Partida Rol por web

El joven samurái al ver al sacerdote decidió hablar primero antes de que se alarmara en exceso, y le dijo:

- Estamos todos ilesos - dijo tranquilzándolo - nos atacó un asesino, pero pude reducirle sin problemas - era obvio que la palabra "reducir" se quedaba corta, pero no quería tener que dar más explicaciones y continuó diciendo - Volvamos con Chikazumi-senpai, allí narraré todo lo acontecido, no perdamos más tiempo.

Y acto seguido se dispuso a seguir su camino hacia donde se encontraba el resto de la comitiva.

Aunque el accidente me había afectado, recuperé la compostura lo suficiente como para dirigirle una mirada a mi criada para que me siguiese tras el joven samurai. Alguien se ocuparía del cadáver, pues debería averiguarse quien era y cual era su propósito. Mi seguridad personal se encargaría de ello.

Con un leve gesto hacia el sacerdote, me dispuse a volver hacia mi comitiva, una zona segura en donde no ocurrirían estos desastres.

Me volví hacia Nene, y con una mezcla de nerviosismo y tristeza le dije

- Preparame agua para poder lavarme, y deberías lavarte tú también. No es correcto que sigamos el viaje así

Continué caminando hasta llegar a la comitiva con la mayor discreción posible. No era sensato dejarse ver de esta manera así.

Observo intermitentemente el cuerpo tirado en el suelo y a Kotaro antes de inclinar la cabeza y decir. - Demos gracias a los kami por que hayáis salido ileso. - Me giro hacia Yabu-hime y realizo una reverencia aún más profunda. - Si me permitís, me encargaré de los ritos necesarios para la purificación de su alma. No quisiera que por sus malos pensamientos se quede anclado a este mundo convertido en espíritu maligno.

Nadie merecía ese destino, fuera asesino o no. Ser incapaz de ascender al Yomi y verse consumido por el propio odio... No, mejor que nadie sufriera eso.

Hago una leve reverencia hacia el sacerdote, autorizando a bendecir el cadáver para purificar su alma, y continúo hacia mi comitiva junto con Nene

- Sí - Y voy a por una palangana o cubo de madera para traer agua y adecentar a la señora junto con unas toallas - Tomad mi señora, yo os ayudaría pero temo que no podría demasiado en esta ocasión pues temo que os mancheis - Digo con temor en mi voz, y mirando a los varones - Si permiten...

Acomapañado de parte de los lanceros de la escolta llega Mitsue a la carrera. Ha tardado algo más debido a que (aparte de la inutilidad del narrador) tenía que organizar las tropas que guardarían el campamento y escoger a los mejores soldados. Nene, Kotaru y Yabu-hime estan salpicados de sangre, mientras Kurô bendice a base de rezos y salmodias un cuerpo decapitado que yace destrozado en el suelo. El joven Samurai porta un objeto cuasi-esférico que chorrea sangre envuelto en harapos negros.

Yasuhide llegó hasta su superior y lo primero que hizo fue arrojar la bolsa harapienta que llevaba en la mano, a los pies de los nuevos espectadores, de forma que su contenido quedó visible cuando paró de rodar y quedó al descubierto. Era una cabeza, tapada en parte por una tela negra, que había sido removida por el joven samurái para intentar desvelar su identidad. Ante la grotesca escena, el samurái se apresuró a darle una explicación a Chikazumi-senpai, no quería que el samurái malinterpretara su gesto, su intención era más que nada, la de granjearse un poco de admiración ante toda la gente allí reunida:

- Este desgraciado intentó asesinar a Yabu-hime, por fortuna decidió medir su acero primero conmigo para tener vía libre en sus fechorías. Todos nosotros estamos ilesos y sin un rasguño, y el desmembramiento que ha sufrido este asesino es lo único que merecía - dijo con un tono serio, pero no carente de orgullo, para él había sido una gran hazaña y había cumplido con creces su misión, por lo que un poco de admiración no le sentaría mal.

Luego mientras el grupo se disgregaba y fue a hablar en privado con Chikazumi-senpai le dijo:

- Antes de atacarnos, el shinobi tuvo por fortuna desvelarnos para quien trabaja, quizás se confió demasiado y por eso decidió cometer ese error, aunque también pudiera ser que mintiese para era crear alguna disputa, sea como fuere dijo servir al Pirata Astado, os traje la cabeza por si vos sabríais identificarlo, dado que el resto del cuerpo ha quedado bastante destruido, lo siento, pero no pude contenerme - dijo con un poco de falsa modestia.

Esperaba que su superior arrojará más luz al asunto, por lo que se quedó esperando la respuesta, pese a que deseaba quitarse toda la inmundicia de sus ropajes, dado que él había sido el que más se había ensuciado.

- ¡Vigilad! - ordena el jefe de la comitiva - Kotaru-kun, ¿estás bien? - rápidamente mira a la hija de Yabu-dono - Yabu-hime espero que se encuentre bien, ¿la han herido o si quiera tocado? - mientras conversa con la dama, después de darse cuenta que su prioridad por su lealtad a su Señor es Yabu-hime y así ha de ser, mira al joven samurai de reojo para comprobar que este bien.

