Partida Rol por web

El Búnquer

Día 10: Despegue

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12/09/2018, 20:15
X-06

 

Despegue

 

Durante las horas previas al lanzamiento se sucedieron momentos de calma que sólo vaticinaban el caos que surgía momentos más tarde.

Un pequeño grupo logró colarse hasta el interior del espacio protegido y se encadenaron al interior de tal forma que extraerlos hubiese conllevado un riesgo para la supervivencia de la misión por posibles daños en la nave.

Las primeras naves-sonda del avance del Dios-Máquina dejaron de tener miedo a los radares y se adentraban a la zona interior del búnker. En el aire surcan los primeros proyectiles para interceptarlos, y sus ecos distantes encogen el corazón de todos que los que conservan algo de cordura.

Una buena parte de los ciudadanos seguían fieles a los principios de la misión, pero seguían siendo demasiado manipulables. Demasiado vulnerables.

Y entonces... una brecha. Los ecos informaron de que algo estaba a punto de pasar, pero llegaron demasiado tarde, y las puertas exteriores de abrieron bajo la orden de esos a los que llaman Monstruos entre, dejando entrar el aire contaminado al interior del recinto. Inmediatamente se sellaron todas las áreas posibles, entre ellas la zona de despegue.

Lo peor es que no estaban todos.

Uno de los elegidos para la misión se quedó encerrado tras las puertas de metal blindado.

Y aún así, la última imagen que les dedica Déborah desde el comunicador es una sonrisa. Un gesto tan inusual que chirría.

Haced que merezca la pena.

Pero no es la última traición a la que se ven obligados a enfrentarse en esas últimas horas.

Amadeus se parapeta contra una de las puertas, exigiendo entrar y obtener un puesto a pesar de haberse visto afectado por la contaminación exterior. No hay excepciones. Después comienzan las exigencias y dejan de prestar atención. Un despegue es demasiado delicado como para perder el tiempo discutiendo contra la puerta sellada.

Las palabras de Amadeus se dirigen ahora a su compañero de piso Desmond, quien en ese momento trataba de contener los ánimos de la multitud junto al resto de personal de seguridad que ha quedado en el exterior de la cámara segura. Amadeus pierde el control y da una orden a Desmond sin mirarlo, convencido de su obediencia ciega. Le ordena matar a un ciudadano por cada minuto que los del interior se nieguen a abrir las puertas para él. Pero no hay excepciones.

Afortunadamente Deborah está allí, y pasado medio minuto (casi podrían jurar que ha contado los segundos) decide intervenir y carga contra Amadeus... pero Desmond es más rápido, y dispara contra ella. Sin excepciones. Amadeus ríe mientras su protector lo observa lo que acaba de hacer. Como uno de los mayores representantes con vida y humano presente, exige que...

El Dr. Ulbreht está junto a X06 asistiendo en los preparativos de la nave. Hasta ahora se ha mantenido centrado en una única tarea, pero al escuchar el grito de Frederick algo en su lógica deshumanizada reacciona.

Se acerca a una de las terminales y da una única orden que puede ser escuchada en el pasillo. Ordena abrir fuego contra Amadeus. Y antes de que el resto de soldados pueda siguiera reaccionar... es nuevamente Desmond quien cumple la orden.

Si mirada es la de un hombre destrozado. Depone las armas, pero nadie se atreve a acercarse a él. Simplemente se arrodilla junto a aquel que quiso ser como un padre adoptivo para él, aunque él nunca lo vio como este pretendía.

- No hay excepciones - Se escucha por el comunicador antes de que éste se apague. Las pantallas que mostraban al interior lo que pasaba en el pasillo y en el resto del búnquer dejan de emitir. Las comunicaciones están cerradas.

Pasan el resto de horas antes del despegue atareados y acompañados de los ecos y crujidos de la instalación, hasta que una sombra se materializa en uno de los monitores.

- La ciega... quiere desearles suerte. Y X06. A ti especialmente te ruega que pase lo que pase, no olvides. El Objetivo está en juego.

Tenemos el control de la estación tras apagar momentáneamente los restos de IVI. Supongo que ya nunca sabremos cómo murió. Ahora todo es manual, pero cuando los sistemas de defensa se reactiven... los que no estén vistiendo un cuerpo robótico nos extinguiremos.

Aún así, personalmente... quiero darles las gracias.

Gracias por darle a mi vida... a la de todos los que seguíamos aquí, un objetivo.

