Partida Rol por web

Por un instante te sorprende a tí mismo que seas capaz de razonar con tanta facilidad los cálculos que se requieren para crear una copia. Una imagen de tí mismo que pudiese confundir al rastreador. Sin embargo, quizás por la falta de experiencia, la copia no es tan sólida como lo eres tu. Mismas proporciones, mismo... aire, pero hay algo inconsistente en sus datos. No engañaría a un ser inteligente, pero con un poco de suerte la cosa que tienes frente a ti no sea un ser inteligente.

Tu copia se separa unos pasos de ti, en actitud agazapada, dispuesta a salir corriendo en cuanto le des orden y dirección, pero algo le pasa al rastreador mientras tanto. 

Como si pudiesen intuir tus intenciones, ahora en el Hub hay tres rastreadores, y dos se acercan.

- No has llegado hasta aquí para dejarte atrapar... - Te susurra el soldado - Tenemos que marcar la diferencia, señor.

Grend no estaba seguro de si el señuelo había funcionado o no, pero parecia lógico pensar de que no engañaría a tres de ellos.

Mierda. Parece que va a costar más de lo que parecia en un principio.

Imaginaba que quedarse era una locura, pero decidió jugarsela una vez más a crear una copia. Si eso no funcionaba no tendría más remedio que generar un nuevo arma y salir corriendo mientras disparaba.
De momento mandó a su copia que se expusiese y corriera en una dirección al azar. Así lo mismo uno de los robots la perseguiría y luego sería más fácil.

El eco difuso corre cuando le das la orden mental, seguido de cerca por una de las imágenes del rastreador, pero has perdido tu oportunidad y pronto comprendes tu error. La presencia sobre ti es demasiado inmensa y no alcanzas a concentrarte lo suficiente cuando te alcanza.

Levantas instintivamente los brazos para protegerte, pero aún así el impacto te envía varios metros hacia atrás, dejándote el cuerpo entumecido. Es casi como si parte de la solidez que te ofreció el soldado con su sacrificio te la hubieran arrancado. No es agradable. Y probablemente, si no se hubiese dividido, el golpe habría sido incluso peor.

- Señor, no es un juego. Tenemos que huir. - La consciencia del soldado se retuerce en tu mente y casi sientes como trata de impulsar a tus piernas a moverse de regreso por donde has venido nada más surge en tu mente la idea de perder valioso tiempo luchando - Muerto no ayudarás a nadie. Muerto no salvarás a esta gente.

El impacto dejó bien claro que todos los intentos de engañar a los centinelas no habían surgido efecto. En verdad eran más listos que las personas.
Tendría que probar otro enfoque si quería salir de allí.

Grend se concentró y formó unas pistolas de energia mientras se levantaba. Desde luego si iba a caer sería peleando. Aunque su intención era escapar.
Disparó a los centinelas que tenía más cerca y después echó a correr. Suponía que serían duros de destruir, por lo que no se quedó a mirar. Aunque de vez en cuando giraba la cabeza y realizaba un par de tiros para que no se le acercaran demasiado. Buscaba como loco algún nodo de acceso para poder salir del lugar. Y tendría que ser uno bien lejos para que al menos le diera tiempo a esconderse. Por un momento incluso pensó en ir a ver a la "joven" que se había encontrado cuando despertó. Pero si ya le caia mal, el que llegara siendo perseguido no iba a hacer que mejorara la opinión que tenía de él.

Así siguió disparando y corriendo hasta llegar al punto de salto. Lo que no sabía es si le daría tiempo.

La repentina acción agresiva debió desconcertarlos o herirlos lo suficiente como para dejarlos atrás, pero ahora te enfrentas por tercera vez a la misma decisión. ¿Dónde ir?

No sabes de cuanto tiempo dispones, pero lo que es seguro es que aquí aún no estás seguro

Una parte de ti se siente agotada, hastiada. El esfuerzo que has hecho para llegar hasta aquí en tan poco tiempo y tratar de evadir, al menos por el momento, la persecución no crees ser capaz de hacerlo dos veces. 

