Partida Rol por web

Os despertáis poco a poco, extrañamente al mismo tiempo, con una extraña sensación en el cuerpo. Un cuerpo que os pesa demasiado. Os cuesta abrir los ojos, hay demasiada claridad y vuestros ojos se habían habituado al interior de la cueva donde la única luz que había era el de esos extraños hongos que emitían luz. Ahora, la luz del sol os ciega. Estáis fuera de la cueva diríais.

Vuestros ojos empiezan a recuperarse poco a poco y empezáis a ver paredes alrededor y una enorme apertura. Ruinas por doquier. Volvéis a estar en el mismo lugar, las mismas ruinas. Babuka. Giráis vuestras cabezas. Estáis todos presentes. Cuando conseguíis abrir bien los ojos podéis ver a Adhyra y Rashid en un perfecto estado. Unk'ah está un poco más alejado, roncando. Un sueño? Fue todo tan real.

Pero algo os saca de esa duda. Un destello os llama la atención. Rashid se ha quedado mirando y observando un extraño collar. Un collar de cuero finamente trenzado y con un colgante hecho de una piedra esmeralda muy fina. Os recuerda algo a las escamas de Sashassim.

De nuevo un siseo capta vuestra atención y cuando giráis vuestras cabezas, véis a una serpiente verde esmeralda en el montículo de ruinas junto a la entrada a vuestro improvisado techo. Pero no es Sashassim. No podría serlo. Su tamaño es más que mediocre, apenas sobrepasa el medio metro de longitud. De repente, la serpiente empieza a sisear mientras os mira, más concretamente a Rashid.

No logras comprender exactamente el porqué, pero entiendes perfectamente a esa serpiente, sus siseos y su mirada te remueven el alma de una manera que nunca antes habías notado.

-Sashassim os ha traído de vuelta. Comprende que, vuestros impulsos os guían al igual que las viperinas. Ellas están ahora al este del lugar. Donde acaban los fantasmas. Al norte de las montañas donde acaba la tierra.

- _aahhg... - gruñe Nikolai al levantar la cabeza del suelo, tapando sus ojos de la luz. Al encontrarse de nuevo en las ruinas del pueblo miró a su alrededor confuso, aunque al ver el colgante y la serpiente cercanos comenzó a comprender.

- ¿crees que es una especie de regalo de sashassim? - dijo a Rashid - parece como si te lo quisieran entregar a ti -

Kitnawa se había sumido en un sueño muy profundo, y le extrañó ver como los demás se despertaban al mismo tiempo que él. Normalmente necesitaba dormir algo más que cualquier otra persona, pues Usiku extraía sus fuerzas de sus sueños.

Con curiosidad, se acercó a Rashid y al collar que contemplaba. Tal vez el extranjero estuviese en lo cierto, y se tratase de un regalo del dios serpiente.

Cuando me desperté, noté mi cuerpo pesado, cansado, como apenas duermes un par de horas tras una extenuante jornada... pero paradójicamente, también me sentía renovado por completo, son rastro alguno de los golpes y el veneno, como si nada de lo sucedido hubiese sido real, como si tan solo hubiese sido un sueño... aunque el collar que ahora llevaba indicaba que todo había sido real, por mucho que ahora nos encontrásemos de nuevo entre las ruinas de Babuka.

Al escuchar el siseo me giré inmediatamente hacia el lugar donde provenía, esperando ver de nuevo a Sashassim, o a la serpiente que nos atacó... pero no era ninguna de ellas. Pero a pesar de ello, me hacía sentir ¿inquieto? ¿Incomodo? Ni yo mismo lo sabía.

Supongo- le dije al extranjero, aunque sin prestarle realmente mucha atención, con mi mirada fija en la serpiente -No lo entiendo... ¿Qué significa?- dije.

Los ojos de Kanu se abrieron poco a poco, intentando acostumbrase a la luz. Cuando miró a su alrededor vió a Adhyra en buen estado, salió corriendo hacia ella y le masajeo el pelaje en busca de heridas. Al ver que no había daños en su piel, suspiró de alivio y se concentró en el resto de compañeros, que también parecian estar bien.

-Seguramente lo sea, probablemente nos de algunas de las respuestas que estamos buscando... por lo pronto parece que atrae ciertas miradas- dijo señalando a la serpiente verde

La serpiente sverde se había quedado allí delante, cerca vuestro mientras miraba a Rashid. El extraño comportamiento se vió alterado cuando Unk'ah se acercó a la serpiente, curioso. Ésta se giró hacia él y siseo, molesta. Tras esto, volvió a mirar a Kanu y emprendió su camino de nuevo al bosque.

