tronco y las espinosas hojas te arañan la cara. El dolor hace que sueltes tu asidero y sigues cayendo hasta aterrizar de espaldas sobre un arbusto que amortigua el impacto. Dolorido, te levantas y observas a lo alto, justo para ver como uno de tus compañeros lucha a espadazos contra un ingente número de enemigos. Desde tu posición, no puedes hacer más que contemplar como las cimitarras le hieren y le obligan a retroceder, lanzándole al vacío. Tras varios y terribles golpes contra las ramas, tu amigo queda postrado en medio de la cañada, los ojos aún con un rastro de vida, a pesar de que numerosas heridas y cortes laceran su cuerpo. Entonces los orcos te descubren y gritan furiosos mientras te apuntan con sus ballestas. Apenas tienes tiempo para tomar una decisión.

Notas de juego

Sección 93

Réstate 3 puntos de Resistencia.

Si socorres a tu compañero y tratas de salvarle la vida, pasa a la sección 70.

Si consideras que ya es demasiado tarde para él y decides huir por la cañada, pasa a la sección 82.

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28/12/2021, 23:01
Thaola

La caída resultó ser horrorosa para Thaola porque sintió cada rasguño, cada golpe en su cuerpo que la llevaron por un instante a la agonía. Ni hablar del dolor en su rostro, la piel arde por esas raspaduras tan fuertes. Lo bueno es que el árbol le había garantizado una salvación segura y cuando vio que su compañero siguió luchando hasta último momento, sintió ese nudo en el pecho porque ella no había hecho en verdad nada por su gente, solo huir. 

Como una cobarde que al fin de cuentas era, lo miró y después a los orcos que le apuntaron con las ballestas, así que no hubo duda, decidió seguir por la cañada a expensas de que en algún momento tendrá que redimirse o declararse un desastre con sus hermanos. Ya habrá tiempo para ello, solo necesita huir. Y eso hizo.

Notas de juego

Restados. 

Paso a la sesión 82

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28/12/2021, 23:35
Narrador

Te lanzas a la carrera por el angosto paso sin mirar atrás. Las flechas y los virotes se clavan en los árboles y en la tierra, pero pronto el desfiladero describe un giro y quedas a salvo de los proyectiles. Te abres paso entre los matorrales mientras a lo lejos sigues oyendo los gritos de lucha. Odias abandonar así a tu grupo, pero sabes que la batalla está perdida y que tu misión es ahora llegar a Litdanast y alertar a tu pueblo. Ese grupo de orcos es demasiado numeroso para ser una simple tribu errante. Tragas saliva y sigues corriendo. Como dijo Elean, se trata de un ejército.

Tras avanzar casi un kilómetro por el abrupto corredor natural, te detienes un instante para recuperar el aliento. Los sonidos de la matanza han quedado atrás y ahora un sepulcral silencio reina en el bosque. Extrañado, compruebas que ni siquiera se escucha el vuelo de un pájaro o el chasquido de una ardilla que corretee por los árboles. Algo va terriblemente mal. Sientes un escalofrío en tu espalda y un sudor helado empapa tu frente.

Notas de juego

Sección 82

Si tienes la habilidad de Rastreo, pasa a la sección 94.

Si no tienes esta habilidad, pasa a la sección 83.

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28/12/2021, 23:38
Narrador

Te dispones a seguir huyendo, cuando un terror irracional invade todo tu ser. Entonces un prolongado y agudo alarido resuena en lo alto del bosque. Es un lamento lleno de odio y rabia, y jamás habías oído un animal que emitiese semejante llamada. Paralizado por el miedo, sólo eres capaz de alzar la vista hacia el cielo del atardecer. Un nuevo alarido se escucha un instante antes de que una enorme sombra aparezca en lo alto. Es una criatura gigantesca, que bate sus extendidas alas con fuerza y muestra un alargado cuerpo reptiliano. Toda su piel está recubierta de escamas negras y tan sólo sus garrudas patas relucen con el blanco del hueso. Su cabeza, de amplias mandíbulas y afilados colmillos, escruta el bosque desde su elevada posición. No puedes dar crédito a lo que ves, se trata de un dragón.