El golpe que recibiste aún escuece, pero el tacto de tu arma en tus manos es reconfortante. Lástima que ya estás sintiendo cómo se desintegran*.

La corriente de datos en esta zona no es tan veloz, como si estuviese más preparada para la acción física que informática, pero te sigue permitiendo moverte sin dificultad. 

Si hubiese algún modo de llamar el lugar en el que estás, podría entenderse como una puerta. El Hub de entrada que enlaza con otros puertos interiores, otros pasillos, otras salas. 

- Ha estado cerca, señor, pero no podemos permitirnos descansar. Cara segundo es vital. Ahora tenemos tiempo para crear programas de protección, de distracción y ataque. Tarde o temprano encontrarán el rastro. Si exploramos el área encontraremos un lugar mejor para protegernos.

Si lo necesita, yo mismo puedo intentar crear defensas para ayudarle, siguiendo sus instrucciones.

Como la vez anterior, Grend se sentia cansado. Aunque supuestamente eso no podía ser, ya que no tenía cuerpo físico. Sin embargo su energia estaba debil. La pistola acabó de desvanecerse sin que la reforzara, prefería dejarlo para cuando la necesitara realmente.
Le hubiera gustado descansar, pero el soldado tenía razón. No había tiempo.

Bueno. Pues entonces tendremos que defendernos. ¿Quizás una armadura para no recibir tanto daño?

Mientras hablaba con una parte de sí mismo, cosa que aun se le hacia extraña, miraba la "puerta". Tratando de averiguar cómo entrar.

La puerta es sencilla y no presenta complicaciones para dejarte paso. Al otro lado, lo que intuyes son no una, sino 12 vías por las que acceder. Es probable que encuentras algo diferente en cada una de ellas, lo cual da cierta inseguridad, pero te aporta el plus de que también será más difícil que te sigan. 

Las vías están marcadas con letras.

A  D  G  J

B  E  H  K

C  F  I   L

Mientras tratas de encontrar alguna marca de diferencia entre unos y otros, te planteas tus posibilidades. Armadura, minas, invisibilidad... Deberías ser capaz de hacerlo, pero algunas cosas son más latosas que otras, y sin duda llevarán su tiempo. 

Aparentemente, no corres riesgo inmediato, por lo que tu experiencia te dice que podrías aprovechar la ventaja para dejar minas tras de ti. Solo que no son minas. Son programas que se enfrentan a otros programas. Es un rastreo, por lo que la forma que tome tu mina hará también más o menos efectiva la acción. 

¿Quieres descomponer el programa rastreador, disolver sus datos? eso es lo más parecido a un daño directo. Serviá contra los rastreadores automáticos, pero no servirá si es es un informático quien busca tu pista.

¿Quieres freír el ordenador de quien esté tratando de perseguirte? Eso serviría contra dicho informático, pero no contra un programa automático de rastreo. 

El tiempo que le dediques a cada intento también influye. Puedes concentrarte en una única gran mina durante un rato, o puedes hacer multitud de pequeñas. 

Antes de entrar por alguna de las puertas, Grend se decidió a dejar algunos regalos antes de marcharse. De hecho se alejó un poco para que no estuvieran cerca del lugar por donde pensaba irse, así no sería tan obvio la dirección que tomaría.

Como no sabía qué tipo de perseguidor tendría, prefirió prepararse para ambos casos. Primero creó una mina contra los seres que le cazaban, y luego otra contra un posible hacker que le rastreara.

Cuando acabó entró por la puerta K.

Avanzas por el conducto que has elegido esperando encontrar algo de utilidad, hasta que algo cambia en el aire. 

Ha pasado rápido. A tu izquierda. Una sombra que desaparecía por un pasillo. ¿Una niña?

Y mientras te planteas si seguir o no ese camino, otra figura se presenta frente a ti, algunas yardas más delante. ¿Cuando ha aparecido? ¿Ha estado ahí siempre? 

La figura de la izquierda ya no la ves, aunque sigue visible el amino que ha seguido. Una nueva elección para seguir adelante. 

Grende creía que a estas alturas estaría curado de espantos. Pero al parecer no fue así, ya que la visión del niño le hizo dar un saltito.

