Partida Rol por web

USCSS MONTERO ¬ 000:06 

El espacio era una alfombra negra salpicada de pequeños copos brillantes y en una esquina, empequeñeciéndolos a todos, una bola de luz amarillenta. Rasgando el velo de la realidad, una masa de forma triangular se hizo presente al ir saliendo de la FTL (más rápido que la luz) después de un largo viaje.

El cuerpo metálico materializado era la USCSS Montero, un carguero espacial de la compañía Weliand-Yutani, que transportaba un cargamento especial de Helio-3 para la colonia de Shutter's World. Los motores de la nave se fueron apagando, reduciendo su emisión de calor para reducir la velocidad a la categoría sublumínica pues su destino estaba cerca.

En el interior de la nave todo era silencio y oscuridad, con todos los sistemas apagados para el trayecto FTL, la tripulación dormía en las cámaras de crioestasis. Sólo las tenues luces de emergencia dispuestas en los cruces de los corredores y en el puente evitaban pensar que fuera una nave fantasma.

El corazón de la nave era en centro de control de la MU / TH / UR 6500, conocida comúnmente como Madre (del inglés Mother); era el tripulante invisible que había mantenido la nave en ruta mientras la tripulación se mantenía a salvo de los efectos del largo viaje. La pantalla que había permanecido apagada durante meses cobró vida y empeció a mostrar mensajes del sistema:

> Destino alcanzado

> Saliendo de la FTL

> Activando soporte vital....activando sistema de iluminación...activando puesto de pilotaje...activando sistemas de la bahía de carga...activando sistemas de reciclaje y alimentación

> Desactivando cápsulas de crioestasis...despertando a la tripulación

La sala de crioestasis se iluminó, el hielo creado como efecto del sistema de hipersueño en la cubiertas de las cápsulas comenzó a convertirse en agua y resbalar por el cristal formando un pequeño charco debajo de cada una. Dentro estaba la tripulación de la Montero, a saber, la capitana Miller, la piloto Davis, el controlador de carga Cham, la ingeniero técnico Rye y el agente de Weyland-Yutani Wilson. Los cuatro primeros llevaban ya un par de años trabajando juntos pero Wilson se había incorporado al equipo recientemente, era su segundo transporte con la Montero.

Las cubiertas se abrieron finalmente con un siseo, liberando por fin a los tripulantes de su confinamiento que poco a poco volvieron a recuperar la consciencia y los sentidos; unos ojos que no estaban acostumbrados a la luz, unos oídos que volvían a escuchar el traqueteo de la nave, unas manos que comenzaron a ser consciente del suave tacto del colchón sobre el que descansaban, una nariz que les sacaba del olor de su propio cuerpo para percibir ese aire reciclado y cerrado, y un sabor pastoso en la boca debido al hipersueño que les recordaba que necesitaban hidratarse.

Por más veces que lo viva, no me termino nunca de acostumbrar a este despertar tan pesado y pegajoso. Parece que no han habido contratiempos, menos mal. Vamos a poner a funcionar a todo el mundo, y acabar este encargo rápido. Para lo que nos pagan, ya hemos perdido demasiado tiempo.

¡ARRIBA HARAGANES! ¡Se acabó la siesta!:

- Davis, mira a ver si estamos donde debemos estar y que los controles funcionan.

- Cham, échale un ojo a la carga, no me gustaría volar por los aires en una mañana tan bonita.

- Rye, comprueba que no tengamos ninguna alarma en el panel.

Y no os olvidéis de hidrataros bien, que tenemos mucho trabajo. Nos vemos en media hora en el comedor y organizamos la jornada, ¿os parece?

Madre, ¿tienes algo para mi?¿Nos hemos perdido algo?

