Partida Rol por web

Una vez recupero mi ropa, vuelvo con ella bajo el brazo.

De camino puedo escuchar el motor del camaro, ¿dónde irá ahora?... ya volverá. No tardo en regresar y cuando llego a casa, me siento en el porche para cambiarme las zapatillas, una vez termino, empiezo a sentir algo de apetito, bueno, quizás me coma una manzana después de todo. Madre mía, como está la ropa, pues nada a la ropa sucia. Entro en casa y tan solo alzo la mano a modo de saludo, sin llegar a mirar. Seguidamente me dirijo al baño al cesto de la ropa sucia. Luego voy a la cocina por una manzana, me apetece algo fresco, mientras voy tarareando mentalmente.

Tan embobado estoy, que no reparo en nada mas.

Después comienzo a subir las escaleras, devorando la manzana, pues tenía mas hambre de lo que pensaba. Quiero estar de nuevo con Helen, tengo que enseñarle la casa, y organizar un poco la habitación para que ella tengo espacio para sus cosas, abro los ojos de golpe, la leche, sus cosas... a ver si mañana podemos ir a por ellas. Ya frente a la puerta, sonrío antes de entrar, nuestra habitación.

Correr por la Umbra junto a Amber me hace encontrar una parte de mí misma que a veces me dejo tras muchos muros: me gusta ser Garou. Me gusta la manada, me gusta la misión, me gusta el poder y me gusta la velocidad. Me encanta la magia que nos rodea y estoy agradecida por la familia que he encontrado, una que como humana jamás habría tenido ni cerca.

Perdida en mis pensamientos, llego al borde del precipicio. El rastro muere aquí. Eso implica que Will ha...¿saltado? No, creo. Aún habría trazas de su aroma en el aire. ¡Por eso he percibido dos esencias iguales! Una iba y la otra volvía. Claro. Esta búsqueda tan divertida ha sido inútil. Nos hemos debido cruzar por el camino. Antes de poder decírselo a Amber, me distraigo con las lúnulas.

- Podemos hablar en Elevado con ellas, si no hay más remedio - le explico -. Pero muchos espíritus se ofenden si no les hablas en lengua espiritual; los hay más comprensivos y los hay menos

O eso me explicaron a mí. En Japón me dijeron cosas parecidas, aunque su Umbra y la nuestra se parecen más bien poco.

Entonces una pequeña alimaña espiritual, un ratoncito, nos hace un gesto de saludo. Igual que a Tyler...¿Qué significa esto? Incluso a mí. A mí también me ha saludado y a mí los espíritus me odian. ¿Acaso estoy enfocando esto como no es? ¿Por qué ha tenido Will que emborracharse justo hoy? Puede que entre Ben y Larissa me lo puedan explicar de una forma que yo lo entienda...

Entonces, como si la hubiera invocado, Larissa hace su aparición. Confirma lo que sospechaba, lo cual me hace sentir buena cazadora. Pero añade ciertas cosas que hacen que Amber se tense por la preocupación. Yo también quiero a Will, pero ella, su prima, tiene con él un vínculo de lealtad y de sangre. Es familia al cuadrado. La Anciana se despide antes de que pueda preguntar nada.

- Nos veremos, Madre, espero que en circunstancias de paz, pero puedes contar con nosotros para cualquier guerra

Amber está deseando moverse. No puedo hacerla esperar más. Es mi hermana, y su preocupación es la mía.

- Vamos, todavía tenemos que decidir quién se lo come

"Oh oh."

La reacción de Tyler es tan brusca como inesperada. Siento un subito frio en la nuca y un miedo paralizante ante el despliegue de furia del que hace gala nuestro Alfa.

El eco de sus reflexiones, tan tristes y pesimistas persiste en mi cabeza, mientras que el ruido de los últimos platos y vasos al cascarse apenas pasa entre mis oidos, protegidos por mis manos. Encogido, acongojado, hecho una bola, siento como el estruendo del portazo sacude toda la casa, haciendo temblar las crsitaleras.

