Partida Rol por web

- Sí mi señora - Dije con una reverencia mientras la dejaba para ir en busca de Kotaru-sama. Joven pero seguro de querer mostrar su valía si algo llegase a suceder - Señor Kotaru, disculpadme si os estoy interrumpiendo en vuestras tareas - haciendo otra reverencia - Mi señora quiere dar un paseo y me ha pedido que busque a alguien que nos sirva de guardia. No se si sois el más indicado, pero si teneis otras obligaciones que atender, puesto que no entiendo de menesteres de combate, indicadme pues a alguien que pueda

Ciertamente el destino parecía querer poner a prueba al joven samurái cuando escuchó la petición de Nene-san, gustoso se ofrecería a servir como guardaespaldas de Yabu-hime, pero no le correspondía a él decidirlo, por lo que colocando las dos manos por encima de su cabeza, chocando el puño con la palma y haciendo una reverencia le respondió:

- Gustoso acompañaría y protegería a Yabu-hime, ninguno de mis quehaceres está por encima de la protección de la dama, pero no me corresponde a mí decidirlo, sino a Chikazumi-sensei - por lo que dirigiéndose al mismo le dijo - Maestro, ¿me permitís acompañar y proteger a Yabu-hime y a Nene-san en su paseo? - decía mientras se llevaba la mano al pecho y le dirigía una mirada suplicante a su tutor.

Aunque alguna vez tuvo que cazar, Chikazumi estaba acostumbrado a tener la comida servida y preparada, por lo que la mención por parte de unos soldados para ir a cazar la desechó enseguida. Pidió a uno de los Ashigaru que reuniese a aquellos que mejor supieran sobre caza, pero les hizo esperar ya que tenía que atender a Kotaru-kun y una solicitud de Yabu-hime.

- Kotaru-kun, posees la habilidad y templanza para realizar la tarea que se os solicita - poseía las habilidades, sin duda, pero al decir templanza, Mitsue no lo afirmaba, la pedía. - Guardad cuidado, antes me confundí, en esta zona no hay bandidos, es muy poco probable encontrarnos con unos, pero... - Uno ha viajado, y los recuerdos de matanza y escoria se mezclan en la mente pensó Chikazumi-sama. Mantuvo una cortísima pausa, y luego miró al joven samurai - Tened cuidado - dijo colocando la mano en su hombro - Y prefiero que me llaméis Chikazumi-senpai, no tengo la habilidad de un sensei y no creo que deba ser llamado así. Pero si experiencia para ser llamado senpai - su rostro dibujo una leve sonrisa y acto seguido se dirigió a Yabu-hime.

- Yabu-hime - dedicó una reverencia - Le ruego que no se aleje demasiado y que mantenga siempre la caravana a la vista. Avísenme a la más mínima señal de peligro - podía solicitarle que se quedará en la carroza, pero confiaba en Kotaru-kun y que no ocurriera nada. Después de esto se dirigió a los soldados que se hubiesen reunido y les dio permiso para cazar sin alejarse mucho y en parejas.

- Mirando a Mitsue y a Yasuhide, agradeciendo a ambos con sendas reverencias - Muchas gracias, mi señora estará muy complacida - Y haciendo señas indicando la dirección a tomar por Yasuhide hacia donde estaba la dama - Por aquí por favor

Yasuhide se mostró complacido ante la confianza que le depositaba su superior, por lo que le hizo una reverencia similar a la realizada ante Nene, pero mucho más esmerada y con una profunda mirada de agradecimiento, para finalmente decirle:

- Así se hará Chikazumi-senpai - dándole a entender que aceptaba todo lo dicho por el veterano samurái y le trataría con el apelativo que el prefería. 

- Voy detrás de vos, Nene - dijo mientras seguía a la criada, esperando encontrar a Yabu-hime.

El joven samurái intentaría mantenerse todo lo correcto y formal que pudiera, no quería que Chikazumi-senpai creyera que se relajaba en sus labores. No obstante, aunque sabía que el peligro era improbable e indeseable, él estaba ansioso por encontrarse alguna fiera bestia o algún proscrito contra el que medirse y demostrar su valía.

- Aquí regresamos mi señora - Dice a Yabu-hime girándose para dar paso a Yasuhide - Podremos partir a ese paseo cuando así crea oportuno

Observo la corta charla entre los dos samurais y Nene con curiosidad pero no intervengo. Mi labor era aconsejar espiritualmente y francamente, no tenía ni idea de como se debía proteger a alguien. "Quizás debería empezar mi trabajo cuando Yabu-hime vuelva de su paseo ¿Como debería abordarla?" Me siento sobre una pequeña roca cerca de las fogatas donde los cocineros estaban trabajando y, como siempre que necesito pensar, saco mi Sakuhashi e inicio una suave tonada.