Sed fuertes y conseguid el vuestro.

La comunicación se cierra.

Ya no quedan sino minutos para tener que vestir los trajes que les ayudarán a soportar la presión de la aceleración necesaria para salir de la atmósfera.

Están preparados.

O todo lo preparados que podrán estar nunca.

Es el momento

 

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15/09/2018, 21:01
Utolsó Remény

Los minutos antes del despegue son tan intensos como caóticos como pudiera esperarse de una situación tal.
-Supongo que es difícil ver partir tu ultima esperanza. -Comento frio, como solía ser.

Antes de darme cuenta el bunker es expuesto al exterior y parece que alguien designado a la nave no puede llegar, Deborah a de quedarse atrás pero parece convencida de ello, algo muy loable por su parte, pero la mirada de Fred no parece pensar lo mismo, por lo que preferí no decir nada y seguir observando. Al menos les debo eso ha aquellos que dejamos atrás.

Los disparos no tardan en llegar así como las exigencias, por suerte es el Dr. Ulbreht quien toma cartas en el asunto y ejecuta una orden lógica y necesaria. Aunque en ese momento me pregunte si de estar yo al otro lado hubiera respondido parecido o no. Pero como aquella posibilidad no era factible en la realidad actual simplemente seguí observando y me mantuve de esa manera sin mover un solo musculo o haciendo gesto alguno. Sentí la mano de otra persona apretando la mía, pero tampoco supe corresponder a eso. Había decidido mirar hasta el final y nada debía distraerme de mi cometido, al menos así pensaba mi yo de ese instante.

Una voz inunda el nave por poco menos de un minuto, despidiéndose a su manera de aquellos que marchamos para crear una nueva realidad para todos ellos. Por lo que me pregunte por un instante si yo estaría en ella o como seria de diferente.

Pero ahora debíamos prepararnos para salir y empezar la búsqueda, el ultimo intento de la humanidad, uno desesperado y lleno de incógnitas, era fascinante.

-Vamos a prepararnos, démosles una nueva vida, una mejor. -Seria lo único que dijera antes de apartar mi mirada de los monitores, corresponder al apretón y caminar hacia la sala donde vestir los trajes.

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16/09/2018, 15:50
Cuarenta y dos

Sin excepciones.

Se repite en mi mente. Eso incluye a la compañera de Frederick y a todos los que se han jugado la vida por el proyecto... y no van a llegar. Una rápida mirada de comprensión a mi compañero antes de apretar un momento su hombro y asentir.

La tensión es creciente y la insurrección habla bastante mal de la preparación de este búnquer, aunque por otro lado se trata de un búnquer científico y quizá pedir algo diferente era pedir demasiado. No obstante, aquello no podría detenernos. Por fortuna alguien toma el mando de la situación y sólo confirma que elegirlo a él fue una de las mejores opciones.

Sin excepciones.

Se vuelve a repetir. Otra muerte... y una parte de mí desearía usar parte del armamento para reventar a esos pollos sin cabeza, pero viendo que tal cual habíamos vaticinado los exploradores del Dios Máquina ya han comenzado a llegar es mejor dejarlo para otro momento.

El Objetivo está en juego.

Repito el mantra de la Ciega. Con una mezcla de nervios y emoción camino para ponerme al mando de esta preciosidad, de sentir cada ápice de ella cuando surquemos el cielo en busca del infinito. Pero las palabras de Utolsó hacen que me gire hacia él y le sonría, con resignación.

No, Utolsó, no vamos a darles una mejor vida. Cuando cambiemos el pasado, esto será un falso presente y sólo existirá en nuestras mentes.

Pero al menos le daremos a la humanidad una oportunidad.

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28/09/2018, 10:11
IVI

Todo estaba decidido al fin. 

Los motores comenzaron un encendido en Ralentí mientras los sistemas se ponían a punto en el interior. Aparatos encendidos, combustible cargado y a punto, sistemas chequeados y los corazones agitados y anhelantes por lo que podrían llegar a encontrar más allá.

No están fuera de peligro. Aunque el grueso del ejército marche lento y aún vaya a tardar días en llegar, si los primeros exploradores estaban allí, tal como delataban la activación de las armas exteriores, significaba que otros vehículos de ataque también podrían estar cerca.

Significaba que aún podrían tratar de derribarles en pleno vuelo... y habían perdido a la experta en armamento.

