Partida Rol por web

El Búnquer

Día 0. Amanecer. Chiara

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21/08/2014, 14:39
IVI

https://www.youtube.com/watch?v=CyUaCw1_xAg

Los días se siguen pareciendo entre sí. El tacto de las sábanas es tan frío como recordabas, y durante unos minutos, te demoras, dejando que la música d tu despertador flote un poco más antes de detenerla.

Tu casa es, como las de la mayoría del Búnker, un ejemplo de espacio bien aprovechado, aún cuando no supera los 35 metros, poder prescindir de cocina, hace que el espacio parezca expandirse. Las lámpadas con hologramas 3D como imitación de ventanas hacen maravillas para reducir la sensación de encierro, pero no a alejar el frío.

Al otro lado de la pared te llegan amortiguados los sonidos que indican que tu vecino está despierto y moviéndose. Tragas saliva, intentando disimularte a ti misma el repentino nudo en la garganta que acaba de cerrase y te obligas a pensar en otras cosas.

Esta casa te gustó durante mucho tiempo, una imitación rústica, pero todo seguía siendo demasiado artificial. Demasiado solitario. 

Quizás si vas a trabajar pronto tus nervios se relajen al coincidir con otras personas conocidas. Incluso yendo un paso más allá, si al final del día te desvías a la sección de Adminstración, quizás podrías pedir un traslado en tu habitáculo...

Notas de juego

Ahora puedes narrar un poco el principio de tu mañana, tus pensamientos e indicarme dónde quieres ir.

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21/08/2014, 19:26
Dra. Chiara Novak

El sonido de la música del despertador que hay junto a mi cama es agradable, escucho la melodía tumbada boca arriba sobre mi cama, sé que es hora de levantarme y que no tengo demasiado tiempo para desperezar mi cuerpo, solo abro mis ojos para mirar al techo de la habitación con una mirada pensativa, pero en realidad, no estoy pensando en nada importante.

Siento mi garganta seca, como si hubiese tragado un desierto de arena, un extraño y ligero dolor en la clavícula izquierda, posiblemente por descansar en una mala postura. Me siento como un viejo vehículo que necesita calentarse para comenzar su marcha al sentir mi espalda tirante y mi pierna izquierda dolorida. Odio las mañanas, despertar incrementa mi sensación de que estoy algo vieja y desmejorada, es el momento del día en el que noto más los achaques de mi cuerpo, por lo que siempre me planteo injertar partes mecánicas en mi cuerpo, o directamente descargar mi consciencia y mente en un dispositivo androide, pero el miedo siempre es una excusa para no hacerlo.

Me incorporo con cierto malestar hasta quedar sentada en un lado de la cama, mis pies descalzos al sentir el frio suelo me hacen recobrar el sentido y me desperezan inconscientemente, con la edad me he vuelto algo perezosa para despertar, pero mi trabajo en el Búnker siempre exige lo mejor de mí. Mis ojos lagrimosos están cargados de legañas que siempre remuevo con cuidado y de forma metódica con mis finos dedos al despertar, pero el sonido que procede del habitáculo de mi vecino me interrumpe captando mi atención, por lo que apago el despertador extendiendo mi brazo lentamente hasta presionar el botón con mi dedo índice.

Aquellos sonidos hacen que mi garganta se tense para después tragar saliva. No me siento muy segura estando tan cerca de mi vecino Alex Maloy, aunque a veces pienso que estoy paranoica, no puedo negar que el chico me inquieta hasta el punto de hacerme desconfiar de él.

-Será mejor que me vista y me apresure hasta el comedor- pensé mientras me ponía en pie movida por la intranquilidad de coincidir con mi vecino.

Mi ligera cogerá se acentúa por las mañanas, sobre todo recién despierta, por lo que trato de caminar con cuidado para no hacer ruido hasta el otro extremo de mi habitáculo, donde anoche dejé la mitad de un viejo vaso de cristal con agua con unas gotitas de limón.

-Esto me ayudará a poner el motor en marcha- pienso mientras bebo lentamente para suavizar mi garganta.

Al terminar de beber, tomo conciencia una vez más de la soledad que me rodea, me siento depresiva al mirar a mi pequeño armario empotrado en la pared, hasta algo tan sencillo como vestirme me da cierta pereza, pero no puedo compadecerme de mi misma y volver a la cama, dejo el vaso vacío donde estaba y camino lentamente hacia el armario hasta abrirlo sin mucho ánimo. Me desvisto de mi camisón y tomo las prendas que suelo utilizar para ir al trabajo, unos zuecos y pantalones de tela negros, y una camisa y mi bata blanca para trabajar.

Tras vestirme adecento un poco mi cabello despeinado con la ayuda de mis dedos y del espejo que hay en la parte interior de una de las puertas del armario para después sacar del bolsillo de mi bata blanca mi identificación para colgármela alrededor del cuello.

-Me gustaría estar en una playa paradisiaca y comer uvas con queso- pienso mientras coloco mi identificación mirando al espejo, resignándome a pasar por el comedor y conformarme con algún trozo de fruta o una rebanada de pan.

Antes de cerrar la puerta del armario, en una terapia improvisada por mí misma, sonrió a mi reflejo para hacerme sentirme mejor.

Por último, hago mi cama con cierta lentitud y coloco mi camisón debajo de la almohada, una vez preparada, salgo del habitáculo pulsando el botón para abrir puerta corredera.

-Iré a ver que en encuentro para desayunar en el comedor antes de acudir al trabajo, tengo tiempo para desayunar- pensé mientras colocaba mi clave en el dispositivo de la puerta para cerrarla.

Me dispongo a dirigirme hacia el comedor, caminando lentamente y con cierta cojera, tomando como apoyo las barandillas o cualquier cosa que me facilite el camino, teniendo muy en cuenta que no quiero cruzarme con mi vecino, el joven Alex Maloy, que con solo su presencia hace que me sienta intranquila.

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22/08/2014, 08:13
Director
Sólo para el director

Notas de juego

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