Lentamente, levanto la vista y me asomo cuidadosamente, estudiando el terreno. La salita esta echa un desastre, con toda la furia y destrucción de la que es capaz un jodido Garou.

"Oh, man."

Me yergo en toda mi estatura y pongo los brazos en jarras, contemplando el desagüisado. Giro la cabeza para mirar a Ben y le dedico una sonrisa tranquila, firme.

-Ben... Voy a necesitar toda tu ayuda para evitar que toda esta situación nos estalle en la cara.- Lentamente, empiezo a recojer, fragmento a fragmento, sin poder evitar que la ironia de la situación me haga sonreir de nuevo.- Tyler esta muy afectado y tiene un pronto muy malo. La situación de Helen, su tragedia le ha afectado, porque le ha recordado la suya propia.- Dejo todo lo que puedo en una de las bandejas y me voy a la cocina para traer el cubo de basura y un paquete de bolsas. Separo cuidadosamente los restos de comida de los pedazos, colocando cada cosa en su sitio.

Un trabajo metodico que me ayuda a centrarme.

- Necesito que me hagas un favor, Ben... Encarga media docena de pizzas variadas, ¿quieres?

Termino de recoger todo en diez o quince minutos, acabando con dos bolsas de basura organica, un par más de vajilla y cristales y una alfombra que va a requerir de lo mejor de mis artes con el quitamanchas. Satisfecho, recluto la ayuda de Ben para mover los mueves mas pesados y despejar el suelo para barrer y fregar.

En ese momento, oigo la puerta abrirse y unos pies ligeros que se encaminan rápidamente hacia las escaleras.

"No he oido el motor del Camaro... Asi que solo puede ser William..."

- ¡William! ¡¡Espera!!.

Acelero por el camino hasta alcanzar la salida a la interestatal, donde me detengo unos instantes, tratando de tranquilizarme antes de incorporarme. Por algún motivo rayano en la paranoia, miro a ambos lados buscando vehículos aparcados en el andén, o cualquier cosa extraña o fuera de lugar.

¿Qué hago? ¿A donde voy?

Lejos de ellos, por un rato. Apartando las preocupaciones, centrándome en otra cosa para no saturarme pensando en lo mismo una y otra vez. Lo mismo que llevo haciendo desde el maldito día del silencio umbral, concentrándome en las reparaciones de la casa para no pensar en ello, en hacer algo útil en lugar de comerme la cabeza.

Leroy's, en Englewood Cliffs, un pequeño paseo, apenas unos minutos en coche. Tras llenar el depósito, cojo un café de la máquina y saludo a Leroy con una sonrisa antes de entrar a la tienda.

A la mierda la lista de la compra de Alex. Vamos a pasar la puta noche en la biblioteca, necesitaremos cosas básicas. Me muevo por los pasillos del almacén agradeciendo que existan sitios como este, en los que hay de todo. Incluso los cazadores y campistas vienen aquí en busca de material. Es más caro que ir a unos grandes almacenes de la ciudad, pero la diferencia me la ahorro en gasolina, de modo que...

Antes de nada, me acerco a la zona de acampada. Sacos de dormir y esterillas, ya solamente con esto tengo medio carro lleno. Seis sacos individuales... No, espera... Pongo los ojos en blanco, sin creer en lo que estoy pensando ahora mismo. Joder, mundo de locos. Cinco sacos, cuatro individuales y uno doble. Isaac y Ben no creo que pasen la noche con nosotros en la biblioteca, viven justo al lado y con la conexión de Ben con los espíritus del túmulo se enterará antes que nosotros si hay problemas. Esterillas para los sacos, y un par de mantas para quien haga guardia. Joder, me voy a cargar el presupuesto del mes. Más vale que ese rollo inmobiliario salga bien, nunca pensé que ser un hombre lobo en la lucha contra el Wyrm saliera tan caro. Añado unas linternas al lote, para no tener que gastar de la iluminación de la biblioteca toda la noche. Botellas de agua, vasos de plástico... Que reciclaremos, por supuesto. Para cenar, algo ligero y que no precise calentarse, que allí no tenemos ni un miserable microondas. Envases herméticos con ensalada, pastel de carne, trozos de carne seca, lonchas de salmón ahumado... También cojo algo de fruta fresca y una tarta de manzana. ¡¡Oh, y qué tenemos aquí!! Latas de café autocalentable...