Joder.

No sabía qué esperarse, pero desde luego no esto. El niño encapuchado le daba grima, por lo que decidió ignorarlo y seguir a la niña. A lo mejor era luego peor, pero de momento estaría más tranquilo. Además, como no sabía donde ir era tan buen lugar como cualquier otro.
Aun así quería un sitio tranquilo donde pudiera confirmar que ya no le seguían para tratar de ayudar a Jade.

Tratando de alejarte del niño... o de la figura que aparentaba ser un niño cuyo rostro no se revela, te desplazas por el pasillo lateral que has vislumbrado. 

Es estrecho, de no más de un metro de ancho. En las pareces hay dibujos de puertas y ventanas, pero ninguna parece real Puras marcas de tiza sobre el vacío o la ilusión tal figura. 

Un nuevo giro y encuentras a dicha figura de espaldas. Das un aso, pero hay una sensación pegajosa en el sueño Como si... si, recuerdas esa sensación, y es justo entonces cuando la figura se gira hacia ti, y el pecho te da un vuelco.

La actitud de esa criatura es agresiva y se lanza a por ti.

Efectivamente, era peor. La niña no era una niña, si no una especie de ser monstruoso.

Pero qué coño...¿He ido a parar a una peli de terror o qué?

Pese a la situación, y al miedo, Grend (o el soldado) se controló lo suficente como para reaccionar. Una vez más creó la pistola y disparó a la chica/cosa.

Si esto es la enfermería es que el doctor Moreau está en nómina como mínimo.

No quería pensarlo demasiado porque estaba en medio de un combate, pero en verdad le preocupaba que la cosa esa fuera alguien real en el mundo real. Por desgracia, o por fortuna, no tenía los conocimientos necesarios para confirmarlo.

Tu disparo es algo apresurado, pero logras rozar a tu adversaria (si es que se le puede atribuir algún género a esa criatura). 

Sus garras translúcidas pasan muy cerca de ti, pero por suerte logras evitar lo peor del impacto. El rasguño que has logrado propinarle no parece ser suficiente para frenarla.

Solo que las malas noticias no acaban aquí. Al cambiar de posición con respecto a tu agresora, ves un nuevo movimiento por el rabillo del ojo. El niño ha seguido tus pasos hasta aquí. Si sus intenciones son como las de el ser que ya te ha atacado, no va a ser tan fácil deshacerte de tus agresores.

Grend podía ver al "niño" posicionarse detrás de él, pero le parecia mucho más peligrosa la criatura-niña. Además, si lograba acabar rápido con "ella" sólo se enfrentaría a un enemigo.

También podría tratar de huir, pero seguro que ellos conocen este lugar mejor que yo y me encontrarían. Tengo que acabar con esto aquí y ahora o no podré salir.
Y desde luego tengo que averiguar qué son estas cosas y de donde han salido. Como pueden haber mosntruos así. ¿No se supone que esto es el último bastión de la humanidad? ¿Cómo hay estás cosas?

Después de las filosóficas preguntas era momento de la acción, por lo que la pistola resonó varias veces en la zona.
 

Te mueves, atacando a tu adversaria aprovechando un flanco descubierto cuando ésta salta. Una nueva herida hiende su imagen, que comienza a perder nitidez por momentos. Verla así hace que una parte de ti se plantee nuevamente si es o no es real, pero no vas a plantearte vacilar. Has ganado algo de espacio con respecto al niño, quien no alcanza a atacarte aún, pero en los próximos segundos sabes que te alcanzará, y pelear contra dos enemigos siempre será más difícil que contra uno solo.

De momento Grend controlaba la situación, pero no podía aflojar. Por lo que siguió disparando a la "chica" hasta que se disolviese del todo.
De vez en cuando miraba al "niño" no fuese que hiciese alguna cosa extraña. Más extraña aun que toda la situación en sí. Pero no podía confiarse en que no le atacase a pesar de que todavía no lo había hecho.

Venga. Cae de una vez. No puedo estarme aquí todo el día. Tengo a una niña de verdad a la que salvar.