Frunzo el ceño molesta, notando como se arruga mi cara, cuando tras mis párpados noto por primera vez la luz tras haber despertado. Odiaba esa mierda, da igual cuantas veces lo hiciera, siempre me despertaba hecha polvo. No me pagaban lo suficiente para esto. Así que con un gruñido de incomodidad comencé a incorporarme lentamente, llevándome la mano a la cara para empezar a frotarme y soltar un largo bostezo a medida que empezaba a sentir el control de mis músculos de nuevo.  Puse los pies en el suelo todavía cabizbaja, respirando profundamente, cuando entonces empecé a escuchar a la oficial comenzar a dar las primeras órdenes. ¿En serio? Debía estar de coña, ni siquiera me había puesto en pie.

– Tranqui Miller, no hay nada ardiendo ni han saltado las alarmas – respondí en plan un poco pasota, volviendo a bostezar mientras alargaba los brazos y me estiraba – Voy a mirarlo… – terminé por acceder, sin querer que me echase ya la bronca.

Me levanté todavía frotándome los ojos, viendo todo algo borroso, y cogí algo de Hydr8tion para tomármelo mientras me colocaba ante el ordenador antes todavía de llegar a vestirme con el mono de trabajo. Me rasqué el vientre levantando un poco mi top mientras miraba aquella pantalla negra de letras verdes brillantes, para después dar un largo trago y ponerme a trabajar. Introduje mi usuario en el ordenador y comencé a comprobar los estados de la nave, buscando cualquier cosa que saliera de los parámetros normales.

Por un instante me giré y miré a los demás por encima del hombro, dibujando una sonrisa en mis labios por un instante, por fin estábamos despiertos.

No me doy acostumbrado a esta mierda. Es como tener una resaca después de salir dos meses sin parar de juerga pero sin la parte divertida. Mientras me desperezo oigo a Miller dar órdenes. No mejora mi despertar pero debo reconocer que es una capitana eficiente.

—Yo también tomaré un poco de eso...—  le digo a Rye mientras bebo un poco de Hyrd8tion.

Quedo a la espera de lo que Madre informe a Miller mientras hago resonar mis vértebras al estirarme.

Doy una larga bocanada al despertar, tomando aquel viciado y delicioso aire. 

- Joder Miller, déjanos al menos despertarnos ¿no? - 

Instintivamente me llevo la mano al pecho, y compruebo que el pequeño pastillero sigue ahí. Salgo de la cápsula y me estiro durante unos largos diez segundos que saben a gloria bendita. Aquella habitación ya estaba preparada para el despertar, así que voy directamente al armario donde estan los botes de Hydr8tion, bebo uno de trago y guardo el otro el bolsillo trasero del pantalón.

Levanto la mano sin mirar a nadie más a modo de despedida y salgo de la sala de crioestasis. Pienso en darme una ducha y cambiarme de ropa antes de realizar las comprobaciones rutinarias, pero finalmente decido esperar los quince minutos que puede llevarme realizar todas las comprobaciones.

Lyron parpadeo un par de veces, aturdido, antes de darse cuenta de donde estaba y de quien era en aquel lugar. Como quien duerme sin soñar y despierta de repente en otro tiempo, pero sin haber hecho más que cerrar los ojos hace unos instantes. Despertar del hipersueño era una experiencia ya conocida para él, igual que los irreverentes monólogos de buenos días de su capitana. Aunque acostumbrarse a estos últimos tenía mucha más dificultad.

—Buenos días para ti también, capitana —comentó, con la voz enronquecida por el largo dormitar—. ¿Qué tal la siesta, chicos?

Tras estirarse y desperezarse, se levantó y bebió también de una botella de Hydr8tion, cosa que terminó de hacerlo espabilar. Una vez saludó a todos los presentes y se hizo al día con las instrucciones de la capitana se preparó para dirigirse a inspeccionar el estado de la carga de Helio-3.

Conforme iba hacia la sala de control de Madre, los altavoces de la nave se activaron y el computador se comunicó con ella: Buenos días capitana, se requiere su presencia en el terminal de control, prioridad absoluta.