Paso por la zona de aseo y, en fin, no puedo creer que esté haciendo esto... Compro un pequeño neceser, y lo necesario para el aseo personal de una chica: un cepillo de dientes, pasta de dientes, desodorante, un cepillo para el pelo... Nosotros tenemos nuestras cosas en casa, pero Helen ha llegado con lo puesto. Paso por delante de las compresas y tampones, me detengo un momento, pero desecho la idea negando con la cabeza y cerrando los ojos. No nos pasemos, hay límites. Si necesita de eso, que se ocupen Jane y Amber. Justo al lado están los condones. Ufff, se me está amargando el café. Papel higiénico, eso sí. Y papel de cocina para usar de servilletas. Y bolsas de basura...

Me dirijo a las cajas pasando por la zona de ropa deportiva y de montaña. Recuerdo que Helen tan sólo tenía un sencillo vestido metido en su bolso. ¿Va a estar así vestida hasta mañana? Supongo que Amber puede prestarle algo de ropa...

Pago todo con la tarjeta y llevo el carro hasta el coche, guardando todo en el maletero poco a poco y devolviendo el carro en la entrada del almacén. Abro la capota del coche y me siento en su interior, con el motor apagado, apoyándome completamente en el respaldo con los ojos cerrados.

Me he pasado. Una vez más. ¿Quién soy yo para juzgar a Will? Nunca he estado enamorado...

Y me he cargado la mesita auxiliar. Espero poder arreglarla. Y soportar a Alex cuando vuelva a casa. El canijo no perderá ocasión de sacar a relucir su mordaz lengua en cuanto me pille por banda. En fin, cuanto antes me quite esto de encima mejor.

Arranco y tomo rumbo de regreso a casa, con el brazo izquierdo colgando fuera del coche y el viento meciendo mi pelo y acariciando mi rostro. Tan sólo unos minutos me separan de la cabaña, y tomo la desviación para recorrer el camino a la misma mucho más despacio de como me fui. Al llegar junto a la casa, apago el motor, pero no salgo del coche. Me quedo ahí descansando, con los ojos cerrados y apoyado en el reposacabezas.

En ese momento, oigo la puerta abrirse y unos pies ligeros que se encaminan rápidamente hacia las escaleras.

"No he oido el motor del Camaro... Asi que solo puede ser William..."

- ¡William! ¡¡Espera!!.

Me asomo a la escalera y le veo a medio camino de su habitación, con una manzana en la boca. "Joder, aqui todo Dios se mueve como un ninja" Aguardo un segundo antes de hablar con él. Tuerzo el gesto y me muerdo el labio, nervioso. Es una sitiación delicada y tengo que manejar con mucho cuidado.

- Vamos a pedir unas pizzas o algo... Preguntale a Helen de que le gustan, ¿vale?... Ya os aviso cuando lleguen, ¿Ok?.

Levanto el pulgar y le guiño un ojo, tratando de desmentir lo preocupado que estoy. "De nada servirá darle caña ahora. Todo se solucionará."

- ¡Ah! Si hay algo que lavar, dimelo que pongo una lavadora... Y dile a Helen que no se preocupe... No me da miedo lavar ropa interior a mano... Jajajajaja.

Con esa carcajada, me largo a la cocina para hacerme con un cubo y una fregona para lidiar con el desaguisado de la sala.

Como quince minutos después de haberse marchado, se oye de nuevo el motor del Camaro llegar a los aledaños de la cabaña. El sonido cesa, al apagarse dicho motor, pero nadie entra en la cabaña.

Me detengo a mitad de la escalera y me giro con la manzana en la boca, le interrogo con la mirada, ¿qué pasa?

Levanto el pulgar a modo de respuesta para girarme después y continuar subiendo.

Escucho de nuevo su voz cuando llego al rellano, debe haberte escuchado ya ella, y alzo la mano de espaldas, haciéndole saber de ese modo que me he enterado.