Durante tu infancia has oído cientos de leyendas sobre los demonios alados, siervos del Rey Dios que asoló el norte en el pasado. Se suponía que desaparecieron hace siglos, tras la gran batalla que acabó con el malvado Señor de la Sombra, pero está claro que no es cierto.

El gigantesco ser alado planea sobre el bosque y describe un amplio círculo mientras desciende lentamente.

Notas de juego

Sección 83

Haz una prueba de Constitución/13.

Si superas la prueba, pasa a la sección 22.

Si fallas la prueba, pasa a la sección 95.

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29/12/2021, 00:00
Thaola

Las flechas y los virotes pasaron muy cerca de Thaola pero ninguno dió con ella, eso era un alivio debido a su excelente destreza y facilidad para sortear cada obstáculo por muy difícil que sea. No obstante de repente se percibió un silencio poco común en medio de aquel entorno y cuando pudo alzar la vista, allí lo vio. 

Un imponente dragón surcó el cielo y todas esas historias que había escuchado de niña, ahora tenían un sentido. No lo pudo creer mientras se quedó anonadada por lo que estaba apreciando y cuando finalmente pasó sobre ella, siguió su camino. Tenía una misión, era avisar a su pueblo. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Paso a sección 22

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29/12/2021, 13:42
Narrador

Sacudes la cabeza y consigues reponerte del aturdimiento. Con rapidez te echas a un lado y buscas refugio bajo un matorral. Allí escondido, observas como el dragón describe varias vueltas y emprende el vuelo hacia el sur para desaparecer de tu campo de visión. Pasan varios minutos hasta que por fin eres capaz de moverte. Con el corazón desbocado en tu pecho, reanudas tu huida, apremiado por los gritos de los orcos que vuelven a oírse al norte, acercándose. Recorres a toda velocidad un centenar de metros y entonces llegas al final de la cañada.

Notas de juego

Sección 22

Pasa a la sección 49.

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29/12/2021, 13:43
Narrador

La cañada y el río Tirem confluyen en un punto donde las aguas del río se precipitan en un salto de una decena de metros para caer en un pequeño embalse que se abre en medio de la frondosa vegetación. Te sitúas al borde de la cascada y echas un vistazo atrás, temiendo descubrir a más orcos o alguna señal del terrorífico dragón. Justo entonces vislumbras una silueta que se abre paso entre los árboles con un arco asido en las manos. No tardas en reconocer las ropas color verde oliva de Miriel, la mejor arquera de vuestra compañía. Levantas un brazo y le haces una seña para que se acerque. Ella duda un instante, temerosa ante una posible trampa, pero al momento recorre los pocos pasos que os separan.

-¡Ha sido horrible! Es lo primero que dice, su aliento entrecortado por el cansancio. ¡Todos han muerto!

Sin poder dar un paso más, se derrumba sobre ti, pero consigues acogerla entre tus brazos antes de caiga al suelo.

-Tranquila, tranquila. Tratas de calmarla, pero ella está totalmente exhausta.

Su rostro acaramelado por el sol muestra una expresión de dolor y sus ojos azules brillan con intensidad y rabia. El largo cabello rubio cae como una suave cascada dorada sobre sus hombros.

-Los orcos vienen detrás. Sigue diciendo ella y se libra de tu abrazo para señalar hacia el norte. El dragón mató a todos los otros. Yo escapé de la matanza, pero los orcos me persiguen.

Como respondiendo a sus palabras, se empiezan a escuchar gritos y salvajes alaridos entre el follaje.

-Maldición, ahí vienen. Dice Miriel, pero a pesar del cansancio, logra sobreponerse y busca una flecha en su carcaj.

Entonces aparecen seis orcos entre la maleza, pisoteando la hierba con sus botas de hierro. Al veros, blanden amenazadoramente sus cimitarras y os increpan.

-¡Ya son nuestros! Grazna su líder en idioma común.

