Partida Rol por web

Saviadarce parecía extraviado en su pequeño mundo cuando Noostoron dijo esas palabras que sin duda alguna provenían de otro haiku. Se quedó parado con los ojos perdidos mientras su mente caía en un pequeño torbellino de la abstracción que esos pequeños poemas poseían.

Cada una de las palabras era precisas, exactas, totalmente necesarias y unidas en una cohesión inmaterial que le daba sustancia y credibilidad a todo el significado oculto a la simple vista.

Cualquiera podría pensar que el minotauro, burda bestia de combate para muchos y pozo de sabiduría para el, se podía referir simplemente al hecho de estar encerrados en una celda hasta que los dejaran salir a luchar.

¡Pero no!

Lejos de eso, el significado estaba relacionado con sus palabras anteriores. La necesidad de las razas civilizadas de unirse a unas palabras, a un moto, a una bandera o religión; esa necesidad implícita en la mayoría de los mortales de sentirse parte de algo o alguien dado su efímera existencia en un mundo lleno de turbulencias, guerras y eventos tan magnos que empequeñecían el mas grande de los logros del mas fuerte de los héroes.

Las ideas, impuestas por los poderes superiores en alegorías y astutas tretas para que la plebe se sintieran identificadas en ellas, no eran mas que unas cadenas auto impuestas que limitaban el autentico potencial de cada ser.

No! Había que romper las cadenas. Liberarse. Alcanzar el pleno potencial de cada uno en un acto de rebeldía tan simple y tan poderoso como ignorar los nombres y carteles que se autoimponian la gran mayoría de las gentes incautas.

Saviadarce soltó un pequeño bufido mientras el torrente de información cruzaba su mente y durante unos instantes perdía el mundo de vista.

Antes de que os unáis al resto del grupo, terminas la conversación con el viejo en el tenderete

El anciano se presenta como Anturio, un habitante de la isla de Trentos, un posadero retirado que vive con su hija. 

Sobre los organizadores del evento, te habla en primer lugar de Loken, un tiflin que se encarga de las cuestiones burocráticas, da de alta a los participantes y les explica un poco el funcionamiento de la competición.
Luego está Marie, la mujer encargada del equipo médico del coliseo. Es una devota sacerdotisa de Bahamuth y, aunque el trabajo mundano de curar cortes y contusiones le corresponde a sus "Gracias" (dos niñas jóvenes a las que está instruyendo en la fe de Bahamuth) sobre Marie recae los rituales más complicados de curar enfermedades.
También os habla de Tom-Tom, un enorme goliath que era el guerrero del grupo cuando la compañía se dedicaba a ir de aventuras. Sobre Tom-Tom recayó la faena de buscar a una buena compañía de constructores enanos que levantaran las muros del coliseo. Os asegura que, si os fijáis en los espectadores, lo podréis ver disfrutando de cada uno de los combates.

El tiflin sonríe a Ilena y le echa una mirada lujuriosa cuando plantea sus preguntas.

- En efecto, seréis los únicos participantes del día. En cuanto a los encuentros de vuestros compañeros, me temo que no los podréis ver. Estáis aquí como participantes, no como espectadores, y cuando no estéis en una de las salas de desafío, permaneceréis en esta estancia. Por supuesto, no está prohibido que comentéis entre los dos grupos a qué desafío habéis echo frente - el tiflin sonríe con malicia - pero de nada servirá saber lo que hay detrás de cada puerta. Después de que un grupo haya entrado en una sala y salido victorioso, sus acciones tendrán repercusión y efectos impredecibles en la misma sala. De esta forma, cuando vaya a entrar el segundo grupo, no se encontrará con el mismo desafío que sus predecesores. - con esto, el tiflin da por resuelta la duda de Clevor.

- Pero volviendo a tu última pregunta, señorita, nunca hemos tenido dos grupos simultáneos en el Coliseo. Así que llegado el momento, no sabremos lo que pasará - sus ojos azul brillantes se iluminan con el reflejo de las antorchas, sin dejar entrever ninguna emoción. Loken guarda silencio unos instantes, dando pequeñas cabezadas, como si quisiera recordar algo. Finalmente abro los ojos como platos y se echa mano al bolsillo, del que saca un puñado de monedas de cobre - Antes de que se me olvide, y ya para terminar, os tengo que hacer entrega de estas monedas - el tiflin reparte una a cada uno - Son el componente necesario que nos permite activar el hechizo de teleportación, por si dada la casualidad de que veis peligrar vuestra vida, podáis declarados "Derrotados". Con estas monedas podremos sacaros del combate en una fracción de segundo. Supongo que estaréis relacionados con las reglas de retirada y derrota.

