Partida Rol por web

La tripulación de la Cronus cogió algo de ropa de las taquillas junto a las vainas de crioestasis y se salieron de las cámaras, giraron a la izquierda hasta el final del pasillo donde había un par de ascensores. Excepto Cooper que parecía más afectado por el hipersueño, el resto había recobrado la suficiente movilidad y lucidez como para llegar a la bahía médica sin problemas.

Bajaron a a la cubierta B, donde al salir del ascensor se toparon con los cuartos  de la tripulación y rodeándolos a la derecha la puerta de la zona científica y la de la bahía médica. Al abrir la puerta las luces se encendieron revelando una primera sala de cuidados y otra al fondo con dos Medpods Pauling* de generaciones anteriores. Uno tenía su tubo de plexiglás astillado y destrozado como si algo hubiera salido él. El otro estaba sellado e iluminado desde adentro, pero toda la superficie interna del plexiglás estaba cubierta de sangre seca y espesa. Había una fila de grandes frascos de muestras. En la primera habitación, flotando dentro de dos de ellos había dos pequeñas criaturas alienígenas. En un estante lejano había un frasco de muestra más pequeño sin líquido, que contenía unos nodos fúngicos (como si fueran sacos de huevos). En el escritorio había una urna metálica abierta y dentro de ella cuatro viales de vidrio de aspecto orgánico: tres de ellos estaban intactos con algún tipo de líquido negro dentro de ellos, mientras que el cuarto estaba abierto y vacío.

- Siéntese aquí mientras busco los analgésicos, le dijo Flynn a Cooper señalando la silla del escritorio, no recuerdo dónde los dejé. Comenzó a abrir los estantes buscando algo.

- No te preocupes, no voy a ir a ninguna parte - respondió sentándose en la silla, sujetando su cabeza entre las manos y poniendo lo codos en las rodillas

- ¿Tardará mucho su capitana en venir? - se dirigió a Cham. Seguro que nos entendemos, todo esto será un malentendido.

Resopló y elevó las manos al aire, hastiada por el comentario de Johns: Si, seguro que le ofreces el mando de la Cronus con tal de no tomar decisiones.

- No es eso, dice a la defensiva, seguro que es un oficial con experiencia que puede aportarme consejos...bueno a todos.

- Oye, dijo junto a Rye, ¿por qué seguís con los trajes presurizados puestos? Está claro que el aire es respirable.

- Están ahí delante. Hay cinco tripulantes con ellos - dijo Miller entrando en la bahía médica.

Wilson entró siguiendo a la capitana. Bajó el arma pero la mantuvo lista en sus manos. Estaban pasando cosas muy raras y que la tripulación no se mostrase colaborativa en un rescate podía significar algún tpo de psicosis o desorientación por culpa de la criogenización. Aunque en realidad lo que no se podía quitar de la cabeza era la cosa con la cabeza volada que habían visto al entrar.

Se dirigió hasta el centro de la sala y girando la cabeza desde allí, examinó la cámara. Interrogantes:  Antiguas Paulings, una abierta, otra cubierta de algo que parecía sangre, luego aquella sustancia… ¿Huevos? y también estaban las urnas y el líquido orgánico negro. ¡Joder! Las palabras de Cham resonando en su cabeza:  "Peligro Biológico" pero luego vio los frascos en la habitación contigua: dos pequeños alienígenas dentro. Entonces la voz de Cham dejó de sonar y todo lo de antes quedó en un segundo plano. Caminó despacio hacia los frascos y cuando estuvo frente a ellos, se inclinó y examinó de cerca aquellas criaturas que le parecieron como momias siderales atrapadas en un sarcófago de éter.

Reid preguntó porque llevaban aún el traje.

Rye la miró.

Imagen: Rye con la cabeza girada, mirando con suspicacia a través del cristal del casco. Detrás, macabro fondo: las dos criaturas en los frascos.

¡Y una mierda iba a respirar aquel aire!