En cuanto veo aparecer a Nene y a Kotaru-san de nuevo, sonrio levemente y agradezco con la cabeza al samurai que quiera acompañarnos en este paseo. 

Tras las indicaciones del viejo samurai, le hice una pequeña reverencia a modo de saludo 

- No se preocupe, Chikazumi-sama, no nos alejaremos demasiado - le dije en tono suave, dándole a entender que iba a tener en cuenta sus indicaciones por mi seguridad.

Inmediatamente después, me vuelvo hacia Nene, que está a mi lado

- Vamos Nene, mantente a mi lado, es una noche preciosa y seguro que me tienes que contar muchas cosas sobre el viaje, desde mi silla se podía ver tan poco y aún menos escuchar las historias que se cuentan por el camino... - le dije a Nene para que se colocase cerca mía - Kotaru-san, por favor, querría hablar con mi criada de algunos temas importantes... si pudiera mantenerse a una distancia prudencial... - le indiqué a Kotaru-san con educación - quizás así la vigilancia de nuestro paseo pueda ser más efectiva - le indiqué a modo de disculpa, mientras caminaba junto a Nene hacia una zona de árboles

Al joven samurái le sorprendió la petición de la bella dama, pero respondiéndole con educación le contestó:

- Como deseéis Yabu-hime - le dijo con una cortés reverencia - en ese caso prefiero ir delante marcándoos el camino y así puedo comprobar que todo está en orden. Os dejaré privacidad pero no os separéis mucho de mi - le dijo con un tono excesivamente formal.

Acto seguido, apresuró el paso hasta colocarse a unos 10 metros de las damas y mantuvo esa distancia todo el tiempo. Ya que le iba a tocar a él decidir el recorrido intentó que fuera al menos bello para la vista, por lo que optó por entrar en el bosque y recorrer las sendas más agradables y evocativas que encontraba; fijándose siempre bien, en si había algún rastro, y sopesando los peligros del entorno.

Un campesino se arrodilla ante el Sacerdote Shintô parece que pide una bendición. Parece entregarle un cajita al sacerdote, parece una especie de ofrenda.

Según Kotaru-san se iba alejando, me acerqué más a Nene para tener una charla confidencial con ella.

Cuando Kotaru-san se hubo alejado, y me aseguré de que nadie más pudiera oir nuestra conversación, me giré hacia Nene y le dije en tono confidencial

- Mi querida amiga, has elegido bien nuestra guardia, pero me pesa un temor... ¿no habrá sido muy evidente?. He visto las reacciones de Kotaru-san, su corazón es impetuoso y temo que aún no esté lo suficientemente bien adiestrado para controlar sus emociones como su rango exige. - le confio a Nene - sin embargo, siento el deseo impetuoso de hablar con él a solas... ¿podrías servirme como amiga una vez más, mi querida Nene? Parece que el sendero es seguro y estamos libres de oídos insidiosos, pero si vigilaras por mí mientras me reuno con él en secreto unos instantes... 

La petición, aunque obvia, era bastante difícil de llevar a cabo, sin duda, pero confiaba en que Nene estaba capacitada para ello, y para mucho más llegado el caso. Esperé su respuesta mientras observaba la luz tintineante de las estrellas que comenzaban a brillar en el cielo, evocando recuerdos dolorosos y maravillosos a la vez.

El Campesino arrodillado le indicó al Sacerdote

Mi Señor, que también es suyo, me ordena entregarle nuevas ordenes...la boda se debe impedir antes de llegar al Castillo, si llega al castillo el grupo, entonces todo el plan continua como antes...pero hay que provocar que Yabu-dono se sienta ofendido por Yukinai Itô

Simulando implorar una bendición, el Campesino espera la respuesta del sacerdote y entonces se marcha cabizbajo, dandole pataditas a las piedras.

Un campesino se acerca muy discretamente al jefe de la comitiva. Porta un rollo de pergamino de Saioinji-dono, uno de los ministros en la corte del emperador y en su momento valedor del Clan Takeda. El Campesino se retira inmediatamente, nadie se ha dado cuenta de lo sucedido.

La Corte Imperial le ha ofrecido a Oda Nobunaga el Shogunato, estamos a la espera de respuesta. Akechi, siguiendo ordenes de los Oda está a punto de atacar al clan Mori en San'Indô mientras Hashiba avanza hacía San'Yodô. Hay descontento entre los aliados, Oda mandó ejecutar a la mujer del Tokugawa Ieyasu y la madre de Mitsuhide Akechi ha sido asesinada por culpa de Nobunaga. La revolución del Hogan-ji aún pesa y estan buscando desesperadamente a Magoichi Saika para ejecutarlo. Pronto tendrás noticias, se esperan grandes sucesos.

