Partida Rol por web

 Tras un fugaz vistazo a la encrucijada, el guerrero se pone en marcha, sin dudarlo, hacia la izquierda confiando en que le resto le siga, mezclándose entre la gente a medida que se apresuran, con la capucha de la capa cubriendole la cabeza.

Corremos por el callejon hasta llegar a un cruce con una calle en la que hay bastante gente, maese Bronas decide marchar hacia la izquierda, imito su movimiento y me dirijo hacia la izquierda como él para mezclarnos entre los transeuntes sin perder de vista a mi compañero norteño, ni a maese Arkantos.

Arkantos siguió a sus compañeros hasta la calle principal, una vez entraron en la misma, vio como sus compañeros tiraron hacia la izquierda. Arkantos giró la cabeza para saber su posición respecto a sus perseguidores y rápidamente se volvió a girar y tornó en la misma dirección que sus compañeros sin perderlos de vista.

No más que siete personas hay en esos primeros metros y el trío no logra disimularse tanto como esperaba, siendo todavía seguido de cerca por la guardia. La gente se alarma un poco más por el pequeño caos que generan más que por la situación. Un par de canastos caidos, un par de peatones caidos por el empellón de Bronas y la guardia que no ceja en su persecución.

Arkantos echa atrás la mirada para comprobar que sus perseguidores les siguen el paso. Dioses!! piensa el guerrero. Continúa asustado y no piensa con claridad, lo único que consigue es apretar el paso y avanzar.

Al llegar a la calle, intentamos mezclarnos con la gente pero al salir no hay demasiado y algunos golpes tontos con los puestos nos delatan, sin perder de vista a maese Arkantos y a maese Bronas, intento despistar a los guardias zigzagueando entre la gente para que no me sigan, - Ja, como en los viejos tiempos - pienso recordando algunos momentos junto al viejo Talin.

 Bronas avanzaba abriendo paso, pero el retener su carrera para colocar obstáculos para ralentizar la marcha de los perseguidores causó que los demás lo arrebasaran, pero tampoco se alejaron mucho más pues no sabíanque camino tomar.

 - A la derecha. No o detengáis.

El trío se mete de lleno en la primer entrada por la derecha que ven, al frente y solo va Arkantos, seguido a varios metros por Galdor y aun más atrás por Bronas que si bien se aleja de los guardias, no lo hace por mucho. El camino elegido es un callejón lleno de cajas y basura, puertas con tablas que impiden el acceso y poco se puede ver más adelante, pero igual se siguen metiendo más todavía los más veloces, mientras que Bronas recién se introduce en el callejón.

Todo les indica que ha sido una muy mala decisión, están encerrados al parecer y no ven salida posible del otro lado, pegar la vuelta sería regalarse a los guardias y no saben que más hacer. Buscan frenéticos una salida que no hay y hasta se les pasa por la cabeza destrancar una puerta que les tomaría mucho tiempo o bien ponerse a escalar y ganar distancia en altura.

Sigo corriendo tras los pasos de maese Arkantos, -es rápido,menos mal que los guardias no estan en tan buena forma. Corriendo llegamos tras hacer caso de las indicaciones del norteño hasta un callejón sin salida, por donde llegamos los guardias nos cortarán el paso. Así que ahora queda abrir alguna de estas puertas cerradas a cal y canto, o escalar por la pared.
Estamos atrapados maese Arkantos
Compruebo los tablones de alguna de las puertas y me parece que no es una buena opción perder el tiempo con eso. Miro las paredes y me fijo si pudiera escalar por ahí.

Quizá pueda escalar por ahí, una vez este arriba podríamos usar esta cuerda para que puedas subir. Con un poco de suerte estemos arriba y podamos subir a maese Bronas antes de que lleguen los guardias.-le digo esperando lo que diga a maese Arkantos mientras me preparo para escalar.

Arkantos corre como loco por dónde Bronas indica, sin embargo al torcer la calle se queda paralizado, no encuentra salida alguna y hasta que Galdor no le da la solución, no es capaz de reaccionar. Arkantos comenta:
-date prisa.
Mientras le apresura y ayuda a escalar dándole pie. Y una vez que Galdor comienza a escalar, Arkantos vigila y controla el avance de Bronas.

 Viendo como los acompañantes, se mueven rápido y le arrebasan mientras él va cubriendo la retirada, les anima  a seguir.

 - Continuad, continuad. No os detengáis.