Dejo a Will que suba a la habitación, invitandole incluso con gestos y ademanes. Le observo subir los cuatro escalones que le faltan y me vuelvo a la cocina para fregar la sala.

"Nada que no se pueda arreglar con trapo, saliva... y unas cuantas horas de trabajo comunitario..."

Con unas cuantas pasadas de la fregona, el agua jabonosa obra su milagro y la sala queda más o menos bien, con todos los muebles apartados para dejar hueco.

El rumor del motor del Camaro y de las ruedas del coche chirriando por el sendero de gravilla me informan de que Tyler ya esta de vuelta. "Un poco pronto... A este fijo que le han calzado una multa por creer que conduce un DeLorean..."

Agarro el mocho y me voy hacia la puerta, esperando en pie, con la fregona en una mano, imitando a cierto mago de fantasia intentando evitar que un demonio enfurecido entre en la casa.

Abro los ojos cuando oigo el chirriar de la puerta de entrada. Tengo que engrasar esas bisagras. Ante mí, en el porche de la casa, se presenta Alex con una fregona, abriendo los brazos como si tratara de impedirme la entrada. ¿Está... imitando a Gandalf? ¿Eso significa que me espera una retahíla de frases del Señor de los Anillos para reprenderme por lo sucedido?

Lanzando un suspiro, abro la puerta del coche y salgo, cerrándola con fuerza y dirigiéndome a la parte de atrás. Abro el maletero y rebusco entre las bolsas de papel del mercado, encontrando la que guarda los artículos de aseo. Cojo el neceser, lo abro, y meto las cosas dentro, cerrando el maletero acto seguido. El resto de las compras se quedan ahí.

Con el neceser en la mano, me dirijo hacia la entrada, con gesto molesto y cansado.

¿Puedo entrar? -Pregunto- ¿O me lo vas a impedir con esa fregona?

"Guau... Esta REALMENTE cabreado... Como me descuide, termino fregando mis propios dientes de leche."

Trago saliva, mientras veo como trastea en el maletero, despues de pegar un portazo al cerrar la puerta del deportivo. Al rato se acerca a la puerta, llevando un neceser en la mano y me pide permiso para entrar en casa. Tuerzo el gesto, molesto.

" Joder... Y encima se me pone chulo.... Ah, las cosas que tengo que hacer..."

- La fregona es por que acabo de fregar la sala.

La apoyo contra la puerta, cruzandola frente al umbral y me siento en el escalon del porche, mirandole seriamente.

- Tyler... No somos como tú.- Alzo la mano, pidiendo que me deje continuar.- A ver como te explico... No somos Ahroun... No lideramos... No sabemos tomar decisiones de campo... Para eso estas tú y esta Jane... Will ha hecho lo que le ha dictado su corazón...- Levanto ambas manos al cielo, para despues bajarlas estrangular el imaginario cuello de nuestro Theurge.- Que si... Que esta gilipollas... Que no razona... Pero es lógico... Es lo que hay que hacer... Pararse, respirar y tomar la mejor decisión posible.

Me levanto trabajosamente del poche, sacudiendo el polvo de mis pantalones.

- Entiendo tu cabreo. Pero creo que, dadas las circunstancias, ha hecho lo único posible. Dañar a Helen no sirve de nada. Entraremos, nos reuniremos, comeremos unas pizzas y desembrollaremos todo este asunto, te lo prometo.- Trinco la fregona y "desbloqueo" la puerta.

Pasa.

Me echo la fregona al hombro y me meto en casa, tarareando nerviosamente la canción de los enanitos de Blancanieves. Sostengo la puerta con el extremo humendo hasta que Tyler cruza el umbral, momento en el que avanzo hasta el pie de las escaleras y me paro.

- Si te sientes con fuerzas, sube y diles que bajen... por favor.

Rezando porque comprenda y porque su Rabia se halla aplacado al tomar el aire, me voy a por el cubo para vaciarlo, limpiarlo y guardarlo en su sitio.