La bahía médica estaba dividida en dos zonas; una primera sala de cuidados y otra al fondo con dos Medpods Pauling* de generaciones anteriores. Uno tenía su tubo de plexiglás astillado y destrozado como si algo hubiera salido él. El otro estaba sellado e iluminado desde adentro, pero toda la superficie interna del plexiglás estaba cubierta de sangre seca y espesa. Había una fila de grandes frascos de muestras. En la primera habitación, flotando dentro de dos de ellos había dos pequeñas criaturas alienígenas. En un estante lejano había un frasco de muestra más pequeño sin líquido, que contenía unos nodos fúngicos (como si fueran sacos de huevos). En el escritorio había una urna metálica abierta y dentro de ella cuatro viales de vidrio de aspecto orgánico: tres de ellos estaban intactos con algún tipo de líquido negro dentro de ellos, mientras que el cuarto estaba abierto y vacío.

Además de Cham y Rye con sus trajes, vieron a cinco personas (tres hombres y dos mujeres) con evidentes signos de hipersueño largo: deshidratación, equilibrio afectado, cierta confusión en la mirada, ...

En ese momento hicieron aparición los otros tripulantes de la Montero: Miller llevaba el sensor en las manos, Wilson mantenía la pistola preparada pero sin apuntar a nadie y Davis estaba en el marco de la puerta de entrada a la bahía médica.

Cham entró a la enfermería observando todo con ojo crítico. Parecía que a su vez de servir como facilidad médica también era utilizada como una suerte de laboratorio. Aunque Estaba totalmente seguro de que alguno más grande iba a haber en aquella colosal nave. Los tripulantes de la Cronus se habían puesto cómodos, el controlador de carga tenía la mirada puesta sobre la supuesta marine colonial... tal vez en su estado actual sería incapaz de causar muchos problemas, pero no es el tipo de persona a la que le gustaría enfrentar en caso de que sus sentidos se recuperen.

Le había inquirido a Rye acerca de sus trajes presurizados y su compañera parecía hacer poco o nada para responderle la pregunta. Estaba absorta de sus pensamientos observando a una criatura que se mecía arriba y abajo en un cristal con conservantes. Lyron le puso la mano sobre el hombro y negó con la cabeza antes de hablar, a veces era mejor no buscarle explicaciones a lo desconocido.

—Ya ha llegado Miller —fue lo que dijo, intentando distraerla de aquellas visiones—. Esperemos que tenga mejor suerte que nosotros.

Leah acompañó en silencio a Miller y Wilson. Pasó sus manos por las marcas de garras de la entrada, que al salir si que pudo apreciarlas y preocupada caminó pensando en que podrían ser.

Al llegar vio al resto de sus compañeros y a los miembros de la tripulación de aquella nave. Miró a Vanessa y de nuevo decidió permanecer callada, esperando que fuera ella quien tomara las riendas de la conversación. Al fin y al cabo querían verla a ella.

- Hola, gracias por venir hasta aquí - dijo saludando con la mano en alto. Estamos un poco afectados todavía por el hipersueño ¿Quién es la capitana? - posó su mirada en las dos mujeres que acababan de entrar. Por cierto, soy Johns, el oficial de la Cronus, y éstos son Cooper, el que estaba con la cabeza entre la manos quejándose del dolor de cabeza, Reid, la mujer vestida de marine colonial, Flynn, el que estaba sacando unos analgésicos de un frasco y ofreciéndoselos a Cooper, y Clayton, la mujer rubia.

- Yo soy el en lace con la Compañía de la Cronus ¿qué es eso de que hemos estado décadas en hipersueño? - se le veía molesta, no asustada.

- Tome esto Cooper, dijo al hombre mayor que estaba sentado. Yo soy el médico de la Cronus, si me dejan unos minutos examinaré a mis compañeros.

- Deben de ser una nave pequeña, ninguno sois marines...tened cuidado con esas armas no vayáis a haceros daño.