Ante la exposición de dudas por parte de los integrantes del grupo y la posterior aclaración de Loken, mantuve la compostura seria y callada que el momento exigía sin mover un solo músculo, pero si pensando - La suerte está echada... y para colmo vamos a ser los primeros en ver que leches hacen esas salas con dos grupos de guerreros a la vez -

Tras el pensamiento, el Tifilin ofreció unas monedas y explico cual es su poder... mi primera intención fue de no cogerla, pero tras escuchar lo ocurrido con la elfa en la puerta de la taberna, alargué mi brazo y sin más cogí esa moneda sin ni siquiera mirarla y la guardé donde correspondía - Ya no hay marcha atrás, nuestro destino se decidirá desde ya...... - pensé seriamente mientras guardaba la monedita

Cuando el tiflin se acercó para darle la moneda al hado, Saviadarce le mostró los dientes como señal de aviso. Si le acercaba los dedos, seguramente los perdería.

El pequeño asesino no estaba para ese tipo de cosas. Había venido a matar o morir y no tenia prevista esconderse bajo ese tipo de argucias para salvar el pellejo.

Ademas, la moneda tenia el tamaño de una ensaladera para el.

El enano mira la moneda detenidamente, mira las muescas, la cuña, y la mordisquea

Y...? cuanto dice que vale esto? La verdad es que es una buena herramienta la que nos da. Y se me ocurre otra cosa, si alguien cae y no puede decir palabra, otro puede activarla y mandarle a esa persona caida?

- El valor que quieras darle a tu propia vida, maese enano - responde Loken a Travok - fuera de este coliseo no es más que una pieza de cobre. En cuanto a que alguien caiga y no pueda decir palabra... bueno, antes de perder la conciencia todavía tendrá un ápice de voluntad. Esa última chispa de fuerza es suficiente para activar el sortilegio. Si aún así, en ese momento final el portador no decide hacerlo... entonces estará en manos del destino como todo hijo de vecino.

Ilena por un momento pensó que asesinaría a los hombres por las miradas que le habían lanzado, pero eso no lo haría hasta que no le dieran la oportunidad... o hasta que simplemente ellos se acostumbraran a ella y viceversa. Respiró profundo y sonrío para sus adentros al ver a Dagor, contando con suerte la resaca del elfo le evitaría a ella dar explicaciones sobre lo ocurrido la noche anterior y de porque lo dejo tumbado en el camastro del barco... un caballero no tiene memoria, una dama tampoco, pensó y cruzo dedos porque ese fuera el caso, no pudo evitar sonrosarse un poco.

Examinó la moneda con detalle al recibirla de parte del tiflin.

mmm según lo que decía la convocatoria, comenzó a hilar una nueva pregunta, hay posibilidades de hacer retiradas tácticas... entiendo que retirarnos sería perder, sin embargo me queda la duda de ¿si el retirarnos nos quita la opción de volver a empezar?, obviamente con un nuevo reto, cavilo un poco, y ¿poder participar nuevamente otro día?...*

Observo la moneda con curiosidad. Analizo su dibujo, esperando ver algo especial en ella ... pero no es mas de lo que parece. Una vulgar moneda de cobre. - Mar tranquilo nunca hizo buen marinero. - Sin dejar de ser cortés, devuelvo ambas monedas moneda.

Saviadarce sonrió satisfecho cuando Noostoron devolvió las monedas, sin embargo la sonrisa se torció al escuchar a la mujer en bragas.

No solo aceptaba la moneda de buena gana, si no que suplicaba por la capacidad de rendirse y volver a probar mas tarde. Patético. Ridículo. Solo el hecho de que fuera del gremio impedía que el hado la degollara allí mismo como se merecía.

Escupió en su dirección con desagrado y miró de reojo a los integrantes de su grupo por si tambien eran mamelucos blandengues con la piel fina.

- Un nuevo día, un nuevo reto, eh? - comenta Loken y se encoje de hombros - Nadie tiene prohibido volver al Coliseo* a buscar un nuevo reto, pero tampoco se ha dado el caso en los grupos que han participado hasta ahora.

Cuando Noostoron devuelve las monedas, el tiflin las recoge con cortesía y sin añadir ningún comentario.

May`salkiriiss toma la moneda y tras ello la devuelve al tiflin. No iba a ser menos que los otros del grupo. Ademas hacia tiempo que sabia que si la muerte le reclamaba seria de una forma u otra. No se rendiría sin mas.