No capta mi torpe intento de broma. Normal, con el careto que debo tener, cualquiera pensaría que sea capaz de ser irónico. Ha estado limpiando. Genial, mi estropicio. Ojalá no lo hubiera hecho, ojalá se hubiera dedicado a otra cosa y hubiera podido ocuparme yo. Me habría hecho sentir mínimamente mejor.

Se sienta en un escalón del porche, y yo me siento a su lado. Un escalón más abajo. Como siempre, lleva razón. No son como yo. Qué cojones, ni siquiera es cuestión de ser un Ahroun, Jane tampoco es como yo. Todos somos distintos, demasiado distintos. Y no, no puedo pretender que sean como yo. Will ha hecho lo que ha creído correcto, ¿no es ese mismo el motivo por el que he tomado yo las más difíciles decisiones de mi vida? Puedo creer que se equivoca, pero no culparle por ello.

Quizás sería distinto si yo hubiera sentido alguna vez lo que él siente ahora...

Miro el neceser en mis manos, hundiendo mi cabeza entre los hombros. Sigo cansado, sigo perdido, pero ya hace rato que no estoy cabreado. Algo es algo. Alex me invita a entrar, finalmente. Libero un suspiro mientras le oigo tararear una canción infantil como si tal cosa, y me pongo en pie cuando me doy cuenta de que esta sujetando la puerta.

Alex, tío... -Digo cuando paso a su lado, poniendo una mano en su hombro sin siquiera mirarle- No cambies nunca.

Me dirijo directamente, aunque a paso lento y cansado, hacia las escaleras. No, no me siento con fuerzas, pero precisamente por eso debo hacerlo. No puedo permitirme flaquear. Subo los escalones uno a uno, agachando un avergonzado y apesadumbrado rostro.

Me acerco despacio a la habitación de William, casi arrastrando los pies, con desgana. La mía está justo en frente. La tentación de encerrarme dentro y echarme sobre la cama a descansar es grande, pero es otro lujo que no puedo permitirme. Nadie dijo que esto fuera fácil, pero tampoco me avisaron de que fuera tan jodido.

Me plato frente a la puerta de su cuarto, el de los dos. Cierro los ojos e inspiro profundamente. Aguanto el aire en mi pecho y lo libero poco a poco, abriendo los ojos de nuevo al finalizar. Doy tres golpes con los nudillos en la puerta, y me aparto a un lateral, apoyando la espalda en la pared, con los brazos cruzados y la mirada en el suelo.

Se sobresalta cuando abres la puerta, está de pie, con aquel vestido oscuro que vieras antes, se ha puesto otra vez las botas viejas que le trajeran los búhos. Te da una tímida sonrisa, pequeña, muy pequeña.

- Los he escuchado, discutir... sobre mí -se toma de las manos, pero su rostro no está asustado sino solemne, grave- El búho dijo que enviaría ayuda, pero tal vez... no. Solo no quiero que ustedes terminen como mi familia. Siento haber escuchado una conversación que no era para mí, escuché un ruido muy fuerte y platos romperse, pensé que... habían venido por mí. Pero no era eso... estaban hablando de preguntarme cosas, no tengo idea qué es un túmulo, un soldado fomor, un danzante de la espiral negra y ¿hay gente que los caza? ¿Cómo? -camina al otro lado de la habitación sumamente nerviosa o ansiosa.

- Escuché que tu amigo, el que me tomó de las manos, tuvo una tragedia como la mía... yo... no quiero recordárselo. El señor de abajo y la abuela ¿podrían ayudarme con los lobos? ¿llevarme hasta allá en vez de ustedes? -se llevó las manos al rostro y se sentó en la cama, respiraba rápido.

- Siento angustia Will y no quiero que te suceda nada malo por mi culpa -ahi de nuevo, no llora, otra vez pelea internamente para no llorar. Parece ir ganando al menos esa lucha.

Entro mordiendo la manzana y me sorprende su reacción, luego cuando veo que lleva las botas, un pensamiento pasa por mi cabeza mientras el corazón me da un vuelco, ¿¡se marcha!?