 Dice con seguridad el norteño mientras avanza a grandes pasos por detrás del resto.

Todo te indica que ha sido una muy mala decisión, están encerrados al parecer y no vez salida posible del otro lado, pegar la vuelta sería regalarse a los guardias y no sabes que más hacer. Buscas frenético una salida que no hay y hasta vez como tus compañeros intentan escalar las paredes para ganar altura y alejarse de los guardias. Tiras una pila de cajas y estas caen sobre los guardias, frenándolos invariablemente. Ahora tienen un respiro para ver que hacer por escapar. Galdor escala, Arkantos lo ayuda y Bronas se les está acercando.

De pronto Arkantos con la cara cerca de la pared, una pared oscura llena de mugre y una verde vegetación que prolifera por la humedad, concentrado en izar a su compañero ve con sorpresa un rostro que se le aparece de la nada. - Ven si quieres vivir. - Te dice y tu te sorprendes, Galdor tambalea cuando el religioso guerrero ve ese rostro. Pero aun así no cae porque Arkantos vuelve a poner firmes las manos rápidamente. - Rápido, no hay tiempo, entra si quieres vivir. Después no habrá otra oportunidad. -

Veo como el norteño viene corriendo por el fondo del corredor, perseguido por los guardias, me preparo y apoyo un de mis pies en las manos de maese Arkantos que había puesto para ayudarme a subir. De repente me tambaleo, pues el guerrero se mueve pero mantiene el equilibrio y no llego a darme de bruces contra el suelo, lanzo mi mirada hacia abajo cuando veo como alguien le está hablando, indicándonos una ruta de escape, aunque quizá sea peor el remedio que la enfermedad.

Maese Arkantos rápido no tenemos demasiadas opciones-mientras bajo al suelo y me preparo para seguir al desconocido junto a mis compañeros.

Arkantos ayuda a subir a Galdor colocando las manos para darle pie. Justo en ese momento el guerrero echa el ojo atrás para localizar a Bronas y sus perseguidores.

-Vamos, date prisa, le urge a Galdor a la par que vuelve la cabeza hacia la pared. Justo en ese momento una cabeza parece surgir de la nada de entre la pared. Le sorprende a Arkantos que parece flojear y a punto está Galdor de caer al suelo. Sin embargo rápidamente el guerrero reacciona y firmemente sostiene a Galdor.

Parece ser que Galdor también se ha percatado de la extraña figura y asiente.

Ayuda a Galdor a pasar antes que él por la extraña pared y se gira para indicar a Bronas por dónde debe pasar.

-Bronas, rápido, por aquí. Espera fuera hasta asegurarse que Bronas les ha localizado y sabe por dónde debe ir.

Empieza a recobrar la serenidad y su cabeza comienza a pensar con más claridad. Debe asegurarse que ninguno de ellos se queda atrás. Espera a Bronas y entra tras el guerrero.

 A diferencia de sus compañeros, Bronas es una mole, su correr es más un arrollamiento, pero de alguna forma se las apaña para abrirse paso por el callejón a grandes pasos entre los obstáculos para alcanzar a sus compañeros y escorrer el bulto por donde están.

El rostro desaparece y luego aparece una mano indicándoles que le sigan, Arkantos mira el lugar y es una pared, oscura, mohosa, todo hace pensar que es una pared, pero la mano está ahí como si nada moviéndose. El guerrero religioso toca la pared y

El rostro desaparece y luego aparece una mano indicándoles que le sigan, Galdor mira el lugar y es una pared, oscura, mohosa, todo hace pensar que es una pared, pero la mano está ahí como si nada moviéndose. El joven semielfo toca la pared y parece real, hasta que hace fuerza en la misma y su brazo pasa de largo. Quiere sacar la mano ante la impresión pero la misma mano de antes le toma del antebrazo y lo lleva dentro.

Bronas no se hace tantas preguntas y pasa como viene, dejando la retaguardia a Arkantos terminando así de "salir" del callejón el grupo. Los ruidos de afuera se apagaron como si fuera magia, no se escuchaba nada, pero lo que más les llamaba la atención era lo que están viendo.

Una amplia habitación donde hay un grupo de siete personas todas de diferentes razas y o lugares, un enano religioso de Móradin, un par de medianos, un elfo con un excelente arco y otro más bien del tipo guerrero, pero con una lanza. Los otros dos parecen hombres del desierto.

Y uno de ellos es el que les indicó el camino a seguir y los invita a que se presenten ante los que están en el lugar.