Partida Rol por web

La Fortaleza veneciana de Koules es una inmensa mole construida con arenisca en mitad del viejo muelle veneciano de la ciudad. Sus paredes, de color marrón claro se alzaz rectas, y sin adornos hasta una altura de un edificio de 4 o 5 plantas. Por lo que habían visto al llegar y desde el barco la construcción tiene una forma rectangular. Aparte de una bien conservada escultura del león de San Marcos sobre la entrada de la fortaleza, lo único que destaca en la fachada eran las estructuras defensivas como cañones, almenas y torres de vigía.

La puerta de acceso al interior tampoco tiene más adorno aparte de una placa del ministerio de cultura del Grecia informando de los precios y los horarios de entrada. Es una puerta amplia, con la parte de arriba acabada en arco. El interior está en penumbra así que es difícil ver el interior desde la luminosidad en la que se encuentra la familia, pero parece adivinarse una taquilla.

- ¡Alaaaaa! ¡ Qué grande! - dice.

- Desde luego bonita no es. Pero estoy seguro de que dentro estaremos más frescos. -

María y Rubén entran en la fortaleza para comprar las entradas. Mientras hablan con la encargada Colette se toma unos segundos para examinar el lugar. El lugar no parece especialmente interesante. Se trata de una amplia galería en penumbra y que huele bastante a humedad que parece bifurcarse un poco más adelante. A intervalos regulares, pueden observarse en el techo y paredes unos huecos estrechos que cortan totalmente el pasillo.

- Bueno, según parece no hay mucho que ver en este lugar, simplemente pasear por los pasillos y ver la construcción. Colette, ¿vienes con nosotros o prefieres echar un vistazo a tus anchas? -

- ¡Yo quiero ir a investigar solo! -

- Nada de eso jovencito. Tú te vienes con nosotros. -

-Yo invetigaré por mi cuenta y si quereis me puedo llevar a Shasta.
Miró a mis padres esperando respuesta.

La verdad es que ni yo misma se si quiero que venga o no venga.

María estudia a su hija durante unos instantes y luego dice: - No, creo que será mejor que Shasta venga con nosotros. -

- Sí, queremos que la fortaleza siga en pie cuando nos vayamos de aquí. Y dejaros juntos sería un poco explosivo. - bromea Rubén mientras coge a Shasta de la mano.

Colette observa como sus padres se alejan con su hermano, quien no para de ir de un lado a otro mirando en cada agujero de la pared. Ahora que está sola, mira qué posibilidades tiene. Está en la entrada de la fortaleza, junto a la taquilla. A su izquierda hay un pasillo que acaba en una habitación iluminada. Desde donde está Colette sólo puede ver una puerta que está cerrada y de la que cuelga un cartel que dice: Privado, acceso restringido . La otra posibilidad es avanzar por el pasillo que ha seguido su familia, parece que un poco más adelante hay varias bifurcaciones.

Se empieza a escuchar un cierto barullo de la calle. Colette mira al exterior y ve un montón de niños que avanzan por el viejo muelle en dirección a la fortaleza. Un par de adultos intentan, con poco éxito, mantener el orden entre ellos. Parece que es una excursión y si se dirigen a visitar la fortaleza, la entrada se va a convertir en un caos en un par de minutos.

Compruebo que no me ve nadie y voy por el camino de la izquierda.

-Espero que valga la pena .

Colette cruzó el corto pasillo y llegó a la estancia de la puerta. La habitación no era mucho más grande de lo que había apreciado desde la entrada, apoyados contra las paredes había varios carteles de alguna reciente exposición. Colette miró hacia la taquilla, los niños comenzaron a entrar en el castillo montando mucho alboroto. Esto le dio el momento de distracción que necesitaba. Tiró de la puerta y se abrió sin dificultad. Tras la puerta había un pequeño pero abarrotado despacho. Detrás de una mesa ocupada por montones de papeles y por un ordenador había un oficinista que observó sorprendido a la niña.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó visiblemente molesto por la irrupción.

-Perdon pense que esto era el baño.

Diciendo esto me escabullo y vuelvo a la entrada y en cuanto consigo escabullirme de la multitud me dirijo por el camino que han tomado mis padres y mi hermanito.

- Están por el siguiente pasillo. - responde el oficinista visiblemente irritado. Se levanta y cuando Colette se va escucha como cierra la puerta y luego corre un cerrojo por dentro.

La zona de la taquilla está atestada de niños. Los adultos están hablando con la señorita que vende las entradas. A base de apretujarte Colette consigue atravesar la masa y llega hasta el pasillo por el que se han ido sus padres. Ya no están a la vista, deben haber tomado alguna desviación en algún momento.

El pasillo está iluminado a intervalos regulares por unos tragaluces que hay en el techo, pero sólo dan luz en un pequeño círculo situado debajo de ellos. El sistema de iluminación eléctrico no parece estar encendido en este momento.

Tras atravesar lo que parece el lugar donde debieron estar situados dos viejos rastrillos para impedir el paso Colette llega a una encrucijada.

A su izquierda hay una pequeña puerta sin hoja que, tras subir tres escalones, da a un descansillo del que arranca una escalera y en el que se ve otra puerta. En una esquina del descansillo hay apiladas en forma de pirámide un montoncito de bolas de piedra, cada una del tamaño de la cabeza de Colette.

De frente el pasillo por el que había llegado continúa y se pueden ver otras puertas.

A la derecha, un portón de doble hoja abierto da a una empinada cuesta. Por la luz que se ve al final debe dar al exterior.

Subo la cuesta muerta de miedo porque la veo muy oscura, a pesar de la luz que entra del exterior. A la mitad de la rampa resbalo y me caigo de culo .Me levanto costosamente sigo por el pasillo y encuentro a mis padres y a mi hermano dando botes.

-¿Que tal? yo no muy bien por que me caido y me he hecho daño en el trasero.

La rampa lleva a las almenas de la fortaleza. Acostumbrada a la escasez de luz, pasa un rato hasta que tus ojos se adaptan a la claridad del día. Miras a tu alrededor. En mitad del patio ves a tus padres y a tu hermano y te acercas a ellos.

María examina el golpe y dice:

- No tienes nada, sólo un par de manchas de humedad. Esa rampa es muy resbaladiza. Para bajar será mejor usar las escaleras. -

Señala a unas escaleras cerca de la entrada de la rampa que bajan hasta la planta inferior, deben dar a las escaleras que encontraste antes de subir por la rampa.

Rubén asiente y le pregunta a Colette:

- ¿Has visto el pasillo lleno de balas de cañón? -

- ¡Son geniales! ¡Puuuummmmm! - exclama tu hermano mientras corre de un lado a otro del patio subiéndose a todos lados.