Partida Rol por web

Pero como es que vienes aquí si no te ha llegado la hora?
Que ha pasado?
Algo aquí no está bien entonces.

Kan parece estar un tanto intranquilo, evidentemente no llegaban elfos no exiliados a este lugar.

Solo Artemisa está por encima mío en este lugar, es conmigo con quien puedes hablar con total tranquilidad Nethiron.

Aceptando las palabras de Kan, le respondo

Necesito encontrar a la mujer del invierno.

Sabiendo que el elfo que tengo en frente es el primero que me cruzo, por más que no me genere desconfianza por las palabras de Ciria se que solo no podré liderar ni convencer a los elfos de que vuelvan a luchar cual mortales.

Pudiste notar como rápidamente Kan perdía la mirada en el mar dejándote de ver directamente a los ojos.
Por supuesto no pudiste evitar el voltear hacia allá.
En la lejanía pudiste ver dos botes acercándose lentamente, tus agudos sentidos élficos te permitieron observar mas detalles de aquellas embarcaciones.
Los botes eran pequeños, en uno de ellos había dos humanoides, uno de ellos un elfo, sin armadura, de piel un tanto grisácea y con un gran arco sin cuerda esgrimido en su mano derecha, el elfo tenía varios tatuajes que no lograbas distinguir en su totalidad. El otro, un humano, o al menos eso parecía, dentro de su armadura completa de color negro, un gran espadón estaba en su espalda, como rasgo distintivo podías ver su pelo un tanto canoso y una cicatriz que surcaba su ojo derecho.
El otro bote estaba un tanto más alejado del primero y había una sola persona en él, poco se podía distinguir, pero parecía un humano envuelto en una túnica de color negro con detalles en rojo.

Kan te tomó del brazo fuertemente y te situó a su lado, dijo sólo dos palabras.

Cuidado hermano.

No se dispuso a combatir pero se paró a la espera de cualquier amenaza.
A lo lejos el bote del humano en túnicas negras parecía detenerse, mientras el otro bote seguía avanzando.

Centrando mi vista en los nuevos visitantes, me concentro, junto mis manos y las separo haciendo un arco frente a nosotros mientras digo unas palabras en el lenguaje arcano.

Mantente en este lugar y no intentes nada... veremos que desean...

El bote avanzó lentamente hasta chocar con la orilla.
El elfo gris bajó de un agraciado salto mientras que el pesado hombre de la negra armadura simplemente voló hasta posarse en la arena, una vez allí los señaló con con su dedo índice derecho.

Elfos, traigan a Artemiza aquí.

La voz de aquel guerrero era fuerte y ronca y sonaba por supuesto a una órden.

Quien la busca? Mi diosa no hablará con nadie menor a un dios.
Ustedes no son bienvenidos a nuestras playas marchense de aquí ahora.

Kan tenía los músculos increíblemente tensos, sus brazos parecían que iban a explotar como si fuera una catapulta cargada.

Os habeis equivocado de playa y de Dios. Ustedes no desean estar aquí ni hablar con Artemisa. Volverán por donde vinieron sin emitir sonido alguno, o el fondo del mar será vuestro hogar eterno....

Digo mientras preparo mi acción

Si no nos pueden llevar con Artemisa, no nos sirven de nada.

El elfo saca una flecha y parece ponerla en una cuerda invisible en su gran arco.

El arquero, tensa la flecha que habia sacado rapidamente de su carcaj, y la dispara sin más contemplaciones directo hacia la cabeza de Nethiron.
Sin embargo, la flecha impacta y se hace añicos contra el muro de fuerza!
Rapidamente, el arquero toma otra flecha, la tensa, y la lanza algo más elevado. En cuanto avandona el arco, el proyectil vuela brillante, dejando un haz de luz en su camino. La flecha pasa muy alta, atravesando por lo alto al muro de fuerza.

El elfo, sonrie con malicia, y tras extraer una tercer flecha, apunta hacia el cielo. La dispara dibujando un nuevo haz de luz, y luego otra, y otra más.
Kan rápidamente alza la vista, al igual que tu. Las flechas vuelan alto y caen!
Increíblemente, las tres descienden como rayos gemelos directo hacia tu cabeza!
Dando un ágil salto, logras evitar que te asesinen al instante. Sin embargo, los tres proyectiles impactan contra tu brazo izquierdo, rozando el hombro. Otro se clava en tu pie y otro te atraviesa la pierna!

Dolorido, las arrancas sin dar crédito a la increíble habilidad del arquero!

Cuidado Tachimode. Hay un muro de fuerza adelante. le oyen mascullar al maldito elfo.

Kan da un rapido rodeo. Corre a toda velocidad, bordeando el muro de fuerza con gran destreza. Al llegar al arquero, le lanza dos golpes con sus espadas hiriendolo gravemente. Sin embargo, el elfo resiste de milagro, a pesar de que la espada corta ha pasado sin dudas muy cerca de su corazon atravezandole el pecho.
Kan gira, y logra desarmarle el arco con un golpe de su espada larga.

Entonces, el poderoso guerrero retrocede de un salto, alejandose unos metros de Tachimode, y dejando al malherido elfo arquero, justo en medio de él y del oscuro guerrero que le acompaña.