El breve encuentro había sido intenso. Todos os preguntábais porqué Rashid tenía ese amuleto. Se lo habría dado Sashassim? El amuleto se parecía demasiado al color de las escamas del Dios Serpiente, pero aún así, no había sido un sueño todo aquello?

Unk'ah se acercó a la serpiente algo curioso por su quietud cerca de tantos humanos. Sin ánimo de hacerle daño a la serpiente, se acercó más de lo necesario y cuando la serpiente siseó, éste cayó de culo sorprendido. Tras esto miró como huía la serpiente y se giró hacia vosotros.

- Quién es ese tal Sashassim? Algún compañero vuestro? De todos modos, alguno de vosotros sabe dónde han ido las dos jovencitas?

Kanu siguió a la serpiente con la mirada mientras esta volvía al bosque. Todo este encuentro había sido extraodiario, el combate contra la gigantesca serpiente, el encuentro con el Dios Ofídeo y su supuesto "regalo". Cuando Unk'ah habló, trajo de vuelta a Kanu del mundo de los recuerdos y lo hizo dándose cuenta que no habían encontrado a las jovenes hermanas. La mente de Kanu se llenó de sentimientos enfrentados, dejar personas a su suerte en un mundo espiritual no era nada propio de un buena Shaman... pero por otro lado aquellas dos lo habían agredido salvajemente por un malentendido y no le caían precisamente bien.

-Es un Dios Serpentino- respondió Kanu a la primera pregunta de Unk'ah- y no aún no hemos encontrado a las dos jóvenes hermanas. Tendremos que continuar buscándolas- dijo el joven muchacho tragándose sus propias ideas acerca de la pareja de matonas.

Aún extrañado por haberse despertado de aquella manera, Nikolai se levantó y miro el suelo a su alrededor, buscando huellas. Tanto de las dos mujeres como las suyas propias si lo que habían vivido no era un simple sueño.

- ¿Acaso no iban a buscar a la mujer que sobrevivió la noche del ataque a Babuka? Si es así ya estarán camino a Kihs, o como se llame. - dijo recordando la última conversación que tuvieron antes de que les ocurriera todo aquello.

- Deberíamos partir hacia el pueblo, pronto. - no lo dijo en voz alta, pero antes de partir pretendía volver al lugar donde habían encontrado el árbol por donde habían entrado en la madriguera del dios serpiente. Tal vez encontrasen algo que le aclarase algunas dudas.

Pues si no he entendido mal, deben estar al este... o al norte- le dije a Unk'ah, aunque sin mucho convencimiento -La verdad es que apenas si he comprendido algo de lo que ha dicho- añadí con un encogimiento de hombros, mirando el lugar por donde la serpiente se había ido -¿Está Kihs cerca de algo de lo que ha dicho?- le pregunté al extranjero, que parecía haber entendido más que yo.

- Ya, bueno, un Dios Serpentino o una serpiente embaucadora según los cuentos.- contesta el viejo a la información de Kanu.- Sinceramente, chicos, os habéis despertado todos algo raros. - es entonces cuando empieza a mirar entre la comida.- Entre las huidizas gemelas y vuestros cuentos para niños... Quizá comisteis algo que os sentó mal...- Al fin, después de un rato, deja de rebuscar y niega con la cabeza- De todos modos si queréis is a Khis, esta al sudeste no muy lejos de aquí,a unos 2 días.

¿De verdad aquel hombre era un chamán? Parecía bastante ignorante e irrespetuoso para serlo

- Fue muy real, de eso estoy seguro. Y dios o embaucador, aquel espíritu impidió que nos matasen. Podría habernos matado, pero optó por mostrar compasión. Para mi es suficiente.

Kanu asintió conforme con las palabras de Kitnawa. Unk'ah distaba mucho de ser como Carazul, y le imponía bastante poco respeto, así que no hacía mucho caso a sus palabras. Quizás tuviera razón, pero desde luego no tenía el magnetismo ni las formas para convencer a un grupo de jóvenes.

-Bueno, vayamos en busca de esas dos salvajes. Esperemos encontrarlas en Khis- dijo el muchacho en un intento de dar inicio los dos días de viaje.

Pues vamos allá- dije, ignorando por completo los comentarios de Unk'ah sobre Sashassim -Donde acaban los fantasmas, ¿no?- añadí, recordando las cripticas indicaciones que nos habían dado.