A pesar de todo ello, el Genassi no miro con desagrado a nadie mas, pues cada uno esperaba unas cosas de ese combate y el sabia que o bien salían victoriosos o bien caía en el intento.

- Os lo agradezco maese, pero he venido para afrontar todo el peligro y si eso incluye la muerte no retrocederé ante esta. - Comento para finalizar.

Le agradó conocer un poco más a sus compañeros, ver que no cederían ante el peligro. Clevor torció los labios, algo que quizá era una sonrisa en su pétreo rostro. Al menos el duende no es un cobarde. Ni siquiera tomó la moneda, se mantuvo de brazos cruzados y respondió Puño y Espada ha hablado. Para volver a remitirse al silencio. Ya había danzado con la muerte cara a cara varias veces, ni hoy ni mañana sería diferente.

Tras el reparto de monedas, hay algunos miembros del grupo que no las quieren ni siquiera sostener en sus manos y casi sin tocarlas las devuelven al Tiflin... - Imprudentes.... no estamos en una misión, en la que dar la vida o no suponga un revulsivo, estamos en un desafío en el que perder la vida sería una verdadera tontería. En estos casos, prefiero aprender de los errores para no cometerlos en un combate de verdad, donde si que es lógico dar la vida por la verdad y la justicia... - pensé conforme los integrantes del otro grupo devolvían las monedas.

el chico escuchaba una tras otras las respuestas del elfo, entendiendo la seriedad de las contiendas que podrían encontrar, de repente su mirada se cruza con la elfa, trataba de recordar que había pasado la noche anterior, pero no seria propio preguntar directamente y menos en las actuales circunstancias, así que hace un gesto de saludo con la cabeza con una sonrisa gentil y recibe la moneda, el roce del metal con los dedos le producía un cierto hormigueo, pero agradeció la cortesía.

examinaba las runas dibujadas en el trozo de metal y pensaba en si esta habría estado en las manos de otro aventurero en esta misma arena, sin ningún reparo la guarda en uno de los cotes de su armadura, poco o nada le importaba la opinión de los demás, y en esta sala todos tenían claro cuales eran sus prioridades y riesgos.

respecto a los desafíos, ¿una vez terminados donde podríamos reclamar nuestro botín o lo que se suponga que es el premio? era cierto que se había en listado en esta contienda por ganar algo de experiencia y también por conseguir algo de oro, la vida del aventurero siempre era peligrosa pero rara vez se hacia por nada.

- Por eso no os preocupéis. Aquí mismo se os hará entrega - el tiflin recoge la moneda que le había dado al genasí y la de Clevor, pues el humano también la había rechazado de primeras. Entre presentaciones, preguntas y respuestas, había pasado ya bastante tiempo. De fondo, sobre vuestras cabezas comenzaba a escucharse barullo - Oh, los espectadores empiezan a ocupar sus puestos. Si no tenéis nada más que añadir, creo que ya va siendo hora de que comience el espectáculo. Para empezar, os sugiero la Sala Carmesí - señala a la primera puerta del semicirculo empezando por la izquierda - o la Sala del Trono - señala a la primera puerta de la derecha del semicirculo. 

Puerta carmesí, como la sangre. Le gustaba esa puerta.

El hado revoloteó bajando de la cabeza del minotauro para quedar levitando delante de la puerta, extendió los brazos como señalándola y miró con una amplia sonrisa a Noostoron.

Después de eso, abrió la puerta con sus pequeñas manos dispuesto a entrar y empezar con el espectáculo.

Miro a mi pequeño acompañante elegir. ¿ Sabiamente ? ... Que mas da. Las abriremos todas. Que mas da empezar por una u otra.

Con un unos pocos pasos me coloco junto la puerta Carmesí, sin decir nada mas y aguardando al resto del grupo.

May´salkiriiss asintió a Saviadarce y se aproximo tras los pasos del minotauro hacia la puerta Carmesí. Parecía que si los asistentes al coliseo querían sangre, la obtendrían. Aunque el Genassi esperaba que fuera la de sus oponentes.

Travok vio como cada uno de los miembros entregaba la moneda. No estaba mal tener un herramienta si las cosas se pusieran fea.

Le tendio la moneda de nuevo a Loken, eso si, con una mella de una muela.

Mi tia Petunia no crio a cobardes y no veria con buen grado que uno de su linaje usara esa opcion para escapar de un encuentro. Si Moradin decide que he de caer en esta arena, que asi sea. Pero eso si... dare guerra para ello.