Pero Miriel responde soltando una flecha que vuela con un silbido para incrustarse en la garganta del orco. Los otros monstruos, sin hacer caso del caído, cargan sobre vosotros. Miriel dispara de nuevo su arco, mientras tú te enfrentas a dos orcos.

Notas de juego

Sección 49

Debes luchar contra dos orcos y tienen DEF/9 y DEF/10.

Si vences el combate, pasa a la sección 4.

Si eres derrotado, pasa a la sección 222.

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30/12/2021, 15:00
Thaola

De repente se encontró con una compañera y le advirtió de la situación, lo cual rápidamente buscó posición contra un árbol y sacó una flecha para disparar. Estaba muy decidida a dar batalla, no sé rendiría fácilmente, no cuando solo tenía dos orcos delante y había que buscar la manera de que no avancen para que la ataquen. 

Esto era una cuestión de vida o muerte, en todo caso tendría que pelear con su cuchillo, aunque quería evitarlo de momento. Ya tras asentir a las palabras de la elfa, apuntó con precisión al primer orco y le disparó. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Orco 2 le disparo, al de Def 10

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30/12/2021, 15:07
Narrador

Justo antes de que se acerquen, logras disparar una flecha a uno de los orcos, la cual se clava profundamente en su pecho, dejándolo muy malherido. Éste, en un ataque de furia, logra herirte con su cimitarra. El otro orco falla su ataque, dado que lo paras con el cuchillo que acabas de esgrimir.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Orco 1: 

Orco 2: -6 PR

Thaola: vuelves a atacar. -3PR -1 PR = -4 PR


Te hace 1 PR. Este combate ya es más igualado. Con el otro PJ estabas en desventaja, la verdad. Te toca de nuevo.

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30/12/2021, 15:35
Thaola

Los orcos se acercaron de repente, aunque uno de ellos estaba malherido y el otro demasiado fuerte, más allá de que había errado su ataque. Así que no dudó Thaola en pillar al otro con la intención de enterrar el cuchillo al costado de este, buscando provocar un daño mayor. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ataco orco 1: 7 de daño. 

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30/12/2021, 16:34
Narrador

El orco que estaba intacto cayó bajo el filo de tu cuchillo, pero el malherido arremetió nuevamente con gran furia y logró herirte de poca gravedad. Te recompones y te enfrentas de nuevo al orco que queda en pie.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Orco 1: muerto.

Orco 2: -6 PR

Thaola: vuelves a atacar. -3PR -1 PR = -4 PR -1 PR = -5 PR

Cargando editor
30/12/2021, 16:38
Thaola

Intentó eliminar al orco que le quedaba mientras su corazón latía demasiado rápido. Estaba muy nerviosa, pero era conveniente eliminar la amenaza y Thaola se sentía capaz de hacerlo. 

Por ello tras recibir otro corte en el brazo, arremetió contra su oponente llena de furia. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vamos mejor esta vez! 

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30/12/2021, 16:43
Narrador

Das un mandoble y acabas con uno de los orcos, a la vez que de una patada empujas al otro hacia el borde del risco. El orco cae gritando por la cascada y su cuerpo se estrella contra las rocas que bordean el lago. Sin tiempo que perder, te dispones a ayudar a Miriel contra sus dos enemigos, pero en ese momento irrumpe en el claro una decena de orcos.

-¡Son demasiados! Dice Miriel a la vez que cercena la garganta de una sucia criatura con un amplio tajo de su espada.

Te abalanzas sobre el otro y acabas con él de un terrible golpe en pleno cráneo. El resto de enemigos corren hacia vosotros profiriendo aullidos de rabia. Echas un rápido vistazo abajo y ves que es posible saltar por la cascada y caer al lago, aunque allí quedaréis expuestos a las ballestas de los orcos.

Notas de juego

Sección 4

Si gritas a Miriel que salte al lago, que tú cubrirás su huida, pasa a la sección 50.

Si la coges del brazo y saltas con ella al lago, pasa a la sección 13.

Si prefieres luchar contra los orcos al borde del risco, pasa a la sección 25.