Me acerco a ella y comienza a explicarme, escucho con atención, y de nuevo ese tono lila vuelve a hacer su aparición.

Y siento una oleada de Rabia cuando me habla de la discusión de abajo, miro al suelo pensativo, Ty... será gilipollas, a ver si aprende de una puta vez a controlarse, ¿qué pretende?, pero la Rabia desaparece al alzar la vista y encontrarme con sus ojos. Me acerco a ella queriendo consolarla, ya que no puedo con palabras, con mi cercanía.

Veo como camina nerviosa, igual que me sucede a mi a veces, y finalmente se sienta en la cama, momento en que puedo acercarme para mostrarle que no está sola, que yo estoy con ella, y le miro sin saber como aliviar su dolor, su miedo, su sufrimiento.

Cuando termina de hablar le hago un gesto con las manos, pidiéndole que aguarde un momento mientras busco alguna hoja sobre la mesa y un boli y arrojo lo que queda de manzana a la papelera.

Comienzo a escribir a su lado, de modo que ella pueda ir leyendo.

Tranquila Helen, es complicado de explicar, sobre todo, sin poder hablar, entre los que son como yo, existen diferencias, algunos como Ty son guerreros, y otros como yo, somos "misticos", tratamos con espíritus. Tuerzo la boca antes de seguir, que definición mas penosa. Por eso es mas nervioso y le cuesta mas controlarse, pero nunca nos haría daño. Está alterado porque lo que te ha sucedido, le recuerda a lo que le sucedió a el...

Además, Helen, es importante lo que sucedió, siento la garganta reseca, es importante que te pregunte, y no te puedes imaginar lo que siento tener que hacerlo. Me paro un instante sintiendo que mi espíritu se desgaja, sintiendo todo el daño que puede hacerle mi pregunta. Alzo la vista al techo, Gaia bendita. Te quiero Helen, y... siento con toda mi alma tener que preguntarte por lo que sucedió. No te preocupes ahora por el Túmulo, es importante saber que paso en la boda, además del novio, habría otros como yo, y si pudieron terminar con ellos, es importante saber quien lo hizo. Le dirijo una mirada en la que puede verse claramente que lo estoy pasando mal al preguntarle , siento un nudo en la garganta. ¿Parecían personas normales pero tenían "poderes" extraños o había entre los atacantes algunos como nosotros?

Luego veremos que hacemos con los lobos del norte, tendremos que hablarlo. Ahora no te preocupes por eso. Y no te preocupes por mi Helen, no va a pasarme nada. No permitiré que nadie te haga mas daño. Todo va a salir bien.

Helen, quiero hablarte... pero me encanta escucharte, eres la primera persona que conozco que habla en malva, y eso a mi modo de ver, quiere decir algo...

Cuando termino de escribir le doy un beso, y le abrazo dándole consuelo, estoy así un rato, acariciandole el pelo, sintiendo su miedo, te va a necesitar muchacho...

Entonces escucho que llaman a la puerta y me levanto para abrir.

Abro la puerta y me encuentro a Ty. Ni si quiera me molesto en ocultar que estoy molesto, y siento ganas de cogerle por el cuello de la camiseta y estamparlo contra la pared del pasillo.

Me giro hacia Helen tratando de dulcificar la expresión, antes de dejarle pasar, espero que venga a disculparse. Me retiro entonces de la puerta haciéndole un gesto con la cabeza para que entre y me siento en la cama, al lado de Helen.

Es extraño como solo basta que te sientes a su lado para que el asomo de una sensación de paz empiece a reflejarse en su mirada, imperceptible quizás para otros, pero no para ti y tan rápido, pensar que realmente no se conocen desde hace tanto.

Descansa su cabeza en tu hombro aceptando la cercanía que ofreces, mientras escribes con el bolígrafo las explicaciones sobre la hoja, ella inspira profundamente y luego expira despacio, posiblemente tratando de calmarse. Acerca el rostro para leer lo que escribiste, se toma de tu brazo - entonces hay guerreros y tu eres como un... ¿chamán? -te mira de lado y sonríe, sus mejillas se sonrojan y te da un rápido beso para huir con su mirada a continuar leyendo lo que escribiste- Lo dices varias veces ¿cómo que hablo en malv...?