Después de escuchar las posibles respuestas y explicaciones da una orden - ¡Vosotros cuatro! - señala a unos cuantos lanceros - Permaneced alerta protegiendo a Yabu-hime y escoltadla junto a su criada al campamento. ¡Y reforzad la guardia! Yabu-hime, he de hablar con Kotaru-kun y ver que ha ocurrido, la seguridad del campamento es más apropiada para usted, si no le importa seguir mi consejo.

Esperando a que se fueran o no, Mitsue habla con Yasuhide - Kotaru-kun, por favor, explícame que ha pasado, y si no es preciso, andemos juntos hasta el campamento. No creo que este lugar sea el más indicado para hablar tranquilamente - Chikazumi-sama rebuscaba el cadáver en busca de algún kamon* o kanji que identificará de alguna manera al agresor. Después atendió a la explicación mientras se mantenía pendiente el objeto que lleva envuelto en trapos su compañero Espero que no sea lo que creo.

Un soldado se acerca a Mitsue, hace un reverencia y junto a tres lanceros más escolta a la señora de vuelta al campamento. El resto de los que acompañan a Mitsue se dispersan registrando el lugar. Algunos de ellos vuelven con un objeto que parece una estatuilla diminuta de piedra en forma de Dragón cornudo.

Al escuchar las ordenes que estaban dando mi guardia personal de seguridad, me dirigí con Nene a mi pabellón personal para poder asearme y tranquilizarme

- Vamos Nene, no aguanto más la sangre sobre mi rostro y mis ropas... - le dije mientras me internaba a un lugar más resguardado y protegido, lejos de miradas indiscretas, para poder proceder a lavarme adecuadamente.

- Si mi señora - Dijo para acompañarla acto seguido

Ahoa que se el nombre de ese "grupo"; ¿puedo tirar de nuevo para conocer algo sobre esos miembros del "Pirata astado"?

 - Ya está, - Anuncio - su alma podrá encontrar el camino al Yomi. - Doy un paso atrás, alejándome del cuerpo, antes de girarme hacia los soldados. - Deberíamos enterrarlo cuanto antes, Chikazumi-dono - Supongo que debo dar una razón para que algunos soldados dediquen su tiempo a esa tarea, ya que no creo que se molesten por un enemigo así que añado. - o el hedor atraerá a alguna alimaña.

Dicho todo esto, echo un último vistazo al cadáver decapitado y me dirijo de nuevo hacia el campamento.

Lo único que sabes es que no tiene nada que ver con los shinobi. Es algo que te es desconocido.

Ah, vale, al menos eso sí es algo útil :)

La normalidad vuelve al campamento, todos se empiezan a acostar. Nene ha lavado concienzudamente a su señora, que ahora duerme plácidamente tras un baño con agua calida. Kotaru monta guardia con su naginata, hoy por fín ha probado el sabor de la muerte y con los bríos de la juventud se ha tomado con ligereza el hecho de segar una vida. Mitsue revisa el estado de los centinelas mientras Kurô vela el altar improvisado donde se pide a los espiritus del bosque que guarden a la comitiva. Todo parece en paz.

- Al acabar de adecentar a la señora, yo también hago lo propio conmigo y con las ropas de ambas, y me acerco a Mitsue - Mi señor, viendo lo sucedido ¿no sería prudente hacer guardias? Tras lo que ha pasado, tal vez sería algo a tener en cuenta - Y bajando la cabeza - No está en mi intención agraviarle con lo que deba hacer o no, no soy quién pero soy precavida ante la seguridad de todos, aunque estoy plenamente segura de que ya habiais sopesado esta opción...

- Kurô-sama, esta vil escoria ha intentado matar a Yabu-hime, no merece sus bendiciones - el samurai parecía más que enfadado, ofendido - Enterrad el cuerpo como podáis, no sea que una alimaña se sienta atraída por la podrida sangre de este desecho - el samurai sostuvo la mirada con el sacerdote un momento y después marcho detrás de Kotaru-kun.

Al no encontrarlo espero calmando a los Bunge y organizando mejor a los Ashigaru, ordenando a tres de ellos que permanecieran todo el rato cerca de Yabu-hime, pero sin molestarla.

Tras un rato de espera y paseo por el campamento, la criada de Yabu-hime se acercó a él.

Tras escucharla mientras miraba a los lanceros cambiar de zonas y patrullar, la miró - Nene, tu afán por proteger a Yabu-hime demuestra tu gran preocupación de ella, pero por algo me han encargado la dirección de esta comitiva - la criada quería proteger a la hija de Yabu-dono, y se sentía preocupada por la seguridad del campamento, pero había supuesto que Mitsue se iba a quedar parado sin darle importancia a nada - Retírate y ve a atender a Yabu-hime - Chikazumi-sama prefería no quería dar más preocupaciones a Yabu-hime, así que paso por alto el hecho de que una criada pensase siquiera que no había tenido en cuenta que podría haber más ataques y debería reforzar la guardia.

Después de que se retirase encontró a Kotaru-kun con nueva ropa y entonces hablo con él.