Miller utilizó su tarjeta de acceso para entrar en la sala y conectar el terminal. La pantalla comenzó a mostrar mensajes:

> Recibida llamada de socorro de nave desconocida

> Requerida investigación

> No proceder según se indica implicará la pérdida de los beneficios respecto a la misión actual, conforme a las normas de la compañía

> Esperando confirmación

Davis recorrió con desgana el camino que le llevaba desde la sala de crioestasis asta el puente, pasar por delante de las duchas y a través de la cocina no era el mejor acicate para poner a trabajar tras meses de sueño. Al llegar a la cabina observó que no había alarmas encendidas, lo cuál indicaba que la ruta había sido muy aburrida ¡Ojalá pasara algo que le distrajera un rato!

Se sentó y comenzó las comprobaciones de rutina: motores a velocidad sublumínica 0.5, sistema de comunicaciones activo, no había registro de daño por la reentrada desde la FTL, .... De pronto la voz de Madre surgió por el altavoz: ¡Alerta! Nave aproximándose.

Cham se dirigió a la bodega de carga, el corto trayecto estaba ya iluminado. Los 72 contenedores de Helio-3 reposaban tranquilos y en silencio, ninguno se había desplazado. Tras la revisión ocular se conectó al terminal de la bodega y comprobó en los sensores que no había escape de gas. Sonrió satisfecho, no había habido percances durante el sueñecito y eso quería decir que todos estaban a salvo.

Por último, antes de volver con el resto revisó el estado de Daisy, era una lanzadera vieja con más de 80 años de servicio pero el hecho que que siguiera en activo también demostraba que era fiable y que, con el mantenimiento de Rye, funcionaba perfectamente. El diagnóstico confirmó que tampoco había recibido daños ni impactos.

Era un buen día, pronto entregarían esa carga y cobrarían sus beneficios.

Rye encendió el terminal de la sala de crioestasis, aunque el menú inicial presentaba los controles de las vainas y el estado de los ocupantes, hizo una derivación del sistema para poder acceder al resto de terminales desde allí. La Montero estaba en perfectas condiciones, no había recibido impactos en la reentrada y todos los sistemas funcionaban perfectamente. Los niveles de energía eran válidos y el reactor no mostraba ninguna alerta (temperatura, nivel de fisión, masa crítica, ... todo correcto)

Wilson vio partir a los miembros de la tripulación excepto a Rye que empezó a trabajar con el terminal de la sala de crioestasis. A la espera de ver cómo cuándo se notificaría a la Montero la operación de rescate decidió disimular en la cocina mientras se preparaba un café y algo de comer.

¡Mierda! Esto nos va a retrasar con la entrega. Pero no puedo arriesgar los pocos beneficios que nos va a dar este viaje. Verás cuando se lo cuente a éstos cómo se van a poner. ¡Maldita sea!

- Oídme todos, esto es urgente, os necesito en la terminal de control. Hay cambio de planes. - Me van a matar, como si la culpa fuese mía. Ya es mala suerte. 

Enciendo el comunicador, y les hablo a todos los tripulantes:

- Oídme todos, esto es urgente, os necesito en la terminal de control. Hay cambio de planes. - Me van a matar, como si la culpa fuese mía. Ya es mala suerte. 

- ¿Podéis venir conmigo? De verdad que es importante. 

Todo parecía en orden, así que se tiró en el asiento y sacó su pequeño pastillero. Ya quedaba poco contenido en su interior, y eso le preocupaba en cierta medida. Dio un suspiro y se dispuso a tomar su pequeña dosis. No le dio tiempo.

- Joder, ¡¡ mierda !! - 

Dio un respingo y comenzó a toquetear el panel de control. Al principio le costó adquirir la velocidad a la que estaba habituada, pero una vez los dedos entraron en calor fue un placer que casi sustituyó las ganas de tomar su pequeña dosis... casi.

El aviso de Miller llegó al mismo tiempo que terminaba de calibrar los sensores de detección y los apuntaba al origen de la señal.

- Vamos vamos vamos - Dijo en voz alta, esperando los resultados del escaneo...