Pero su pregunta se queda a la mitad cuando se pone seria de nuevo cuando le cuentas lo de Tyler, cuando te pones de pie ella se toma de las manos inquieta. Y cuando alguien llama a la puerta y vas a abrirlar la tensión vuelve a su rostro.

La puerta se abre, miro de medio lado pero no veo a Will salir al pasillo como esperaba. En su lugar, me mira desde el interior con cara de pocos amigos y, tras girarse hacia el interior, donde supongo estará Helen, se hace a un lado y me deja ahí con la puerta abierta, haciendo un gesto con la cabeza.

Mierda, justo lo que no quería...

Suspiro mirando a la pared de en frente, y me aparto del muro del pasillo, acercándome a la puerta y asomándome al interior. Ahí está Helen, sentada en la cama, y William se sienta a su lado. Ni siquiera se qué decir. No había venido a decir nada, en realidad. O no lo había pensado. En mi mano descansa el pequeño neceser, en seguida en mis dos manos, pues no se qué hacer con ellas. Me dedico a girarlo, desplazando mi vista por la habitación desde el quicio de la puerta, no queriendo entrar del todo. No queriendo mirarles directamente.

Quizás necesitarían más espacio, algún armario más, o un tocador. En Charly's & Sons los hay a buen precio, si lo monto yo mismo... Mejor dejo de pensar en eso...

Yo... -¿Yo qué? ¿Qué digo? Miro fijamente el neceser, que ahora me parece una mierda, y se lo muestro a Helen levantándolo un poco- Te... te he cogido algunas cosas. Pensé... que te harían falta. -Miro alrededor, por si hay algún sitio donde pueda dejárselo, pero maldita mi suerte, como no lo deje en el puto suelo... Al final me acerco de dos pasos y se lo tiendo alargando el brazo todo lo que puedo, como si temiera acercarme demasiado. Cuando lo coge, comienzo a caminar hacia atrás, dejando caer un puño sobre el otro, avergonzado. Hago el amago de girarme, pero se que no es lo correcto. Por mucho que me joda, no puedo marcharme sin más- Ehm... H-hace un rato, yo... S-si te has asustado por los gritos... y los golpes... -Miro a Helen a los ojos, brevemente, agachando la mirada de nuevo. El rostro me arde, y sigo sin saber que cojones hacer con las manos- Yo... Lo siento. -Miro un instante a William, apartando la mirada casi al instante, comenzando a girarme- Lo siento.

Me giro ya completamente, dirigiéndome al pasillo.

Helen se encuentra sentada sobre la cama, con su cartera cruzada y las botas puestas como si fuera a salir. Trae una mirada preocupada y se muestra tensa cuando Tyler aparece.

Pero al escucharlo, asiente y le sonríe, pero es una sonrisa llena de pena también.

- E..eres muy amable Tyler. Yo no puedo expresarles lo muy agradecida que me siento por sus atenciones. -escucha tus disculpas, asiente- No eres tú el que tiene que disculparse, soy yo. Siento mucho haberme convertido en una carga peligrosa para ustedes. Después de todo lo que ha pasado, no, no deseo que llegue ningún mal o peligro a su familia por culpa mía.

Se pone de pie otra vez, inspira hondo y exhala tratando de calmarse, cierra los ojos

- Mi hermana estaba prometida a un garou, no sé los detalles. Yo ya no vivía con ellos, solo se lo que Marion me contó... que conoció a su prometido, que hablaron, que acordaron cosas no me especificó qué. Que era algo mayor para ella pero que no le molestaba mientras eso hiciera feliz a papá y mamá. Por que así se continuaría el pacto de nuestra familia, no se de qué se trata...

Papá me dejó hacer mi vida, mientras tuve edad para la niñez y adolescencia, porque tenían a Marion que nunca se negaba y era dócil y amorosa. Quisiera decir que fui una muchacha aplicada en temas familiares pero lo cierto es que no. Cuando tuve edad me fui por mi misma a estudiar lo que yo quería, aunque mi madre me quería obligar a aprender todas esas cosas de su mundo, siempre encontré como evitarlo. Ahora me arrepiento de ello...