Los motores de la nave se encienden con una llamarada antes de que se abra la cúpula que dejará a la vista el cielo abierto. Que no tengan tiempo para prepararse. Que crean que aún faltan días para que nada pueda despegar desde aquí. El poco efecto sorpresa que pudiesen haber ganado con las maniobras desesperadas, aún después de todos los intentos de sabotaje, podrían ser fundamentales para la supervivencia.

Está al alcance de la mano. Pueden lograrlo.

Alguien llora a su espalda suplicando por unos minutos más, diciendo que aún no se ha preparado, que sienten miedo. ¿Será mucha la aceleración? ¿Es seguro? Preguntas estúpidas si estuvieron dispuestos a colarse en aquella nave, pudiendo poner en peligro su supervivencia y la de la misión.

Podrían llegar a ser un lastre.

Pero Utolsó ya está demasiado concentrado, conectando su mente a la máquina para chequear que todos los sistemas funcionan como han de hacerlo. La IA de a bordo no tiene más inteligencia de lo que tendía un caballo bien entrenado, y está preparada para obedecer en aquello para lo que ha sido creada. Ni rastro de otras contaminaciones o alteraciones de software.

Mientras, Cuarentaydos es ahora parte de los engranajes, de la mecánica y del los mandos. Él no es solo el piloto. Todo su cuerpo y su mente se ha convertido en el timón, los mandos y la voluntad de la nave en este momento crucial de despegue.

Sus heridas casi-curadas emiten un quejido cuando el temblor sacude sus huesos, pero lo soporta con poco más que un gruñido estoico.

Y entonces si, los cielos se abren. Incluso el más impasible necesita contener el aliento. Está a punto de suceder.

Y la aceleración lanza un destello que será claramente visible desde muchos mundos de distancia cuando la nave comienza a ascender, rápido, cada vez más rápido.

Y al pasar, docenas de androides manejados por voluntades ajenas junto a Arango Khan y su sección rebelde levantan la mirada desde las barreras de protección de la puerta, donde trataban de organizar la defensa de los supervivientes del búnker.

Un hombre enfermo con un parecido asombroso con el piloto de la nave observa la estela con unos ojos que han ido perdiendo su luz. Murmura algo que nadie escucha. Sonríe sin saber si Su Rachel viaja o no a bordo. ¿Cambiará en algo el resultado? espera que si.

En el interior, entonces, Phileas Verne aprieta un botón y se ríe como un desquiciado.

La sección oeste del Búnker salta por los aires. Se aproxima la onda expansiva.

- Agárrense - Habla una voz desde los altavoces ¿la voz de Utolsó, o tal vez 42? no importa. La sacudida llega un parpadeo más tarde. Alguien grita en el interior. Pero no se detiene. La nave asciende y asciende... y no está sola.

Al menos una docena de objetos no identificados se acercan desde gran altura. Varios cálculos rápidos lo confirman: en tres minutos podrán alcanzarles y derribarles. Son demasiados para las armas automáticas de la nave.

Alguien se ha sentado a los mandos de la nave a pesar de no tener experiencia. Se acercan. Se separan en varios sub-grupos y comienzan a rodearles.

Abren fuego. Quizás cogido por sorpresa o tal vez carente de voluntad, el objetivo no hace ninguna clase de maniobra defensiva, y es derribado con facilidad. Se siguen acercando. La aceleración hace complicado centrar la atención. Una gran parte de los sistemas de la nave están en automático, y no pueden desviar más energía a las armas si quieren que los motores no se resientan.

La decena de naves restantes empiezan a rodearles, pero no disparan. Otra es derribada. Quedan 10.

Apuntan... pero no contra nave. Apuntan hacia delante, hacia la trayectoria que siguen. Vacilación. ¿Quienes son? ¿No son parte de la avanzadilla del Dios Máquina? ¿Quedaba algún aliado en el mundo? Pero si es así ¿Por qué no han tratado de contactar?

A varios kilómetros de distancia y cada vez más abajo llegan nuevas lecturas de destellos de alguna clase de batalla. Pero eso ya corresponde a otro mundo. Uno que podría desaparecer en cuanto entreguen este paquete. En cuanto El pasado cambie. Ese momento en el que podría ser que ninguno de los presentes haya existido.

Las naves que los rodean no pueden salir de la atmósfera, lo cual delatan los fallos en sus motores. Una a una empiezan a vacilar, perder aceleración y a caer respondiendo a la llamada de la gravedad. Les han escoltado para salir de la atmósfera.

Y Una vez allí...

Al fin están fuera.

Han vencido.