Doy un respingo cuando el campesino se arrodilla delante de mí. Estaba tan absorto con la flauta que no lo había visto acercarse. Escucho las órdenes en silencio antes de contestar. - ... Entiendo. Que las bendiciones de Kogoro estén contigo. - Ya que se había presentado fingiendo solicitar una bendición, tenía que hacer aunque fuera una sencilla por si alguien estuviese mirando de casualidad. Después de realizarla, vuelvo a llevarme la sakuhashi a la boca. "¿Impedir la boda antes siquiera de llegar al Castillo? ¿Como voy a hacerlo? Podría intentar convencer a Yabu-hime de que no se case, pero en ese caso el ofendido sería el almirante, no Yabu-dono..." La melodía que sale del instrumento se complica conforme lo hacen mis pensamientos.

- Respondiendo con cercanía pero a su vez respeto - Mi señora, sabeis que de muy buen gusto os cumplo vuestros deseos en lo mejor de mi habilidad, pero aunque puedo hablar con él, tened en cuenta lo que creo ver yo también, aunque tomadlo como un punto de vista y claro tened que sois vos la que decide en última instancia... - Hizo una pausa para continuar - Parece impetuoso, como joven Ki-rin galopando por un bosque, pero a su vez es joven y no parece saber mucho del sendero de la vida, al menos no en un plano sentimental... Y aún así fuere, no debeis olvidar, y con ésto no quiero ser pájaro de mal agüero - Una corta pausa - Pero la comitiva que representamos nos lleva hacia Nakamura Shiro y a vuestro desposamiento... - Haciendo una pausa y mirándola con sinceridad a los ojos - Permitidme este atrevimiento, pero podría intentar hacer lo posible para que estuviera a vuestro servicio en vuestra morada, pero no se si su corazón de hombre y honor de samurai le permitirían soportar el agravio o dolor de ver como siendo despertado al amor por vos, vea a su vez un imposible de alcanzar en el caso de que su corazón sienta a la par que el vuestro. Aún así, si deseais que vaya a hablar con él, con la excusa de que deseais que os cuente sobre su entrenamiento en el dojo, en qué se diferencia el uso de la katana de un wakizashi, o porqué portan dos armas, o qué se yo... Para así poder ver de cerca si realmente lo que decís es un impulso pasajero o algo más que pueda llevar a algo más, encantada estaré - Sonriendo con sinceridad

Sonreí ante mi querida pero despistada amiga

- No Nene, no deseo que vayas tú a hablar con él. - le expliqué con el cariño y la paciencia que se merecía por la amistad que manteníamos - quisiera hablar yo con él personalmente, mientras tú vigilas que no haya nadie que pueda escuchar la conversación entre Kotaru-san y yo. 

Me mantuve serena, viendo como Kotaru-san se alejaba apenas diez metros de nosotras, y esperando la respuesta de Nene para poder ir a su encuentro.

- A eso me refería, a hablar de acercarme y decirle que quereis hablar con él, no yo - Dije con una sonrisa dibujada en mi rostro - Ahora voy pues - Y me acerco a Kotaru

- Acercándome a Kotaru - Señor Kotaru, mi señora quisiera hablar con vos - Y sin esperar a palabra suya - Yo, sin ser versada en combate alguno, me dispondré a vigilar para que nada ni nadie les perturbe hasta que acabe su conversación. Por favor no la haga esperar - Dije con cortesía y educación

El comentario de Nene lo llenó de alegría y de preocupación a la vez, no había nada que deseara más que hablar con Yabu-hime pero si lo hacía podría poner en peligro su misión, y si Chikazumi-senpai se enteraba, podía acabar con su entrenamiento como samurái para siempre. No era una situación sencilla en la que la ponía su bella señora, además su contacto con la joven podría poner en peligro con la actual misión, él lo sabía. La responsabilidad de tantas posibles repercusiones atormentaban su mente, y no podía evitar que su rostro reflejara tal incertidumbre.

Tras un instante de meditación ya tenía su respuesta, en realidad siempre la había sabido y recordó que a él sólo le importaba una cosa en este mundo y no le importaba renunciar a todo por conseguirla; y hablar con Yabu-hime era lo único que podía hacer de momento para intentar alcanzar su meta. Por lo que tras una breve pausa en la que probablemente su señora se haya impacientado un poco pero que realmente necesitaba, le respondió a Nene:

- De acuerdo, pero por favor, estar cerca, si algo os pasara mientras estoy con Yabu-hime me metería en un serio problema - intentó que no se notara que le preocupaba más su estatus que la propia integridad de la joven criada, pero en este momento ambos objetivos coincidían.

Acto seguido se reunió con Yabu-hime, y mientras Nene se alejaba a una distancia prudencial le dijo en un tono formal, pues no sabía si la criada aún podía oirle:

- ¿Me necesitáis mi señora? - esperaba que la bella dama entendiera el doble sentido de la pregunta.