¿Por qué llamarán viperinas a las gemelas?- pensé -En fin, ya se lo preguntaré- me dije con una leve sonrisa, pues aunque no creía que les gustase, eso solo lo hacía más divertido.

- ¿Los fantasmas? - preguntó Nikolai sin comprender, aunque se lo pensó mejor, seguramente no tenía importancia - En marcha entonces, tal vez las aún alcancemos si nos damos prisa - 

Kitnawa asintió sin decir nada más. No estaba especialmente preocupado por las dos hermanas, pero aquella historia le había intrigado, y sentía que debía llegar hasta el final.

Eso dijo la serpiente ¿no? Al este de aquí, donde acaban los fantasmas... y algo de unas montañas también- le dije -En fin, ¿nos vamos?- añadí emocionado.

El día no había hecho nada más que comenzar. Kirsh estaba al sudeste y tras mucho insistir, Unk'ah os había convencido para que os llevaseis algo de las provisiones de fruta que tenía. Él, había asegurado, que las encontraría fácilmente por los alrededores de Babuka. Así, os dió un par de cestos roñosos que había hecho él mismo con raíces y barro llenos de frutas. Aunque esa cantidad apenas durarías un par de días, al menos era algo, y con suerte, llegaríais a Kirsh antes de que se os acabasen las provisiones.

Emprendéis la marcha. No sabéis a quién buscáis, tan sólo conoceis un nombre "Roro" de Kirsh, y nadie os ha asegurado que sepa nada de las gemelas, Carazul, o de lo que está sucediendo. Ahora mismo, andáis algo perdidos, desde el incidente con Sashassim, que todo os parece aún más confuso. Vuestra esperanza reside en que ese tal Roro os pueda dar algo de claridad en el asunto.

Tras estar caminando casi un día entero, el día se empieza a oscurecer, vuestros cuerpos os pesan más de lo habitual, y el sueño ya hace mella en vosotros. La noche anterior no dormisteis bien con todo el altercado del Dios Serpentino y os dáis cuenta rápidamente que debéis descansar. Fácilmente os ponéis de acuerdo entre quien debe hacer las guardias y cómo. El día llega a su fin. Los que deben dormir, caen rendidos en un sueño profundo producto del cansancio. Al día siguiente, os despertáis con energías renovadas dispuestos a llegar a Kirsh.

Seguiís avanzando hasta que el camino desaparece pasado el mediodía. Tardáis un rato en reencontrar el camino en la frondosa selva. Y cuando lo haceís alguien os sorprende vigilándoos. Es un muchacho, un joven guerrero de Kirsh, suponéis. Tras hablar con él, éste no parece conocer a ese tal Roro, pero os guía hasta Kirsh para que podáis hablar con los ancianos.

Llegáis por fin a Kirsh, y así como Babuka fue construido en un claro, el pueblecito ha sido construido en la misma selva, fundiéndose cada cabaña en el tronco de un árbol, usando éste como pared. El pueblo tiene un aire oscuro y melancólico, y a pesar que hay apenas unas 15 casas, os parece demasiado tranquilo y silencioso. Es entonces cuando reparáis que no hay hombres adultos y fuertes en el pueblecito. Observáis un par de niños de diferentes edades, mujeres y algunos ancianos. Algunos salen a vuestro encuentro, otros se ocultan en sus casa, pero parece ser que el jóven os lleva a una cabaña de la cuál han salido 2 ancianos y una anciana. La anciana, en cuanto os ve, se vuelve a meter dentro, con tranquilidad.

- Vienen de Babuka. -informa el joven antes de que podáis decir nada.

Tras esto, los dos ancianos se miran mutuamente y uno de ellos habla:

- Decid, a qué habéis venido a Kirsh? Que podemos hacer por vosotros?

Al momento, sale la anciana con una antorcha y un ramillete de plantas salvajes varias, y mientras habláis (o no) la mujer enciende el ramillete y empieza a ahumaros con el suave aroma que se desprende de las plantas mientras murmura un extraño cántico. El aroma de las plantas y el humo, más que molestaros, or reconforta, como si os libráseis de un peso en vuestro interior.

Los que podéis observar la magia, observáis cómo el flujo de la magia se distorsiona con el humo, y aunque podríais estar casi seguros que ninguno de los ancianos es capaz de obrar magia, algo está ocurriendo, laenergía, suave y fluida no parece nada agresiva. No sabríais decir que conjuro es, pues las enseñanzas que os han traspasado no parece tener nada que ver con este tipo de magia, y sin embargo, la magia parece tener un fuerte parecido con la vía de la esencia.