La voz se le entrecortó un poco y continuó

- Mis padres son... "normales". Y sobre la boda, estuve muy poco, hasta que ellos se casaron legalmente, dijeron que luego tendriamos que ir a otro lugar al norte para celebrar la "boda de verdad" lo que sea que eso signifique. Y que allí hablariamos de mi futuro y mis responsabilidades...

Me enojé mucho, así que discutimos, mi padre, mi madre, yo... no quería arruinarle la boda a mi hermana así que salí a calmarme a fumar un cigarrillo algo, lo que sea. Pensé en que no podía irme sin despedirme de mi hermana, asi que volví... mientras regresaba oí, ruidos y gritos

Sus manos empezaron a temblar, pero ella no abrió los ojos siguió caminando de un lado a otro nerviosa

- me asusté, pero logré colarme arrastrándome por el suelo, había sangre por doquier de invitados y familia por igual... no sé que ví, había tanto.. tanto... -se lleva las manos a la cabeza, su voz ahora si está por quebrarse- yo no... el vestido de mi hermana estaba manchado de sangre, la encontré en el piso cerca de una mesa, yo estaba debajo de la mesa, no se como llegue ahi, no se... no... ella me dio el colgante y me dijo lo que les dije a ustedes. Solo miré una sola vez atrás, vi al novio de mi hermana convertirse en algo grande... un... monstruo grande... contra otro grande pero ese daba más miedo, como los ¿gremlins? de pronto llegó una camioneta blanca que rompió cristales, mesas... salieron unos hombres en trajes que parecían de científicos, como cuando hay virus o de astronautas, así... y empezaron a disparar a los dos y metían a algunas personas dentro de la van, me fui corriendo hasta el estacionamiento, llamé al 911, encendí el auto y luego seguí a los búhos -ya que más daba, la muchacha cayó al suelo arrodillándose y echando a llorar, se cubrió el rostro.

Había perdido otra vez el temple y caído en el llanto.

Al atravesar la celosía y llegar de vuelta al plano físico pestañeo un par de veces y me giro, asegurándome de que Jane ha cruzado sana y salva también. Miro a nuestro alrededor, buscando la ropa que dejé en un montón junto a los tablones y me acerco a ella antes de dejar que mi cuerpo fluya, volviendo con facilidad a mi forma natural.

- Tu ropa se quedó en la cocina -pienso en voz alta, mirando a Jane-. Pero si quieres puedo abrir la puerta para que puedas cambiar en tu cuarto.  

Me voy vistiendo mientras hablo, con prisa. Las palabras de la anciana me han dejado intranquila y me puede la impaciencia de saber qué está pasando. 

En cuanto estoy lista, me dirijo hacia la casa con la intención de ir a la cocina, donde dejamos a los chicos con Ben y Madre Larissa.

El hijo de Gaia cierra los ojos y respira, cuando el cliath pierde los papeles por la suma de emociones y explota en cólera. Cuando Tyler se marcha, se agacha a recoger los pedazos de la vajilla rota sin decir nada y escuchando la explicación de porqué Tyler reaccionó así.

- La rabia elevada es una bendición pero también puede ser una maldición, aún tiene que aprender a controlarla, es todo. Con todo lo que está pasando creo que hubiera sido extraño que no terminara reaccionando así. -deja las cosas y suspira, lavándose las manos, secándoselas y luego caminando hacia el teléfono.

-

Cita:

Colgó y tomó asiento en el sofá - Larissa ya debería haber envíado a las chicas y han de estar regresando. Con el temperamento de esas dos muchachas, será mejor que encuentren el modo menos impactante de decirles todo lo que ha sucedido durante su ausencia

Benjamín tomó una fruta y se sentó en el sofá. Se colocó unas gafas y encendió el televisor:

Cita:

Benjamín se tomó la barba preocupado - diablos...

Se abre la puerta de la cocina y aparecen jane y Amber. Benjamin apaga el televisor.