Poco a poco todos nos íbamos activando, tampoco es que nos quedase otra. Así que comencé a comprobar el terminal mientras escuchaba sin demasiado interés el intercambio de palabras de mis compañeros, intentando concentrarme en lo que veía a través de la pantalla. Todo parecía estar en orden, nada de daños estructurales, todos los sistemas seguían operativos y en el reactor ninguna de las lecturas indicaba que se encontrase fuera de lo normal. Así que cuando terminé de hacer el trabajo salí de la sala de cryo para dirigirme a las taquillas y ponerme algo de ropa encima.

Me acerqué a la que tenía mi nombre y la abrí, sacando una camisa blanca y unos pantalones. También me calcé algo cómodo y por último me puse la gorra que me habían regalado hacía ya algunos años cuando fui a ver a mi familia. Al fondo de la taquilla vi también una foto, la tomé entre mis manos y la observé fijamente, cuando entonces la voz de la oficial sonó por megafonía.

— ¿Qué coño pasa ahora? — pregunté para mí misma, soltando tras ello un suspiro.

Me guardé aquella fotografía y cerré la taquilla con un pequeño portazo, dirigiéndome hacia la terminal de control como nos había pedido. Cuando crucé la puerta le saludé con la mano y me puse frente a ella mientras esperaba a los demás para ver qué tenía que decirnos ahora.

— Todo bien en la Montero, jefa. El ordenador no muestra ninguna alarma ni problemas — informé del estado que me había pedido anteriormente.

Pasados unos instantes, me asomé a través de la puerta antes de entrar a la sala donde se hallaban Miller y Rye. Saludé con la mirada y al pasar cerca de la segunda pude percibir algo familiar en ella. La exasperación. Conocía lo suficiente a Keyla para saber que no siempre estaba a gusto con lo que lidiaba habitualmente, cosa que afectaba su temperamento de una forma interesante. Por fortuna, eso no suponía un gran problema a la hora de socializar con ella... A veces.

—Tan radiante como siempre —comenté, con una media sonrisa—. ¿Soñaste que por fin nos estrellabas contra un asteroide o solo estás alegre de estar de vuelta?

Tras la broma, dirigí la mirada a Vanessa y tras carraspear continué hablando:

—El Helio-3 sigue donde debería estar y no se ha movido ni un ápice en todo el viaje. La lanzadera sigue en su lugar también, así que se puede decir que todo ha ido como la seda mientras dormíamos.

Me reuno con los demás en la terminal de control.

—¿Qué pasa?— me tranquiliza saber que el cargamento y lanzadera sigue en su sitio —No quiero ser aguafiestas pero las bonificaciones de la Compañía van unidas al hecho de que entreguéis la carga en el plazo previsto. No creo que se tomen a bien un cambio de planes repentino.

Todavía llevo conmigo la botella de Hydr8tion y me duele la cabeza. Sólo pensar en volver a criogenizarme ya me está dando mareos.

Miller requirió a Madre la información adicional de la señal y la nueva tarea. El terminal volvió a pitar mientras el mensaje se iba mostrando en la pantalla.

> Señal distorsionada, imposible localizar sin triangulación.

> Recomendado rastreo y seguimiento.

> Esperando confirmación.

> Esperando confirmación.

> Esperando confirmación.

Esperando que pudiera ser una patrulla de escolta de Shutter's World o una lanzadera de inspección previa al atraque, Davis reorientó lo sensores y tecleó en la consola los comandos para el análisis pero allí no había nada, probablemente era un malfuncionamiento de los sensores. Desactivó el escáner, en el espacio eran frecuentes las señales fantasma debidas a pequeños objetos, rebotes de señales y cientos de cosas más. 

Pero entonces se fijó en que no veía Shutter's World, ¿les había sacado Madre de la FTL a la entrada del sistema? Sería una putada porque podrían ser días o semanas a velocidad sublumínica hasta llegar a destino. Lanzó una señal de reconocimiento contra la colonia, esperó un rato pero no recibió respuesta ¿dónde estaban?